RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 4 de diciembre de 2016

SÁBADO 3: ¡AUPA JAVIER!, ¡A COGER RITMO!

Sábado, otra mañana más de las muchas que ya llevo de esas en las que sabes que tras el desayuno toca dar el do de pecho. Sábado, un día especial en todas mis semanas, generalmente el día en el que comienza el nuevo ciclo de 7 días y también el día de la tirada larga, sobre todo si lo que nos traemos entre manos es un reto en forma de ultra o, como es el caso, una maratón.

Pues bien, fiel a la idea de seguir apretando la tuerca y no descuidar la intensidad, pero poco a poco ir aumentando kilómetros en las sesiones sabatinas. Y eso hice ayer, salvar la barrera psicológica y pelearme contra la inacción. Fijé un circuito similar al de las dos semanas anteriores: inicio hacia la zona de la Salida del Peral, acabo cogiendo el camino Carril del Yeso, luego transito hacia el Camino de Membrilla, lo atravieso y voy hacia el Oeste, hacia la vía de servicio de la A4, vuelta a casa por la misma, pero al final desvío hacia el Parque Cervantes. El plan está meridianamente claro: 5 primeros kilómetros a una media de 5´15´´, segundo quinteto de kilómetros más rápido hasta bajar la media a 5´justos y terminar haciendo otros 5 kilómetros a ritmo en torno 4´50´´ para dejar la media total en aproximadamente 4´57´´. El plan se derrumba pronto: me siento bien y pese a que el primer kilómetro me sale en unos nada rápidos 5´33´´, pronto desempolvo el ritmo que estaba escondido y el segundo ya va en 5´pelados, ¡demasiado rápido Javi!, sin embargo no me cuesta avanzar por lo que me dejo llevar y el tercer kilómetro ya va en 4´42´´, así que decido no apretar más, mantener la cadencia e ir viendo como baja la media. En el kilómetro quinto ya está por debajo de 5´, osea incumpliendo, y me veo haciendo kilómetros demasiado rápidos para mis pretensiones, en 4´32´´ a pesar de ir por caminos embarrados. Mentiría si dijese que eso no lo notan mis piernas, pero no voy incómodo. En la vía de servicio mantengo el ritmo, e inluso en la cuesta grande hago 4´49´´, por lo que sé que en la bajada no voy a sufrir y el ritmo mejorará. En la bajada hacia la Avenida de las Tinajas me vuelve a salir un 4´31´´ y noto que las piernas se cargan un poco, y es que no estoy como para tirar muchos cohetes; sin embargo hacia el parque no me cuesta avanzar, no sufro, marco otro 4´42´´ y llego al Parque Cervantes con casi 15 kilómetros en mis piernas y un ritmo medio de 4´49´´, creo que bastante decente. Decido parar a estirar, y dar por terminada la parte intensa de esta sesión. También me pongo a descalentar: doy dos muy suaves vueltas al recinto y para casa.

18 kilómetros que me dejan contento, porque ha supuesto sacrificio, mejora y apenas he notado molestias en la zona que me está haciendo últimamente la puñeta.


2 comentarios :

  1. Aúpa Javier¡¡¡¡
    a veces hay que romper el guión y aprovechar las buenas sensaciones que nos transmite nuestro cuerpo¡¡¡

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  2. Pues sí, además yo soy el rey haciendo "desplanificaciones"

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