RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 28 de abril de 2019

SEMANA DEL 20 AL 26

La Semana Santa había conseguido que me pusiera las pilas y me había reactivado. Me venía bien de cara a la dura carrera por montaña que tenía en el Jerte, la CXM La Garganta de la Infiernos. Finalmente la semana se ha desarrollado sin incidencias, pero con menos kilómetros que la anterior, por razones de tiempo y también por el merecido descanso tras la prueba referida. A reseñar las molestias en el tendón de aquiles derecho que llevo sufriendo con mayor insistencia en estos últimos días, hasta el punto de que me comienzo a preocupar.

Sábado 20: CXM La Garganta de los Infiernos, 25 kilómetros de técnico trail que me llevó estar en la palestra 3 horas 31 minutos. Hicimos un buen calentamiento durante 20 minutos, y algunos kilómetros extra. Merche, a su vez, cumplió con creces, entrando en tiempo con 4 horas 22 minutos y cuarta de su categoría.
Domingo 21: la vuelta desde el Jerte, y el consabido descanso después de la batalla del día anterior me llevaron (nos llevaron) a descansar.
Lunes 22: era día festivo y Merche y un servidor hicimos una tirada que inicialmente pretendía ser un descalentamiento pero que terminó siendo un buen entreno a ritmo constante. 13 kilómetros.
Martes 23: sesión de gimnasio que me llevó a hacer unos 43 minutos de bicicleta. Ejercicios de core.
Miércoles 24: 30 minutos de cinta, 10 minutos de remo y otros 10 minutos de bicicleta.
Jueves 25:  salí a hacer la ruta del aeródromo tratando de meter un poco de ritmo. Sin mucho éxito. 10 kilómetros.
Viernes 26: entreno suave con 4,5 kilómetros de carrera más 3 kilómetros de bicicleta. Ejercicios de core.

Semana, por tanto, de transición con unos 75 kilómetros. No logro notar cambios sustanciales, sigo sintiéndome fuerte pero sin ritmo.



















lunes, 22 de abril de 2019

VIERNES 19: RECONOCIENDO EL TERRENO EN EL JERTE

Recogimos la bolsa del corredor y nos fuimos a reconocer el terreno yendo hacia Los Pilones haciendo los primeros cuatro kilómetros del recorrido del trail. Eso sí, lo hicimos en plan senderista. Pudimos comprobar algo que ya sabía, que iba a ser difícil cumplir el primer tiempo de corte que la organización había puesto: 45 minutos en los primeros 6 kilómetros, sobretodo teniendo en cuenta que había que ganar unos 250 metros y que desde Los Pilones hasta el avituallamiento del 6 había unos complicados 2 kilómetros, que en parte discurrían entre rocas muy grandes, donde había que ir dando saltos como las cabras. 

Merche se quedó muy preocupada ante la posibilidad de que la cortasen y no la dejasen seguir después de haber hecho todo el viaje y haber puesto tantas ilusiones.

Nos salieron, eso sí, unos muy bonitos 8 kilómetros que nos ayudaron para mover las piernas en las horas anteriores a la prueba.

Con esto salían 90 kilómetros en esta semana; por fin conseguía hacer una semana completa y con casi todas las sesiones corriendo.


JUEVES 18: LA VÍA VERDE DE LINARES

Fuimos los cuatro a Linares. Allí dejaríamos a Jorge y a Inés y Mercedes y yo regresaríamos a casa para marchar desde Valdepeñas al día siguiente, rumbo a el Jerte. Antes de comer salí a correr con la idea de hacer un entreno suave. Salí por el Camino de Finlandia, y como las piernas respondían comencé a aumentar la cadencia. Regresé por la vía verde a buen ritmo, sintiéndome fuerte. En la última parte rodeé por las fincas que hay en la zona alta y me salieron unos muy majos 10 kilómetros que me dejaron muy buen sabor de boca de cara a casi finiquitar la semana y quedar ya enfilado para la dura Carrera por Montaña de la Garganta de los Infiernos del sábado.


