RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 25 de junio de 2016

LA MARATÓN DE CASTELLÓN 2016: VOLVER A LA MARATÓN QUE ME DIO LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Otoño de 2012, es miércoles por la noche y acabamos de cenar, han pasado 17 días desde aquel domingo valenciano que pasé en el hospital tras casi morirme (literariamente hablando) en el kilómetro 39 totalmente acalambrado. Merche me mira y de repente me dice "viendo lo bien que se te ha dado el 10.000 de Daimiel del domingo (hice 37´15´´ batiendo mi marca en más de dos minutos) creo que deberías inscribirte a la Maratón de Castellón, pero con dos condiciones: vamos tú y yo solos, y un viaje de ida y vuelta rápido..." .

Mi mujer tuvo que vencer sus propios miedos para pronunciar aquella frase, ya que tras lo ocurrido en Valencia teníamos serias dudas sobre mi capacidad para correr maratones. No perdí más tiempo, subí a la buhardilla y me inscribí justo unos minutos antes de las 12 de la noche, hora en la cual se cerraban las inscripciones. Las siguientes horas las recuerdo como muy emocionantes y con muchos miedos; tan sólo tenía que salir a correr y terminarla, "por Dios Javi, terminala, no quiero más sustos". El crono era algo secundario, cuando mi marca, la establecida en mi primera maratón era de 3 horas y 22´en Estocolmo, hecha medio año antes. Y en aquella inolvidable feria del corredor de aquella maratón que me brindó por oportunidad mi mujer, en el cuestionario que me dio aquel chaval en el stand de "Psicología para runners" puse como marca objetivo 3 horas 4´, quizá por poner algo. Lo que aconteció la mañana siguiente permanece imborrable en mi recuerdo. No es la mejor maratón que he corrido, quizá las más irregular y alocada, la peor gestionada, haciendo algunos kilómetros a 4´30´´ y otros a 3´50´´, terminando fundido y sin ritmo y acariciando las 3 horas, barrera que no conseguí porque no supe hacerlo bien, aunque al final consiguiera las 3 horas y 4 minutos que había puesto en el papelito del psicólogo

 






Pues bien, Merche y yo nos acabamos de inscribir a la Maratón de Castellón que tendrá lugar el 19 de febrero de 2017. Habrá pasado dos años y tres meses desde mi última maratón competida a tope (entre medias he hecho dos maratones con mi mujer) y nuestra pretensión es correrla cada uno por nuestra cuenta, y el objetivo es traernos un grato recuerdo de Castellón por segunda vez, difícil superar lo de 2012, lo sé.





VIERNES 24: HOY COMIENZA TODO

Hoy comienza todo, lo pasado hace tiempo que se desvaneció y lo que se levanta ante mi me ha de ilusionar para así seguir caminando. Esta entrada va de eso: un nuevo comenzar, ¿y qué es la vida si no?, incluso cuando una vida se termina otra está comenzando al mismo tiempo y la renovación es lo que mueve el mundo. Hoy no tengo ganas de mirar atrás, ni a estos últimos tres años, ni a aquellos magníficos meses, ni a mis inicios en esta nueva etapa como corredor, hoy sólo miro hacia adelante y que mejor que hacerlo con una señal, con un pequeño cambio...

Hacía calor, terminaba la semana, una de esas de pocos kilómetros pero en la que al menos puedo decir que no he dejado de correr ni un sólo día, y sigo vivo, sigo corriendo. Me calcé las nuevas Mizuno Wave Rider con la esperanza de que al atármelas y dar las primeras zancadas todo fuese nuevo, como si pudiera olvidarme de todo lo vivido y comenzar otra vez. Salí por la puerta  con esa idea fija en mi mente y con las Mizuno Wave Sayonara, bastante desgastadas en mi mano izquierda y unas bastante machacadas Saucony Kinvara en la mano derecha; iba a enterrarlas, no por ser malas zapatillas sino más bien por traerme recuerdos de mil molestias y dolores, algún llanto también, y acabaron en el fondo de aquel contenedor verde. Con este gesto quería simbolizar el fin de una etapa para así poder iniciar otra con un nuevo yo.

Y me puse en marcha con mis nuevas Mizuno, marca que ya conozco ya que comencé hace más de cinco años gastando pares de las viejas versiones de las Precision, luego me pasé a New Balance, para luego tener una idílica aventura con aquellas "enterradas y olvidadas" Precision que se habían pasado 3 años en el fondo de un armario y  que me dieron esos tres meses de maravillosos entrenos a principios de 2015. Pero ya no fabricaban Precision  y tuve que comprarme las Sayonara, que por desgracia no me han traido los vientos a favor que buscaba. Ahí voy con las Rider y siento que se adaptan muy bien, estoy cansado hace mucho calor pero no me cuesta correr. Y así hago el circuito de poco más de 8,5 kilómetros que yo denomino de "los Cerros de la Aguzadera" deseando tener un entreno sin molestias, y a fe que lo voy teniendo, sin pinchazos, sin esos agarrotamientos, y me aferro a la idea de que son las zapatillas las que me permiten ir bien, de que serán ellas las que inicien las que me guien en una nueva etapa. Termino contento, no he ido a un gran ritmo pero siento que he corrido a gusto; en casa estiro con unas sensaciones positivas, con las piernas sueltas, sin sentir nada en mis músculos,  así que doy gracias por esta oportunidad que la vida me brinda de iniciar un nuevo y espero que mejor episodio en esto del running.

