RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 29 de diciembre de 2013

DOMINGO 29: 90´SUAVES EN LA ÚLTIMA SALIDA DEL AÑO EN VALDEPEÑAS

Hoy por la tarde, tras esperar el regreso de mi mujer y Jorge, que fueron a correr, me calcé las zapatillas, me puse una camiseta interior y guantes, e incluso el frontal, intuyendo que se me iba a hacer de noche, como así fue. Comencé como últimamente, lleno de dudas por las sensaciones que me va dando mi pierna, pero salí más ligero que en estos primeros días de vuelta a los entrenos. La sensación era extraña, pero no dolorosa, por lo que podía mantener un ritmo de alrededor de 5´45´´, en algunas ocasiones algo más rápido. El caso es que me dirigí a Las Aguas y justo cuando llevaba unos 30´ comencé a olvidarme de la pierna, señal de que hoy estaba experimentando cierta mejoría. Del Paraje de las Aguas al Paraje del Peral, mejor la pierna pero yo algo pesado, y eso que iba suave. Ya en El Peral tocó encender el frontal y el resto del camino fue aún mejor en cuanto a la pierna se refiere pero peor por otras molestias que me surgieron ya en la última parte (me comenzó a doler la planta del pie izquierdo, y un poco el tibial de la pierna derecha), y es que cada vez estoy más convencido de que me han echado el mal de ojo. En cualquier caso terminé contento porque al llegar a casa estiré divinamente y los isquios estaban casi como si no estuviera saliendo de una microrotura.

Mañana nos vamos a Salamanca, en la frontera con Portugal y a orillas del Duero. Allí podremos disfrutar corriendo, estoy seguro. Y el miércoles estaremos de vuelta. A ver qué tal se da.


PLANES PARA 2014

¿Qué espero de este 2014?. Sinceramente, las circunstancias me lo ponen fácil a la hora de desear qué quiero. Pero voy por partes:

  1. Objetivo social: conservar la cartera de amigos y conocidos que he tenido el placer de conocer en estos últimos años a través del running. Como todo jardín requiere de sus cuidados.
  2. Objetivo familiar: conseguir que Mercedes siga enganchada pese a la rémora que tiene con sus problemas físicos. Sé que está muy ilusionada. ¡Que no pierda esa ilusión!. También desearía que los críos siguieran corriendo, a ver cuánto les dura.
  3. Objetivo físico: por favor, dejar a un lado mis lesiones, concretamente, esta última que me trae frito.
  4. Objetivo deportivo: aquí lo pongo bien fácil, nada de hacer grandes registros para mi regocijo. Sólo pido terminar una prueba de ultrafondo, en principio la Madrid-Segovia, disfrutándola a poder ser, y hacer un par de maratones teniendo buenas sensaciones.
  5. Objetivos de clubes: espero seguir en mis dos clubes, aportando lo que pueda. Sé que tengo un poco abandonado al Extenuación de Valdepeñas, y eso puedo tratar de cambiarlo en este nuevo año.
  6. Objetivo para mi blog: bueno, seguir creciendo, diría yo, que siga con la misma acogida que hasta ahora. Para ello tengo que seguir dedicándole mi tiempo, obviamente.

YA ME ESTOY LEVANTANDO Y...¡CUESTA BASTANTE!. ASÍ QUE CORRO PARA ATRÁS

Ahí estoy, tratando de volver a empezar, y como todos los comienzos, tiene algo de ilusionante y también algo de desesperante (hay que fomentar la paciencia, parece ser). El jueves el día elegido para iniciar mis entrenos de carrera (en bici estática ya había realizado un par de sesiones). Sabía que me estaba adelantando a la prescripción de mi fisio, pero no podía esperar más. Así que me calcé la NB y salí con Mercedes, muy muy suavito. Ella también llevaba bastantes días sin correr aquejada de la cintilla de su "pierna buena". Las sensaciones iniciales fueron buenas, sin sentir tirantez en la zona afectada, pero, eso sí, con unas sensaciones raras, no sé si fruto del miedo o realmente por el nuevo callo que se ha hecho en el músculo. En ningún momento forzamos la máquina y a la vuelta, tras 50 minutos corriendo, la rodilla de Mercedes dijo basta y lo pasó muy mal hasta que llegamos. Hicimos una hora...y al llegar a casa me esperaba una buena sesión de estiramientos.

El viernes, también decidí salir, en esta ocasión yo solo. La idea era hacer algo similar al día anterior, y así comencé, pero pronto decidí cambiar un poco el chip y pensé que el retro running (correr hacia atrás), tiene efectos positivos en el fortalecimiento de los músculos antagónicos, así que me puse a correr, en intervalos, de esta curiosa forma. Así, sin prisa, pero sin pausa, alternando carrera ortodoxa con carrera "de cangrejo", me cuajé un poco más de una hora, en la que al menos no sentí molestias reseñables, aunque no forcé nada de nada.

El sábado, es decir ayer, pensaba hacer algo más que los días anteriores, así que a eso de las 12:50 me fui a probar una tiradilla no muy larga, y aunque salí suelto y algo más rápido que los días anteriores, pronto comencé a sentir algo raro en mi isquio, unos ligeros pinchacillos que no me gustaron ni un pelo, por lo que aflojé la marcha y continúe, eso sí, con los dedos bien cruzados. Al margen de esas minimolestias, las piernas iban algo doloridas, sin duda por el trabajo inusual del día anterior para ciertos músculos no acostumbrados a ese trabajo peculiar. Ya cuando llegaba, en la zona de asfalto, decidí probar de nuevo con retro running y me marqué casi un kilómetro y medio de esta forma. Llegué a casa sin ganas de correr, pero también sin molestias. Sentía que no podía correr más rápido del ritmo que llevaba, pero lo bueno de todo es que hice 85 minutos y algo más de 13 kilómetros, y que la pierna no me dio más guerra que la sentida al comienzo. Hoy también voy a salir, y la verdad es que tengo buenas sensaciones. A ver qué tal se da.


viernes, 27 de diciembre de 2013

EL ARREPENTIMIENTO Y LA EXPIACIÓN

Esta mañana me he levantado con la palabra arrepentimiento en mi mente. Realmente no me siento especialmente arrepentido por nada, pero no sé, quizá haya sido fruto de un sueño de esta noche. A colación de esto, si hablamos de running, no me tengo de qué arrepentirme por lo hecho, más al contrario, me siento bien. No estoy pasando por mis mejores momentos deportivamente hablando, pero tengo ganas de correr hasta "jartarme". (Cualquiera diría que no buscaba el perdón viendo la foto siguiente de la Maratón de Málaga):


Tuve que correr una maratón en 04:13 para entender realmente el sentido de esta carrera, el sacrificio y la emoción (ni tan siquiera cuando bajé de las 3 horas me emocioné tanto).

Pero no confundamos la emoción con el arrepentimiento, por más que éste último, acompañado del autocastigo y la expiación, puedan ser de los sentimientos más emocionantes que haya.

Probablemente, junto con el perdón, el arrepentimiento sea la seña de identidad más humana y pura que tenemos el privilegio de sentir, y si no comprobadlo en la actuación de Robert de Niro en la película "La Misión", de 1986. Rodrigo Mendoza ha matado a su hermano por celos, y se siente tan arrepentido que lo deja todo y decide ir a las misiones, donde carga con un pesado saco de armas a sus espaldas durante kilómetros y kilómetros de espesa selva y montaña como autocastigo para lograr la expiación. Si no lo habéis visto no os lo perdáis..