MIÉRCOLES 17: ÚNICA SESIÓN DE GIMNASIO DE LA SEMANA

Aprovechando la semana de vacaciones, corrí al aire libre todo lo que pude, de forma que la única sesión en la que fui al gimnasio fue la del miércoles. Fuimos Merche y yo, para hacer algo de elíptica y de bicicleta, unos 45 minutos, y también unos buenos ejercicios de core.


jueves, 18 de abril de 2019

LA CRÓNICA DEL RETO ARAQUE: HAY LOCURAS

Esta crónica no irá sobre mí, hablará de nosotros, de tod@s aquell@s que disfrutamos de esta fabulosa y adictiva afición. Ya lo decía Silvio Rodríguez (pinchad el vídeo de la derecha si queréis escucharla):

Hay locuras para la esperanza,
hay locuras también del dolor.
Y hay locuras de allá,
donde el cuerdo no alcanza,
locuras de otro color.
Hay locuras que son poesía,
hay locuras de un raro lugar.
Hay locuras sin nombre,
sin fecha, sin cura,
que no vale la pena curar.
Hay locuras que son
como brazos de mal:
te sorprenden, te arrastran,
te pierden y ya.
Hay locuras de ley,
pero no de buscar.
Hay locuras que son la locura:
personales locuras de dos.
Hay locuras que imprimen
dulces quemaduras,
locuras de Diosa y de Dios.
Hay locuras que hicieron el día,
hay locuras que están por venir.
Hay locuras tan vivas,
tan sanas, tan puras,
que una de ellas será mi morir.

Hay locuras que son como brazos de mal: te sorprenden, te arrastran, te pierden y ya

Pasamos gran parte del sábado en Linares, nos acostamos tempranito y toca madrugón porque hay que recoger el dorsal y la salida es a las 08:30. Ya con nuestra bolsa del corredor, saludamos a Jesús, "Jesús de Úbeda" como le tengo en el móvil, nos presenta también a su mujer. Tras esto posamos todos en la foto con el ya bien conocido "marco" de la carrera y nos vamos al coche a precisar los detalles. 





Y es que no somos más que un puñado de dulces enfermos, que deambulamos perdidos en esta bendita demencia.

Todo listo, el tercer Reto Araque consecutivo para Mercedes y para mi, el primero para Miguel Ángel y Manolo, también para Jesús. 

Pero hoy no voy solo contra el mundo, hoy marcho en equipo y en mi cabeza sólo me repito "Víctor, si nos estás viendo mándanos una inolvidable mañana por favor".

Hay locuras para la esperanza

Miguel Ángel sale todo excitado y va tirando de mi, Manolo va más cómodo que yo. Mis tiempos en el asfalto ya pasaron, así que por un momento me echo a temblar.





Las primeras duras rampas a la salida del polígono me hacen sentir mejor, ese es más mi terreno y ya en la senda me pongo a comandar al grupo para llevar un poco el ritmo en esta parte más dura. Hago a medio gas la bajada por la senda zizageante donde ofrezco paso a una chica, que luego resultó ser una reconocida crack, la gijonesa Chelo Velasco, que acabó segunda; ella amablemente me dice "no hace falta, voy cómoda detrás tuyo".

Reunificamos en el asfalto y tras esto bajada técnica un poco más complicada que la anterior, pero al coger la corrible pista que nos lleva de nuevo a Jamilena mis dos compis se ponen a ritmo de crucero. Pienso que la prueba es dura y larga y hay que reservar pero no me atrevo a frenarles, tan sólo les sugiero tímidamente prudencia. Comenzamos a ascender por la garganta, ¡ya era hora! y ahí disfruto un montón, como ya ocurriera el año pasado. Alcanzamos el alto en unos 54 minutos, kilómetro 8, en el tiempo que había estimado.