En cuanto a la semana, no pasará a la historía pero sí me sirve para poder decir que no he dejado de correr, que sigo intentándolo. En esta ocasión el fin de semana inicial fue muy flojo en kilómetros y ello lastró mucho lo que luego pude sumar durante los días de semana. 67 kilómetros en un claro ir de menos a más, ya que en estos últimos días me he encontrado suelto, bastante mejor muscularmente.


viernes, 24 de junio de 2016

JUEVES 23: A QUIÉN MADRUGA DIOS LE AYUDA, ¿SEGURO?

Me desvelé a las 4 de la mañana, cuando llevaba poco más de 4 horas y media durmiendo y ya no hubo forma de hacer que el sueño regresara. Por tanto a las 5 me levanté y subí al despacho consciente de que el jueves, día de por sí muy duro, lo iba a ser aún más en esta ocasión. Estuve un rato trabajando y a las 7 bajé, me cambié y me fui a correr a una hora en la que ya he perdido la costumbre. El fresquito de la mañana de verano se agradece en las piernas, y quizá por eso fue un entreno bastante agradable en el que poco a poco fui imprimiendo ritmo, yendo bien en algunas fases. Cuajé unos 10,7 kilómetros, con alguna molestia muscular en la parte final, pero una sesión bastante positiva. Además había conseguido quitarme de encima la obligación de correr al mediodía. El problema es que para repetir estas experiencias tengo que dormir poco y eso no sé si es posible, ya que el resto del jueves me fue pesando como una losa, hasta el punto que hoy viernes me he levantado como si una una de caballos salvajes en desbandada me hubieran estado pisoteando.

Se me olvidaba comentar que me he hecho con un par de Mizuno Wave Rider con la esperanza de que con ellas comience una nueva etapa, ya que no me acabo de enamorar de las Saucony Kinvara, quizá por las molestias musculares que tengo, las cuales probablemente no sean causadas por el calzado sino por otras razones, pero esto es como el fútbol que cuando un equipo va mal al primero que se echa es al entrenador, en este caso echo a las zapatillas y rezo para que lo nuevo que venga traiga consigo cambios.



MIÉRCOLES 22: CORRIENDO CON CALOR Y VENCIENDO LAS ADVERSIDADES

El miércoles me tocó hacer un poco el loco en Manzanares. Con un calor tremendo salí a correr a eso de las 14 horas, con mi mochila y dos botellitas de agua fresquita. Cada 10 minutos me tuve que ir refrescando para "apagar el fuego" que ardía en mí. A pesar de todo el ritmo no fue malo del todo, teniendo en cuenta las horas, el peso que llevaba, etc. Tampoco me sentí mal. Completé los 9,4 kilómetros en 49 minutos.

MARTES 21: DIVORCIADO DE MI MUJER POR LA SELECCIÓN (Y ME SALIÓ RANA...)

Me salió rana, claramente. Los martes son días para correr con ella, a eso de las 20:30 horas nos vamos y compartimos un rato haciendo lo que nos gusta. Al fin y al cabo hay pocos días los que podemos hacer eso (junto con los nombrados martes, los domingos y si cabe los sábados). Pues bien, todos sabemos que "la roja" jugaba el pasado martes contra Croacia a las 21:00 horas, así que nada más llegar del trabajo me puse los pantaloncillos y la camiseta y me fui a realizar un entreno con cuestas, concretamente subí dos veces por el carreterín el Cerro del Ángel, y lo hice tratando de exigirme. Tras las dos consiguientes bajadas tenía las piernas lo suficientemente activadas para ir a buen ritmo hacia el Parque Cervantes, y eso hice. Me gustaría contar que me sentía flotar y que me puse a 3´15´´ sin apenas sufrir, pero nada más lejos de la realidad, simplemente un poco de ritmo y nada más, sin dejar atrás las piernas algo cargadas, que últimamente es la tónica, lo que me toca vivir. Una vez me ví en el "pulmón de nuestra localidad" decidí pasar de largo, no entrar a dar alguna vuelta y me dirigí directamente a casa. No puedo decir que el entreno fuese malo, no me sentí mal del todo. No espero sentir el "flow" así que lo que venga que no sea malo bienvenido será.


Luego me tocó ver cómo la roja perdía cuando Croacia marcaba justo al final del partido. No se puede dar por hecho algo que aún no ha sucedido, sentirse ganador, sentirse invencible no es bueno. Esa lección, en otra escala e intensidad, ya la aprendí en 2013.