Otro arrepentimiento emocionante es el del grandullón Lian Neeson (Oskar Schindler) en La Lista de Schindler, cuando todos somos testigos de su transformación: de un avaricioso empresario a un arrepentido ser humano que se atormenta por no poder salvar más judíos de los que ya de por sí salvó...


También el de Sean Penn (Mathew Poncelet), es para recordar, un violador asesino que se pasa toda la película negando la mayor, pero a última hora no puede evitar sentir el peso del arrepentido ante la monja (Susan Sarandon)


En una emocionante película: American History X, un chaval inteligente se convierte en un nazi lleno de ira, que acaba matando y pagando por ello. Lo veís en la camilla de la cárcel tras sufrir una gran y dolorosa humillación (os la podéis imaginar). He aquí otro arrepentimiento con frase para tener en cuenta ¿algo de lo que has hecho ha servido para mejorar tu vida?. Yo añadiría ¿o la de los demás?


Por último, un arrepentimiento en forma de vídeo musical, en esta ocasión de la banda Kings of Leon, en su canción Beautiful War. En esta ocasión el actor Garret Hedlum, se mete en la piel de un famoso del rodeo que fruto del alcohol y de los celos mata a golpes a un amigo. Pide perdón de la mejor forma que sabe, sobre un toro. Por favor, vedlo hasta el final, que es merece la pena.




Ojalá no nos tengamos que arrepentir de las cosas más deplorables que hayamos hecho, por una razón sencilla, porque no hayamos llegado a hacerlas, pero si se ha dado el caso, ojalá tengamos fuerzas para arrepentirnos y pedir el perdón y lograr la expiación.






jueves, 26 de diciembre de 2013

AQUEL RINCÓN QUE TE ACOMPAÑA

Ana no es una chica corriente, pero para que supieras esto tendrías que conocerla. Cada tarde a la misma hora puedes verla dar vueltas y vueltas en aquel animado parque. Ella no lo sabe pero en el futuro podrá ser lo que se proponga, aunque en realidad sólo desea correr. Hoy no es un día distinto y sobre el mismo banco de siempre ha dejado uno de sus dos chandals.

No espero mucho porque en tan sólo un par de minutos la veo doblar la curva; allí aparece, corre con gracia, pero sé que los gestos le salen de dentro, no los piensa. Intuyo que sus casi 18 años son una auténtica provocación de la naturaleza rebosando juventud y frescura, pero sé que ella vive ajena a la proyección de su imagen y sólo tiene su mente en su tarea. Pasa ante mi y parece que me mira, pero eso es imposible, y en la soleada tarde de este miércoles veo como se aleja con su grácil zancada hacia la zona más concurrida, la zona recreativa, donde puedo oír como unos chavales quizá algo mayores que ella le dicen algo, entiendo que la piropean e imagino que Ana no les dirige la mirada, ni cambia su gesto, más aún, se incomoda, porque le gustaría ser invisible justo como lo soy yo.

Al pasar por el punto que planifiqué, aquella farola con el cristal apedreado, miro el viejo crono de mi padre y compruebo como he incrementado el ritmo hasta casi lo previsto, 3´50´´ la última vuelta. Todavía puedo ir más rápido, tengo margen, así que estiro la zancada y exijo más a mis tobillos. Percibo que la gente de mi alrededor me mira y no quiero preguntarme que se les pasa por la cabeza, no me interesa. El camino asfaltado se riza y comienza la pendiente hacia abajo donde aprovecho para apretar un poco más; me siento bien, por fin me siento bien. Ahora giro hacia la esquina del recinto, justo donde en la vuelta anterior me pareció ver esa extraña luz. En ese rincón los rayos del sol se cuelan al atardecer entre las ramas y forman curiosos reflejos, luces y sombras; es mi lugar favorito donde me gusta estirar al terminar mis sesiones. En esta ocasión no percibo ningún reflejo, no hay ningún juego de luces anormal, así que encaro la recta hacia la zona recreativa mientras aprieto los dientes en lo que va a ser mi última vuelta. Espero no encontrarme de nuevo a esos muchachos y me alegra cuando compruebo que ya no están. Estoy llegando de nuevo al punto de partida, la vieja farola, y acelero todo lo que puedo de forma que cuando cruzo de nuevo marco unos absolutamente maravillosos 3´32´´, y no me siento cansada; aún así, aflojo la marcha y comienzo a correr suave para ir dando por terminado el entreno. En mi rincón favorito estiro y allí, como siempre, me encuentro acompañada, no me siento ajena.

Ana se pone el viejo chandal y va caminando hacia su hogar obligado. En la sala de duchas, donde los fríos y mates azulejos blancos no le devuelven su reflejo, deja caer durante largos minutos el agua caliente en su joven y atlético cuerpo, y junto el agua y el jabón también se escurren lágrimas descarriadas que acaban sin remedio en el desagüe de su vacío. Ahora la veo entrando en su pequeño cuarto, y noto su soledad; me gustaría decirle que estoy allí pero no puedo. Está cogiendo un libro de la estantería y se esfuerza por estudiar. Sé que lo hace por cumplir una promesa que nunca hizo. Pronto le sorprende el timbre marcando el momento de bajar a la cena y con la disciplina aprendida durante estos últimos 15 años baja, coge su bandeja y la llena con lo que le ofrece Sor Clara. Se sienta en el mismo rincón de siempre, lo más alejada posible del resto de chicas, del resto del mundo. En la tele están echando un reportaje sobre Pompella y sus momias, y por un momento siento que piensa en el intenso calor y en la muerte instantánea, pero también piensa que de alguna forma esas momias son eternas.

Las noches son especiales para Ana, porque el silencio le gusta. Cierra lo ojos y piensa en su padre, en ese recuerdo al que se aferra su alma: ella va en una pequeña bicicleta con soportes para mantener el equilibrio y él va corriendo a su lado, le mira y le sonríe, es lo único que se quedó grabado en su pequeño cerebro de niña. A su madre no la conoció, porque murió la noche que nació, según le dijeron. Esa vieja bicicleta y esa efímera carrera es como el Padre Nuestro que hay que rezar antes de acometer la triste noche. No quiere cerrar los ojos, pero está cansada y el sueño le alcanza irremediablemente. Se encuentra en lo que parece una pista de atletismo, pero lo que tendría que ser tartán realmente es algo parecido a lava, probablemente viene del Vesubio, o quién sabe de dónde; para no quemarse tiene que ir flotando, tan sólo rozando sus punteras con la superficie. Allí se ve saltando en un bucle interminable, temiendo caer rendida y sucumbir hasta ser absorbida por la hirviente superficie hasta momificarse. Sería una muerte rápida pero ella no quiere perdurar, tan sólo quiere correr. Sin embargo en una de las esquinas ve una luz, una preciosa luz, y la sigue, logrando salir hasta verse en campo abierto; no está cansada, así que sigue flotando de salto en salto. Allá unos metros más adelante hay una bici y una silueta, ¡es su padre!, y vuela a su encuentro.

Justo cuando Ana esboza media sonrisa inmersa en su sueño su madre se queda tranquila y sabe que ha terminado otro duro día. Ana será lo que decida ser, pero sobre todo será un alma libre.