Hay locuras de allá donde el cuerdo no alcanza, locuras de otro color

Toca el largo tramo de la pista, casi siempre hacia arriba, y en esta parte no hay que dejar que el coco piense. Vamos cómodos, haciendo equipo, y apenas andamos, aunque hay tramos que es lo que piden las piernas. Llegamos por fin a los estímulos, una senda empinada y luego el bosque, y se me alegra al alma. Tras la bajada técnica y embarrada espero un ratín a mis compis, reunificamos y otra vez a ritmo, pero dura poco el descanso, toca tirarse otra vez.

De nuevo en pista, pasamos por la fuente, otro avituallamiento, hacemos aguas menores y seguimos en la brecha. Esa parte de falsa subida en una zona algo íncomoda hasta que alcanzamos nuevamente una zona boscosa y toca disfrutar un poquitín en la que bajo mi punto de vista, es la senda más bonita de toda la carrera. Tercera reunificación nueva subida y ya estamos en la parte alta de las canteras.

Hay locuras también del dolor

Iniciamos la bajada por el camino que lleva a la zona de recreo y aunque llevamos buen ritmo, nos pasan algunos corredores; es entonces cuando llega el momento de interiorizar que hemos de disfrutar, ¡fuera el estrés por tiempos o posiciones en la carrera!. Manolo va ya un poco desgastado y temo que lo pase mal en la última y exigente subida, así que hay que mimarlo. Le doy un turroncillo un rato antes del avituallamiento del 20, somos un equipo y hemos de llegar los tres, no corre un solo espíritu. A esas alturas llevamos 2 horas y 16 minutos.

Iniciamos la bonita y breve subida por una senda acotada por la barrera de madera y unas preciosas vistas y tras esto bajamos al barranco a partir del cual tocará sufrir la última gran ascensión. Le doy una pastilla de sales a Manolo y ya todo está listo para acometer la gran dificultad final.

Hay locuras que imprimen dulces quemaduras

Avanzamos en fila de a uno, teniendo delante a un montón de los corredores que nos habían pasado desbocados en la zona de las canteras. Quizá no hacía falta tener tanta prisa entonces pero las testosterona es lo que tiene. Manolo se quema dulcemente en su locura y batalla por el equipo. Nuestros arengos no sé si le hacen bien, seguro que en algún momento le contrarian, pero el caso es que no se para ni un solo segundo a tomar resuello, ni tan siquiera en las zonas más empinadas, cuando nos ponemos casi al 40%. Alcanzamos el primer collado y allí trato de recuperarlo para la causa y hacer que trote suave, ¡y lo hace!. Llegamos al avituallamiento que está justamente antes de la placa del leit motiv de esa mañana, Víctor Araque; sólo queda un repecho, que hacemos con el ánimo bien subido, viendo que lo duro ya está finiquitado.






Hay locuras que son la locura.

El hecho de vernos bajando nos hace venirnos arriba. Manolo mete una marcha más que no sé de dónde la saca y se desenvuelve como un montañero de altos vuelos por la zona más complicada de toda la carrera, debido al terreno resbaladizo. Olemos a meta y eso se nota. 

Obviamos el último avituallamiento, donde se encuentra Miguel, uno de los organizadores al cual saludo; kilómetro 24,5 en 3 horas y 4 minutos. Desde ahí un cacho por senda, la última pista y Jamilena, nuestro destino.

Hay locuras que son poesía, locuras de un raro lugar

Y así es como comprobamos que poco a poco las primeras casas del pueblo se ven más grandes. En esos minutos nos da para pillar a algunos corredores, de esos que huían despavoridos en las zonas más corribles y el subidón es tal que se torna en felicidad. Acometemos la calle asfaltada en franca bajada y nos ponemos a cien, haciendo los últimos 500 metros a un ritmo de 4´05´´ que no está nada mal teniendo en cuenta el esfuerzo realizado antes. Nos cogemos de la mano y cruzamos meta sintiéndonos que hemos sido uno solo. 3 horas y 19 minutos de aventura.
















