RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 29 de diciembre de 2016

2016 EL AÑO QUE VIVÍ BAJO OTRA LUNA







Se escurre esa arena entre los dedos, pero yo no quiero retenerla, deseo que caiga que se despegue de mi piel. 2016 fue el año de la octava uva y no más, del atrangantamiento como presagio de las sombras, y lo que estaba por venir irremediablemente llegó; se va para siempre el año del llanto en la noche, allá agachado, las manos sobre las rodillas, la cintura partida en dos, y la lágrima que acompaña el correr por inercia, por echar un pulso al dolor; deseo borrar parte de esos 12 meses en los dejé de tener fe por completo en aquello para lo que creí que había nacido: enseñar a otros, y lo aprendí en el aula y con una bofetada dolorosa y prolongada que me quitó las ganas de vaciarme por los demás; me dicen adiós el estrés, el no llegar, el vivir bajo una luna que no es la mía, se despide eso de sentirme ajeno, bye bye a correr a 35 grados con un mal sandwich en el estómago, a ese bucle que lleva a volver a empezar, terminar y volver a empezar; se despide el sabor agrio de la decadencia, y para ser justos también marchan con nostalgia el calor de esas mañanas de domingo en agosto, la mochila, el Jabalón, las barritas y un ejército de kilómetros recorridos con Mercedes; suena a despedida, la del último año con el Pozo Norte, adiós a nuestro club y dejará poso como feliz recuerdo de tiempos mejores, dejamos atrás un puñado de compañeros y amigos; me amarga el regusto a decepción, la estela de la impotencia, el eco del fracaso, el olor a naftalina, pero habrá que dejar un hueco para rememorar como fue aquel noviembre en el que ella supo conquistar su sueño, lo hizo sin mi porque yo fiel al caos instalado no hallé la fórmula para compartirlo; este 2016 es también la de los últimos kilómetros de mi padre, que con paso lento pero con decisión sigue disputando su particular maratón. No, no echaré este año de menos, lo habré vivido y quedarán grabaciones en mi recuerdo; ahora toca continuar con esta novela, pasar página y continuar leyendo, pero aquel capítulo quedó ya bien comprendido. Y aquí me hallo finiquitando este tránsito, con la esperanza en forma de botón que al pulsarlo pueda cambiar el orden caótico de las cosas. La vida nos debe siempre alguna otra oportunidad, nos la merecemos, y así como recé y un ser divino o inventado me concedió el regalo de volver a correr sin sufrimiento, quiero pensar que en el libro mayor de 2017 habrá que poner en mi haber más cosas buenas que malas se hayan puesto en el debe, aunque me conformo con no atrangantarme en Nochevieja con las uvas mágicas de nuestro destino, comérmelas todas y mantener a buen nivel la esperanza, que no caigan sus niveles; ¡por favor!, no más sandwiches estresados, ni vías con suero en la ambulancia de la decepción, que no haya más ira ni más rabia, que las cosas no las haga el robot de la razón sin poner nada de su parte mi corazón, ojalá consiga vivir plenamente al menos un minuto de cada hora de este tiempo que está por venir, y a ver si 2017 trae orejas y escucha, o al menos tiene vista y sabe leer, lee todo esto y pone de su parte para que pueda enmendar la plana y consiga volver a sonreir, que ya no me acuerdo de como se hace, la última vez creo que fue en 2015.

JUEVES 29: TERMINANDO EL AÑO CON MERCEDES

Esta mañana hemos salido los dos a realizar una tiradilla de distancia media, aprovechando nuestro periodo vacacional. Mercedes estrenaba sus nuevas Saucony Peregrine versión 6, más que nada para usarlas en montaña y en algún entreno por caminos. Salimos hacia el Camino de Ruidera y desde el comienzo las sensaciones no eran buenas por parte de mi mujer, muy pesada y sin poder "tirar de las zapatillas". Las cuestas del camino no ayudaron para nada e hicieron un pequeño suplicio esta primera fase. Pero conforme fue calentando la cosa se fue estabilizando. En el kilómetro 7 y pico cogemos un camino en oblicuo por la izquierda y un kilómetro después nos topamos con el Camino de Don Bernardo, a la altura de donde vimos hace unos meses aquel lince. Cogemos dirección hacia el pueblo y ya es otra cosa, Merche lleva un ritmillo sostenido que sin ser muy rápido si que le sirve. Pasamos por el pinar y luego viene la cuesta abajo pronunciada para después remontar una cuesta arriba potente, llaneamos y ya toca bajar. En la parte de asfalto fue mucho más cómoda y sin más eventualidades llegamos a casa en 1 hora y 28 minutos para 15 kilómetros y unos metros. Al final salvamos la papeleta porque la segunda parte fue mucho más rápida que la primera.

Con este entreno mi mujer cierra la semana, la última semana de este 2017 con unos muy buenos 70 kilómetros. Si todo rueda como debe enero le ha de permitir rematar su afinamiento de cara a Castellón. En cuanto a mi, está por decidirse aún si correré mañana antes de salir dirección a Soria. Estoy bastante regular de las rodillas, estoy cargado, y el cuerpo me está diciendo que baje el pistón. Hasta ahora llevo acumulados 83 kilómetros que pueden ser suficientes.


MIÉRCOLES 28: TRAS LO DE AYER LAS PIERNAS SE RESIENTEN

Ayer miércoles me las prometía felices tras el muy buen entreno del martes, sin embargo desde las primeras zancadas noté dos cosas: estaba cansado y además tenía molestias en sendas rodillas. Por tanto fue cuestión de no forzar y a pesar de eso cuando llevaba algo menos de 10 minutos comencé a realizar intervals suaves de 2´moderados y 3´suaves. Pero como no era el día indicado para meter intensidad no se hizo muy agradable, nada que ver con lo del día anterior. El circuito elegido fue el de los Cerros de la Aguzadera, comenzando por la vía de servicio y terminando por el Carril del Yeso, y sólo en la parte final sentí cierta comodidad. Rodeé un poco regresando por el camino que lleva al inicio del Camino del Peral así que me salieron unos 10 kilómetros.


martes, 27 de diciembre de 2016

MARTES 27: Y LLEGÓ UN BUEN ENTRENO

Hoy tocó trabajar, y tras la jornada me calcé las zapas en esta ocasión con bastante motivación. La idea era hacer un rodaje corto, de algo más de 10 kilómetros a una media de 5´justos, sin ser trote regenerativo si es un trote que ayuda a coger ritmo sin forzar. Tomé dirección al Camino del Peral y desde el comienzo me siento inusualmente suelto, no me cuesta mucho correr, así que aprovecho. El primer kilómetro, aún así, me sale en 5´14´´, pero claro, no estoy calentando ni nada. Eso sí, el segundo, pese a ser por caminos ya sale en 4´47´´, no estoy acostumbrado a coger ritmo tan pronto y con tanta facilidad. No quiero forzar, me voy guardando, pero aún así el tercero, pese a las cuestas sale en 4´47´´ también, y el cuarto, el más duro de la ida en 4´47´´ también, y sin costarme. Sé que el regreso será más rápido si quiero, y sí, vaya si quiero. el quinto en 4´36´´ y no me he dado cuenta, así que ¡qué demonios!, voy a disfrutar, que esto no ocurre todos los días, más bien nunca, ya con una pendiente menos dura el sexto es en 4´32´´, y todavía sigo guárdandome, quiero disfrutarlo, no quiero llegar a la extenuación, el séptimo en 4´25´´ me acaban de hacer sentir bien, porque no voy para nada cargado, casi tan suelto como al principio, así que meto una marcha más a ver qué pasa, sólo un poquito: de forma que el octavo, pese a ser durillo sale en 4´28´´, y el noveno y el décimo en 4´17´´, así como el pico de 300 metros. Y lo mejor es que no llego cansado. 10.300 metros en 47´34´´ a 4´37´´ de media, y eso que incluí el kilómetro inicial que fue suave. Pero sin duda lo que mejor estuvo fue que llegué con carrete para haber continuado.