TOCA LEVANTARSE DE NUEVO

Ocho días, ocho largos días sin poder correr. En este periodo he ido al fisio en tres ocasiones, y parece ser que la lesión ha ido evolucionando favorablemente. El domingo hice una hora de bicicleta estática y estiramientos, y el lunes otros 50 minutos y otra buena sesión estirando. Pedro, mi fisio, me dijo que este sábado ya podría empezar a correr, pero he decidido salir mañana. Espero no cometer un error. 

Tengo menos de 60 días hasta Sevilla, una contrarreloj, y es toda una incógnita poder adivinar sí llegaré bien a esta cita. Sólo puedo ir pensando en el día a día, no más allá. A ver qué tal mañana

lunes, 23 de diciembre de 2013

HACIENDO PLANES PARA EL NUEVO 2014

Estos fueron mis propósitos tras terminar la Maratón de Roma en marzo:

¿Y AHORA A DÓNDE VOY?¿CÓMO LO HAGO?

Bueno, ya he reflexionado y ya tengo claro como afrontar los meses venideros. En mi anterior pequeño proyecto, me propuse bajar de las 3 horas en maratón y ya lo he conseguido. Además, lo hice con un plan suave en cuanto a intensidad, pero no en cuanto a kilómetros acumulados. Creo que he progresado, bajando en dos años 21 minutos mi registro en Media Maratón y en 9 meses, bajando en 24 minutos mi registro en Maratón, desde la primera que hice en Estocolmo el año pasado a la recién realizada Maratón de Roma.





Como las sensaciones son cada vez mejores, y las dosis de disfrute me las estoy metiendo con mayor asiduidad, he decidido seguir a por todas. Esta fase debería terminar con la competición de la Maratón de Málaga, en la primera semana de diciembre. En esta nueva etapa que se abre tengo varios objetivos, y no todos son meramente deportivos:

  1. Objetivo social: ya que ya no corro solo, y además, cada vez menos, tengo que asentar los lazos que me unen con tanta gente que he conocido en este último año. Pertenezco a dos clubes, y así seguirá siendo. Me propongo colaborar más en las actividades de los mismos y ser un poco menos egoista. He de tener en cuenta que he recibido mucho de la gente en estos meses.
  2. Objetivo familiar: tengo que mejorar mucho cómo compagino los entrenos y mis obligaciones laborales y familiares. Esto es una asignatura pendiente y creo que bastante difícil de aprobar. En invierno no me cabe más remedio que entrenar por la noche, y así deberá seguir siendo, pero tendré que intercalar más entrenos por la mañana temprano. Continuaré acumulando más kilómetros los fines de semana que en días laborales, y me propongo bajar el pistón hasta septiembre, mes en el que comenzará el plan específico para la Maratón de Málaga. Esto último es muy importante para mi familia y para mi, porque llevo muchos meses con bastante presión, aunque finalmente haya dado sus frutos.
  3. Objetivo físico: para mi lo importante es escuchar más atentamente a mi cuerpo, el cual me manda mensajes constantemente. Creo que cada vez lo entiendo mejor y por ello he ido progresando hasta ahora. Me preocupan dos aspectos: no estancarme, es decir, tengo que seguir evolucionando porque creo que aún tengo margen de mejora (esto es una intuición). La otra cosa que me preocupa y mucho es NO LESIONARME. Creo que he estado cerca de tener problemas más importantes en mi rodilla derecha, y ahora tengo que cuidarme mucho más. Más estiramientos, aportar minerales, cuidar un poquito más la dieta.
  4. Objetivo deportivo: voy a ir a tratar de bajar de 02:50 en la maratón. Creo que es factible, porque Roma no fue fácil, sobre todo con el adoquinado y con los repechos. Son 9 minutos menos, y son muchos, pero quizá no tantos como para no intentarlo. Supone una mejora de un 5% de rendimiento. para ello la terna de tiempos que he de tener en mente es: 36´30´´en 10.000 (45´´ menos que mi marca hecha en diciembre del año pasado), 01:20:30 en Media Maratón (que es 1 minuto y 15 segundos menos que mi tiempo hecho en la Media de Valdepeñas este mes de febrero), y el 02:49:50 correspondiente en Maratón. Como se puede comprobar, mi tiempo en Maratón, recién realizado, no se corresponde del todo con mis marcas hechas en 10.000 y en Media, pero es que la Maratón es la Maratón. Para mejorar un 5% en mi rendimiento en la prueba de Filipedes tan sólo tendría que mejorar un 2% en mi rendimiento en el 10.000, y un 1,52% mi rendimiento en la media.
Para ello pretendo disputar en torno a tres 10.000, cinco medias y la maratón. En principio, este puede ser mi calendario:
  • 30 de marzo: 10 kms de Minaya, Albacete. Es una prueba más o menos rápida en un pueblecito de Albacete, pertenece al Circuito de Carreras Populares de dicha provincia, y seguro que está bien organizada. El récord de la prueba está en 33´y unos poco segundos, y en su segunda edición, la del año pasado, compitieron más de 600 atletas, en un pueblo que no llega a los 1.700 habitantes. . Querría ver cómo me encuentro dos semanas después de Roma, y me conformaría con hacer un tiempo similar a mi mejor marca, en Daimiel a finales del año pasado.
  • 4 de mayo: otro 10.000, en esta ocasión en Manzanares, y competiré en el Circuito de Carreras Populares de Ciudad Real. Es también rápido y mi intención en el mismo dependerá de lo que haya ocurrido en Jávea. En principio no me tendría que encontrar tan bien como en abril, porque el plan a seguir en estas semanas es simplemente de mantenimiento.
  • 19 de mayoMedia Maratón de Almagro: esta prueba me hace bastante ilusión, porque guardo buenos recuerdos de la última vez que la corrí, allá en 2011. La idea sería no ir a por todas pero competirla, no rodarla.
  • 8 de septiembreMedia Maratón de Torralba de Calatrava:esta la haré como un entreno y trataré de quitarme el mal sabor de boca de la última vez que la corrí, cuando no estaba en forma, en 2009, que casi tarde 2 horas en completarla y un poco y casi me muero.
  • 22 de septiembreMedia Maratón de Puertollano. Tendré que correrla aunque guardo muy mal recuerdo del año pasado. Quizá me la tome como un entreno.
  • 6 de octubreMedia Maratón de Alcázar de San Juan. A dos meses de Málaga estaría casi en la máxima carga. En esta ocasión esperaría ya hacer tiempos más ajustados a lo que busco.
  • 24 de noviembreMedia Maratón de Córdoba. Ese será mi test.
  • 7 de diciembreMaratón de Málaga.
Para realizar este recorrido emplearé tres planes:
  1. Plan de mantenimiento: que se extiende desde la semana pasada hasta primeros de junio. El objetivo del mismo es mantener mi actual estado de forma en la medida de lo posible, trabajando ritmos rápidos e intercalando alguna competición.
  2. Plan de Fuerza de verano: durante verano bajaré el pistón del kilometraje y entre junio y septiembre trabajaré la fuerza y me pondré al día con ciertas zonas de mi cuerpo poco trabajadas (como por ejemplo lo abdominales o los tobillos). La idea es crear una buena base para no lesionarme en el último plan.
  3. Plan Específico: desde septiembre hasta la maratón, será, en su concepto, bastante similar a que he seguido para Roma. La fórmula me funcionó y no hay por qué cambiarla.
Si consiguiese todo esto en esta nueva fase, tendría que plantearme a dónde voy después. ¿Quién sabe?, he estado tentado a probar nuevas cosas, como pruebas más largas, pero acabo de llegar a esto de la maratón y tengo que aprender mucho aún.