Hay locuras que hicieron el día.

Reposamos, charlamos, reímos, nos damos las gracias; pregunto al del cronometraje esperando habernos quedado por lo menos quintos, pero no, ¡somos segundos!. No es que el pódium me quitase el sueño, pero es decírmelo y siento una gran alegría, alegría colectiva. Todo es gracias a Manolo y a su sobreesfuerzo, porque en cinco minutos han entrado tres equipos más. 

Espero en meta a Merche con la esperanza de que baje de las 3 horas 40 minutos, crono que clavó en las dos anteriores ediciones; charlo con la mujer de Jesús de Úbeda la cual anda expectante para echar la foto a mi mujer y a su marido pero el segundero avanza y no aparecen.

Pero como me estoy congelando decido avanzar por el curso de la carrera para ir hacia el coche si no la veo aparecer. Por la calle baja una silueta femenina pero no es Mercedes, así que desanimado me desvío hacia el aparcamiento y me cambio lo más rápido que puedo a la vez que no hago más que ponerme en malos escenarios fruto de la preocupación.

Hay locuras tan vivas, tan sanas, tan puras, que una de ellas será mi morir.

Cuando regreso a meta veo a Merche, que luce sonriente, ¡respiro aliviado!. Ha hecho 3 horas 52 minutos y ha sido quinta en la general, subirá al podium como segunda senior (no hay otra categoría que esa para ellas). No está satisfecha por su rendimiento y sin embargo está contenta por la aventura, no siempre el cuerpo rinde igual.


 


Conducimos hacia el polideportivo donde será el "tercer tiempo" y vemos a Jesús, que marcha satisfecho con su medalla colgada. Un crack que tiene un máster en pundonor, una lección para mi y un orgullo conocerle.

Las Coca Colas, las cervezas, la paella, la cháchara hacen el resto. Coincidimos con una chica de Córdoba, Marta, que ha compartido estupendos minutos de carrera con mi mujer, quizá una nueva amiga que echar al zurrón, otra guerrera que subió al cajón. Orgullosos unos de otros nos vemos en el pódium y es entonces cuando siento que esta locura terminará dulcemente conmigo si las piernas no se me mueren antes.





  

Agradecimientos

Muchas gracias a la organización, que se superó y ya era difícil. Te miman, te agasajan, y corres en un entorno montañero donde todos los detalles están bien estudiados, todo muy currado y sin fallos.

Muchas gracias a nuestro nuevo club, Club de Montaña de Linares, que envió una expedición muy maja a Jamilena, creo que todos dimos el callo y a la vez pasamos una mañana perfecta (ya fuera haciendo el trail corto o el largo).






Muchas gracias a mis dos compis de aventura, disfruté un montón; supimos sufrir, obtuvimos el premio a la paciencia y Manolo nos permitió volver a aprender lo que reza en la medalla de esta edición.



















Y por último mil gracias a Merche por seguir juntos e inmersos en esta "dulce locura" .


 






 




miércoles, 17 de abril de 2019

LA CRÓNICA DE LA CXM DE MONTIZÓN: EN ARMONÍA

El prólogo

El invierno ha sido seco y me ha amargado el espíritu; vivo en esa tierra manchega que agradece como ninguna recibir el líquido vital para que las vides se preñen de uvas. Afortunadamente marzo, tras darnos un desértico disgusto, quería despedirse con agua,  ¡ya era hora!, me faltó un tris para verme bailando la danza india de la lluvia.

El escenario

Montizón está en lo que yo bauticé en su día como la "ruta alternativa", esa que tomábamos para ir a Linares cuando en fechas señaladas se colapsaba Despeñaperros. Pero desde que construyeron el gran viaducto y los tres túneles, este paso es casi un juego de niños y nada nos había movido desde entonces a visitar los bellos parajes del Condado.