Veo avances, y eso es grande para mi

A su vez Merche había hecho su sexta sesión seguida en 6 días, cuajando 3 subidas al Ángel, unos 12 kilómetros, y de seguir así batirá su récord de kilometraje semanal, en una semana clave de su plan


LUNES 26: INTERVAL 1´FUERTE-1´30´´ HASTA CASI SANGRAR

En mi camino hacia "una digna maratón" me encontré con las piedras del camino en forma de interval de los de perder el resuello. La fórmula que vengo utilizando una y otra vez me debería servir para coger ese ritmo que tanto necesitaré. Así que aproveché que estaba de vacaciones para calzarme las zapatillas nuevas, que lo son no por estrenar nuevo modelo, unas exactas a las que mi mujer había tirado el día anterior en Linares, las Mizuno Wave Precision, quizá las últimas de este modelo que encontraré ya en el mercado. A eso de las 12 horas me pongo en marcha sintiendo buenas sensaciones ya desde el comienzo. No llevo más de 6 minutos cuando me pongo ya con los cambios y siento que las piernas van, y van bien. Buen primer cambio y la parte más lenta no lo es mucho, y así voy haciendo cambio tras cambio. Cuando salvo la pendiente positiva y paso al camino de tierra ya un poco hacia abajo siento que todo rueda aún mejor, voy avanzando y no me cuesta. Tampoco fuerzo, no se trata de eso, sino de captar el ritmo. La parte en la que el camino se vuelve irregular no es tan íncomoda como otras veces y sin mucho esfuerzo me planto en la vía de servicio de la A4. Ahora toca asfalto, un poco duro por los toboganes, pero siento que las piernas fluyen. En la cuesta el cambio rápido se hace duro, pero lo llevo bien y llego a la falda del Ángel bastante entero, la bajada hacia el Parque Cervantes es muy cómoda, y me siento agradecido, sigo cambio tras cambio y cuando llego al parque decido continuar con el interval pese a llevar casi 55 minutos con los mismos. Llego a casa en 1 hora unos segundos, y calculo que he hecho 13,2 en cambios y 1,3 kilómetro de calentamiento que fue el que hice antes de darle al crono. El entreno de interval me ha permitido ir a una media de 4´35´´ que para mi es satisfactoria.

Cuando llego a casa siento que las piernas me bullen, están algo cargadas, pero están bien, están "en ello".

Merche, por su parte, ha vuelto a salir: su quinta sesión seguida, y ha hecho 11 kilómetros por debajo de 6´ y sin molestias. Parece que las cosas comienzan a rodar mejor.

 

DOMINGO 25: LINARES-VÍA VERDE-ESTACIÓN LINARES BAEZA-LINARES

El domingo por la mañana en Linare no tuvimos que madrugar, la cena de Navidad no había sido copiosa, pero siempre deja poso, siempre se pasa uno un poco, aún así me dio como para desayunar y a eso de las 11:45, ya con un buen solecito que no habíamos visto hacía días en Valdepeñas, salimos de casa de mis suegros sin prisa, o eso creaímos

Teníamos que ir a la Estación Linares-Baeza por la vía verde, que comienza a tan sólo 500 metros. En seguida la vía nos deja una pendiente que invita a correr, y eso comenzamos a hacer, correr. Cada vez más rápido, pronto nos vimos a 5´30´´, a ritmo de crucero, a pesar de que era la cuarta sesión seguida de Merche. Llegamos abajo, a las inmediaciones de la estación justo en el kilómetro 7, a una media muy buena, tras hacer el último kilómetro en 5´11´´. Paramos un par de minutos, y pusimos el garmin de nuevo ya más relajados. Quedaba llegar a la estación y luego afrontar las duras rampas hasta entrar en Linares, así como 4 kilómetros muy duros. Mercedes subió bien, sin pausa y constante. Cuando llegamos al llano de la Avenida de Úbeda, cogimos buen ritmo nuevamente y ya no lo soltamos hasta el final: 14 kilómetros justos, a un ritmo en el segundo tramo de 6´35´´, los 7 kilómetros segundos, pero esto se entiende por la fuerte pendiente


SÁBADO 24: TIRADA LARGA CON MERCEDES Y CUMPLIENDO

Comenzábamos una nueva semana con un puente por delante, ya que el lunes no trabajábamos por ser festivo en nuestra comunidad. Yo sentía que con el entreno duro del día anterior tenía licencia para tomármelo con más calma en ese fin de semana por lo que salí con Mercedes a realizar una tirada larga. Salimos suavitos, algo perretes, sobre todo Merche, por encima de 6´ todos los kilómetros y es que el recorrido era de continuos repechos, como el de la Finca la Gatera, por ejemplo. Bajamos por el camino que lleva al arroyo del Peral y tomamos a la derecha para subir por el camino que termina en el centro de adistramiento canino que hay en la carretera de San Carlos del Valle. Merche iba medio fundida, no estaba siendo su día, aunque en su descargo he de decir que había entrenado jueves y viernes, y ese era el tercer día seguido, algo que no suele habitual. Bajando hacia el Peral cogimos por fin buen ritmo, pasamos por dicho paraje y cogimos el caminillo de detrás del aeródromo, donde nos salieron unos buenos minutos de calidad. Merche llegó muy entera, síntoma claro de que está cogiendo puntos para su Maratón de Castellón. Nos salieron 19 kilómetros hechos en dos fases, la primera de 8 kilómetros a 6´15´´ y los otros 11 kilómetros a un ritmo más acorde a mi mujer de 5´50´´ de media.

sábado, 24 de diciembre de 2016

VIERNES 23: BUENA MANERA DE CERRAR ESTA SEMANA 18,30 KMS

Ayer tenía jornada intensiva, por lo que a las 15:15 horas estaba ya en casa, sin tener que trabajar por la tarde, ¡todo un regalo de Papa Noel!. Me estaba esperando un potente plato de lentejas, con su choricito y su tocino, y me sentó genial, pero tras la calma vino la tempestad, en forma de siesta y desgana. La idea de salir a correr a las 17 horas se desveneció y más con la pesadez de estómago, así que conseguí cambiarme y salir a eso de las 18:15 horas ya casi anocheciendo. Provisto de foquillo decidí hacer un circuito largo con tres posibilidades (17,5, 20,5 o 22,5) decidiendo cual coger sobre la marcha. No era lo que habitualmente hago los viernes, muchos de ellos descanso, otros hago sesiones regenerativas, pero la idea era realizar el entreno del sábado en viernes, y pasar un fin de semana festivo más tranquilo. Siento que las piernas van, pero no quiero mirar el garmin, sé que voy a 5´ y poco más, pero no me quiero condicionar ni agobiar. En el Camino de la Hortezuela (que sale de la Carretera de Daimiel) voy apretando, ya casi de noche, las sensaciones crecen y llego al cruce del kilómetro casi 7 en bastante buena disposición; hago una parada técnica y miro el aparatito: voy a 4´57´´ de media, no está mal, el último kilómetro en 4´40´´ y sin forzar. Tan sólo los dos primeros kilómetros me han fastidiado el ritmo intermedio. Continuo por el camino de la derecha y siguen las buenas sensaciones, a pesar del frío, que hace y mucho. En el 8,5 miro y voy a una media de 4´47´´, sin duda he metido mucha caña en estos no llegan a 2 kilómetros, así es, a 4´30´´. Poco después me resbalo en un charco y me agobio un poco, me doy cuenta de que no he reanudado el garmin en el último cruce, así que paro el aparato, hago una segunda paradita y comienzo de nuevo, con más suavidad, pero el terreno es propicio. Llego al cruce donde he de decidir si sigo de frente hacia el Hotel el Hidalgo o si acorto a la derecho yendo derecho al pueblo y hago esto último y voy viendo como sin querer voy bajando todos los kilómetros de 4´40´´. Paso por la hilera de tinajas, donde toca coger el camino a la izquierda para luego coger la carretera y de ahí al polígono, pero decidio continuar por el camino, y sé que me saldrá algo más; continúo y continúo hasta que decido dar por suspendido el entreno cuando siento que estoy forzando de más, que no merecerá la pena; paro el garmin y veo que he hecho otros 4 kilómetros y medio a una media de 4´40´´, buen ritmo por caminos irregulares y de noche, ¡mejor no forzar más!. El último tramo lo hago ya sin medir, pero como las piernas van siento que vuelvo a apretar, aunque trato de medirme. Alcanzo la Carretera de Daimiel en su último tramo, y de ahí a la rotonda de la Carretera de Ciudad Real, hasta casa. 

18,30 kilómetros inesperados y muy bien empleados; creo que he cumplido el objetivo y ahora tendré un sábado un domingo más tranquilo. El domingo correremos en Linares meche y yo, si todo va conforme a lo previsto.

De resultas de todas estas sesiones he conseguido cerrar una buena semana con 97.35 kilómetros, bastantes e intensos.

Merche, a su vez también ha completado buena semana con 63,5 kilómetros, que para ella están bien, aunque enero tiene que ser más prolijo.


JUEVES 22: GRADAS Y CAMBIOS DE RITMO

El jueves tocó ir al Parque Cervantes. La desmotivación había crecido de nuevo, un ciclo de altibajos que se debe en gran medida a esta díficil época del año, corriendo con frío y de noche. Malos tiempos para preparar maratones..