....El hombre propone y Dios dispone, esa es la moraleja. He conseguido algunas cosas, como ocuparme más de Mercedes y de mi familia, que hoy por hoy todos estamos corriendo, y eso es lo principal. Conseguí mi objetivo del 36:30, o casi, en 10.000, pero ni por asomo he conseguido NO LESIONARME, o acercarme a las 02:50 en maratón, pero eso no importa demasiado. 

Haciendo balance de este 2013, ha sido un año muy irregular en el que por una parte he dado mi máximo rendimiento mejorando todos mis registros en todas las pruebas, he probado a realizar ultrafondo, he disfrutado mucho en algunos entrenos, y he estado muy desmotivado y estresado gran parte del año, todo ello SIN DEJAR DE CORRER. También he mordido el polvo con mi primera retirada en una media maratón, he sentido la impotencia de mi retirada en los 102 kilómetros de la Madrid-Segovia, saque de donde no sé para terminar la Maratón de Málaga, y ahora experimento lo que es NO PODER SALIR A CORRER POR CULPA DE UNA LESIÓN; pero sobre todo HE HECHO MÁS AMIGOS, HE CONOCIDO MUCHA GENTE y me siento muy feliz por ello.

Me cuesta plantearme qué espero de 2014. Casi diría que esperaría seguir corriendo, y si puede ser sin parar, terminar la Madrid-Segovia y correr un par de maratones sin plantearme qué hacer en ellas. También debería ser el año en que mi Merche hiciera su primera media, algo que es para muy emocionante. Antes de que finalice el año tendré que hacer planes y plasmarlos.

Iremos donde el viento nos lleve....

sábado, 21 de diciembre de 2013

WILCO_HAY UNA LUZ DENTRO DE TI

Austin Nelson


Hay una luz dentro de ti, ¡y qué luz!, una luz blanca, una única luz. No dejes que te pinten tu cuadro, que digan como cantar tu canción, simplemente hazlo desde dentro, siente miedo, siéntete vivo. Eso dice Wilco.

Wilco, según muchos, la mejor banda surgida en los últimos 15 años. Desde luego si os puedo decir que desde que los descubrí hace unos años han pasado a ser uno de mis grupos preferidos, aunque reconozco que es de esos que o te llegan o no, pero una vez conquistado tu corazón, es para siempre. Comienza mi gramola con una canción de esas de CARA B, de su disco "Sky Blue Sky", elegida para levantarme el ánimo, sobre todo por su letra:

Y es que en estos días grises tengo que convencerme de que hay una luz dentro de mi (como la hay dentro de todos y cada uno de nosotros). Esto dice la canción que podéis escuchar en el apartado musical de mi blog:

Si tienes ganas de cantar una canción 
Y te gustaría que otras personas la cantasen
Sólo canta lo que sientes 
No permitas que nadie diga qué esa canción no es buena

Y si tratas de pintar un cuadro 
pero no estás seguro de qué colores llevará
has de saber que sólo ven la pintura  
No permitas que nadie te diga que está mal pintado 

Y si estás colgado allá afuera como un cometa 
O despierto y perdido en la noche 
Está bien tener miedo (te hace sentir vivo)

Cuando hay una luz ¡ y que luz! 
Hay una luz, una única luz 
Hay una luz , una luz blanca 
Dentro de ti 

Si piensas que necesitas a alguien 
Para que te recoja cuando estés caído
No te pierdas de vista a ti mismo 
No dejes que nadie cambie tu bolsa (se refiere a la del pis)

Y si todo el mundo canta tus canciones 
Y todos tus cuadros han sido colgados 
Sólo recuerda que todo aquello fue tuyo y
es de todo el mundo a partir de ahora 

Y todo no es correcto o incorrecto 
Puedes luchar por lo tuyo todo lo que quieras 
No tienes porque ponerte tenso...

Porque hay una luz, ¡vaya luz! 
Hay una luz,  una única luz 
Hay una luz,  una luz blanca 
Hay una luz,  ¡y que luz! 
Hay una luz,  una única luz 
Hay una luz,  una luz blanca 
Hay una luz,  ¡y que luz! 
Hay una luz,  una única luz 
Hay una luz,  una luz blanca 
Hay una luz,  ¡y que luz! 
Hay una luz,  una única luz 
Hay una luz,  una luz blanca 
Dentro de ti


If you feel like singing a song
And you want other people to sing along
Just sing what you feel 
Don't let anyone say it's wrong

And if you're trying to paint a picture
But you're not sure which colors belong
Just paint what you see 
Don't let anyone say it's wrong

And if you're strung out like a kite
Or stung awake in the night
It's alright to be frightened

When there's a light (what light)
There's a light (one light)
There's a light (white light)
Inside of you

If you think you might need somebody
To pick you up when you drag
Don't loose sight of yourself
Don't let anyone change your bag

And if the whole world's singing your songs
And all of your paintings have been hung
Just remember what was yours is everyone's from now on

And that's not wrong or right
But you can struggle with it all you like
You'll only get uptight

Because there's a light (what light) 
There's a light (one light)
There's a light (white light)
There's a light (what light)
There's a light (one light)
There's a light (white light) 
There's a light (what light)
There's a light (one light)
There's a light (white light)
There's a light (what light)
There's a light (one light)
There's a light (white light)
Inside of you


OTRO DESASTRE DE SEMANA: MICROROTURA CON HEMATOMA

Mis renovadas ilusiones pronto se han ido disipando conforme los acontecimientos me han ido convenciendo de que mi ímpetu debía esperar a mejores momentos. Después de un prometedor entreno el del sábado, cuando hice casi 21 kilómetros con subida a los molinos eólicos de la Sierra del Peral incluida, y sobre todo con buenas sensaciones en mi "lesión que deseaba olvidar", el domingo corrí con Mercedes un 10.000, para ella frenético, y para mi suave pero a un ritmo ya algo exigente para mi pierna, 5´30´´. Terminamos muy contentos: Mercedes dejando su marca en 55´y yo ilusionándome con ella y con mi recuperación de cara a la Maratón de Sevilla. Pero los días siguientes trajeron nuevas tempestades. El lunes mi mujer tenía un más que considerable dolor en la "pierna buena", claramente "síndrome de la cintilla" y yo hice un entreno por la noche de unos 10 kilómetros, con tres subidas por el camino de más pendiente al Cerro del Ángel, y aunque me sentí cansado, la pierna apenas me molestó. Pero lo peor venía el martes: Mercedes seguía igual con sus molestias y yo me volví a calzar las Adidas Adizero Maná, y en la hora que lo hice. Al final ha resultado 3/3: la Media de Benidorm me lesiono con estas zapatillas, pasan dos semanas y en la Maratón de Málaga otra vez y corriendo con ellas, y una semana después me las vuelvo a calzar y aunque no hago un entreno exigente vuelvo a sentir una tirantez más que considerable. Quería hacer algo de gradas para fortalecer la zona, y lo peor del entreno no fueron los multisaltos, sino la parte de carrera donde, como acabo de comentar, me costaba correr a 5´30´´. Así que, antes de tiempo, suspendo el entreno y me vuelvo a casa. Allí Mercedes me aprecia el hematoma que tengo en la zona baja de los isquios: "me he roto", quizá no ese día, quizá el sábado y sin enterarme, quizá el domingo en Daimiel, quien sabe si la rotura de produjo en Málaga o incluso en Benidorm y el hematoma sale ahora.

