RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 29 de noviembre de 2013

JUEVES 28: MERCEDES ESTÁ HECHA UNA AUTÉNTICA CRACK

A la hora de comer me llamó mi mujer para decirme que quería salir a correr conmigo a la noche. Mis molestias habían remitido bastante y tenía pensado entrenar a un ritmo algo más exigente pero pensé que tampoco está el horno para bollos y que me podría venir bien volver a realizar un entreno suave para seguir viendo como evolucionan mis isquios. Con un frío tremendo salimos a eso de las 20:15 dirección norte a un ritmo aproximado de 6 minutos el kilómetro, con una brisa bastante desagradable. Cuando llevábamos 5 kilómetros giramos al Oeste y fuimos por un camino más bacheado, pero con el viento a favor. Después regresamos por el Camino de Membrilla para completar algo más de 11 kilómetros. Lo peor la vuelta, con el viento casi en contra, un frío que pelaba y cuesta arriba. Por momentos Mercedes lo pasó mal, pero está hecha una campeona y aguantó bien. Los últimos tres kilómetros fueron mucho mejores, ya en asfalto y cuesta abajo. Mi pierna bastante mejor, aunque con molestias, ya puedo rodar a 5 minutos el kilómetros sin grandes problemas. Veremos las próximas hora qué tal.


MIÉRCOLES 27: EL SOL QUIERE SALIR POR ORIENTE

Parece ser que el Sol quiere quitar protagonismo a la tormenta actual. El miércoles tenía lugar mi test personal para saber si cabía la posibilidad de correr en Málaga. Tras el trabajo y con bastante frío, me puse la indumentaria para la ocasión e hice unos 8.500 metros muy muy suaves. Mi pierna no daba para más, ya que la molestia, por momentos, era considerable. Al menos no era un dolor punzante y se concentraba en la zona de detrás de la rodilla, no subiendo a través del músculo. Lo peor fue por la zona de camino más bacheado, donde tuve que ir con cuidado. Lo mejor, la parte final, ya que tras calentar la molestia remitió bastante.

Al llegar a casa saqué las gomas e hice algunos ejercicios para fortalecer la zona, y bien, no me costó hacerlos. Me levanté la mañana del jueves con bastantes molestias musculares fruto de éstos últimos ejercicios, lo que hizo que se diluyeran las malas sensaciones de la lesión.


.

LUNES 25 Y MARTES 26: CONVALENCIENDO

 

Han sido dos malos días por la incertidumbre que ha surgido en torno a la posibilidad o no de correr en la Maratón de Málaga. Cierto es que el lunes no me dolía apenas la pierna, pero quise dar descanso y no forzar. Hice lo propio el martes, aunque estuve tentado a salir a correr un poco.

Se puede decir que he estado convaleciente, no sólo en lo que a la lesión se refiere, sino también a nivel mental. Esta travesía por el desierto se está alargando más de lo que me hubiera gustado, y no puedo hacer otra cosa que terminarla. Lo malo, en esta vida, hay que pasarlo y quedar a la espera de momentos mejores


lunes, 25 de noviembre de 2013

LA CRÓNICA DE LA MEDIA MARATÓN Y DEL 10.000 DE BENIDORM: ¿A DÓNDE VAMOS DESDE AQUÍ? ¿AL ABISMO?