Pero me calcé las viejas zapas y me fui al parque. Buenas sensaciones de nuevo, cero molestias y me veo en el Parque con la mente dispuesta a no hacer mucho, esa es mi enemiga. Hago dos series de gradas que me cuestan mucho, incluso siento molestias en la pequeña lesión que he arrastrado en la parte baja interior de la rodilla derecha, ¡vaya!, pero tras las gradas hago un cambio de ritmo de unos 400 metros en los que no siento molestias, y me quedo tranquilo; eso sí, no he ido muy allá. Paso de nuevo por las gradas y otra vez dos series, éstas mucho mejor, y mejor el cambio de ritmo, ¡ahora sí", la tercera y cuarta vuelta con gradas y cambio son aún mejores que la anterior, y decido no tentar mucho a la suerte e irme a casa, dando un rodeo grande por Felix Solís, Avenida de las Tinajas completa y vuelta larga por Calle Amapola. El final es bueno, no en ritmo pero sí en sensaciones, y resultan unos casi 10 kilómetros que siento que me vendrán bien, como así fue.


MIÉRCOLES 21: UN POCO DE INTERVAL Y DE CUESTAS

Había cierta desidia el miércoles, pero le eché un pulso a la desmotivación y creo que gané. Cogí el camino asfaltado que lleva al Cerro del Ángel sintiendo que no estaba nada cargado, tras bastantes sesiones seguidas, las piernas van y yo me aprovecho. Cuando llego a la falda del cerro lo subo por el carreterín, no son malas sensaciones las que me encuentro, salvo que las Mizuno Wave Precision (uno de los dos pares que encontré en el mercado) ya está pidiendo cambio, así que habrá que pensar en tirarlas y estrenar sus hermanas gemelas. Bajo fuerte, con paso firme y ya abajo cojo a la derecha por la vía de servicio para hacer el circuitín de los Cerros de la Aguzadera. En la bajada me siento cómodo aunque no fuerzo y ya en el camino meto una marcha más y tan sólo el barro y los resbalones me aguan un poco la fiesta. El regreso es bueno, sobre todo bajando por el Camino de Membrilla, a ritmo constante creo que a 4´30´´ o así.

Me salen 10,5 kilómetros que suman y mucho.


MARTES 20: MERCEDES Y YO HACEMOS LA CIRCUNVALACIÓN

Me habían llegado las New Balance Vazee Pace v2 y junto a ellas las New Balance Vazee Rush para Mercedes; habían tardado bastante, más de 15 días y resulta que comprobamos que las de ella traen distinta talla, ¡vaya tela!. Estos de sportshoes.com se están luciendo, pienso. Lo peor viene después: me mandan una etiqueta para poder devolver el paquete sin costes, procedemos, y llegamos al acuerdo de cambiarlas por unas New Balance Fresh Foam, que no le acaban de gustar a mi mujer, pero al final se resigna, el caso es que me entero de que han de pasar tres semanas hasta que nos envien el nuevo artículo, y me suena a chiste; Mercedes está sin zapatillas, ha tirado a la basura por estar muy gastadas las Saucony Peregrine, las Mizuno Wave Rider están muy machacadas y le resulta duras afectándole mucho en su rodilla, así que ha de tirar de unas muy gastadas New Balance Leadville y de unas inapropiadas para caminos Mizuno Sayonara, que son estupendas para asfalto pero no lo mejor como mixtas para todo. En esas salimos a correr el pasado martes, con un considerable cabreo. Cogemos el circuito de la circunvalación dando un rodeo inicial por las calles de Valdepeñas, el ritmo no es malo, es constante, pero Merche dice que está cansada. Aún así subimos bien por el camino paralelo al Cerro, bajamos muy bien y llegamos a la Avenida del Sur, tomamos esta y atravesamos todo el pueblo, por el mismo recorrido por donde va la Media de Valdepeñas. Cuando llegamos a San Marcos cogemos por la Avenida de los Estudiantes y ahí apretamos de lo lindo, giramos por La Yenca y de ahí a casa. No fue un gran entreno pero sí nos permitió realizar un buen rodaje de unos 9,70 kilómetros que se suman para ella a lo del fin de semana. 


LUNES 19: SANGRANDO POR LAS PIERNAS EN UN BUEN ENTRENO

Sigo el dudoso camino que me ha de llevar hacia una maratón "plena", la que sería mi undécima maratón, la novena de asfalto, la novena a terminar restando la de Valencia de 2012 donde me quedé frito en el 39, y eso sí, la novena que corro yo solo, sin acompañar a Mercedes, muchos novenos veo. Lo de "plena" es más un objetivo que un adjetivo, ya que la idea es poder terminarla con fuerza y de menos a más, algo que no me ha ocurrido en ninguna de las anteriores experiencias, ni tan siquiera en la de Roma, en la que sí que disfruté de cabo a rabo y sí que mantuve el ritmo hasta la línea de meta, pero que no fuí en progresión. Pero como escribía inicialmente, ese tránsito preparatorio está sembrado de un mar de dudas las cuales no provienen de una situación relacionada con una lesión, ya que afortunadamente en ese sentido estoy siendo afortunado en el último medio año, sino que se deben al profundo respeto que le tengo a esos 42.195 metros, que bien sé que pueden llegar a ser traicioneros. Mi estado de forma no es óptimo, los años no perdonan y no puedo dejarme llevar por aventuras quijotescas, de ahí que en mi mente ronde la meta de esa maratón "plena" aunque haya que sufrir, pero que no sea un calvario, como lo fue Sevilla, por ejemplo.

Lo estoy intentando, no sé si con la suficiente fuerza, pero siento que lo intento. Por ello el lunes me planteé una nueva sesión dura, con el repetido interval 1´ fuerte y 1´30´´ suave, que creo que me está permitiendo coger ritmo. Desde las primeras zancadas que dí en la noche, en una gélida oscuridad rota por la luz del foquillo, sentí que las piernas me pedían marcha, buen síntoma, sin duda, así que no me demoré más que unos tres minutos en comenzar a realizar los cambios de ritmo, auspiciados por el garmin que me llevaría el ritmo. El circuito casi me lo sé de memoria, de algo menos de 10 kilómetros, subiendo por el Camino del Alto Peral y regresando por el camino que pasa por detrás del Aeródromo para terminar en el último tramo del Camino del Peral y de ahí a casa. Siento que estoy rápido y los primeros cambios son bastante buenos con cero molestias. Los intervalos suaves no son tan suaves como en otras ocasiones y las piernas no se van sintiendo cargadas, así que aprovecho. La parte de más dureza no es tan dura y pronto me veo bajando de regreso, disfrutando al fin y al cabo. Alcanzo el Camino del Peral, sólo me quedan 2 kilómetros y dudo si alargar la sesión o hacer la versión corta, pero decido no arriesgar y dejarlo así. No bajo el pistón y llego a casa bastante fuerte, apenas cargado, en un muy buen entreno. 41 minutos justos en hacer unos 9 kilómetros, los otros 400 metros fueron de calentamiento. El ritmo medio ha sido bueno, a 4´32´´ aproximadamente. Estiro bien, hago abdominales y completo mi satisfacción, ¡así sí, Javi!. 


DOMINGO 18: ESTUPENDO ENTRENO EN LA SIERRA DEL MORAL CON LOS DEL EXTENUACIÓN VALDEPEÑAS

El pasado domingo teníamos una cita con nuestr@s amig@s del Extenuación Valdepeñas; se trataba de realizar una ruta por la Sierra del Moral de Calatrava, concretamente partiendo de la Fuente de Siles, tomando la Cañada Real Soriana, por el GR-169 atravesando parajes bastante bonitos, hasta cruzar la carretera que une Moral de Calatrava con Manzanares, y a partir de ahí transitar por sendas y monte bajo, cruzando por molinos eólicos, zona de fantásticas vistas, atravesar la carretera entre Moral de Calatrava y Bolaños de Calatrava en la zona de La Garganta y seguir por la pista que baja hasta la Carretera CM 412 Ciudad Real-Alcaraz, donde nos esperaría el microbus que nos llevase previamente el punto de inicio.

Costó un poco madrugar, además hacía bastante frío, el caso que una vez puestos en marcha la cosa mejoró. En el Parque Cervantes nos estaban esperando el resto de aventureros, así que, después de estar un rato de charleta partimos a eso de las 9:15 horas hacia la Fuente de Siles, que dista a unos 20 kilómetros de Valdepeñas. Cuando llegamos y nos bajamos del vehículo nos enfrentamos con una mañana gélida, de esas que o te pones a correr o te quedas congelado, pero dio tiempo a echarnos una fotillo de grupo:

 


Iniciamos la ruta ascendiendo por el monte, y es que los dos primeros kilómetros son algo durillos pero bastante bonitos. Merche subió bien pero andaba con ventaja ya que parte de este recorrido ya lo habíamos hecho en agosto cuando preparábamos la Doñana Trail. Tras las cuestas vino el llano, siguiendo por el PR, a buen ritmo pero sin forzar, y siempre acompañados y de charleta, casi todo el tiempo con Toñi y la mujer y la cuñada de Agustín, que son gemelas y a las que cuesta distinguir. Cerrando el grupo para evitar extravíos el presidente, Joaquín, junto con Victoriano. 