Partimos de casa tras un madrugón moderado y toca hacer trabajar un poco al limpia, con ratos de llovizna y momentos de lluvia agradecida.  Cuando llegamos a Aldeanueva de Montizón aprieta un poco y por un momento se me van las ganas de correr, porque se está muy calentito dentro del coche.




Recogemos los dorsales y nos preparamos, me ciño el chaleco con la isotónica, geles y turroncillos, hoy le haré de "aguador" porque tras haber pasado dos años de aquella inolvidable discusión en el Corretrail, hoy volveré a acompañarla en una prueba de montaña, algo que teníamos vetado de mutuo acuerdo.

Cobijados bajo el techo del apañado pabellón nos hacemos un selfie con Andrés, Apolonio, Miguel Ángel y Manolo; conformamos la expedición  que ha sido enviada hasta allí por el  Club de Montaña Linares.


















Los dos primeros corren la corta, y el resto hemos optado por la larga, casi 28 kilómetros con un +1000 de desnivel positivo, en lo que intuyo que será un trail rápido, con zonas donde correr mucho, eso sí, si el barro nos deja.

El reto

Primera prueba del circuito de Jaén, distancia CXM (hay distancia ultra, maratón, montaña y corta), y por desgracia para su lucimiento, poca gente inscrita, algo que parece ser que  es habitual en esta prueba: acabamos saliendo menos de 100 personas entre ambas pruebas, según mis cálculos "a ojo de buen cubero".



La salida

Apenas llueve y la temperatura es perfecta para correr. Nos damos el beso de rigor, pero en esta ocasión no es una despedida momentánea sino que marcharemos juntos. 

Ya estamos en movimiento y las primeras zancadas son "a verlas venir" pero como vamos compartiendo carrera con los de la corta es inevitable picarse. Enseguida aparecen los primeros repechos y ya sé que a mi mujer le cuesta entrar en calor, pero lo hace de sopetón cuando nos toca subir por el cortafuegos del cerro que está próximo al pueblo. ¡Manos a los cuadriceps y listo!. 

Se nos escapa una chica que va corriendo la larga ya en la parte más dura de la subida y vamos vigilantes de otra chica, pese a que corre la corta, pero entre mujeres ya se sabe, el cuchillo entre los dientes.

El cross

Tras bajar por otro cortafuegos, la carrera se convierte en un duro cross con toboganes y barro, y Merche sufre en esta guisa. La de la corta se nos acaba yendo y afortunadamente en el 6 toca volver a subir encorvados al acometer un largo cortafuegos con pendientes ya considerables. Merche sigue bregando, todavía no ha engranado bien, es de largas distancias, y para colmo nos alcanza una pareja que corre la corta, con tan poca gente corriendo intuyo que vamos casi en cola de pelotón pero no me importa lo más mínimo.

La acción.

Nos gustan las complicaciones en la montaña, esto comparado con la MAMOCU es como una prueba en pista de tartán. Llegamos a lo alto y comenzamos a bajar por otro cortafuegos y Merche por fin se pone las pilas. Ya vamos haciendo la goma con tres corredores con los que compartiremos algunos kilómetros y tras la bajada viene un llaneo donde nos adelantan, al rato los pillamos y así estamos jugando al gato y al ratón hasta que llegamos a un avituallamiento que parece un "autoservicio" ya que todo está ahí expuesto para cogerse, ¡si se quiere claro!, pero no hay nadie que nos atienda (estarían haciendo aguas menores o mayores).

Y en ese momento, aprovechando que nuestros camaradas paran a servirse y que ante nosotros tenemos una generosa bajada, ponemos pies en polvorosa y les dejamos atrás, proponiéndome no volverles a ver. ¡Comienza la acción!.

La persecución.

La bajada nos viene bien para coger fuerzas, es otro cortafuego en forma de tobogán. El arreón ha permitido que cojamos una considerable ventaja y Merche ya está en la onda. Cuando tomamos una senda semitécnica me alegra el semblante, ya podemos tener un rato de "trail auténtico", allí aprieto y ella me sigue sin rechistar. Llevamos 12 kilómetros y 1 hora y 28 minutos.