Nos levantamos a la vez Mercedes y yo, a la vez e igual de cabreados, por no haber podido dormir. Bajamos a desayunar y de ahí fuimos a la zona de salida, el Ayuntamiento de Benidorm. Había buen ambiente a nuestra llegada, pero bastante fresquito. Dejamos la mochila en consigna y nos pusimos a calentar ya que Mercedes corría a las 09:35. En el calentamiento las sensaciones eran muy buenas, y por un momento pensé que iba a ser un buen día de competición por fin. Me despedí de Mercedes en la salida del 10.000 hasta que dieron la salida, y tras esto me quité la parte de arriba del chandal y completé mi calentamiento, más concienzudo que en otras ocasiones. Pronto me dispuse en la salida, junto con el resto de compañeros del Pozo Norte, y por mi cabeza corría una idea optimista: tenía ganas de correr y hoy se iba a dar bien. Sonó el pistoletazo y salí sin reservar mucho pero también sin dejarme la piel. El terreno favorable de los primeros metros, sin tener mucha cuesta abajo, permitieron que marcara un primer kilómetro en 3´47´´, pero no iba subido de pulsaciones. Iba cerca de uno de los hermanos Piña del Pozo Norte, que era una buena referencia, pero como me encontraba bien, eché adelante sin incrementar mucho el ritmo. El segundo kilómetro lo hice en 3´50´´ y enseguida vino terreno de subida; las piernas, sin ir sueltas del todo, no me dejaban malas sensaciones, y las zapatillas me permitían ir rápido sin casi darme cuenta. Aún así, la cuesta era sostenida y desagradable lo que provocó que el tercer y cuarto kilómetros los pasara en 3´58´´ y 4´02´´ respectivamente, el quinto kilómetro lo hice en 3´53´´. Dimos la vuelta en un pivote y el terreno se puso nuevamente cuesta abajo, y me sentí muy cómodo. El sexto lo pasé en 3´50´´ y seguía alcanzando corredores, entre ellos a la primera clasificada que se le veía medio desfondada. Me alcanzó un corredor de zancada amplia y me puse a la par de él, dispuestos a alcanzar el grupo de delante, cuando comencé a sentir una ligera molestia en la zona baja de los isquios de la pierna derecha, pero era un dolorcillo muy somero; sin embargo y sin aviso, casi llegando al kilómetro 7 sentí un latigazo en esa zona que me dejó la pierna agarrotada, teniendo que parar en seco. Cinco segundos más tarde traté de continuar pero el dolor me indicaba que mejor no intentarlo. No era un dolor muy punzante, pero sin lo suficiente molesto para impedirme correr, y pensé en Málaga por lo que decidí retirarme (la primera media maratón de cerca de 25 en la que tengo que abandonar).

Como estaba a casi tres kilómetros del hotel, me fui caminando siguiendo el recorrido, viendo pasar a mis compañeros de club y otros conocidos que me preguntaban que me había pasado. Era difícil de explicarlo: me encontraba muy bien y esta vez sucedía lo impensable. Olga, del Pozo Norte, que estaba también tocada y que iba trotando por uno de los márgenes me invitó a ir trotando con ella, así que eché a correr con un montón de rigidez en la pierna, pero conforme fueron pasando los minutos la cosa fue a menos, lo que me indicaba que no había rotura. Llegué al hotel, situado justo en el curso de la carrera y al rato llegó Mercedes, dispuesta a ducharse para luego ir a verme terminar; quedó ingratamente sorprendida cuando comprobó que le abría la puerta. Tras asearnos fuimos a la zona de llegada a ver terminar a los compañeros, entregar el chip y ver la ceremonia de entrega de trofeos. Una pena, porque cuando me retiré iba entre los 40 primeros, y me encontraba muy bien, así que otro fiasco más y van...¿cuántos?. Por un momento mi desilusión fue tal que pensé en dejar este mundo del running para no llevarme más berrinches, pero de nuevo, al igual que en Ciudad Real, este pensamiento fue pasajero y fue como una bala que tan sólo te da de refilón. 

Lo mejor del día fue sin duda la carrera de Mercedes. Comenzó yendo despacio, ya que no tenía mi referencia y aún no controla los ritmos. Cuando se dio cuenta de que llevaba 6 kilómetros y no iba cansada apretó y comenzó a cazar gente, pero no pudo hacer un buen crono para el nivel que ya tiene, realizando 58 minutos largos. Sin embargo llegó muy entera y disfrutó mucho la carrera, que es lo más importante.

En cuanto a la zona afectada, a lo largo del día fue a menos, acabando por ser molestias dolorosas. Tras comer todos juntos regresamos a casa, en un viaje que se me hizo interminable. Luego por la noche, me fui a acostar temprano, con el dilema de qué hacer: correr la Maratón de Málaga o al menos intentar llegar a tiempo para correrla, o relajarme y poner toda mi intención en la Maratón de Sevilla, de la tercera semana de febrero. Con el recuerdo de todos los entrenos de estos últimos meses realizados de noche y muchos de ellos sin ganas, para luego obtener esta recompensa, me quedé dormido, pero al levantarme nada ha sido distinto, el problema sigue ahí.

