RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 12 de diciembre de 2016

SÁBADO 10: MÁS KILÓMETROS CON RITMO Y PIERNAS QUE PIDEN CLEMENCIA

Si el sábado anterior había hecho 18 kilómetros de los cuales 15 habían sido medidos a ritmo en progresión con media de 4´49´´, este sábado había que tratar de hacer algo similar pero en un entreno más extensivo. Esa era la intención y luego salió lo que tuvo que salir...

Elegí el circuito de "la Shell", es decir, vía de servicio A4 sentido Madrid hasta que en el 8,5 paso por la gasolinera de la marca referida y tomo el camino Carretas, y sigo y sigo hasta llegar a la Carretera de La Solana, bajo al Peral y a casa... casi 21 kilómetros, más que medidos. Comienzo en modus calentamiento, ni pongo en marcha el Garmin, me doy el suficiente tiempo como para calentar los músculos lo suficiente y justo en la falda del Cerro del Ángel comienza "la movida"; a todo esto se me pasaba contar que desde el viernes venía arrastrando un considerable resfriado, nada más grave que eso, y que me había levantado bastante regular, así que ya en el calentamiento me hallaba sin fuerzas ni ganas, pero lo dicho..., tras dejar atrás la falda del Ángel le doy al botón del Garmin y comienzo a correr a ritmos medidos (¡qué remedio!); al principio no hay que exigirse mucho porque la idea es una media de 5´15´´ en los 5 primeros, bajarla a 5´tras llevar 10 kilómetros, a 4´55´´ tras 15 kilómetros y dejarla al final en 4´50´´, no parece muy difícil a priori, pero eso es si lo vemos desde el papel, otra cosa bien distinta es la realidad.

El primer kilómetro sale en 5´10´´, y reservando bastante en la cuesta abajo, el segundo ya va por debajo de 5´ y así será de ahí en adelante. No voy cómodo, no voy nada cómodo, y no es por las piernas, que creo que es lo único que van esa mañana de sábado. Se me va haciendo largo mi avanzar pero voy bajando la media, y voy corriendo por encima de lo previsto, como suele ocurrirme. Paso por la gasolinera cuando llevo unos 6 kilómetros y llevo un media de 4´59´´ cuando debería ir todavía por 5´15´´, ¡cosas del directo!, pero no estoy para celebrarlo, sino más bien para sufrirlo. En el camino, al principio de tierra, la cosa cambia a mejor, me siento más cómodo, quizá por la orientación del viento que ya no me da en la cara. Comienzo a marcar kilómetros por debajo de 4´45´´ y la media empieza a bajar, sale uno a 4´38´´, otro a 4´36´´ y me doy cuenta que me estoy pasando; las piernas van bien, perfectamente pero yo no estoy para mucha tralla y cuando hago justo los 10 kilómetros desde que puse el aparatito a funcionar (con 12,5 kilómetros recorridos) decido suspender la sesión tal y como está planificada, dando por bueno el esfuerzo; así que apago el Garmin y me pongo a correr suave, no me apetece otra cosa. No es hasta que alcanzo la Carretera de La Solana, a unos 6,5 kilómetros de casa cuando comienzo a sentir de nuevo ganas de meter más ritmo, cosa que hago, y eso sin acabar de ir cómodo. La subida al Camino del Peral, pese a no tener más de 80 metros se me hace dura y me cuesta recuperarme (sin duda el resfriado está hablando por mi), pero cuando la pendiente se pone a mi favor aprovecho y cojo buen ritmo, seguro que por debajo de 4´40´´ y tiro un poco de pundonor para mantenerlo hasta casa, objetivo que consigo sin ser un esfuerzo titánico. Puedo decir que con estos casi 6 kilómetros a ritmo he salvado un poco el entreno, porque añadidos a esos 10 kilómetros durillos me han permitido introducir el elemento de intensidad sostenida que pretendía.

Casi una media maratón irregular que me deja buen sabor al final, sobre todo porque de nuevo he corrido sin molestias y eso ya es un premio para mi cuerpo viejuno.

Por su parte Mercedes, contemporáneamente a un servidor había hecho unos 13 kilómetros, en esta ocasión con las Mizuno Sayonara, y todo por probar otro calzado para ver si mejoraba de sus molestias; salió reforzada de la experiencia porque logró correr sin tantos impedimentos y a buen ritmo, marcando bastantes kilómetros por debajo de 5´35´´.
 



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