Los bosques

La siguiente parte es sin duda la más bonita, entre verdes zonas de pinos, aunque  por fastidiosas pistas y de vez en cuando algún sendón agradecido, sin parar de correr todo el rato, y en las bajadas metiendo caña, hasta que en el 14,5 llegamos a un barranquito con un bonito arroyo, sin duda lo más reseñable en cuanto a paisaje montañero.

Tras esto una subida preciosa por una senda donde un voluntario ya entrado en años nos dice: "no os preocupéis que ya hay una pista 20 metros más adelante", yo le digo "no, por Dios, que siga esta senda, no más pistas".

Avanzamos por un camino que a ratos es de subida y a ratos de bajada, hasta que toca conquistar un collado y ahí sí, andar. Es justo cuando miro hacía atrás y a no más de 300 metros veo que marchan a buen ritmo dos de los tres corredores que iban tras nosotros.  Cuando alcanzamos el avituallamiento en lo alto, prohibo terminantemente parar a Merche , para no dar ventaja alguna, y aunque refunfuña me hace caso.

La resistencia

Tiro de ella como puedo y corremos casi todo el tiempo a pesar de que se hace íncomodo en algunos tramos por la cansina pendiente. En los ratitos de bajada mi mujer responde estupendamente, y alcanzamos el kilómetro 20 justo cuando se abre ante nososotrs una  empinada subida por el enésimo cortafuegos. Merche se está resistiendo sin darse un descanso en la cadencia y mi empeño es llegar al primer descansillo y girar para que quién nos persiga no pueda vernos y así se desanime (trucos que aprende uno). Alcanzamos la cima donde hay un voluntario al lado de una bonita torre de madera, nos anima al pasar y se agradece; desde ahí toca una bajada vertiginosa siguiendo la cadena de cortafuegos por los cuales ya habíamos subido en el primer tercio de la carrera.

La bajada

Los 2 kilómetros y medio siguientes son duros por la fuerte pendiente descendiente y por el terreno, que afortunadamente está blandito, pero las piernas de Mercedes están aún empoderadas y nos plantamos en el 23 en 2 horas 48 minutos. Llegamos a la zona del barro, más llana, pero en el que cuesta avanzar debido a que es una pista de patinaje, y ella es una campeona superando la prueba; deesde ahí marchamos sin descanso hasta que en el 25,5 llegamos al cortafuegos del cerrillo inicial.

Las dudas

Sé que no nos va a pillar nadie y estoy orgulloso del esfuerzo de mi mujer, sin embargo la corta pero empinada subida le hace tener dudas. Afortunadamente sólo son unos 300 metros duros, tras superarlarlos seguimos subiendo pero ya se puede trotar y la animo para que no eche a andar aunque le cuesta. La última bajada de unos 400 metros termina de desgastarla, pero cuando alcanzamos la pista sé que sólo queda un kilómetro y que todo estará ya finiquitado; y lo hacemos, corremos a buen ritmo los últimos 1000 metros para alcanzar la meta en 3 horas y 24 minutos, casi 28 kilómetros y un poco menos de un +1000 de desnivel positivo según la lectura de mi GPS.



 

Llegamos bastante enteros y saludamos a Miguel Ángel y a Manolo, que han competido fabulosamente, el primero con un meritorio 5º puesto en su categoría, 2 horas 48 minutos y el segundo batallando y venciendo la dificultad con 3 horas y 7 minutos. Ya no están Andrés y Apolonio que terminaron su prueba, eso sí, dejándose la piel y colocando el pabellón bien alto.



El premio

Me como el bocata de salchichón casi de un tirón, tengo mucha hambre. Las piernas están fuertes, y sé que he hecho bien en realizar la prueba con ella, porque venía del castigo de la Maratón de Montaña de Cuenca de siete días antes. En cualquier caso ha sido mucho más que un entreno de calidad para mi.