Mercedes llegó de su entreno a eso de las 22 horas, bastante contrariada porque la cintilla le había hecho bien la puñeta. 

martes, 21 de junio de 2016

SÁBADO 18: LA CRÓNICA DEL 10.000 DE PIEDRABUENA:MERCEDES DA EL DO DE PECHO

Merche me había pedido que nos inscribiésemos al 10.000 nocturno de Piedrabuena, en lo que sería su tercera participación en esa carrera, en mi caso la cuarta. Tan sólo habíamos faltado a la cita el año pasado cuando estábamos plenamente enfrascados en la preparación de la Maratón de Helsinki. Quizá el por qué de su interés en correr en esta prueba viniese de que le tiene cogido cierto cariño, no en vano es una carrera en la que la gente del pueblo se vuelca, no tienes tregua: constantes subidas y bajadas con el aliciente de ser nocturna. Además, en sus dos anteriores participaciones había logrado bajar su MMP (al igual que me pasó a mi en 2012, el único año que he corrido la misma en solitario). El caso es que en torno a las 19:30 partíamos Merche, Inés y yo hacia esta población situada a algo menos de 30 kilómetros de la capital pero dirección a Badajoz. Cuando llegamos a la zona de aparcamiento pudimos comprobar el buen ambiente que ya había. Saludamos a conocidos y compañeros del club y recogimos la bolsa de corredor (llena de productos alimenticios de la zona) y tras dejar a Inés con Marcos, del Pozo Norte, nos pusimos a calentar...

A las 22 horas en punto, ya haciéndose de noche, se daba la salida. Las inseguridades de mi mujer se quedaron en la alfombra que hay bajo el arco y tocaba darlo todo. Tras un kilómetros de subida bastante duro se llaneaba un poco y tras un par de repechos te encontrabas entrando en la plaza de toros, donde amenizaban con música. Tras esto una muy pronunciada bajada, algo de llaneo, más bajada y a partir de ahí un tobogán constante con repechos y bajaditas para completar la primera vuelta de un total de dos. Merche bien en todo momento, dándome la sensación de que se iba reservando. En esta ocasión no llevábamos garmin para no obsesionarnos, pero el crono me daba un poco la referencia, comprobando lo irregular de los pasos (algunos por debajo de 5´y otros a 5´30´´). Fuimos haciendo la goma con un grupo de gente, entre ellos una pareja en la misma tesitura que nosotros (él acompañando a ella) y casi sin darnos cuenta, en esa fabulosa noche, sin calor, con mucha animación y donde no cabía nada mejor que hacer que correr por las calles de esta magnifica localidad, fuimos viendo como se terminaba otra aventura. A Merche tan sólo le pesó el último kilómetro, pero sin duda que sufrió menos que en otros diez miles. Lástima que paró el crono en 51´29´´ a escasos 3 segundos de su mejor marca hecha en la Carrera del Porvenir en Alcázar de San Juan en 2015, pero teniendo en cuenta la dureza de la prueba, podíamos decir que fue su mejor rendimiento en un 10.000. No en vano se quedó la número 10 de 44 en su categoría, Veterana B. 

Después vino lo mejor, ya que la organización nos agasajó con comida y buena cerveza, que en el fondo es a lo que habíamos ido a Piedrabuena, jejeje.

He aquí algunas fotos:

 

 
 



lunes, 20 de junio de 2016

LUNES 20: PROMESAS INTERNAS DE PROPÓSITOS INCIERTOS: 11,70 KMS CON CALOR E INTERVAL

Ya con la consolidada idea de darme una semana más relajada en cuanto a esto de correr, hoy ha tocado salir a entrenar a la hora de comer, en Manzanares. Hacía considerable calor, pero había decidido ir sin mochila ni agua. Así que a poco más de las 14 horas salía sin muchas pretensiones de hacer un gran entreeno, sin embargo, las sensaciones han comenzado siendo buenas así que pronto me he sorprendido haciendo cambios de ritmo al 50%-50% y las piernas han ido respondiendo a la exigencia, y mi piel aguantó el calor. Si a eso le sumamos que ido aumentando la extensión del circuito sobre la marcha dan a resultas un entreno de los considerados "buenos" con 11,7 kilómetros de calidad y buenas sensaciones en muchas fases. Habrá que seguir trabajando, en poco más puedo pensar teniendo en cuenta que no me puedo prometer mucho.

LUNES 20: PROMESAS INTERNAS DE PROPÓSITOS INCIERTOS: 11,70 KMS CON CALOR E INTERVAL

Ya con la consolidada idea de darme una semana más relajada en cuanto a esto de correr, hoy ha tocado salir a entrenar a la hora de comer, en Manzanares. Hacía considerable calor, pero había decidido ir sin mochila ni agua. Así que a poco más de las 14 horas salía sin muchas pretensiones de hacer un gran entreeno, sin embargo, las sensaciones han comenzado siendo buenas así que pronto me he sorprendido haciendo cambios de ritmo al 50%-50% y las piernas han ido respondiendo a la exigencia, y mi piel aguantó el calor. Si a eso le sumamos que ido aumentando la extensión del circuito sobre la marcha dan a resultas un entreno de los considerados "buenos" con 11,7 kilómetros de calidad y buenas sensaciones en muchas fases. Habrá que seguir trabajando, en poco más puedo pensar teniendo en cuenta que no me puedo prometer mucho.