El miércoles tenía cita con el fisioterapeuta; iba a ser la primera vez en mis 43 años que un fisio me iba a tratar, y ya era hora. La pedí el lunes con la idea de que, sintiéndome bien como me sentía, me fuera tratando la zona para ayudar a mi recuperación, pero ahora la cita tomaba otro cariz. Cuando me vio el hematoma se confirmaba lo que ya sabía: microrotura. Me aplicó calor, me estimulo los isquios para relajarlos y me masajeo la zona de alrededor, sobre todo la fascia lata, donde comentaba que podría estar el origen del mal de los isquios. Me pronosticaba que a finales de año, primeros de 2014 podría estar volviendo a correr y confirmaba que lo más probable ocurriera que las Adidas no me van nada bien para la parte de mi cuerpo más débil y propensa a las lesiones.

Así que bastante contrariado pero ilusionado por la posible rápida recuperación regresé a casa donde mi hijo me echó esta foto que asusta sólo con verla. Lo que se ve arriba (ese bulto alargado y prominente) parece ser fruto del masaje, pero algo más abajo y donde está la lesión, se aprecia perfectamente el hematoma:


El miércoles fue un día duro, con bastantes molestias incluso para andar. Mejor fue el jueves, con la pierna más suelta. Quería haber ido a nadar y/o hacer bicicleta (aconsejado por Pedro, mi nuevo fisio), pero no saque tiempo. El viernes, ayer, apenas sentía ya ningún tipo de molestia ni al tacto ni al andar, y también tuve nueva cita con Pedro, que comenzó a tratar la zona con un masaje muy doloroso que me hizo ver las estrellas y los luceros, y hoy me encuentro con unas ganas locas de volver a correr, pero me tendré que esperar hasta el 31 de diciembre, cuando si Dios quiere, corretearé en la frontera con Portugal, en los Arribes del Duero, donde vamos a pasar mi familia y yo la Nochevieja. Pedro es optimista y me lo ha contagiado: dice que tengo calidad y buena materia prima, también sostiene que estaré para Sevilla, sólo tengo que tener paciencia en estos días y no correr, eso sí, hacer otro tipo de ejercicios en los que no tenga que machacar la pierna contra el suelo.

Así que parece ser que el año va a terminar prácticamente como ha devenido en los últimos meses, con una especie de mal de ojo. Por cierto, Mercedes sigue con sus molestias en la cintilla de su pierna buena, así que igual le toca ir también al fisio, ¡demencial!.


domingo, 15 de diciembre de 2013

DECIDIDO: DOBLAMOS EL RETO Y MI MUJER SE ARRIESGA

Guiados por la emoción del momento Mercedes se tira a la piscina y acepta el reto de correr la Media Maratón de Valdepeñas que se celebrará una semana antes de la Maratón de Sevilla, concretamente y con casi toda seguridad, el 16 de febrero. Tiene 10 semanas para preparar su organismo a ese considerable esfuerzo, aunque personalmente creo que no necesitará mucho para afrontarlo, porque ya ha realizado tiradas de 15 kilómetros con buen feeling. A eso le tenemos que sumar la anécdota: nos conocimos en persona un sábado 17 de febrero de 2001, nos casamos un 16 de febrero sábado de 2002 y ahora toca correr la media que también servirá para conmemorar nuestro aniversario (y encima me servirá de tirada larga para mi objetivo en Sevilla).

UNAS FOTOS DE LA AVENTURA EN MÁLAGA: UN POPURRI

Ahí van unas fotillos...

Mi emoción tras llegar junto a Mauricio


Un honor compartir podio con Marisol Gijón, toda una campeona. Ella ganó al día siguiente, pero incomprensiblemente no subieron al cajón los primeros de cada categoría



Unos minutos antes de la salida con, de derecha a izquierda, Miguel Ángel, Rubén, Alberto y yo


Marisol, la campeona, bregando..


Marisol llegando...



Alberto hecho un crack, y David que le hacía de liebre que se comenzaba a quedar atrás


Rubén orgulloso con otra camiseta más de finisher


Sergio y Alberto dándose un remojón en pleno diciembre para acoplar las piernas al esfuerzo que les iba a venir


LA CRÓNICA DEL 10.000 DE DAIMIEL

Día frío el de esta mañana, con un montón de niebla, y no sé si el ideal para correr a tope, pero el caso es que Mercedes estaba todo concentrada para la carrera. Nos fuimos a Daimiel a eso de las 10:00 horas, Mercedes, mi hermana Mari Carmen (que también iba a correr) y yo, y tras el protocolo de recogida de dorsal, la abarrotada bolsa de corredor (un 10 para la organización por todo y en especial por la pedazo bolsa con pantalón y camiseta incluída), pues apenas nos daba tiempo para calentar, de forma que nos fuimos a la zona de salida pocos minutos antes de que sonase el pistoletazo. La idea era llevar a Mercedes hacia su pequeña gloria: bajar su anterior registro de 57´55´´ realizado en Piedrabuena este verano, sabiendo que se encuentra mucho mejor de forma y que tan sólo necesitaba ponerse. Tenía proyectado ir a 5´45´´ al comienzo, pero me fui desviando a la baja, marcando los primeros kilómetros en 5´34´´, 5´32´´, y similar. Mercedes iba bien, sin problemas de pulsaciones y con buena cara, así que decidí mantener el ritmo, y siguió respondiendo. Pasamos por meta tras haber hecho el cuarto kilómetro por debajo de 5´30´´, y la cosa siguió funcionando, así que supe que iba a pulverizar su mejor marca sin problemas, y así fue..., no perdió el ritmo más al contrario y en los dos últimos kilómetros apretó los dientes para marcarse dos sub 5´25´´.  Nos dio tiempo para alcanzar a mi hermana que con cincuenta y tantos y mucho pundonor se marcó un carrerón. Traté de que llegásemos los tres juntos pero a Mari Carmen, que se había pasado de ritmo, le vino largo el último kilómetro.

Finalmente salieron 10.140 metros por mi Garmin, y un crono de 55´47´´. ¡Bravo Mercedes!, si tuvieras tiempo para entrenar pronto te veríamos haciendo maratones. Mari Carmen hizo unos segundillos más, unos 56´pelados.

En cuanto tenga fotos os publico alguna. En cualquier caso dejo aquí la de mi mujer corriendo el 10.000 en Benidorm, el cual se tomó con bastante más calma que hoy







SÁBADO 14: REENCONTRÁNDOME CON LO BUSCADO

Tocaba levantarse de nuevo tras la caída. Es lo bonito que tiene esto, tratar de resurgir. Mi intención era correr por la mañana, pero no muy temprano, cuando el sol calentara, pero finalmente no pude, así que lo pospuse para la tarde. ¡Como describiros las emociones, los aromas, las sensaciones!. Cuando ha llorado de impotencia, cuando siente que cae al vacío, pero la caída libre acaba siendo una bendición, salir del pozo es un nuevo renacer...