SÁBADO 23: DESCANSANDO EN BENIDORM

No madrugamos mucho para ir a la "ciudad de los rascacielos". Aprovechamos nuestro paso por Alicante capital, para entrar en el Decathlon y comprar algunos complementos, y llegamos justo a la hora de comer al hotel. Allí nos estaban esperando algunos miembros del Pozo Norte que también iban a correr: Marisol Gijón, el Gallo, Toñi, Borja y Olga, y tras la comida nos fuimos a la feria del corredor, donde recogí mi bolsa y donde Mercedes se inscribió al 10.000 que tendría lugar casi a la misma hora que mi media maratón. Fue apuntarse y ponerse de los nervios, ya que no hay duda para ella los 10 kilómetros sigue siendo una prueba muy exigente. Por lo demás, no hubo muchas más historia: nos encerramos en el hotel relativamente temprano, luego bajamos a la cena y tras ésta estuvimos charlando con Marisol y los otros miembros, hasta que a eso de las 23:00 horas subimos a acostarnos. Lo peor vino después, ya que la habitación no estaba bien insonorizada, y al estar el establecimiento sito en una calle muy transitada del centro, resultó imposible "pegar ojo", de forma que me pasé 8 horas tratando de conciliar el sueño, pero fue en vano.

Me levanté entumecido a desayunar y eso no sé si luego influyó en el resultado.


VIERNES 22: TAN SOLO CERRAR LA SEMANA

 

El viernes por la noche tenía que ir a pelarme y también había que hacer las maletas, ya que nos íbamos a Benidorm donde el domingo disputaría la Media Maratón, el test para la Maratón de Málaga. Así que pensé que lo mejor sería echarme la ropa de correr y hacer lo propio en el descanso del trabajo. Comí algo unos minutos antes de salir y quizá eso me provocó ciertas molestias digestivas durante la sesión, la cual discurrió muy suave, donde una vuelta a la periferia de Manzanares. Me salieron, calculo, unos 10 kilómetros, a juzgar por el ritmo que llevaba, y tardé 1 hora y 12 minutos. Con este entreno había conseguido acumular 96 kilómetros en esa semana, lo cual me llenaba de satisfacción, aunque sabía que es insuficiente el bagaje realizado en este plan.


JUEVES 21: TIRADA CON CUESTA INCLUIDA

 

Otra noche más, salí para conseguir completar una digna semana de entrenos. Cogí el circuito que va por detrás de los Cerros de la Aguzadera, volviendo por la vía de servicio de la AIV. No llevaba malas sensaciones, sin molestias, como estaba ocurriendo en los últimos entrenos. Llegué al pie del Cerro del Ángel y lo subí por la carretera, sin pausa, y "apretando el culo". Bajé suelto, pero sin forzar y me dirigí al Parque Cervantes, desde ahí. Llegado a este recinto, dí una vuelta al mismo y desde ahí a casa, dando un pequeño rodeo para conseguir realizar los casi 15 kilómetros que estaba buscando.

El optimismo comenzaba a llegar a mi hogar

 


MIÉRCOLES 20: CORRIENDO CON MERCEDES


El miércoles por la noche me fui al parque a realizar cambios de ritmo. Iba de estreno ya que me había calzado mis nuevas zapatillas Adidas Adizero Mana 7, muy ligeras, 218 gramos, y yo hecho un mar de dudas por sentir que estas seudovoladoras son demasiado poca cosa para enfrentarme a una maratón con ellas. En cualquier caso, desde el primer momento que eché a correr con ellas tuve dos sensaciones bien diferenciadas: que es correr como unas chanclas, pero eso sí, bien fijadas y cómodas, por lo que te da la sensación de comodidad, ligereza y te invita a salir "pitando" a toda máquina.

Una vez en el parque, me encontré con David Espinosa con quién di 2 vueltas y media a un ritmo suave, y a partir de aqui comenzamos cambios de ritmo de 500 metros fuertes intercalados con 500 metros suaves. Fue un buen test para comprobar cómo funcionan las zapatillas, pero la verdad es que sin darse mal, yo no me acabo de encontrar del todo bien. Tras cuatro cambios de ritmo, volví a casa donde me esperaba Mercedes para hacer una salida corta. Me cambié de zapatillas y nos fuimos a dar una "rule" por los caminos del norte. En algún momento Mercedes se puso a 5´20´´, y apenas se sofocó, síntoma de que se encuentra muy bien. Hicimos unos 6700 metros y con esta segunda sesión completé 16.200 metros.