DOMINGO 19: DESCALENTANDO EN EL PARQUE CON MI MUJER

El duro 10.000 de Piedrabuen había dejado a mi mujer bastante cargado. Por mi parte, me encontraba bien pero un duro domingo de trabajo me quitó la idea de hacer una tirada larga, máxime si tenía que hacerla solo, así que arrojé la toalla y decidí darme un descanso, no sé si merecido o no. El caso es a las 21 horas Merche y yo estabámos descalentando en el Parque Cervantes con el propósito de descargar un poco los músculos. No se puede dar, ni tan siquiera, la categoría de entreno, ya que fueron unos muy suaves 4 kilómetros nada más. Me relajé y pensé que esta semana iba a ser menos estresante, menos kilómetros, un pequeño oasis.


VIERNES 17: 11 KILÓMETROS EN INTERVAL 25 FUERTES-50 SUAVES

"Volver a terminar otra semana más", otra semana que se añade al bagaje de esta mi etapa como corredor, y como la vida es un ciclo, el running lo es, una rutina. El viernes es el día elegida para "finiquitar" la semana de entrenos y últimamente no lo utilizo para descansar o realizar un entreno suave, porque llego con poca carga a este día y no tengo más remedio que meter caña. Para esta ocasión tenía en mi cabeza volver a superar los 80 kilómetros semanales, cifra que me he marcado como objetivo semana a semana, y no lo tenía difícil a pesar de que durante los días anteriores habían habido entrenos cortos. Como no tenía que impartir curso, cuando llegué a casa a eso de las 19:15 horas, me cambié y me fui a hacer un interval a razón de 1/3 fuerte y por tanto 2/3 más suaves. Me fui por el Camino del Peral, y un poco antes de llegar al kilómetro 4 cogí un camino que nunca había tomado. Llevaba buenas sensaciones en los cambios de ritmo, me sentía rápido y más o menos ligero, así que no me podía quejar mucho, pero en este nuevo camino había más irregularidades y costó algo más desarrollar los cortos pero rápidos cambios. Por fin me topé con un camino que conozco bien, me regresa a la Carretera de San Carlos del Valle a la altura del cementerio y allí volví a sentirme suelto. Llegué a casa algo cargado tras unos 11 kilómetros bien empleados en un entreno digno si lo comparamos con lo que vengo haciendo.

Bien sabía que el fin de semana que aparecía ante mí iba a ser difícil para conseguir un par de tiradas largas, ya que al día siguiente Merche y yo corríamos el 10.000 de Piedrabuena y esto siempre trastoca los planes.

Pero lo de la semana siguiente es eso, lo de la semana siguiente. Pude cerrar la semana con 82 kilómetros y la sensación de que NO LO HE DEJADO, de que sigo peleándome.

viernes, 17 de junio de 2016

JUEVES 16: ¡DIOS MIO AYÚDAME!

Si supiera, o al menos tuviera la fe necesaria, de que esto me va a servir para algo pasaría de otra forma por estos trances, pero a veces, y ayer ocurrió, me da por salir a correr creyendo que lo que hago no me sirve para nada. No me extraña, hace mucho que no recojo frutos de nada de lo que siembro, ni frutos gordos ni tan siquiera dulces, ni sosos ni pequeños. Otro jueves de aupa, en esta ocasión comiendo con mejor previsión que el día anterior, sin molestias digestivas ni mareo, pero también sin ganas. Menos mal que hizo fresquito, porque sólo hubiera faltado el ingrediente del calor en esta paella. Como no tenía ganas de alargar el tema mucho sólo dio para unos 7,5 kilómetros, que traté de hacer con algo de ritmo algo que sólo conseguí más por voluntad que por ganas.

Al menos podré terminar esta semana con números similares a los de las últimas, superando los 80.

 
 

MIÉRCOLES 15: UN DÍA MALO PARA MI

Que voy a decir que no haya dicho ya de los miércoles en este blog a lo largo de las últimas semanas; son, junto con los jueves, los días más duros de la semana, y con diferencia. Este es mi diario, así que toca contarlo, sin más. Suerte que el fresquito se ha instalado este semana en los preámbulos del verano, una auténtica sorpresa, pero junto con las temperaturas agradables vino un huésped llamado viento, que plantó mucho batalla en mi entreno. Sesión de circuito clásico de 9,5 kilómetros caracterizado por llevar la comida dando vueltas en mi estómago ya que no hacia ni una hora que la había ingerido. Eso me suele provocar falta de fuerzas y cierto mareo, que fueron los síntomas que sufrí. Por suerte la cosa fue a menos y no se convirtió en un corte de digestión, eso sí, el ritmo fue una auténtica castaña, pero estoy tan acostumbrado a que así sea por una causa u otra que ya ni me preocupo. El regreso fue mejor en ese sentido pero tocaba bregar contra el viento, que soplaba fuerte, así que me ví castigándome contra ese elemento lo que me acabo de dejar liquidado. Entre unas cosas y otras salió otro entreno de esos de "para no recordar", pero al menos cumplí, que viene siendo lo más importante