Se trataba de ir a la Sierra del Peral, a unos 9 kilómetros por los caminos que elegí. Desde el pie tocó subir la empinada cuesta de más de 2 kilómetros y la pierna fue respondiendo inusitadamente bien, inesperadamente. Me sentía contento, disfrutaba, y ni siquiera la exigente pendiente me hizo encontrar mal, más al contrario. He cogido un buen estado de forma, y es una pena que la pierna no me haya dejado..., bueno, es una pena o una bendición, porque estoy aprendiendo...Llegué arriba y me sentí como Rocky en la primera entrega, cuando subía el empinado cerro y levantaba los brazos. Estaba anocheciendo y se comenzaban a ver las estrellas y luna llena, y con eses privilegiado escenario bajé sin forzar mucho para evitar problemas. Después decidí tirar por el camino que bordea la sierra para no ir mucho de noche por la carretera, ya que no llevaba frontal, y llegó un momento en que me tuve que enfrentar con un montón de piedras, teniendo que ir caminando unos minutillos. Finalmente encontré, ya oscuras, el camino y desde ahí a casa. Por momentos disfruté un montón, acompañado de las estrellas y de la luna llena, y estirando zancada como hubiera gustado hacer unos días antes en Málaga. Finalmente hice 01:55 minutos aproximadamente y 20.600 metros. Al llegar a casa estiré bien y me sentí muy satisfecho. ¡Ya ha comenzado mi nuevo plan!




 

sábado, 14 de diciembre de 2013

HACIA DONDE EL DESTINO TE QUIERA LLEVAR

"Ha llegado a su destino", eso te dice el Tom Tom cuando estás aparcando tu coche ya llegando al final del viaje. Siempre he tenido la duda de si nuestro destino nos perseguía o éramos nosotros los que lo perseguíamos vehementemente. Quizá la respuesta no esté vestida ni de blanco ni de negro y sí ataviada de un vestido que contiene toda la escala de grises. 

Mi situación actual me ha colocado nuevamente en un momento propio para la reflexión y la consiguiente acción, ¿recordáis el cruce de caminos del final de la película "Naufrago"?. Robert Zemeckis supo plasmar como el hombre avanza en su vida conviviendo con su destino y la casualidad. 


Justo al final del film, Tom Hanks (Chuck Noland en la película) viene de entregar los paquetes que Fedex, su antigua empresa, que no pudo servir a causa del accidente.., acaba de dejar la caja que nunca se atrevió a abrir, esa que le motivó a la hora de sobrevivir y que también le inspiró en el diseño de las velas de su patera, ese intrigante paquete con las alas dibujadas. Chuck lo deposita en el alfeizar de la puerta de esa finca perdida en ninguna parte, no sin antes escribir a su destinatario una nota expresando su agradecimiento porque gracias a él salvo su vida. Chuck acaba en una encrucijada y no sabe dónde ir, tiene tiempo, su vida se abre ante sus ojos y no siente el peso de ninguna obligación, sólo ha de avanzar. En estas guisas llega una guapa chica y se ofrece a orientarle, ella coge el camino del cual viene él, y cuando se aleja Chuck puede ver unas alas dibujadas en su camioneta: ¡es la destinataria del paquete!. ¿casualidad?, ¿el destino?. Vivió una increíble aventura y ahora una fuerza ineludible le ha llevado allí. El bueno de Chuck se enfrenta a los cuatro puntos cardinales sin saber muy bien hacia dónde marchar, hasta que finalmente fija su mirada en el punto por donde la chica se aleja y sonríe, acaba de encontrar su destino (o su destino le ha encontrado a él).



Yo ya decidí cuál era el mio, no dejar de correr, y sonrío, sé dónde voy pero no sé que me voy a encontrar por el camino. Tras la maratón de Málaga algo ha cambiado en mi interior; siento cierta paz y estoy relajado, me encuentro bien. En estos días apenas he corrido un par de días, el martes salí con Mercedes y nos fuimos a la pista de atletismo: ella hizo interval y yo correteé suave todo lo que me permitió la pierna, unos 36 minutos. El jueves volví a salir, esta vez al mediodía en el descanso del trabajo. La pierna respondió mejor en esta ocasión, algo agarrotada pero el dolor se fue en cuanto calenté y pude hacer 38 minutos que en su parte final se hicieron bastante placenteros.

Llegados hasta aquí comienza una nueva aventura: La Maratón de Sevilla, y tengo 10 semanas para afrontarla. Mi objetivo primero es recuperar mi pierna en lo que queda de mes de diciembre y para ello me he marcado como plan correr suave, estirar mucho y fortalecer la zona. Hoy comienza un reto nuevo, y lo hago lleno de ilusión; dentro de un rato haré una tirada larga, no sé muy bien de si unos 20 kilómetros, pero iré tranquilo, relajado, tengo tiempo, al igual que Chuck, tengo una vida por delante.




lunes, 9 de diciembre de 2013

LA CRÓNICA DE LA MARATÓN DE MÁLAGA: DE MAURICIO Y OTRAS EMOCIONES




Las sensaciones de los días anteriores

Descansé el viernes y estaba contento porque sentía ganas de correr y ya no tenía ningún tipo de molestias en la maldita pierna. Me acosté tarde el viernes, trabajando, pero fue también algo que hice con la idea de dormir poco de cara a que el sábado por la noche el cansancio me abatiera. 

El viaje y la recogida de dorsal

Salimos bien temprano toda la familia rumbo a Linares, donde dejamos a los niños con sus abuelos y de ahí a Málaga. Lo primero que hicimos nada más llegar fue ir a la Feria del Corredor sita en el estadio de atletismo.

 

 
Allí me encontré con Manuel Valverde, de mi pueblo, que también iba a correr la maratón. Al rato llegó Marisol Gijón, del Pozo Norte y estuvimos recogiendo el dorsal, la bolsa y la camiseta (en esta ocasión fue mi mujer la agraciada ya que le cogí una S del modelo de mujer ya que yo ya tengo tropecientas mil camisetas). De ahí nos fuimos al apartamento, muy chulo y muy céntrico, por cierto, y que aprovecho para recomendar: Apartamentos Debambú, muy cerca de la Calle Larios.

La comida y la cena

Quedé con Alberto Menchero y su gente y nos fuimos a comer a un sitio céntrico donde la pasta te la ponían "de a kilo", hasta que se nos salió literalmente por los orificios nasales, después, a tomar un buen café con tertulia incluida hasta que anocheció. Como anécdota, comenté lo de que me había quedado sin dorsal para la Maratón de Sevilla y lo de la promoción de New Balance, y Alberto llamó a un amigo que regenta una tienda de deportes en Alcalá de Henares, y unos minutos más tarde se estaba resolviendo el tema vía móvil, por lo que ya no tengo porque preocuparme del dorsal, ¡podré correr en Sevilla!. Málaga estaba increible, llena de gente en la calle, con una animación propia de su feria. Ya a eso de las 20:30 quedamos con Marisol, Marcos y su hija Alba y nos fuimos a cenar, ya algo más ligero, de cara a no acostarse muy tarde para la aventura del día siguiente.

La noche y el madrugón

Nos acostamos a eso de las 23:00 horas dejando hechos todos los preparativos, y estaba tan cansado que dormí como un bebé. A las 06:15 horas sonó el despertador y tras desayunar en el apartamento y tener mi "momento all-brand", me quedé muy satisfecho ya que había realizado una perfecta recarga de hidratos, descansado bien y evacuado todo lo que no necesitaba. 