MARTES 19: HACIENDO CASI UNA MEDIA MARATÓN EN LA NOCHE


Llegó la noche del martes y no con muchas ganas me calcé las zapatillas, me abrigué todo lo bien que pude, me puse el MP3 y me fui a hacer una tirada bastante larga, quería llegar casi a los 21 kilómetros. Me fui por la vía de servicio de la AIV sentido Madrid, a un ritmo un poco más lento de 5´el kilómetro. Cuando hube llegado a la zona del Hotel el Hidalgo, cogí el camino que lleva al Camino Carretas y tratando de no perder el ritmo por los baches y piedras existentes, fui avanzando en la noche. Llegué al mencionado camino y giré hacia la derecha, para ir al Paraje del Peral. Fue cuando alcancé la zona asfaltada donde obtuve las mejores sensaciones y cogí un buen ritmo. Llegado al camino que me desviaba al Camino del Yeso, tome el mismo y luego cogí el camino que me llevaba directamente al Peral, y una vez llegado a éste, regresé a casa por el camino del mismo nombre. Me salieron 1 hora y 50 minutos para hacer algo menos de 20.500 metros. No está mal teniendo en cuenta que fue de noche, gran parte por caminos y que reserva bastante para evitar lesiones innecesarias.


LUNES 18: DESCANSO

Ese día lo empleé para descansar, como ya hiciera el lunes pasado. La semana había comenzado bien, sin molestias, y pese a estar a tres semanas de la Maratón de Málaga, tenía previsto hacer un kilometraje considerable.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

LAS ANTIPODAS DE LA NADA

 


Nada es nada, ni siquiera un poco de algo. Me despierto entre sudores en mitad de la madrugada y compruebo que he tenido una pesadilla. Recuerdo que en mi sueño yo no me encontraba en ningún lugar ni tan siquiera era algo concreto, nadie me veía porque nadie había, no había nadie ni nada y ante mi se mostraba una eternidad de inexistencia. Con la sensación de ser un alma deambulando por este mundo en busca de gramos de vida me calzo las zapatillas y me abrigo bien; son poco más de las 5 de la madrugada y había proyectado correr esa mañana pero desde luego no a esas horas; pienso que salir ahora me ayudará a desbloquear mi mente de mi terrible experiencia nocturna. Tomo el camino de ida resignado como si me infringiese un autocastigo pero una vez puesto en faenacambia la perspectiva del asunto y pronto comienzo a encontrar mil razones para justificar lo de moverme a través de la oscuridad por terrenos congelados. La humedad se refleja en el haz de luz del foco y muestra una estela curiosa que se une a la intermitente nube de vaho que se libera ante mis ojos a cada exhalación. Estoy muy vivo, justo allí en este extraño instante haciendo algo impensable antaño; y como una persona es esencia lo que hace, esto es lo que hago y esto es lo que soy. Pasan los minutos rápidamente en un entreno que disfruto y noto que mi cara se arruga al compás de media sonrisa. Acelero y me abandono a mis sensaciones hasta que en la parte menos pedregosa del camino apago la luz del frontal y me dejo guiar por la luz de la luna llena que inunda el espacio lleno de tonos grises. No transcurre mucho tiempo cuando veo una sombra cruzar volando como un rayo tan solo a unos metros delante mía. Demasiado grande para ser un ave así que probablemente se trata de un efecto óptico. Aún así tengo un pensamiento descabellado: se trata de la muerte que me acecha en la noche, y es tan absurda la idea que me echo a reir, así que no gasto ni un segundo más en buscar explicaciones y disfruto del momento.

La señora se mueve liviana buscando almas estancadas; no quiere dejar que la luna le siga el rastro, por lo que flota con una determinación usual en noches como aquella. Pronto siente la presencia de alguien que se acerca en la oscuridad y se apresura a esconderse. Ante sí ve un alma brillante, llena de tonos violetas. Está lejos para poder absorber su ser pero si lo tuviera a un palmo tampoco lo haría puesto que no está buscando alguien como él, no son su objetivo las almas azuladas. Una vez que el corredor pasa delante de ella la señora le sigue de cerca desde el aire, puede olerlo y comprueba que huele a vida. Los tonos que rodean su frágil cuerpo son destellos de tonos azules y malvas. Ella sabe que el mortal girará su cabeza de un momento a otro, siempre lo hacen, así que despliega sus alas y desaparece.