MARTES 14: UN DÍA MALO PARA MERCEDES

Si el entreno del martes de la semana anterior había sido estupendo, de esos que dejan buen sabor de boca y mucha confianza, el del martes pasado fue justamente todo lo contrario; dispuestos a subir el Cerro del Ángel campo a través (son 100 metros de desnivel positivo en unos 700 metros, y los últimos 300 resultan bastante duros) salimos de casa en una tarde que era un premio si tenemos en cuenta el fresquito que hacía y lo calurosos que habían sido los días anteriores. Sin embargo mi mujer tenía uno de esos días de piloto en rojo, falta de fuerzas y cansancio acumulado, así que le costó mucho correr sobre todo en los inicios, y no digamos subiendo el cerro. Ya ascendiendo comenzó a sentir otro síntoma negativo: le faltaba el aire debido al asma que a veces le da, bajando la cosa no mejoró y definitivamente por la vía de servicio pasó lo peor, ya que no le llegaba el gas vital a sus pulmones. Menos mal que con el paso de los minutos la cosa no empeoró y el último tercio del entreno lo hizo algo mejor, pero desde luego sin disfrutar. 9,5 kilómetros bien sufridos por su parte, y en mi caso, al menos fueron sin molestias.


martes, 14 de junio de 2016

LUNES 13: DOS BOTELLAS, LA MOCHILA 36º Y MIS PIERNAS

"Prometo seguir haciendo cosas que no tienen sentido para nadie, a veces ni para mi, y prometo cumplir esa promesa porque hace tiempo que no sé vivir de otra manera". Esto podría resumir lo del entreno de ayer, en las horas centrales de un caluroso día, de esos de jornada de trabajo muy apretada, en los que perdonarse un entreno es no sólo aconsejable, sino lógico. Pero tengo metido en la cabeza que he de seguir corriendo y no me lo puedo sacar de ahí. Eso sí, previendo el calor (de paso decir que no tan intenso como el de hace algunos días), me había echado la mochila y dos botellas. Recargué con agua bien fría las mismas y salí dispuesto a realizar un entreno corto en cuanto a tiempo y lo más intenso que el calor y mis piernas permitieran. Curiosamente había un componente añadido que había surgido en la ecuación y que me gustaba: por alguna extraña razón no me disgustaba la idea de correr pese a lo adverso de las condiciones y de la hora, y esto podría significar que algo está cambiando. Así que salí y ya desde las primeras y acaloradas zancadas me sentí cómodo. Me fui refrescando cada pocos minutos y esto también ayudó a sentirme bien, así que fui aumentando poco a poco el ritmo y cuando menos me dí cuenta ya estaba terminando el circuito, de tan sólo 7,25 kilómetros. Acabé bastante suelto, estirando zancada, algo que sólo viene ocurriendo una vez cada muchos entrenos. Duración: 38 minutos. A seguir con la faena a ver si nos lleva a algún buen puerto.

domingo, 12 de junio de 2016

DOMINGO 12: TIRADA LARGA CON MERCEDES. COGE LA ONDA

Merche, que había hecho 10 kilómetros por su cuenta el sábado, sabía que hoy domingo tocaba salir a realizar una tirada larga, de más de 20. La idea era que fuese con la mochila para que se fuera acostumbrando, pero a última hora, visto que no habíamos conseguido madrugar, he decidido que la mochila la llevaría yo. Así que hemos ido al Peral, allí he dejado aparcado el coche y a las 10 salíamos con total tranquilidad a realizar un circuito por detrás de la cadena de cerros que lleva a San Carlos del Valle. En lugar de coger directamente la carretera, hemos rodeado por el Peral alto, para luego coger unos 2 kilómetros de carretera. Merche iba sin fuerza (es lo que tiene cuando está en "esos días") y no las tenía todas consigo, pero intuía que con el paso de la sesión se iría encontrando mejor. Yo, por mi parte, iba más cómodo de los esperado teniendo en cuentra las más que molestias del día anterior. Efectivamente, conforme ha ido avanzando el entreno se ha ido encontrando más cómoda, pese al calor. Hemos alcanzando el paso entre la sierra, kilómetro once ya cuando el calor era evidente, pero Merche iba a bien y ha subido como una campeona; lo mejor ha venido en la bajada posterior y luego en el camino que nos regresaba al Peral también ha respondido bien, aunque con ligeras molestias en la cintilla. Lo peor ha sido que en los últimos kilómetros se ha sentido algo desfallecida, algo normal teniendo en cuenta que no ha tomado nada de comer durante el entreno, pero bien, muy positivo. Finalmente 2 horas 29 minutos para 22,5 kilómetros, y todo a ritmo constante.


