RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 19 de agosto de 2019

EL LARGO CAMINO HACIA NOSOTROS MISMOS

CAMINO PRIMITIVO: OVIEDO-SANTIAGO 315 KILÓMETROS CORRIENDO EN 6 DÍAS...
Creo que vale más unas imágenes que mis palabras. Lloramos como niños al llegar


LA CRÓNICA DE LA CXM MANCHA REAL: UNA LARGA SONRISA


Miro el despertador de nuevo, media hora desde la última vez..., en mi cabeza hay demasiado peso como para dejarme dormir...

La misión

"Una misión ajena a mí, doble felicidad lo de intentar hacerte feliz"

Tras una mala noche no hay necesidad de madrugar, no tenemos un largo viaje por delante, así que ya entrada la mañana Mercedes va acompañada en el coche por la señora ilusión quien le entretiene con sus cávalas y en cuanto a mi, la del google map me lleva sin pérdida hasta la  piscina municipal de Mancha Real. 


Cuando llegamos nos vemos sorprendidos y rodeados por un montón de gente de nuestra misma subespecie, unos andan ajetreados en la recogida de su dorsal, otros entretenidos en sus íntimas conversaciones. Mientras hacemos cola Merche escudriña a sus rivales, en una especie de juego de la naturaleza que resulta inevitable. Ahí veo aparecer a Victor, Quique y Paqui, de nuestro Club de Montaña Linares....

 ...El ritual de preparar los complementos, algo bien aprendido a estas alturas, y sin más nos vamos corriendo hacia la plaza. Ya en marcha me dice una voz interna "te pesan las piernas, la lesión refunfuña y el calor apunta directo sobre tu cabeza", pero nada de eso que oigo me preocupa, de hecho nada es un obstáculo esa tarde.

Al llegar nos marcamos un selfie con Aurelio y Paco, nos agolpamos en el corralito y me preparo para la misión de esa noche: sacar a Mercedes la más amplia y duradera sonrisa  que jamás le haya visto.


Mi querido planeta

"El mundo comienza a agonizar mientras nosotros compartimos fotos en instagram"

Ya nos vemos dando zancada tras zancada y lo de callejear por el pueblo no me entusiasma. Oímos como nos saludan a nuestra izquierda, son Víctor y Paqui en tándem que corren la corta..., van a ritmo más vivo, se alejan.

Las afueras de Mancha Real huelen a olivo pero el asma no está llegando, no es bienvenido, así que escucho la respiración forzada pero limpia de mi mujer y a su vez yo respiro tranquilo, válgame el juego de palabras. La generosa cuesta entre esos árboles andaluces es dura y toca echar las manos en los cuadriceps, pero el bosque de pinos que nos recibe después agrada la vista y achica la fatiga.

Seguimos ganando metros hacia el cielo ahora por una pista y nos encontramos en un limbo en el que no se sabe si toca correr lento o andar rápido. Merche quiere lo segundo pero yo quiero sacarle una amplia sonrisa esa noche, así que no le dejo.

La Ermita del Rosario se ve acompañada del primer avituallamiento, pero rechazamos la parada y nos adentramos en una estrecha senda que es justo lo que estábamos necesitando.

Un breve pensamiento en un instante, una inquietud recurrente que me asalta últimamente de improviso: ¿cuánto nos queda por disfrutar de estos bosques?; nuestro hogar se va al traste y nosotros nos iremos con él. Me imagino arroyos abundantes, helechos, musgo y hierba muy verde, un olor que inunda todo..., y luego me imagino la nada...

Carpe diem

"Una vida no es un par de miles de millones de segundos, una vida son 100 instantes imborrables" 

Lo que viene después es un placer con apellido de montaña, fuertes subidas entre sendas que discurren por bosques de pinos. No nos importuna echar casi 13 minutos en recorrer ese kilómetro, porque ha merecido la pena vivirlo. Toca la versión más fuerte de Mercedes, me va a poner fácil obtener su sonrisa y ya voy viendo como su cara es un viejo CD en el que el lector muestra una canción feliz.

La bajada coincide con las primeras sombras así que inauguramos las luces de nuestros frontales; atentos vamos esquivando a saltos las piedras y eso nos gusta. En la noche aparece un chaval espigado, un saludo, un encuentro breve y tras esto reduce la marcha para esperar a su mujer...

Y llega la noche cerrada, con ella aumenta la dificultad pero Merche se mueve con agilidad. Un rato después somos alcanzados nuevamente por José Luis, el "chico espigado",  pero ahora marcha junto a Inma, su mujer. En esta ocasión da para charlar un rato más largo y nos cuenta que son de la organización de la carrera. En el cruce está el segundo avituallamiento y nosotros lo obviamos, pero ellos se quedan a reponer brevemente fuerzas. 