Entre zancada y zancada, entre jadeo y jadeo, siento la presencia de alguien, así que giro la cabeza para comprobar que estoy solo. Efectivamente, allí no hay nadie más que un loco corriendo en la oscuridad. Sin embargo un escalofrío recorre mi columna y vuelve a mi la idea de la nada y el malestar de mi pesadilla regresa multiplicado por dos. Enciendo el foco a pesar de que la luz del reflejo lunar muestra el terreno, pero con este acto me siento más seguro y sigo mi carrera deseando llegar pronto a casa. Una vez en mi hogar me siento seguro, como si hubiera escapado de algo amenazante. Cuando entro en la ducha y disfruto del agua caliente sobre mi piel, me siento muy vivo, como en las antipodas de la nada.

martes, 19 de noviembre de 2013

DOMINGO 17: AHORA SÍ TOCA TIRADA MÁS LARGA

Tres semanas me separan de la temida Maratón de Málaga. En condiciones normales estaría bajando el pistón ya y relajándome un poco después de haber llevado duras semanas de entreno, pero visto lo visto aquí me hallo tratando de llegar a ninguna parte. Aguardé de nuevo a la tarde, pero como quería hacer unos 20 kilómetros tuve que salir casi con la comida aún en el gaznate, a eso de las 16:15 horas. Abrigado tomé rumbo a Las Aguas, por la Carretera de San Carlos del Valle, y las sensaciones pronto comenzaron a ser buenas. Llegué al mencionado paraje y continué por dicha carretera hasta llegar al camino que lleva al Peral y por ahí tiré. Fuí incrementando el ritmo, calculo que yendo en alguna fase a 4´40´´ y me sentía muy cómodo, suelto y sin molestias. Llegué a la Carretera de La Solana con casi 10 kilómetros en mis piernas y continué por el Camino Carretas hasta llegar al cruce que lleva al Camino del Yeso, el cual cogí. Todo marcha perfecto, con sensaciones casi ya olvidadas, de forma que cuando me acercaba al pueblo decidí rodear e ir hacia la vía de servicio de la AIV, alargando el recorrido, ya que me encontraba bien y también debido a que de otra forma no habría completado el kilometraje planificado. Subí la cuesta de los Cerros de la Aguzadera como si nada, y llegué al Angel pletórico para realizar los últimos 2,5 kilómetros últimos sin apretar más pero sin dejar que decayese el ritmo. Finalmente hice casi 20 kilómetros en 1 hora y 39 minutos, a una pizca menos de 5´ el kilómetro, lo cual está muy bien teniendo en cuenta que gran parte del recorrido discurría por caminos, también considerando que no forcé y que llegué muy pero que muy bien de piernas. No quiero pecar de optimista, pero al menos ahora siento que correr en Málaga quizá no acabe siendo un tremendo castigo.


SÁBADO 16: CASI 15 KMS CON MERCEDES Y MUCHO FRIO

El sábado fue otro día de trabajo en casa y decidí dejar el entreno para la tarde. Pero como quería hacer una tirada larga, pensé que se me hacía imposible llevarla a cabo con tan pocas horas de luz, a no ser que regresara de noche, algo que no me apetecía. Así que le pregunté a mi mujer si le apetecía hacer una tiradilla conmigo y no lo dudó. Nos pusimos ropa de abrigo puesto que hacía bastante frío, y nos dirigimos al norte por el Camino Membrilla, todo el tiempo con el viento, o la brisilla, en contra, y mi mujer respondió como últimamente, es decir, como una campeona, demostrando que va cogiendo la forma. Cuando llevábamos 7 kilómetros, a 6´el kilómetro, tiramos al oeste hacia el Hotel El Hidalgo, segunda vez en el semana que hacía este recorrido, y se hizo desde aquí más agradable porque nos dejó de molestar el viento. Una vez llegados a la vía de servicio de la AIV, regresamos a casa manteniendo el ritmo, y llegamos justo anocheciendo 1 hora y 31 minutos después de haber salido y completando 14.750 metros. Mercedes llegó muy entera pero con ligeras molestias en la rodilla.


lunes, 18 de noviembre de 2013

VIERNES 15: REMATANDO LA SEMANA

No tenía muchas ganas de correr, pero pensé que si tenía una mínima oportunidad de coger un poco de forma de cara a Málaga, pasaba por hacer un esfuerzo en estos días, así que me volví a poner la ropa, de nuevo de noche, frontal, MP3 (para motivar un poco) y me fui al Peral, de ahí hacia la Vega y regresar a casa. Me volví a encontrar bien, sin molestias y bastante suelto, así que la semana terminó con cierta dosis de optimismo. Unos 14 kilómetros.

JUEVES 14: EL MEJOR ENTRENO DE LA SEMANA

El jueves tuvo lugar el mejor entreno de la semana. Salí por la noche, con frontal y pilas nuevas, dispuesto a hacer fartlek. Las sensaciones eran buenas, me sentía ligero y aproveché la ocasión. Fui alternando a ritmos 5´fuertes 5´suaves, haciéndome el circuito del Camino Membrilla, camino hacia el Oeste hacia el Hotel el Hidalgo y regreso por vía de servicio de la AIV. Me sentí bien en todo momento y pude completar los 15 kilómetros en una hora y 7 minutos.