Conforme fue avanzando la sesión las sensaciones fueron creciendo, aunque Merche no iba todo lo redonda que deseaba debido a su resfriado que le impedía respirar bien. Cruzamos la primera carretera y el recorrido se puso muy interesante, una zona mucho más técnica, donde disfrutamos un montón, y ahí Mercedes se recuperó. Continuamos por la pista ancha, que en realidad sigue siendo el GR-169 y allí tocó aumentar el ritmo debido a las pendientes favorables. Cruzamos la segunda carretera ya cuando quedaban unos 4 kilómetros y  todo lo que nos restó lo hicimos a buen ritmo, marcando los últimos 2 kilómetros a una cadencia demencial para mi mujer, 4´45´´ el último kilómetro, por ejemplo.

Finalmente 1 hora y 58 minutos para 18,6 kilómetros, que no está nada mal en cuanto a crono teniendo en cuenta las dificultades del terreno. Muy divertida esta escapada y nos dejó muy satisfechos. Las "gemelas" estaban contentísimas de la experiencia en su preparación de la Media Maratón de Valdepeñas, que sin duda se merendarán sin problemas debido a las condiciones que tienen y a las buenas formas que apuntan. Agustín puede estar satisfecho porque por fín su mujer se ha animado a esto del running después de muchos años viéndole correr.

Muchas gracias a los del Extenuación Valdepeñas por brindarnos esta oportunidad de disfrute.


sábado, 17 de diciembre de 2016

SÁBADO 17: CASI 21 KILÓMETROS MUY DUROS Y A RITMO PROGRESIVO

Hoy ha quedado patente que estoy lejos, muy lejos, del estado de forma que conseguí a principios de 2013, y que probablemente aquellos tiempos ya no regresarán. Sin lesiones, con continuidad, sin excusas, es ponerme a meter ritmo y noto que pasados los minutos la cosa pesa, pesa bien. Además, hoy el día no era el más propicio para dejarse la piel, teniendo en cuenta que iba a dar dos vueltas al circuito de las escombreras, que tiene aproximadamente 10,50 kilómetros, y que gran parte del mismo lo iba a realizar con un fuerte viento de cara. Arranco ligero, suelto, pero con el viento en la cara y marco el primer kilómetro bastante lento 5´28´´, ¿pero qué demonios pasa?. Ya en el Camino del Peral, la pendiente más benévola, no así el viento que no veas cómo impedía, me permiten marcar un 5´05´´, y es que voy reservando con la idea de ir marcando una media de 5´15´´ en los primeros cinco kilómetros. Se me hacen duros los siguientes 2 kilómetros casi siempre subiendo y siempre penando contra el viento, y sólo cuando giro a la izquierda hacia el norte, el viento me da una tregua a medias, ya que me deja de dar directamente de frente, a esas alturas he marcado en 5´08´´ el tercero y en 5´04´´ el cuarto, y voy ya por debajo de la media prevista; el tramo es mejor y me permiten hacer el quinto en 4´51´´. Cuando giro a la izquierda hacia el pueblo, en el Camino del Alto Peral todo cambia a "superbien", el viento de espaldas y la pendiente ya no es enemiga, así que tengo un poco de disfrute: 4´47´´, 4´49´´, 4´47´´4´43´´y 4´46´´ hasta el kilómetro 10, giro para pasar por la puerta de casa y completar la primera vuelta, ya se ha terminado lo bueno y tocará penar y bien de los siguientes cinco kilómetros. De nuevo el viento y yo luchando por llevar el ritmo, con miedo a mirar mucho al Garmin, sin embargo, pese a la brega y el sufrimiento consigo ir marcando buenos cronos: 4´34´´ el 11º, 4´36´´ el 12º, 4´38´´ el 13º, incluso 4´47´´ el 14 en la parte más dura por la pendiente y el aire. Eso sí, me he quedado vacío. Cuando giro y el viento ya no da tanto consigo volver a realizar un 4´38´´ y ya de vuelta procuro disfrutar pero ya van las piernas muy cargadas, pese a lo que consigo marcar 4´31´´ en el kilómetro 16, y 4´25´´ en el kilómetro 17, y es llegado a ese punto donde decido parar el Garmin y ponerme a descalentar hacia casa. Llevo las piernas totalmente cargadas y me cuesta avanzar, hasta que poco a poco me voy sintiéndome más cómodo, pero ya no voy a aumentar el ritmo.

De esta forma he realizado unos 21 kilómetros, aunque los últimos 4 hayan sido de descalentamiento


VIERNES 16: CERRANDO LA SEMANA EN EL PARQUE

Llevaba acumulados 73 kilómetros en una semana menos prolija en distancia aunque buena en cuanto a intensidad, así que decidí redondear un poco yendo a correr un rato al Parque Cervantes. Me encontraba bien, afortunadamente han ido desapareciendo las molestias, o más que molestias que tenía en la cara interna y baja de la rodilla derecha, así que esto me ha permitido continuar con las sesiones intensas. Llegado al parque dí cuatro vueltas con cambios suavitos de ritmo de unos 500 metros, sin forzar, y me fui sintiendo más cómodo conforme fueron pasando los minutos. Me fuí a casa a ritmo suavito y zancada corta para no forzar más considerando que hoy sábado iba a tocar "apretarse los machos".

Cierro la semana con 80 kilómetros redondos, que no son muchos pero sí suficientes si los unimos a los 97 de la semana anterior


JUEVES 15:APLICANDO LA FÓRMULA DEL 1´-1´30´´ A MERCEDES

Salimos juntos y tras unos 6 minutos corriendo comenzamos a realizar los cambios referidos. Iba ataviado con mi Garmin para poder así medir los ritmos de mi mujer, así que la sesión iba a resultar un pequeño test.  El primer cambio, a pesar de ser de noche cerrada y por caminos, se hizo rápido, y comprobé como Mercedes corría con bastante soltura, tras el primer kilómetro el aparatito me pitó y pude ver en la pantalla unos muy buenos 5´29´´, lo que suponía que lo suave no lo era tanto. El segundo kilómetro fue aún mejor, 5´24´´, el tercero clavado al segundo, y por los ritmos se podía deducir que en la parte rápida iríamos a 4´30´´ o así.  Pero el Camino del Alto Peral nos recibía con pendiente positiva y ahí fue cuando Merche comenzó a sufrir a cada cambio: 5´35´´ el cuarto, 5´44´´ el quinto (donde la pendiente era más puñetera), y lo peor vino cuando al girar por el camino que pasa por las escombreras y lleva al Camino del Peral, el viento se nos puso en contra, ella sufriendo pero aguantando, marcando el sexto en 5´51´´ porque la parte rápida ya no era tan rápida y en la parte suave se venía abajo. Pero fue llegar al Camino del Peral en esa bajada tendida que tiene hasta el carril bici y le propuse realizar un kilómetro entero a buen ritmo y sin cambios, y sus piernas respondieron, pese a que la brisa nos daba de frente, y consiguió marcar un 5´11´´. Llegado al kilómetro 7 (8 kilómetros si le sumamos el de calentamiento), decidí parar a tomar resuello, y ya desde ahí fuimos a ritmillo descalentando, algo menos de 3 kilómetros.

Corrió sin molestias apenas, y creo que salió un buen entreno.


MIÉRCOLES 14: INTERVAL+CUESTAS

El martes tocó descanso, tras llevar muchos días seguidos sin tener parones. La verdad es que no hubiera descansado si no hubiera sido por una obligación familiar que no podía ser eludida. Por ello el miércoles hubo que calzarse las zapas con extra de motivación y sabiendo que tocaba meter intensidad. Elegí el circuito que yo llamo de los Cerros de la Aguzadera. Comencé a realizar cambios de 2´fuertes y 2´30´´ suaves a los 6 minutos de comenzar a correr, y me sorprendió comprobar como en su inicio las sensaciones eran bastante peores con este tipo de interval que con el que últimamente vengo probando (1´fuerte y 1´30´´ suaves). Me costó adaptarme y no iba muy redondo que se dijera. En la vía de servicio de la A4 sufrí más de la cuenta así que cuando llegué a la falda del Cerro del Ángel dí por concluido el interval y comencé la parte de la sesión dedicada a la cuesta: 1 kilómetros hasta llegar a lo alto por el carreterín. No se dio mal del todo, a pesar de venir ya algo cargado de los cambios de ritmo. Tras la bajada, cogí buena cadencia por el asfalto y alargué la sesión yendo al Parque Cervantes lo que me permitió que me salieran unos 12 kilómetros bastante majos.