Y es así como comenzamos la oscura subida por ese barranco  por sendas repletas de vegetación que asientan nuestra gula de sierra. Miro hacia atrás para situar a mi mujer y veo allá a lo lejos el final del valle, el cielo se empapa de tonos anaranjados oscuros propios del anochecer y allí a la izquierda se sitúa una gran luna llena en el justo lugar donde reinvindicar una estampa perfecta. Es uno de esos 100 instantes que conforman una buena vida.

Una sonrisa amplia y perfecta

"Sólo necesito tu sonrisa para sentir que estamos los dos en el buen camino"

Merche quiere andar y yo quiero verla sonreir, por lo que avanzamos más rápido de lo que a ella le gustaría. Conseguimos alcanzar a dos corredores mientras cruzamos el Barranco de los Moraguillos y seguimos subiendo por una senda fácil que no deseamos que termine.

A punto de llegar a un collado, en la zona de la Peña del Águila, alcanzamos a Catalina, una corredora máster y en el tobogán natural de lo alto veo por mi retrovisor que la luz del frontal de aquella chica se va haciendo cada vez menos brillante, más lejana. .

En la larga bajada Mercedes se mueve rápido mientras somos perseguidos por un par de luces que intuyo que pertenecen a Inma y José Luis, hasta que en un bosque tan bonito como  endemoniadamente inclinado nos dan caza nuestra pareja de nuevos amigos. 

En el cruce está el último avituallamiento y allí nos cantan que Merche va tercera, pero el piloto que indica su nivel de gasolina ya anda encendido e Inma parece inalcanzable a pesar de ir a unos pocos metros por delante. Conseguimos adelantar a otros dos corredores justo cuando las luces de Mancha Real aparecen abajo a nuestra derecha.

Así que salimos del collado descendiendo hasta un cruce que nos deja en una ancha pista, pero para nuestra sorpresa no vamos hacia el pueblo, nos alejamos y es en franca subida. Las piernas se sienten engañadas y gritan, pero a no más de 100 metros vemos los frontales de Inma y José Luis; mis sanas arengas no sirven para conseguir cambiar el ritmo en tramo tan duro para las piernas de mi mujer.

Enfilamos hacia Mancha Real atravesando entre olivos una trepidante bajada. Cuando tomamos la calle asfaltada del pueblo que nos enfoca hacia meta, siento la emoción brotar  en el vello de mis antebrazos; atravesamos el arco de meta en unas estupendas 3 horas y 6 minutos y cuando la miro comprendo que he logrado mi misión: es una bonita, larga y dulce sonrisa la que tiene.

Los buenos ratos 

"Hazme pasar un buen rato y me ganarás el corazón"

Allí nos esperan Paqui y Víctor que nos dan la enhorabuena. Paqui va a subir a podium y tras preguntar descubrimos que mi mujer también, y lo harán ambas como ¡terceras de la general!.

Charlamos con Inma y José Luis, que llevan un cartel en la frente que dice "somos ante todo buena gente". También hablamos con Lola y con Jesús, amigos del circuito. Él está con el pie metido en el agua de la piscina, se ha lastimado un tobillo pero en esta subespecie a la que pertenecemos eso no es suficiente motivo para abandonar la aventurilla, y si hay que dejar de moverse que sea tras cruzar la meta.

La recogida de trofeos es emocionante, como siempre, y es que no me canso de ver a  Mercedes subir, por muchas veces que ocurra...

...Y así nos vemos regresando a Linares con una plácida sensación de estar en perfecto equilibrio. La tarde noche ha tenido de todo: una misión, una inquietud, un instante mágico, una sonrisa perfecta y sobre todo un buen rato con amig@s.

Agradecimiento

A la organización; nos gustó mucho la prueba por el recorrido, por ser nocturna, por la zona de llegada y por los avituallamientos..., también por su cariño.


Unas fotos desordenadas








Un selfie para el recuerdo. Viejos pero guapos























Paqui en su merecido cajón



Y Merche en el suyo


Las dos orgullosas



Aurelio "volando a meta"





Un adelantamiento entre miembros de la misma tribu dentro de la misma subespecie


Una llegada arrolladora


Una llegada tranquila


El superhéroe del club ayudando


Una foto de los miembros de nuestra tribu que allí nos desplazamos
















Y una foto de los protagonistas: José Luis, un servidor, Paqui, Merche e Inma