SÁBADO 11: PERO NO TE ILUSIONES MUCHO POR FAVOR

No habían transcurrido ni 15 horas cuando me puse en marcha de nuevo, con una sonrisa en la cara pensando que el entreno del sábado iba a ser como el del día anterior. Sentía que las piernas me bullían así que a pesar de la hora algo intempestiva para la época del año, las 12 del mediodía, intuía que iba a salir una magnifica sesión. Empecé suave con la idea de coger ritmo, dirección al Paraje del Peral en mi circuito de "La Vega", sin embargo no iba tan cómodo como el día anterior, así que pensé que era normal que fuese menos suelto y algo más cargado tras la intensidad desplegada unas horas antes, pero lo que no me esperaba es que ya regresando por el Camino del Peral comenzase a cargarse a lo bestia mi cintura, sobre todo la cadera, y me irradiase un dolor punzante que bajaba por el cuadricep. Para colmo la espalda también comenzó a molestar hasta el extremo que tuve que parar a estirar hasta en dos ocasiones. Tanto es así que los últimos tres kilómetros se convirtieron en un pequeño suplicio, y todas las alegrias surgidas unas horas antes se convirtieron en negros nubarrones con aparato eléctrico.

Al llegar a casa solté un taco hacia el divino que espero que si existe me perdone, primero por no creer en él y segundo por insultarle. Salieron unos 14 kilómetros debidos al rodeo inicial.


VIERNES 10: FABULOSO ENTRENO QUE ME DA ESPERANZA

El hombre.., creo que podría afirmar que se alimenta de esperanza. El amor está sobrevalorado, no en cuanto al hecho en sí, sino en lo que ello conlleva. Diría que si el amor es tan importante en esta vida es porque en él volcamos nuestra ilusión y nuestras esperanzas, pero cuando perdemos ambas la cosa se pone chunga. Cuando consigo correr bien como ocurrió el viernes pienso que no he llegado tarde a ningún sitio, que aún puedo hacer cosas chulas, y eso sé que es porque algo se enciende dentro de mi que me invita a seguir creyendo. Tocaba hacer un circuitín de 11,5, que es más duro en sentido contrario, pero que en esta ocasión comenzaba por el Camino de Membrilla y terminaba regresando por el Carril del Yeso. Además, decidí hacerlo con un interval agresivo: 25 zancadas alternativas suave y 50 zancadas alternativas fuerte, lo que me daba poco margen de recuperación. Aunque me costó me sentí bastante suelto y logré estar cambiando ritmos durante 35 minutos. Tras eso me puse los últimos 10 minutos a buen ritmo constante. Llegué a casa con soltura y sin molestias algo que casi tenía por olvidado.

Y encima lograba acumular 86 kilómetros en la semana, algo que no conseguía hacía mucho tiempo.


JUEVES 9: SI HE PODIDO CON EL CALOR EL MIÉRCOLES HOY TAMBIÉN PODRÉ

Trajo el Todopoderoso el calor para añadir un obstáculo más a mi complicada semana, y acepté el reto, aunque casi muero en el intento. Suerte que yo ya sé de algunas batallas y la mochila me ayuda a pasar esos trances. El jueves fue la cosa de cuestas en el puente que cruza la vía férrea cercano al trabajo. Dí algún rodeo para llegar al mismo, con unos 21 minutos de calentamiento, ¡y vaya calentamiento!, yo diría calentón. Me quité la mochila, la camiseta y dejé la botella a la sombra; tocaba hacer series subiendo el puente, seguir para bajarlo, recuperar unos segundos y repetir en sentido contrario. Eran como unos 350 metros que se hacían duros teniendo en cuenta las condiciones, pero pude con ello sobre todo apoyado por el agua, repitiendo en 8 ocasiones el proceso. Lo peor creo que fue volver corriendo hasta la bodega, con muy poca agua en unos 2 kilómetros bastante largos. Sumé 8 kilómetros en una de esas sesiones que te hacen más fuerte.


MIÉRCOLES 8: A POR UNO DE ESOS DÍAS DE PARED CUESTA ARRIBA

Acometí lo mejor que pude aquel miércoles de un calor infernal, con una macrojornada laboral y un entreno ahí añadido como se puede. Tiré de asfalto al principio a ver si seguía encontrándome mejor de mis molestias, y pese al calor fui entrando en faena, eso sí, ayudado con una botellita de 750 ml y mi mochila. Cada pocos minutos me refrescaba cuello, brazos y cara y en unos 25 minutos el agua ya estaba como el caldo. Pese a todo fui llevando ritmo constante aunque la vuelta se hizo complicada cuando me quedé sin agua que echarme. Por el camino me había cruzado con un loco que no llevaba ni agua, y eso a 38 grados a la sombra. Llegué bastante acalorado y la ducha fría me sentó genial. Unos 10 kilómetros más en condiciones inhumanas


MARTES 7: ESTUPENDO ENTRENO CORRIENDO CON MERCHE Y JOSE MARÍA CAMACHO

El martes tenía ganas de correr con mi mujer. A eso de las 20:30 horas corría algo de fresco, no mucho, pero sí el suficiente como para hacer soportable nuestro entreno, así que nos fuimos los dos dispuestos a realizar una tiradilla por la zona del Peral, pero justo cuando llevábamos medio kilómetro vimos a José María Camacho, un extenuado (del Extenuación Valdepeñas) con el que siempre tenemos buena conversación y al que admiramos mucho, así que se unió a nosotros y lo que iba a ser una tiradilla transitoria se convirtió en un entreno serio para mi mujer ya que la compañía nos fuimos picando y la verdad es que entre José María y yo la fuimos llevando un poco "apretada", tanto como para bajar de 5´el kilómetro en algún parcial y que nos saliera un buen entreno de 11,1 kilómetros en 1 hora y 1 minuto, a 5´32´´ de media. Creo que Merche está en buena forma.