Mercedes tuvo sesión de elíptica y pilates, como suele ser los casi todos los miércoles.

 


martes, 13 de diciembre de 2016

LUNES 12: ¿QUÉ VA A SER?, OTRO INTERVAL 1´-1´30´´

Guiándome por la intuición más que  por la sabiduría o por el aprendizaje sigo multiplicando sesiones de interval de media-corta extensión: 1´fuerte alternando con 1´30´´ más suave. Técnicamente se asemeja a un entreno de esos de 15 series de 300 metros, pero hay diferencias: el intervalo fuerte no es tan intenso, quizá a ritmo de 10.000 o un poco más, y el intervalo suave no es un trotecillo de ritmo de descalentamiento sino más bien carrera a ritmo medio, si bien en los primeros segundos tras el intervalo duro se tiende a ir más despacio para luego ir progresando. Además, si se alarga la sesión de forma que se perpetúa la fórmula te puedes ver haciendo 50 minutos, como fue el caso ayer, por caminos y acabas con las piernas "desechas" por el esfuerzo.

Ayer tocó calzarse las zapas con lo que es otorgarme un amplio aprobado en el apartado de la motivación previa; si el sábado y el domingo supusieron enlazar dos sesiones duras, el lunes iba a jugármela sin dar descanso a mi organismo, no sé sin con un buen argumento detrás, mejor dicho..., sin ningún argumento, guiado por la intuición antes mencionada. De nuevo comienzo a dar las primeras zancadas y me siento bien, sin molestias; no necesito más que unos segundos para saber qué mi cuerpo me permitirá que lo maltrate. Cuando no llevo más de 6 minutos de calentamiento comienzo con los cambios, y ya desde el primero siento dos cosas que se contraponen: la primera es que estoy algo cargado y lo noto en la pierna derecha sobre todo; la segunda es que aún así hago el primer cambio bastante rápido; los siguientes van dejando en evidencia un hecho, me voy a vaciar y ello va a suponer que lo voy a notar muscularmente. Subo por el camino que lleva a la vega y voy contento por el esfuerzo, me está costando pero no me está pesando, me está gustando. Vuelvo por el camino que pasa por la parte de atrás del aérodromo y logro ir más cómodo aún con la ayuda de una pendiente claramente negativa. Llevo un montón de cambios de ritmo ya y siento las piernas "embotadas", casi puedo notar como se acumula el ácido láctico y cuando alcanzo el Camino del Peral, a dos kilómetros de casa, giro a la izquierda en lugar de ir al pueblo y  voy al cementerio (no a quedarme, no aún) y así regreso por la Carretera de San Carlos del Valle. Mi paso por el muro de nuestro campo santo es el peor de la sesión, porque toca cambio y me veo desfondado, sin piernas, así que no aprieto, me dejo llevar un poco (si aparece un zombie fijo que me hubiera cazado). Luego me recupero y los últimos tres kilómetros los puedo hacer bien, como me gusta terminar los entrenos; eso sí, al parar delante de la puerta de mi adosado siento que casi no puedo andar de la carga que soportan las piernas; sin duda tres días seguidos con intensidad ha sido un riesgo quizá innecesario, ha sido arriesgado pero no pagaré peaje por ello porque todo está en su sitio. Estiro bien, me voy soltando y poco a poco el efecto de las toxinas en mis músculos se va diluyendo. Eso sí, me parece que hoy martes descansaré, creo que el cuerpo ya se lo merece.

Y así, como un monje de los de antaño, de esos que no tienen pretensiones, cuyos actos muchas veces sólo son de constricción, me veo castigándome, pensando que todo lo que sufra ahora será la oportunidad que tendré en Castellón de disfrutar aunque sólo sea un poquito. Ya hace mucho tiempo que no pienso en las 3 horas, tan sólo pienso en sufrir todo lo que pueda en este tiempo que me queda hasta febrero y esperar que en esta maratón que tanto temo pueda quedar satisfecho por el hecho de haberla completado dignamente: poder terminarla con una amplia sonrisa sería todo un triunfo.

Y Mercedes volvió a salir, en lo que fue su tercera sesión seguida. No le pregunté que hizo pero a juzgar por su cara estaba satisfecha con su entreno.

 

lunes, 12 de diciembre de 2016

DOMINGO 11: MÁS FUERZA MEJOR RESULTADO. BUENOS 16,5 KMS

El domingo amanecí bien de mi breve resfriado y la motivación me acompañaba para salir a correr. El único impedimento, no muy grande por otra parte, era la densa y fría niebla que había bajado a acompañarnos. Salí suelto y pronto comencé a aumentar el ritmo, pese a que esto no estuviera previsto, subí por el Camino del Ángel hasta la falda del cerro y cogí la vía de servicio de la autovía notando que ya no iba tan redondo, sin embargo en la bajada me recuperé bastante, algo que duró poco porque en el camino que cruza hacia el Camino de Membrilla me sentí de repente mal, abatido, algo extraño; tanto es así que bajé el pistón y me puse a rodar más suave, y a los pocos minutos ya me hallaba bien mejor, así que cogí ritmo crucero y decidí no soltarlo, menos mal que lo logré. El camino hacia la vega lo hice fuerte, con buenas sensaciones, sintiendo que las piernas respondían y el regreso por el camino del Peral fue más de lo mismos, me encontraba bien, sobre todo suelto, así que pude hacer lo que había hecho el día anterior, unos últimos 5 kilómetros a ritmo fuerte y llegar a casa de nuevo con buen sabor de boca. No medí ritmos, pero se puede decir que los 16,5 kilómetros realizados supusieron un entreno más intenso de lo que había planificado, y lo mejor de todo es que suponían un montón de días sin dejar de correr notando una considerable mejora muscular: desde el viernes 2 que fue el último día de descanso no había dejado de entrenar y metiendo una buena cantidad de sesiones intensas.

Ya en casa tocó hacer lo que tan bien vengo llevando a cabo en estas últimas semanas: estirar con tranquilidad, hacer abdominales y otros ejercicios de cintura.

Merche se aplicó a fondo realizando 18 kilómetros a buen ritmo, demasiado fuerte diría yo, marcando nuevamente un montón de kilómetros claramente por debajo de 5´50´´ y sin apenas molestias, salvo un poco su rodilla.

Buen fin de semana por tanto


SÁBADO 10: MÁS KILÓMETROS CON RITMO Y PIERNAS QUE PIDEN CLEMENCIA

Si el sábado anterior había hecho 18 kilómetros de los cuales 15 habían sido medidos a ritmo en progresión con media de 4´49´´, este sábado había que tratar de hacer algo similar pero en un entreno más extensivo. Esa era la intención y luego salió lo que tuvo que salir...

Elegí el circuito de "la Shell", es decir, vía de servicio A4 sentido Madrid hasta que en el 8,5 paso por la gasolinera de la marca referida y tomo el camino Carretas, y sigo y sigo hasta llegar a la Carretera de La Solana, bajo al Peral y a casa... casi 21 kilómetros, más que medidos. Comienzo en modus calentamiento, ni pongo en marcha el Garmin, me doy el suficiente tiempo como para calentar los músculos lo suficiente y justo en la falda del Cerro del Ángel comienza "la movida"; a todo esto se me pasaba contar que desde el viernes venía arrastrando un considerable resfriado, nada más grave que eso, y que me había levantado bastante regular, así que ya en el calentamiento me hallaba sin fuerzas ni ganas, pero lo dicho..., tras dejar atrás la falda del Ángel le doy al botón del Garmin y comienzo a correr a ritmos medidos (¡qué remedio!); al principio no hay que exigirse mucho porque la idea es una media de 5´15´´ en los 5 primeros, bajarla a 5´tras llevar 10 kilómetros, a 4´55´´ tras 15 kilómetros y dejarla al final en 4´50´´, no parece muy difícil a priori, pero eso es si lo vemos desde el papel, otra cosa bien distinta es la realidad.