MIÉRCOLES 13: VOLVIENDO A DOBLAR

Quería repetir la experiencia del día anterior; además, había decidido entrenar a partir de ese momento con las NB 890 que venía usando para las competiciones. A la hora de comer, me cambié y me fui por los caminos que llevan al norte, hacia Alcázar de San Juan. Mejores sensaciones que las del día anterior, entre otras cosas porque había comido un poco antes de salir. En cualquier caso no extendí mucho el entreno con la idea de continuarlo luego a la noche, e hice unos 9 kilómetros a ritmo suave. Por la noche hacía tal frío que decidí no salir, pese a los remordimientos que tuve que aguantar.


MARTES 12: DOBLANDO DE MANERA INUSUAL

Pensé que podía rellenar el hueco de descanso laboral que tengo a la hora de comer, y de esta forma no seguir trabajando o aburrirme, que eran las dos alternativas que se me planteaban normalmente, así que me llevé la mochila llena de trastos de correr y a las 14 horas me fui a dar unas vueltas por el Polígono de Manzanares. Lo que experimenté no fue muy agradable: al estar en ayunas me encontré muy muy flojo y me costaba correr. Por ello no alargué mucho la sesión de forma que hice en torno a unos 6,5 kilómetros de ritmo cansino.

Tras llegar a casa por la tarde, me volví a vestir para la ocasión y me fui al parque a hacer fartlek, pero al llegar allí me encontré con algunos atletas del extenuación y me uní a ellos. Llevaban un ritmo cercano a 5´el kilómetro, por lo que no era mala referencia, así que fuimos dando vueltas entre charla y charla, hasta que decidí que ya había tenido bastante por ese día y regresé a casa. Entre ambas sesiones acumulé unos 15 kilómetros.




LUNES 11: DESCANSO

Las noches te vuelven perezoso, y más si hace frío. Me podía permitir el descanso, que por otra parte era necesario, pero he de confesar que si no salí a correr fue por pura pereza


lunes, 11 de noviembre de 2013

DOMINGO 10: RÉCORD DE DISTANCIA PARA MERCEDES: CORRIENDO POR LA VÍA VERDE DE LINARES

 

Ayer domingo fuimos a Linares después de muchos meses sin visitar esta localidad minera. Comimos allí con mis suegros y tras la típica charla después de comer, Mercedes y yo nos fuimos a corretear. Como hacía buena tarde, le propuse realizar el circuito que nos llevaría por la vía verde a la Estación Linares-Baeza, que está por dicho camino a unos 8 kilómetros y medio. Como hasta allí es todo cuesta abajo, se hizo muy agradable toda esa primera parte, y Mercedes iba muy contenta y muy entera, pero ya le había advertido que la vuelta iba a ser especialmente dura, porque todo el desnivel que perdiamos en la ida en toda la distancia referida, lo ganaríamos en 5,5 kilómetros de vuelta por la Nacional. Mi mujer apretó los dientes y se portó como una jabata, sufriendo hasta llegar al desvío y salirnos de la carretera, pero aún nos quedaba otro kilómetro duro hasta llegar a la Avenida de Andalucía, entrada a Linares. Batió su récord de distancia para realizar unos 14 kilómetros en 1 hora y media. Al final se resintió de su rodilla pero iba contenta por lo realizado.


SÁBADO 09: TIRADA LARGA PERO NO TANTO

Tenía proyectada una tirada de 28 kilómetros, y sólo con pensarlo me dolían las piernas. Por lo pronto madrugué pero no para salir a correr sino para trabajar, y pospuse el entreno para la tarde. El problema vino cuando después de comer tuve que dejar un poco reposar mi estómago, y cuando menos me di cuenta eran ya las 17:30. Me fui por la vía de servicio de la AIV sentido Madrid y desvié por el camino carretas hacia la la Carretera de La Solana. Las sensaciones no eran malas del todo, pero las Adidas Kanadia están resultando bastante inapropiadas para mis entrenos de maratón, así que estoy prescindiendo de ellas cuanto puedo, pero me he quedado sin zapatillas con un mínimo de garantías de amortiguación, así que me las puse muy a mi pesar. Pronto me sorprendió la noche cuando aún me quedaba 1 tercio de recorrido, así que conseguí llegar al Paraje del Peral no sin pasar algo de miedo por el trozo de carretera. Atravesé dicho paraje y me dirigí a Valdepeñas por un camino que conozco bien, tanto que no necesito luz para saber donde están los baches. Con eso y la luna que se dejaba querer, conseguí llegar a las inmediaciones de mi pueblo sin doblarme ni una sola vez ningún tobillo, y una vez allí, callejeé tratando de aumentar algo el kilometraje. Los últimos minutos se hicieron pesados porque mis piernas se resintieron, dejando otra vez claro que no me encuentro para correr una maratón. Por fin llegué a casa tras 1 hora y 54 minutos tras hacer unos 22 kilómetros