LUNES 6: CIRCUITO CLÁSICO EN MANZANARES ¡VIVA LA RUTINA!

Pronto el ser humano construye el camino de su propia rutina. Solemos ser metódicos y nos gusta repetir lo mismo varias veces. El espíritu aventurero lucha contra ese gen que probablemente esté ahí desde el hombre de las cabernas. No es que yo sea mucho de repetir, porque me aburre y me agobia cuando convierto en rutinarias mis sesiones, pero es que Manzanares no me da para mucho, sobre todo en la zona desde donde salgo a correr y con el tiempo que dispongo, que no es mucho. Así que el lunes pasado hice uno de los primeros circuitos que realicé por primera vez hará pronto 3 años, allá en otoño de 2013, sí, cuando me estaba preparando la Maratón de Málaga, aquella que salió tan mal. En esta ocasión fue en forma de interval (con cambios de ritmo de unos 2 minutos y medio) no me encontré mal del todo, teniendo en cuenta que venía bastante tocado de mi cintura tras la sesión del sábado. Eso sí, al final comenzó a cargarse y no me hizo muy agradables los últimos minutos. El ritmo estuvo bien y peleé contra el calor que me dejó medio deshidratado.

La semana iba sensiblemente mejor que la anterior.

DOMINGO 5: DESPEÑAPERROS SESSION CON MERCHE

Aquel domingo tocó madrugar, con bastante fe y tirando de motivación nos levantamos relativamente temprano y nos fuimos al Parque Natural de Despeñaperros, que dista de casa unos 60 kilómetros. Dejamos el coche aparcado en Miranda del Rey, enfrente de su fuente de agua fresquita y nos pusimos a completar el circuitín que bien conozco de 21 kilómetros. Recorrido técnico, pero con zonas corribles, eso sí, en esta ocasión con algo de calor y sin tener prisa. Pese a no haber llovido en las últimas semanas, había más agua que en otras ocasiones y nos salió una buena jornada, enturbiada por mis dolores en la cintura, bastante molestos en algunas fases de la sesión. Merche aguantó bien, y corrió sin parar donde había que correr sin parar. Nos salieron 3 horas justas para 21 kilómetros justos con sus 1000 metros de desnivel positivo. El tema también dio para sacar algunas fotos, para el recuerdo.










SÁBADO 4: ¿DÓNDE QUIERO IR?. A POCOS SITIOS SI SIGUE DOLIENDO

Comenzaba una semana que iba a tener un feo y viejo parásito por protagonista, mis dolores de cintura, ahora desplazados a la cadera y glúteo. Me dí el alta, y así seguirá siendo, pero de vez en cuando reaparecen los síntomas y me dejan tieso en todos los aspectos (moral y físicamente). El sábado decidí meterme caña, y fue el sábado por la tarde, tras una jornada de trabajo en mi despacho. Merche ya había corrido por la mañana y habíamos decidido hacer una tirada larga el domingo, desplazando así la sesión de más kilómetros para la jornada dominical. El caso es que me fui por la Carretera de San Carlos sintiendo buenas sensaciones, con mis Mizuno Sayonara. Me metí por el camino que sube por la finca La Gatera y subí bien, llegué a la bajada hacia la zona donde está el Albergue El Cañaveral y fue a partir de entonces cuando comencé a sentir la carga en la zona derecha. Llegué a la Carretera de San Carlos nuevamente y pasé por Las Aguas a buen ritmo, aunque ya no estaba disfrutando tanto. Hasta que llegué al carril bici fui por caminos y en la parte de más irregularidades sufrí bastante la carga. No llegué a casa muy contento, a pesar de que había hecho unos 15 kilómetros a un ritmo digno.


VIERNES 3: REMATANDO LA SEMANA HACIENDO CUESTAS EN EL ANGEL

Llegue al final de mi semana deportiva exhausto, pero los viernes me dejan tiempo para correr tras el curre de Manzanares, así que fui al Cerro del Ángel y subí dos veces el kilómetro de carreterín, y lo hice a buen ritmo, sin sensaciones estupendas, pero al menos, metí algo de intensidad. Otros 9 kilómetros que me permitian cerrar esa semana con 69 kilómetros, menos que en las últimas, pero la sesión de 4 horas de Onil fue bien larga y trabajada.


JUEVES 2: EL PUENTE DE MANZANARES. ¡Y NO ES DESCANSO LABORAL!

El jueves tocó día caluroso, de esos que lo que menos apetece es salir a correr a las 14 horas, pero me sentía obligado, máxime sabiendo que el sábado 28 no había corrido y no quería más descansos. Jornada estresante en la que correr lejos de liberar, sólo crea más estrés, pero lo acepto. Eso sí, hice poca cosa: me acerqué a un puente que cruza la vía del ferrocarril, y que está a 2 kilómetros de mi trabajo; allí me quité la camiseta e hice 5 subidas en cuesta con sus 5 bajadas a trote suave, y pese a ser un entreno light, muscularmente no estaba el asunto muy allá. Al regresar dí un pequeño rodeo para que me salieran 8 kilómetros. Había cumplido, no más.