El primer kilómetro sale en 5´10´´, y reservando bastante en la cuesta abajo, el segundo ya va por debajo de 5´ y así será de ahí en adelante. No voy cómodo, no voy nada cómodo, y no es por las piernas, que creo que es lo único que van esa mañana de sábado. Se me va haciendo largo mi avanzar pero voy bajando la media, y voy corriendo por encima de lo previsto, como suele ocurrirme. Paso por la gasolinera cuando llevo unos 6 kilómetros y llevo un media de 4´59´´ cuando debería ir todavía por 5´15´´, ¡cosas del directo!, pero no estoy para celebrarlo, sino más bien para sufrirlo. En el camino, al principio de tierra, la cosa cambia a mejor, me siento más cómodo, quizá por la orientación del viento que ya no me da en la cara. Comienzo a marcar kilómetros por debajo de 4´45´´ y la media empieza a bajar, sale uno a 4´38´´, otro a 4´36´´ y me doy cuenta que me estoy pasando; las piernas van bien, perfectamente pero yo no estoy para mucha tralla y cuando hago justo los 10 kilómetros desde que puse el aparatito a funcionar (con 12,5 kilómetros recorridos) decido suspender la sesión tal y como está planificada, dando por bueno el esfuerzo; así que apago el Garmin y me pongo a correr suave, no me apetece otra cosa. No es hasta que alcanzo la Carretera de La Solana, a unos 6,5 kilómetros de casa cuando comienzo a sentir de nuevo ganas de meter más ritmo, cosa que hago, y eso sin acabar de ir cómodo. La subida al Camino del Peral, pese a no tener más de 80 metros se me hace dura y me cuesta recuperarme (sin duda el resfriado está hablando por mi), pero cuando la pendiente se pone a mi favor aprovecho y cojo buen ritmo, seguro que por debajo de 4´40´´ y tiro un poco de pundonor para mantenerlo hasta casa, objetivo que consigo sin ser un esfuerzo titánico. Puedo decir que con estos casi 6 kilómetros a ritmo he salvado un poco el entreno, porque añadidos a esos 10 kilómetros durillos me han permitido introducir el elemento de intensidad sostenida que pretendía.

Casi una media maratón irregular que me deja buen sabor al final, sobre todo porque de nuevo he corrido sin molestias y eso ya es un premio para mi cuerpo viejuno.

Por su parte Mercedes, contemporáneamente a un servidor había hecho unos 13 kilómetros, en esta ocasión con las Mizuno Sayonara, y todo por probar otro calzado para ver si mejoraba de sus molestias; salió reforzada de la experiencia porque logró correr sin tantos impedimentos y a buen ritmo, marcando bastantes kilómetros por debajo de 5´35´´.
 



viernes, 9 de diciembre de 2016

VIERNES 9: OTRO INTERVAL CANSINO 1´FUERTE 1´30´´ SUAVE

Fiel a la máxima que dice: si algo funciona ¿por qué cambiarlo?, me ha dado por repetir el mismo entreno en esos días de intensidad que busco. Así que aprovechando que estoy de puente, me he puesto las ya gastadas Mizuno Wave Precision y ¡ale! a correr. Esta vez he hecho el circuito de los Cerros de la Aguzadera, y desde el principio me he notado suelto, sin molestias, así que no he esperado más de 6 o 7 minutos de calentamiento para comenzar con los cambios de ritmo. En esta ocasión he decidido no forzar, si bien no he querido descuidar la intensidad. En la parte de la cuesta por la vía de servicio ha sido duro, pero pronto me he recuperado y lo mejor ha venido en la bajada. En lugar de ir hacia casa, he seguido por la vía hacia el Parque Cervantes y pasada la gasolinera he dado por bueno el entreno de cambios, cuando llevaba unos 30 minutos realizándolos. Desde ese momento, ha tocado ir a ritmo constante, suavito, pero tampoco tanto como para ser un descalentamiento. Llegado a nuestro pulmón verde he entrado y he dado dos vueltas que me han sentado muy bien, y desde ahí a casa. Unos 12 kilómeros que me han permitido cerrar una fabulosa semana: casi 41 kilómetros muy buenos hechos el fin de semana, más los del buen interval del lunes, 10,20 kilómetros, los 10,60 del día de las cuestas, los 10,65 del segundo interval de la semana, 13,75 que corrí con Merche ayer y los de hoy, suman 97,60 kilómetros.



JUEVES 8: UN FESTIVO CORRIENDO JUNTOS

Tocaba salir a correr juntos, en un día soleado, algo ventoso, pero era para celebrar que podíamos correr a la luz del Sol, y eso hicimos...

Quería continuar con la buena semana realizando un entreno regenerativo con mi mujer y acumular un buen puñado de kilómetros, muchos de ellos bien empleados, así que cogimos dirección a San Carlos del Valle corriendo por la carretera que nos lleva a esta bonita localidad. Luchando con el vientecillo fuimos avanzando no a un gran ritmo, aunque todo hay que decirlo, no llevábamos prisa. Al llegar al camino que sale a la derecha y que lleva a la Finca La Gatera giramos y subimos por la pronunciada cuesta. Merche metió una marcha más y apretó los dientes subiendo bastante bien.  Luego bajamos por la pendiente pronunciada que te deja en el Arroyo del Peral, que no lleva una gota de agua y subimos por el camino de la izquierda hasta el Albergue El Cañaveral y de ahí en seguida en el Paraje de las Aguas. El ritmo había crecido y la cuesta que nos sube al camino de regreso la hicimos con brío. La vuelta fue bastante más rápida, con pendiente favorable, pero Mercedes llevaba un montón de molestias, y es que no acaba de disfrutar corriendo desde el Trail de Doñana. Llegamos a casa tras 1 hora y 23 minutos de sesión, algo menos de 14 kilómetros, que no está nada mal. Con esto mi mujer ha conseguido realizar una buena semana en cuanto a kilómetros pero bastante accidentada en cuanto a molestias: 59 kilómetros si sumamos tres hechos en elíptica. 

En cuanto a mi, acumulando ya 88 kilómetros todavía quiero más y tengo previsto salir a correr hoy, que para mi es puente. No sé que saldrá, pero igual una tirada larga que me ayude a cerrar una semana de esas que ya no recordaba.


miércoles, 7 de diciembre de 2016

MIÉRCOLES 7: SIGO CON LA FÓRMULA 1´ FUERTE. OTRO BUEN ENTRENO

Hace un rato que me he duchado tras unos buenos minutos de ejercicois de estiramientos y abdominales. Siento que las piernas me bullen y eso es buena señal, eso es adaptación. Y es que acabo de realizar otro buen entreno con cero molestias, y un alto porcentaje de soltura en mi correr lo que me ha permitido disfrutar de sensaciones que ya estaban un poco olvidadas en los rincones más escondidos de mi memoria. Regreso a la fórmula de ese interval machacón consistente en 1´fuerte y 1´30´´ suaves, así toda la sesión, si quitamos unos minutos iniciales de calentamiento. En esta ocasión me he encontrado tan bien desde el principio ya que desde el minuto 3 he comenzado con los cambios. Las molestias en la pierna derecha han remitido mucho en estos últimos días y eso ayuda a que pueda meter un poco de caña, de hecho desde los primeros cambios me he sentido muy cómodo y cuando esto ocurre, los intervalos suaves no lo son tanto, lo que me invita a lograr un ritmo medio bastante decente. He subido por el camino que yo llamo de la vega y he girado por el camino que pasa por el Aeródromo, en su parte de atrás, pero antes de llegar a dicho recinto he tomado el camino de la izquierda para cruzar la Carretera de La Solana y regresar por el Camino del Peral. ¡Ojalá y siempre fuera esto así!, todo sería mucho más fácil, en un santiamén he visto que se me terminaba el circuito y en 51´ había liquidado los 10650 metros del trazado.

Si ando concentrado, hago las cosas bien y no pasa nada raro podré llegar a fin de año con un estado de forma suficientemente decente como para acometer enero con fuerza y llegar a Castellón con los deberes hechos.


MARTES 6: LAS MALLAS ME PESAN

Eso de estar en la senda suena bien, ahora hay que llevarlo a cabo. El martes por la noche (¡qué pronto se nos hace de noche en esta época del año!) tocó lo de casi todos los días, cambiarme y disponerme para otro entreno. Sin molestias, una buena temperatura, sin excusas, y sin embargo no me encontraba con muchas ganas. En cualquier caso no me lo pensé mucho y me dirigí dando un pequeño rodeo al Cerro del Ángel; las buenas sensaciones del día anterior se vieron compensadas en esta ocasión con un correr más pesado, quizá porque mi cuerpo me pedía contención, no en vano estoy apretándole las clavijas. Eso hice, no forzar, y noté como me pesaban hasta las mallas. La subida campo a través al mencionado cerro es dura de por sí, pero como no estaba muy espabilado se hizo un poco más desagradable de la cuenta. Llegué arriba cargado y tocó bajar y soltar, pronto mejoró todo y en un pis pas estaba de nuevo subiendo, esta vez por el carreterín. Esta subida tendida fue mejor, la piernas ya habían entrado en el juego, y la subsiguiente bajada superó todo lo anterior, más suelto, más fuerte. Llegué a la falda y en la bajadita tendida hacia la Avenida de las Tinajas me puse manos a la obra con el ritmo, y sin tirar cohetes, al menos resultó unos buenos minutos, tanto que alargué el entreno yendo hacia el Parque Cervantes y de ahí a casa sin descuidar ya la cadencia. 