Tras nosotros llegan cuatro corredores más (los tres perseguidores y una valiente corredora). Compruebo cómo ha peleado mi Merche porque le hemos sacado 5 minutazos al siguiente, y veinte minutos al resto. 

También cuento en la clasificación que hemos llegado sólo 36 corredores, una pena porque la prueba merece mucha más participación, sin duda.

Un honor

Y Mercedes tiene el honor de compartir cajón con Noelia Camacho, toda una crack , hace unos pocos años Subcampeona de Ultra Trail de España y según dicen, y más importante, una excelente persona.






El prólogo

Y tal y como vinimos nos vamos, ¡bueno no!, igual no, regresamos con una gran sonrisa entre oreja y oreja, con los deberes bien hechos y sin haber discutido durante la aventura. Para colmo Merche cumplió el objetivo número 1 de toda carrera por montaña: "no llegar la última" y lo hizo con nota.










martes, 16 de abril de 2019

SONRÍE: YA LO DECÍA EN SU CANCIÓN CHARLES CHAPLIN

Versión del bueno de Jeff Lynne: pincha en vídeo de la derecha mientras lees..
Sonríe
Sonríe aunque te duela el corazón
Sonríe incluso si se te está rompiendo
Cuando el cielo esté nublado, lo superarás
si sonríes a través de tu miedo y tu pena
Sonríe y puede que mañana
veas el sol traspasar el cielo brillando para ti.

Ilumina tu rostro de alegría
Oculta cada rastro de tristeza
Aunque una lágrima pueda estar a punto de salir
Es el momento de seguir intentándolo
Sonríe, de qué sirve llorar?
Tu vas a descubrir de que la vida sigue valiendo la pena
solo si sonries
.

Ilumina tu rostro de alegría
Oculta cada rastro de tristeza
Aunque una lágrima pueda estar a punto de salir
Es el momento de seguir intentándolo
Sonríe, de qué sirve llorar?
Tu vas a descubrir de que la vida sigue valiendo la pena
solo si sonries

https://lyricstranslate.com/es/smile-sonr%C3%ADe.html

Sonríe aunque te duela el corazón
Sonríe incluso si se te está rompiendo
Cuando el cielo esté nublado, lo superarás
si sonríes a través de tu miedo y tu pena
Sonríe y puede que mañana
veas el sol traspasar el cielo brillando para ti.
Ilumina tu rostro de alegría
Oculta cada rastro de tristeza
Aunque una lágrima pueda estar a punto de salir
Es el momento de seguir intentándolo
Sonríe, de qué sirve llorar?
Tu vas a descubrir de que la vida sigue valiendo la pena
solo si sonries
.
Ilumina tu rostro de alegría
Oculta cada rastro de tristeza
Aunque una lágrima pueda estar a punto de salir
Es el momento de seguir intentándolo
Sonríe, de qué sirve llorar?
Tu vas a descubrir de que la vida sigue valiendo la pena
solo si sonries
https://lyricstranslate.com/es/smile-sonr%C3%ADe.html

Sonríe aunque te duela el corazón
Sonríe incluso si se te está rompiendo
Cuando el cielo esté nublado, lo superarás
si sonríes a través de tu miedo y tu pena
Sonríe y puede que mañana
veas el sol traspasar el cielo brillando para ti.
Ilumina tu rostro de alegría
Oculta cada rastro de tristeza
Aunque una lágrima pueda estar a punto de salir
Es el momento de seguir intentándolo
Sonríe, de qué sirve llorar?
Tu vas a descubrir de que la vida sigue valiendo la pena
solo si sonries
.
Ilumina tu rostro de alegría
Oculta cada rastro de tristeza
Aunque una lágrima pueda estar a punto de salir
Es el momento de seguir intentándolo
Sonríe, de qué sirve llorar?
Tu vas a descubrir de que la vida sigue valiendo la pena
solo si sonries