RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 24 de diciembre de 2016

VIERNES 23: BUENA MANERA DE CERRAR ESTA SEMANA 18,30 KMS

Ayer tenía jornada intensiva, por lo que a las 15:15 horas estaba ya en casa, sin tener que trabajar por la tarde, ¡todo un regalo de Papa Noel!. Me estaba esperando un potente plato de lentejas, con su choricito y su tocino, y me sentó genial, pero tras la calma vino la tempestad, en forma de siesta y desgana. La idea de salir a correr a las 17 horas se desveneció y más con la pesadez de estómago, así que conseguí cambiarme y salir a eso de las 18:15 horas ya casi anocheciendo. Provisto de foquillo decidí hacer un circuito largo con tres posibilidades (17,5, 20,5 o 22,5) decidiendo cual coger sobre la marcha. No era lo que habitualmente hago los viernes, muchos de ellos descanso, otros hago sesiones regenerativas, pero la idea era realizar el entreno del sábado en viernes, y pasar un fin de semana festivo más tranquilo. Siento que las piernas van, pero no quiero mirar el garmin, sé que voy a 5´ y poco más, pero no me quiero condicionar ni agobiar. En el Camino de la Hortezuela (que sale de la Carretera de Daimiel) voy apretando, ya casi de noche, las sensaciones crecen y llego al cruce del kilómetro casi 7 en bastante buena disposición; hago una parada técnica y miro el aparatito: voy a 4´57´´ de media, no está mal, el último kilómetro en 4´40´´ y sin forzar. Tan sólo los dos primeros kilómetros me han fastidiado el ritmo intermedio. Continuo por el camino de la derecha y siguen las buenas sensaciones, a pesar del frío, que hace y mucho. En el 8,5 miro y voy a una media de 4´47´´, sin duda he metido mucha caña en estos no llegan a 2 kilómetros, así es, a 4´30´´. Poco después me resbalo en un charco y me agobio un poco, me doy cuenta de que no he reanudado el garmin en el último cruce, así que paro el aparato, hago una segunda paradita y comienzo de nuevo, con más suavidad, pero el terreno es propicio. Llego al cruce donde he de decidir si sigo de frente hacia el Hotel el Hidalgo o si acorto a la derecho yendo derecho al pueblo y hago esto último y voy viendo como sin querer voy bajando todos los kilómetros de 4´40´´. Paso por la hilera de tinajas, donde toca coger el camino a la izquierda para luego coger la carretera y de ahí al polígono, pero decidio continuar por el camino, y sé que me saldrá algo más; continúo y continúo hasta que decido dar por suspendido el entreno cuando siento que estoy forzando de más, que no merecerá la pena; paro el garmin y veo que he hecho otros 4 kilómetros y medio a una media de 4´40´´, buen ritmo por caminos irregulares y de noche, ¡mejor no forzar más!. El último tramo lo hago ya sin medir, pero como las piernas van siento que vuelvo a apretar, aunque trato de medirme. Alcanzo la Carretera de Daimiel en su último tramo, y de ahí a la rotonda de la Carretera de Ciudad Real, hasta casa. 

18,30 kilómetros inesperados y muy bien empleados; creo que he cumplido el objetivo y ahora tendré un sábado un domingo más tranquilo. El domingo correremos en Linares meche y yo, si todo va conforme a lo previsto.

De resultas de todas estas sesiones he conseguido cerrar una buena semana con 97.35 kilómetros, bastantes e intensos.

Merche, a su vez también ha completado buena semana con 63,5 kilómetros, que para ella están bien, aunque enero tiene que ser más prolijo.


No hay comentarios :

Publicar un comentario