Sé que no se me quedará grabado este entreno pero se trataba de un día de transición, de una pequeña parte de un todo que me debería llevar donde quiero llegar. 10,60 kilómetros que añadir a la semana.




martes, 6 de diciembre de 2016

LUNES 5: ESA ES LA SENDA QUE NO TENGO QUE ABANDONAR

El lunes me asomaba a la ventana y veía como caían unas gotas. Por un momento dudé, y no quise..., no debía pensar si quería ser disciplinado, ¡no podía torcer lo que había conseguido el fin de semana!. Así que me cambié de ropa como un autómata con un oscuro veto a pensar. Cuando salí a la calle noté las gotas frescas sobre mis brazos pero no era desagadable, más lo era el vientecillo, pero sin obstáculos no hay carrera de obstáculos...

Sin embargo se me fue instalando el buen semblante; me sentía suelto, me encontraba bien y eso no ocurre muchos días, así que comencé a verlo como siempre me gusta ver una sesión: como algo que sin ser agradable sí que se puede disfrutar. Por el Camino del Peral comencé con el interval "Don R que R" que así lo voy a bautizar: 1 minuto fuerte con 1 minuto y medio más suave, y el único inconveniente era tener que luchar un poco contra el viento, por lo demás iba contento, con buenos cambios y molestias 0. En el kilómetro 3 y poco cogí el camino que sale en oblicuo a la derecha y las regularidades del terreno hicieron que tuviera que hacer un esfuerzo extra, sobre todo durante los cambios, pero no fue muy duro. Pero lo mejor vendría a la vuelta, con pendiente a favor y sin viento, por el camino de tierra bien prensada. Hacía mucho tiempo que no me encontraba tan bien y los cambios ganaron en calidad, hasta tal punto que los intervalos de recuperación los fui haciendo más rápidos, y los fuertes también con mayor cadencia y aún así no sentí carga ni molestias. Alargué un poco el entreno al entrar al pueblo, ya que no me fui directo a casa sino que cogí la Calle Magdalena hasta la Calle Unión y desde allí hasta casa. 10,20 kilómetros estupendos, llenos de muchas cosas buenas, ¡y ahora a no dejar esta senda!

domingo, 4 de diciembre de 2016

DOMINGO 4: 24 KILÓMETROS QUE NO ME ESPERABA

El entreno del día anterior me había dejado satisfecho y cargado a partes iguales, y para este domingo tan sólo tenía en mente llevar a cabo una sesión regenerativa, pero me levanté bastante bien, suelto, y una vez que me calcé las zapas y me puse a correr me dí cuenta que me apetecía realizar una sesíón larga, pero sin apretar en demasía. Me fui a hacer el circuito del Camino de Hortaleza que va hacia Sierra Prieta. Suave, pero a ritmo constante, no sé, calculo que a 5´10´´no más rápido. El regreso por el Camino del Moral de Calatrava a La Solana se hizo más plácido, aprovechando lo llanita que esta la vía y la ligera pendiente a favor, pero aún así no aumenté mucho el ritmo. Llegado al cruce de caminos que me podría regresar a casa haciendo un recorrido más corto decidí seguir hacia el Hotel El Hidalgo, atravesé la Carretera de Daimiel en el kilómetro 12 y me dirigí a cruzar la vía del ferrocarril y la autovía. Iba bien, así que cuando llegué a la vía de servicio de la A4 decidí continuar hacia el Este, en lugar de volver a casa, dos kilómetros después me topé con el Camino de Membrilla y entonces sí que tomé este para no alargar más la sesión. El regreso no se hizo malo, a pesar de la carga que ya llevaba, del viento en contra y la pendiente puñetera que hay en este tramo, así que los últimos 7 kilómetros no fueron sufridos, aunque sí añadieron carga a mis músculos. Por último, en el tramo asfaltado y bajando apreté y me puse a buen ritmo, por debajo de 4´30´´ calculo y en esta guisa terminé la sesión, este inusitado entreno que me ha permitido acumular la distancia de la maratón en dos días. ¡Así sí!

Por su parte Merche salíó por su cuenta, como lo había hecho el día anterior. El sábado había hecho 16 kilómetros a 6´00´´ de ritmo medio, contenta a medias, porque la rodilla le había vuelto a molestar, en cambio en esta sesión dominical la cosa no fue muy bien para ella: molestias de nuevo en la rodilla, en el periósteo, a las que se le suma un fuerte dolor de estómago con ganas de vomitar y dolor en el empeine; todo un auténtico y extenso cuadro clínico en lo que fue un entreno del sufrimiento. Pero sumó 13 kilómetros, que sumados a los ya nombrados 16, hacen, 29 en dos días, casi los mismos que los corridos en toda la semana anterior. A ver si coge la onda.


SÁBADO 3: ¡AUPA JAVIER!, ¡A COGER RITMO!

Sábado, otra mañana más de las muchas que ya llevo de esas en las que sabes que tras el desayuno toca dar el do de pecho. Sábado, un día especial en todas mis semanas, generalmente el día en el que comienza el nuevo ciclo de 7 días y también el día de la tirada larga, sobre todo si lo que nos traemos entre manos es un reto en forma de ultra o, como es el caso, una maratón.

Pues bien, fiel a la idea de seguir apretando la tuerca y no descuidar la intensidad, pero poco a poco ir aumentando kilómetros en las sesiones sabatinas. Y eso hice ayer, salvar la barrera psicológica y pelearme contra la inacción. Fijé un circuito similar al de las dos semanas anteriores: inicio hacia la zona de la Salida del Peral, acabo cogiendo el camino Carril del Yeso, luego transito hacia el Camino de Membrilla, lo atravieso y voy hacia el Oeste, hacia la vía de servicio de la A4, vuelta a casa por la misma, pero al final desvío hacia el Parque Cervantes. El plan está meridianamente claro: 5 primeros kilómetros a una media de 5´15´´, segundo quinteto de kilómetros más rápido hasta bajar la media a 5´justos y terminar haciendo otros 5 kilómetros a ritmo en torno 4´50´´ para dejar la media total en aproximadamente 4´57´´. El plan se derrumba pronto: me siento bien y pese a que el primer kilómetro me sale en unos nada rápidos 5´33´´, pronto desempolvo el ritmo que estaba escondido y el segundo ya va en 5´pelados, ¡demasiado rápido Javi!, sin embargo no me cuesta avanzar por lo que me dejo llevar y el tercer kilómetro ya va en 4´42´´, así que decido no apretar más, mantener la cadencia e ir viendo como baja la media. En el kilómetro quinto ya está por debajo de 5´, osea incumpliendo, y me veo haciendo kilómetros demasiado rápidos para mis pretensiones, en 4´32´´ a pesar de ir por caminos embarrados. Mentiría si dijese que eso no lo notan mis piernas, pero no voy incómodo. En la vía de servicio mantengo el ritmo, e inluso en la cuesta grande hago 4´49´´, por lo que sé que en la bajada no voy a sufrir y el ritmo mejorará. En la bajada hacia la Avenida de las Tinajas me vuelve a salir un 4´31´´ y noto que las piernas se cargan un poco, y es que no estoy como para tirar muchos cohetes; sin embargo hacia el parque no me cuesta avanzar, no sufro, marco otro 4´42´´ y llego al Parque Cervantes con casi 15 kilómetros en mis piernas y un ritmo medio de 4´49´´, creo que bastante decente. Decido parar a estirar, y dar por terminada la parte intensa de esta sesión. También me pongo a descalentar: doy dos muy suaves vueltas al recinto y para casa.

18 kilómetros que me dejan contento, porque ha supuesto sacrificio, mejora y apenas he notado molestias en la zona que me está haciendo últimamente la puñeta.


viernes, 2 de diciembre de 2016

JUEVES 1: COMIENZA DICIEMBRE, UN MES CRUCIAL EN NUESTRO PLAN

Comienza diciembre, un mes especial donde los haya, y en este año también lo será por suponer un hito importante en el plan que nos debe llevar en buena disposición a la Maratón de Castellón del 19 de febrero. Merche está regular de su rodilla, no termina de arrancar y el mes de la Navidad determinará cómo llega a la cita. Mis problemas, en cambio, son otros, también ando tocado pero sobre todo tengo mucha incertidumbre sobre mi estado de forma y mi capacidad para realizar una maratón a un ritmo, no ya cercano a las 3 horas, sino de 3 horas 15 minutos.