domingo, 10 de noviembre de 2013

4 MINUTE WARNING: RADIOHEAD

Soy un amante de Radiohead, no lo puedo evitar. Hay algunas canciones suyas que hacen que mientras las escucho se pare el tiempo. En realidad no puedo ocultar mi melomanía, enfermedad que arrastro desde comienzos de mi adolescencia, y ya ha llovido...Pues bien, siempre oí hablar de este grupo, y me gustaban algunas de sus canciones, pero ahora es cuando he buceado en su discografía y realmente los he descubierto. Quiero dedicar esta entrada a una corta, triste y a su vez bonita canción de su disco In Rainbows, titulada 4 minute warning

La tenéis en mi gramola junto con un popurri de este grupo. Aquí la letra de la canción (espero que nunca jamás tengamos que correr campo a través por lo motivos expuestos en la canción.

LETRA
TRADUCCIÓN
This is just a nightmare
Soon I’m gonna wake up
Someone’s gonna bring me around
Running from the bombers
Hiding in the forest
Running through the fields
Laying flat on the ground
Just like everybody
Standing overhead
Running from the underground
This is your warning
4 minute warning
I don’t wanna hear it
I don’t wanna know
I just wanna run and hide
This is just a nightmare
But soon I’m gonna wake up
Someone’s gonna bring me around
This is our warning
4 minute warning

Sólo es una pesadilla.
Pronto despertaré.
Alguien me traerá a la realidad.
Huyendo de los bombarderos.
Escondiéndose en el bosque.
Corriendo campo a través.
Tirado pecho tierra.
Igual que todo el mundo.
Con las manos arriba.
Corriendo en la clandestinidad.
Esta es vuestra alerta.
Alerta de 4 minutos.
No quiero oírla.
No quiero saber.
Sólo correr y esconderme.
Es sólo una pesadilla.
Pronto despertaré.
Alguien me traerá a la realidad.
Esta es vuestra alerta.
Alerta de 4 minutos.

sábado, 9 de noviembre de 2013

OYENDO A MI MUSA ANTES DE LA MARATÓN DE MÁLAGA




Hace justo un año, el 8 de noviembre, yo estaba hipermotivado con mi participación en la Maratón de Valencia, la cual tendría lugar poco más de una semana después. Por aquél entonces publicaba la siguiente entrada titulada "Oyendo a mi musa antes de la Maratón de Valencia":

"Me ataba las zapatillas esta noche preparándome de nuevo para otra sesión más, y veía como llovía y me tocaría mojarme de nuevo. Sin saber por qué ni cómo he sentido que ella llegaba, como siempre sin avisar, pero siempre es bienvenida porque cuando aparece por sorpresa en mis entrenos me alegra el alma. Desde que la conozco siempre ha hecho lo mismo: se marcha cuando la necesitas y te deja colgado, pero cuando las crees desaparecida, justo en el peor momento, en ese instante suele reaparecer y te alegra la vida en forma de inspiración. Así ha sido en esta ocasión: se fue el pasado martes por la noche y me dejó desolado, con un dolor de piernas considerable y como siempre no se dignó a decirme cuando volvería. Pero es que he de deciros que comienzo a pensar que las musas también se deprimen con tu desánimo, y aunque están ahí para ayudarte, a veces no pueden aguantar la negatividad de su huésped. Esto es sólo una teoría, pero cada día cobra más fuerza. Pareciera como si gustasen de ver tu mejor sonrisa; eso sí, cuando en "ese dichoso día" la mirada te sale amarga la musa va y se larga (válgame la rima). Eso debió ocurrir el martes y allí me dejó: solo, con otros fantasmas menos inspiradores llamados "dudas, inseguridades y miedos". Y yo pensé, "no puedo yo solo", "ven y ayúdame". Tanta batalla, tantos días difíciles que hemos pasado juntos han debido ser para algo, ¿no?; tanta espera, tanto madrugón, tantos dolores y molestias. ¡Ay musa, contesta!: ¿por qué estoy haciendo todo esto? ¿realmente es tu trabajo verme como me esfuerzo sin que me hagas saber para qué?.