El preámbulo

A las 07:30 nos fuimos a la zona de salida Marisol, Mercedes y yo. Hacía algo de fresco, pero estaba claro que íbamos a tener la temperatura ideal para correr. Charlé con un montón de gente del Extenuación Valdepeñas: Pedro Romero, Enrique Cidfuentes, Manuel Valverde, Alberto y sus ecuaces, etc y tras un breve calentamiento y algún que otro estiramiento me fui a mi cajón, quizá inapropiado para mi estado de forma, el sub 3 horas. Allí, junto a Pedro Romero, esperé el final de la cuenta atrás, prácticamente sin nervios y no pude ver a mi mujer que me requería para echarme una última foto antes de la nueva aventura.

La salida y los primeros 10 kilómetros

Sonó el pistoletazo, había llegado el momento que meses atrás había estado esperando como una oportunidad de hacer una buena marca, pero que con los desaguisados acaecidos desde el verano me habían llevado a replantearme todo y verlo como una maratón de transición. Así que, como lo que era, así salí, "a verlas venir". Pensé que la pierna me tenía que aguantar y que merecía disfrutar de la carrera, pero lo que uno desea no siempre ocurre. Salí en torno a 4´15´´ el kilómetro a unos metros del globo de las 3 horas. La piernas iban sueltas y sin problemas y delante mía veía a Pedro Romero, pero no quería apretar para alcanzarle por no hacer gastos innecesarios. Pese a no llevar Garmin, porque no me apetecía obsesionarme en esta ocasión, pude comprobar que el segundo kilómetro lo pasé acumulando 8´25´´ con lo que el segundo kilómetro había sido hecho en 4´10´´. Cogimos la larga avenida que nos llevaría al Barrio del Palo y me sorprendí alcanzando a Pedro Romero y al globo de las 3 horas, casí sin proponérmelo. Me sentía bien y continué con el numeroso grupo que seguía a los pacemakers sin forzar apenas. En torno al kilómetro cuatro llegó Enrique Cidfuentes, al que estaba esperando porque está en un momento de forma fabuloso y sabía que iba a acercarse a las 3 horas en el día de ayer. Pasamos el primer avituallamiento y no me dio tiempo a coger nada, pero no importaba, no hacía calor. Sí que bebí un poco de agua en el 7,5 y me sentía feliz porque no me costaba correr. Por un momento pensé que de seguir así podría volver a bajar de las 3 horas. En el kilómetro 9, en cambio, comencé a sentir algo raro en la inserción de la parte baja de mis isquios, es decir, en la maldita zona X. No era ni molestia, pero no me gustaba ni un pelo. 

El kilómetro 10 y lo que venía después

Llegamos al kilómetro 10 y allí cogí isotónica, un plátano y perdí un poco al globo, pero enseguida apreté y los volví a cazar. Sin embargo comencé a comprobar como se me cargaba la zona mencionada poco a poco, sentía el agarrotamiento y la rigidez, y del optimismo fui pasando al más duro de los realismos: ¡no estoy recuperado para correr una maratón!. En el once quedó claro que todo iba a ser un desastre porque ir a 4´10´´ era ya más que molesto ya que a cada zancada sentía una tirantez dolorosa, así que aflojé un poco y el globo y su grupo se fue alejando de mi, inalcanzables, como cuando se marchan tus sueños. Yendo a 4´30´´ tampoco iba bien, aflojé, la molestia aumentaba, ni a 4´50´´ iba ya sin dolor, y tenía ante mi más de 30 kilómetros. La idea de retirarme me dejaba hundido pero era consciente de que no tenía más remedio que hacerlo. A todo esto, me iba adelantando una tropa de gente, que en esa situación de carrera me pasaba a un ritmo envidiable. Así que me propuse continuar a un trote más lento, de aproximadamente 5´20´´ hasta el 15 donde estaba Mercedes y allí retirarme. El dolor y la impotencia me hicieron llorar durante un rato, porque el fracaso es "lo que tiene", pero de repente pensé que no me iba a retirar, simplemente iba a seguir corriendo fuera como fuese, y si me rompía del todo ya veríamos. El kilómetro catorce lo pasé en 1 hora y 4 minutos y llegué a donde estaba mi mujer ya decidido a contarle lo que me había pasado y lo que había decidido, y así hice: le comenté que no se preocupase que todo estaba controlado y que esa carrera la tenía que terminar. 

Desde el 15 con mis pensamientos



Pasar por delante de Mercedes y desde ahí verme solo ante los siguientes 27 dolorosos kilómetros me hizo cambiar de perspectiva. Me habían pasado ya un montón de runners, y más que me iban a pasar, porque el dolor lejos de remitir aumentaba, y llegó el momento que ni a 6´el kilómetro iba cómodo, pero conforme me fui tragando mi orgullo y un halo de humildad fue llenando mi corazón, comprendí que la oportunidad que tenía ante mi era importante: iba a sufrir una maratón e iba a poder testimoniar la misma viendo en escena a todo tipo de corredores, desde los rápidos hasta casi los más lentos; todos ellos me iban a pasar, algunos más cansados que yo, otros muy cansados e incluso algunos casi sin fuerzas: a ninguno lo podría seguir, porque mi ritmo era demasiado lento, pero sin embargo estaría tan fresco físicamente que podría agudizar mis sentidos y aprender de la experiencia. Así fueron avanzando los kilómetros. Algunas personas me preguntaban por mi cojera y brevemente les explicaba mi situación. A esas alturas me habían adelantado ya muchos de mis amigos a los cuales también les explicaba mi mal. En el 18 aproximadamente me pasó Marisol Gijón que me dijo que me retirase, pero yo ya hacía muchos kilómetros que había tomado mi decisión. 

Los mayores dolores y el reflex

Uno no encuentra reflex cuando lo busca. Es curioso, en casi todas las maratones que he corrido me he ido cruzando con gente de la organización que llevaba en la mano reflex y productos similares, pero la Ley de Murphy es lo que tiene. Aún así, justo cuando el dolor comenzaba a desmoralizarme, conseguí dar con una chica en bicicleta me gentilmente me fue a buscar un botecito de la quinta esencia, y minutos después apareció con el objeto de deseo y me rocié bien todo el isquio, ya que la rigidez me subía hasta la zona media del mencionado músculo. Fueron mis peores momentos, ya que me quedaban unos 23 kilómetros y por un momento pensé que no podría conseguirlo. Ví pasar el globo de las 3 horas 30 y eché cálculos, pensando que quizá podría bajar de las 4 horas si era capaz de mantener el ritmo cansino que llevaba, eso sí, no me estaba parando ni para avituallar. 

La media maratón

Alcancé la media maratón en 1 hora 50 minutos. El reflex hizo su efecto y las molestias no remitieron pero al menos las sensaciones eran otras. Por detrás llegó Alberto, que iba bastante cansado, pero el ritmo que llevaba era imposible para mi, así que le acompañé un par de minutos, le cogí agua y de repente le dió "un apretón", que solventó tras unos coches. Unos minutos más tarde me volvió a alcanzar le dí su agua y le encomendé que siguiera con su carrera, yo no podía ir con él, demasiado dolor. 