Con esto en nuestra cabezas salimos mi mujer y yo a correr en el Parque Cervantes. Tras haber comenzado en progresión con los entrenos, como salida lógica de su lesión, el objetivo para ella era el sábado pasado alcanzar los 40 kilómetros, pero no lo hemos logrado y para colmo la he terminado con malas sensaciones; ¿qué por qué? porque desde las primeras zancadas comenzó a sentir molestias y las molestias fueron a más de forma que le impidieron realizar los cambios de ritmo que llevaba planificado. Sólo a partir de la tercera vuelta pudimos ir rodando de forma más constante. La vuelta a casa la hizo con dolor pero al menos pudo completar el entreno. Nueve kilómetros y medio que le dejan muchas incertidumbres.

Por mi parte con este entreno había terminado mi semana, con progresión kilómetrica: 78 kilómetros y 6 entrenos de los cuales cuatro habían tenido intensidad (dos con cambios de ritmo y las dos tiradas medias del sábado y del domingo).

Merche, como refería, se ha quedado un poco desanimada, pero ha hecho algo más de 30 kilómetros, que es bastante más que nada si tenemos en cuenta que viene de estar totalmente parada.

A ver si en esta primera semana de diciembre podemos lograr hacer 45 y 85 respectivamente y sobre todo metiendo sesiones de calidad.


MIÉRCOLES 30: OTRO INTERVAL DE ESOS DE 1´ FUERTE

Anteayer tocó repetir el entreno del lunes, a ver si llevando a cabo la misma fórmula encuentro alguna mejora. En esta ocasión me fui al Peral desde la Carretera de San Carlos del Valle. Buenas sensaciones empañadas un poco por las molestias que vengo arrastrando en la articulación derecha que me llevan a no forzar más de la cuenta. Me siento muy cómodo con esos cambios de ritmo medios consistentes en 1´fuerte y 1´30´´ suave. Logré hacer 12,70 kilómetros aunque comencé con los cambios en el 2,4, estando 49 minutos realizando este interval. A última hora las sensaciones mejoraron y quedé satisfecho.


MI ROGATIVA OLVIDADA: DEDICADA A MIGUEL DE CORRECORRIENDO

Aquí me hallo, en este capítulo de mi vida que titulo "en busca de la renovación"; quise llamarle  "en busca de la esperanza" pero he preferido usar la palabra que viene de término del latín "renovatio", que significa: volver algo a su primer estado, dejarlo como nuevo, reestablecer algo que se había interrumpido, sustituir una cosa vieja por otra nueva de la misma clase, reemplazar algo (curioso, cualquiera de sus acepciones me viene bien). Lo de estar esperanzado es un estado de ánimo ya trillado de tanto experimentarlo, así que cambiemos el nombre a ver si así hallo esos nuevos vientos que me traigan cambios drásticos, y de esta forma poder dejar de remar a contracorriente, ¡qué bonito sería!

Hace sólo unos minutos que he leído una entrada emotiva en el blog de un runner amigo, y sé que no tengo derecho a emitir queja alguna tras lo enterarme de lo que le ha ocurrido, ¡tanto mirarme el ombligo!; pero además esa lectura me ha hecho recordar algo que me sucedió hace 6 meses y que había olvidado por completo, es la historia real de un pensamiento, el que pasó por mi cabeza una noche en la cama antes de que me llegase el sueño: mi pubalgia me tenía tan desesperado, que a una persona no creyente como yo se le ocurrió la idea de rogar al "creador", pese a dudar de su existencia, que curase mi cintura de tan latosa lesión. Fue una situación breve y tonta y ya la había borrado de mi disco duro, eso si alguna vez la recordé, pero ahora que veo lo que le ocurre a Miguel, mi amigo cacereño, me doy cuenta sorprendido de que fue a primeros de junio cuando la pubalgia se marchó, se fue casi de repente justo en el tiempo en el que yo andaba pidiéndole cura al divino, y eso que hacía casi un año que venía acompañándome sin descanso por más que buscaba solución al problema. ¿Quizá se debió al cambio de zapatillas?, o quizá aquel a quién rogué, aquel quién creo que no está a mi lado, sí que lo está, sí que me oye y sí que me da. No soy capaz de recordar si a cambio le juré devoción, y si así fue me va a costar dedicarme a él; en cualquier caso estoy muy agradecido, lo estoy de forma natural, nada impostado....a veces voy corriendo con tal molestia en la rodilla, o con mis consabidos problemas digestivos o voy avanzando a regañadientes sin sentir el "flow" y entonces pienso que no me puedo quejar, la cintura me acompaña sin decir ni mú, ajena a cuanto sufrió conmigo. 

...Y aún agradecido quiero más, quiero seguir persiguiendo aquello que no tengo, esa quimera que es mi "renovatio", buscando la felicidad absoluta mientras corro, aunque sólo me dure unos días, aunque luego vuelva lo gris.


En cuanto a la entrada del amigo que os comentaba: https://correcorriendo-mij-mij.blogspot.com.es/2016/12/la-entrada-que-nunca-hubiera-querido.html?showComment=1480687636026#c8690541824372591425 puedo comprobar sin consuelo alguno que los malos tiempos, las malas rachas, se ceban con la buena gente, como ha sido el caso. ¡Ánimo, Miguel!. Pocos como tú expresan tan bien la dulce guerra que es esto del running.

jueves, 1 de diciembre de 2016

MARTES 29: CORRIENDO CON MERCEDES EN SU REGRESO

El más que buen entreno de Mercedes del sábado anterior (11 kilómetros a una media de 5´31´´) había dejado el listón demasiado alto, no sólo por el ritmo conseguido sino sobre todo por la ausencia casi total de molestias en su rodilla. En esta guisa salimos mi mujer y yo para realizar el circuito de los Cerros de la Aguzadera extendiéndolo en su parte final por el Parque Cervantes. Cogimos buen ritmo y las sus sensaciones no eran malas. A pesar de la irregularidad del camino se condujo bien por el mismo y el regreso por la vía de servicio de la A4 en la parte de la pronunciada cuesta la hizo muy fuerte apretando el ritmo. La bajada y su continuación hasta el Parque Cervantes fue el tramo de mejor cadencia, pero ya llegando al mismo las molestias en la parte alta de su rodilla aconsejaron parar a estirar unos segundos y continuar hasta casa ya en modus "descalentamiento". No obstante, hasta el parque habíamos ido a un ritmo medio de 5´45´´, que no está nada mal.

Salieron 10 kilómetros que suman para ambos; para ella son la antesala a la recuperación del hábito de entrenos, tan necesario para afrontar con buena predisposición la Maratón de Castellón. Para mi era un entreno más regenerativo que otra cosa, pero tan necesario como el realizado el lunes o de ayer.


LUNES 28: INTERVAL EXTENSIVO MEDIANO

El lunes tocó llevar a cabo una sesión de interval más corta de lo que venía haciendo en otras temporadas, en las que me iba claramente a los 2´30´´ incluso 3´en los cambios de ritmo. Tenía planificado correr durante un 1´ exacto en torno al 70% de mi ritmo de competición en 1.000 metros, que estimo en 3´20´´ siendo muy optimista. Eso suponía cambios a 4´10´´. Tras calentar durante unos 10´comencé con el programa de carga, sin mucha motivación la verdad, porque de noche y con el fresquito ya se sabe, cuesta entrar en faena. Aún así no comenzó mal, aunque podría haber ido mejor sin hubiera sido por las molestias que no me abandonan en la pierna derecha (zona interior de la parte baja de la rodilla y también músculo poplíteo). No hice mala subida por el Carril del Yeso e incluso fue mejor el asunto cuando comencé mi regreso por la zona de la escombrera que lleva a la Carretera de La Solana. Así que conseguí sentirme bien bajando por el Camino de Membrilla con los constantes cambios a razón de 1´ fuertes y  1´30´´ suaves. Desvié al llegar a la zona del carril bici por donde sale el camino hacia la parte de atrás del cementerio, y rodeando el muro del mismo sentí lo que suelo sentir cuando hago este recorrido de noche: que al girar por una de las esquinas me voy a encontrar con un espíritu que va absorber mi vitalidad. Nada de eso ocurrió, afortunadamente. La bajada por el carreterín fue buena y también lo fue por el paseo que regresa al pueblo, así que conseguí realizar 12 kilómetros, de los cuales unos 10 con cambios que me sentaron bien, tanto que he decidido repetir la fórmula para ver los avances.