Pero la musa va a su aire y no puedes contar con ella cuando la necesitas, ah, eso sí, de repente te sorprende apareciendo cuando ya no la esperas. Ha sido ponerme a correr esta noche y la música ha sonado a mi alrededor, la sonrisa se ha instalado en mi cuerpo y me he dado cuenta de que ella había regresado, ¡mi inspiración! ¡ya está aquí conmigo!. Todo, desde este mismo instante, parece más fácil, todo rueda, el esfuerzo no es un sinsentido, sino una forma de sentirse vivo. Y de repente me emociono al pensar que ya está la maratón a la vuelta de la esquina, tan sólo 10 días. Ha sido duro, pero no estoy solo, ¡mi musa está conmigo!. Y hoy, para colmo, me ha contado algo, ¡ella que nunca habla!: "Oye Javi, si correr como los ángeles no necesitara preparación, si llegara el domingo 18 y no hubieras hecho ni un solo kilómetro antes y te pusieras a correr y vieras pasar los kilómetros como si nada, si al llegar a la meta todo fuera idílico y no te hubieses ni despeinado tu pelo engominado, entonces, ¿para que me necesitarías?. Seguro que no te alegrarías al verme aparecer otra vez porque ni me conocerías. Recuerda, soy tu musa porque de vez en cuando me necesitas, y me necesitas porque tienes un camino difícil por delante, y me disfrutas porque haces ese camino aún a sabiendas de que vas a llorar y a reir mientras lo atraviesas".

Nunca antes la había oído hablar tanto. En alguna otra ocasión lo más que la había escuchado había sido un ¡Ola ya estoy aquí!. o ¡Adiós, me voy que te estás que no te aguanto!, pero con el discurso de hoy he aprendido dos cosas: primero, mi musa sabe decir más de dos frases seguidas; segundo y más importante, mi musa está conmigo porque yo solo no sería capaz de conseguirlo".

Ha pasado un año desde esta entrada y estamos en el mismo sitio: esperando que aparezca la musa. La Maratón de Valencia supuso un punto de inflexión para mi. Como sabéis, terminé en el hospital, pero desde entonces comenzaron a ocurrir una serie de acontecimientos que me alegraron el alma. Todo este viento favorable me duró hasta mayo, y ahora busco de nuevo a mi musa, que aparece y desaparece a su libre albedrío. ¡Musa, por favor, sé que estás ahí, no dejes que mi desánimo me impida pensar en ti!.

Aquí me hallo, oyendo a mi musa antes de la Maratón de Málaga. Ya bajé de las 3 horas y aún no me lo creo, pero la vida sigue, no nos podemos quedar pensando en el pasado. Leyendo esta vieja entrada me he acordado de todo lo que peleé el otoño pasado y lo poco que me lució en Valencia, sin embargo, unas semanas después el reloj ya estaba engrasado.




VIERNES 8: TERMINANDO LA SEMANA CON SERIES DE 300

Tenía que rematar la semana para conseguir hacer 90 kilómetros, y lo conseguí. Había humedad por la noche, y salí fresco de más. Me dirigí al parque dispuesto a realizar seriecillas de 300 suaves y con poca recuperación: en mi mente un total de 30, pero eran demasiadas. Las molestias en el cuadricep eran casi imperceptibles pero no quería estirar la zancada para no liarla, así que fui haciendo una tras otra, con una recuperación en movimiento y muy breve, hasta que se puso a llover, justo cuando estaba cogiéndole el tranquillo al tema y me estaba comenzando a sentir bien. Al final completé un total de 24 y regresé a casa.


JUEVES 7: DAMNIFICADO POR LO DEL MIÉRCOLES


El sobreesfuerzo del miércoles me pasó factura en forma de dolor extraño en la zona exterior del cuadricep de la pierna izquierda. Era sin duda una sobrecarga, además en la pierna donde generalmente no suelo tener molestias. Aún así nada como para no salir a correr. Decidí trotar suave con Mercedes y aprovechamos para discutir sobre mi futuro laboral, ya que por fin había tenido noticias del tema laboral que estaba esperando, lo cual indica que a veces soy un poco impaciente. Finalmente hicimos unos 6 kilómetros y medios suavitos, en los que sentía el dolorcillo del cuadricep pero las piernas me iban pidiendo guerra.