Hasta el treinta

Entre el kilómetro 22 y el treinta todo se hizo largo y repetitivo; mi pierna izquierda cubría el dolor de mi pierna derecha por lo que por momentos me dolía el pie y un poco el cuadriceps, pero un dolor somero. En una de las pocas cuestas del recorrido me esperaba mi mujer y Marcos, así como Eli, David y María, y me animaron un montón. Traté de calmar a Mercedes, y decirle que todo estaba OK. Lo que vino después fue probablemente lo peor: me iba adelantando gente que ya iba medio tocada, algunos resoplando, otros corriendo de forma irregular, y la mayoría a un ritmo que en condiciones normales sería un trote suavito para mi, y para colmo, habìa una zona de sombra con lo que iba pasando auténtico frío, debido a que el esfuerzo físico no daba para generar suficiente calor. Me dediqué a contar pasos, hasta volverme loco y así me fui aproximando, en eternidades llamadas kilómetros, al 30.

Desde el treinta y la bendición

Hubo de pasar algo que cambiase el curso de las cosas, algo inesperado, como muchas veces vienen las bendiciones. En el 30 me tomé un ibuprofeno, el sol ya me calentaba y llegamos a la zona del Martín Carpena y del Estadio de Atletismo. Me habrían pasado ya unos 700 corredores o más, pero me daba igual. También había conseguido rociarme nuevamente de reflex la zona afectada y el optimismo comenzó a llegar a mi. Seguía yendo fresco como una lechuga, al menos en cuanto a fuerzas y lo que iba viendo ante mi eran en muchas ocasiones gente que estaba ya al borde de la extenuación, pero no podía ir con nadie porque su ritmo seguía siendo más rápido que el mío. Sin embargo me topé con Mauricio en el 32. Enseguida comprobé que iba muy tocado y que le costaba mantener la cadencia, hasta que echó a andar. De repente me llegó una idea: ayudarle a alcanzar meta, así que me puse en paralelo a él y comencé a charlar. Le encomendé que volviera a correr y fuimos trotandillo. Me comentó que iba muy tocado, que era su primera maratón, que no sabía que le había pasado, y yo traté de aportar lo que tenía en mi mano: nada de prisa, algo de experiencia en maratones, fuerza física y un poco de berborrea. Bebió agua, le busqué un gel, me contó parte de su vida, yo parte de la mía y los kilómetros se fueron sucediendo lentamente, pero yo me sentía feliz, porque comenzaba a tener sentido todo lo ocurrido aquella mañana.

Desde el 35 hasta el final

Mauricio, de 44 años, corredor de seguros y persona de gran determinación y coraje tenía que terminar su primera maratón, no podíamos permitirnos vivir lo ingrato de la retirada, así que alternamos momentos caminando con momentos de trote suave, incluso paramos un par de minutos para estirar gemelos. A mi no me apetecía ni parar ni andar, pero no tenía nada de prisa ya. Es increíble que mal se ven las cosas cuando estás vacío, cuando el muro te ha cazado, y estaba claro que habría que ir ganando la batalla a los kilómetros poco a poco, con pequeños logros. Así con pequeñas metas tales como llegar al siguiente semáforo, contar los pasos, marcar un hito como tomar un gel en el 39, nos abrimos paso en la última y larga recta que nos llevaba a la meta. Por suerte en el 39 aparecieron su entrenador y otro runner que ayudaron también a Mauricio a conseguirlo, y así, nos sorprendió el 40, el 41 y desde ahí, todo de un tirón, sin parar. Llegamos mi nuevo amigo y yo a los últimos metros, no se sabe quién de los dos más emocionado, aunque yo iba tan entero que la ausencia de cansancio me hizo vivir el momento intensamente, tanto que en los últimos 200 metros lloré como nunca había llorado antes, ni siquiera en Roma en mis 02:58. Cruzamos la meta en 04:13 en lo que fue quizá el momento más emocionante de mi vida deportiva, dando gracias a no se quien por la lesión que permitió vivir una experiencia como esta. A Mauricio le vieron llegar sus dos hijas, ambas atletas y muy buenas, en lo que fue una lección por parte de su padre de lo que es esto del deporte.

Tras terminar

Tras terminar, Mauricio se encontraba mal, así que tratamos de atenderle para que se encontrase más reconfortado. Llegó su mujer y eso ayudó mucho. A su vez vinieron a saludarme Manuel Pardo primero y Marisol Gijón después, y no pude contener ni mi abrazo ni mis sollozos incontrolados. Le dí mis datos a Paola, la mujer de Mauricio, y salí del recinto para encontrar a mi mujer. Allí estaba con Emilio Diaz, que está hecho un crack y que hizo 03:39, ¡bravo Emilio!, lo tuyo tiene mucho mucho mérito. Abracé a mi mujer y me fui calmando. Ya no me quitaba nadie la experiencia vivida.

Lo sorprendente es que cuando me fui enfriando la tirantez no fue a más y he podido comprobar que no me he roto, al menos seriamente. Quizá haya tenido suerte, pero ahora que lo pienso, casi que hubiera tratado de terminarla aunque el dolor hubiera sido más intenso y el riesgo mayor.

Lo que voy a hacer ahora es quitar el dorsal roído, el 1590 que luce en el plástico de la mochila que me dieron en Roma, y que reflejaba la meta conseguida; ahora voy a poner el dorsal número 102, de la Maratón de Málaga, la carrera de la que me siento más orgulloso.

Esta es mi clasificación:

 DORSALCHIP y la organización de la IV MARATON CABBERTY MALAGA 2013 le agradecen su participación en la prueba.
Los resultados PROVISIONALES A CIERRE DE META que ha obtenido son los siguientes:
DORSAL:102
ATLETA:Francisco Javier Ayuso Mestanza
CATEGORIAVET B

PUESTO EN LA GENERAL:1225
PUESTO EN SU CATEGORIA:294

TIEMPO OFICIAL:04:13:23
TIEMPO NETO:04:13:19
PROMEDIO:06:00.03

Estas fotos son para mi recuerdo, y creo que también para el de Mauricio...nuestra llegada a meta.








Agradecimientos y enhorabuenas

Agradecimientos a todos aquellos que ayer me hicistéis sentir bien, en especial a Mauricio, al que me encontré por casualidad. Enhorabuenas a Enrique que un poco más y baja de las 3 horas, a Pedro Romero, que con casi 60 años volvió a responder con la calidad que le caracteriza marcándose un 03:03, primero de su categoría, a Manuel Valverde que también pulverizó su anterior marca en más de 20 minutos (03:17 es una pedazo marca), Manuel Pardo que además de ser un magnifico corredor también es una magnifica persona y se cascó un 03:12,  a Marisol, que es una crack vaya a donde vaya, a Alberto que volvió a saber sufrir. También a dos nuevos amigos, Rubén y Miguel Ángel, del grupo de Alberto, que estuvieron en sus tiempos, ya tienen otra más en la "buchaca", bueno y a Gemma Arenas, de Almagro, con una cesárea hecha tres meses antes, vuelve a bajar de las 3 horas, sube al cajón y nos demuestra que es eso de disfrutar una maratón; esta vez no ganó pero su tercer puesto creo que vale más que las victorias de las dos ediciones anteriores teniendo en cuenta las circunstancias.

Y esto ha sido todo por hoy. Ahora a pensar cómo puñetas puedo salir del aprieto que supone correr en Sevilla en la tercera semana de febrero aún a sabiendas de que no sé cuanto necesito para recuperarme de esta.