MIÉRCOLES 1: COMIENZA JUNIO EN OTRO MIÉRCOLES SIN NOMBRE

Difícil poder explicar como son mis miércoles y jueves, así que mejor desisto, no lo hago. Tras el festivo del martes, tocaba volver a la rutina de compaginar una jornada de 13horas en dos trabajos y con 170 kilómetros por medio, mal comiendo y corriendo a la hora del descanso. En esta ocasión fui a Membrilla por un camino que lleva directo desde el trabajo y regresé por un carreterín asfaltado. Unos 10,5 que comenzaron regular (falta de fuerza) pero que no terminaron mal del todo.

MARTES 31: 10 KILÓMETROS SIN RUMBO CLARO

Volvimos de Linares a tiempo para que pudiera salir un rato a correr. La verdad sea dicha, se trataba de una de esas sesiones en las que la motivación no está en sus mejores niveles. Tras lo de Onil me había quedado sin objetivos y si bien las molestias en mi cintura van poco a poco a menos, el verano se echa encima y correr es más complicado tanto para entrenar como para competir. A eso hay que sumarle lo complicada que es y va a ser mi vida al menos en los próximos 4 meses. Pues lo dicho, me puse a correr sin muchas ganas y suavito, que no tenía prisa. Luego bajando por el Camino del Peral me aceleré bastante y me sorprendió verme con bastante ritmo. Como había comenzado a disfrutar un poquitín inesperadamente decidí tomar el camino de la izquierda en lugar de seguir por el carril bici, apareciendo por la Carretera de San Carlos. Me dio para los comentados 10 kilómetros, de esas salidas que comienzas sin saber por qué lo haces y terminas redescubriendo que correr es de las cosas que más me importan.

LUNES 30: CRÉANDOME AMPOLLAS

Aquel lunes, tras la resaca trailera de Onil del domingo tocaba salir a realizar una salida suave. Hacía calor y no fui muy lejos. Pronto sentí que las yemas de los dedos gordos me ardían, y no necesité mucho para saber qué ocurría: ampollas. Me hubiera gustado hacérmelas corriendo por la playa, pero la montaña se disfruta muy mucho.

La salida no dio para mucho: 8 kilómetros que sumaban poco.


DOMINGO 29 continuación: REENCUENTROS CON VIEJOS AMIGOS QUE EL CAMINO ME BRINDÓ

Ya hace, ¿cuánto?, pues sí, casi 30 años, concretamente 27. La mili tenía esas cosas, ponía a chavales con la adolescencia recién superada en situaciones extrañas y difíciles, lejos de sus casas, y por aquel entonces no éramos tan aventureros como ahora. Conocí a Juan Manuel Talens en esa tesitura allá en Alcalá de Henares; los dos jugábamos basket, hicimos buenas migas, como decimos los manchegos, hasta que él se licenció en marzo del 90. Unos meses después lo fuimos a visitar a Alcoi, por aquel entonces yo no corría. La segunda vez que nos volvimos a reencontrar fue en enero de 2011 cuando fuimos a visitarlo Merche, los niños y yo a su casa, aprovechando que yo iba a correr la Media Maratón de Santa Pola, y nos volvieron a tratar de lujo Gema y él. Con la excusa del Trail de Onil, localidad cercana a donde vive Juanma, no podíamos desaprovechar la ocasión para volvernos a ver y fue estupendo volver a coincidir. Somos más viejos pero mantenemos la esencia; ¡Juanma, sigue con tu basket hasta que las rodillas aguanten!, ¡Gema, suerte con tus inicios en esto del running! y si queréis podremos coincidir en Onil el 2 de octubre; creo que las inscripciones ya están abiertas: http://www.mychip.es/evento/540


DOMINGO 29: EL FALLIDO PERO ESTUPENDO TRAIL DE ONIL. NO HUBO TRAIL PERO FUE MAGNÍFICO

A veces las cosas salen del revés, nada conforme a lo planificado, pero incluso en esas ocasiones, cuando el desorden destroza tus previsiones, la vida fluye en forma de sorpresa, y es que de lo inesperado vive el intrépido.

Habíamos dejado a los niños en Linares y habíamos salido el sábado 29 de mayo por la mañana, pero sin grandes madrugones, rumbo a Onil, por la larga y Nacional 322 que pasa por Alcaraz. A las 14:30 parábamos en el Restaurante La Brasería, muy recomendable, sitio conocido para nosotros no en vano era la tercera vez que "repóstabamos" allí (la primera yendo a la Media Maratón de Santa Pola" hace año y medio. 



Nos pusimos las botas con la previsión y a su vez la excusa de que la montaña desgasta mucho y tras reanudar la marcha cogíamos carreteras secundarias hacia Castalla, donde teníamos reservado alojamiento, concretamente en Hotel Caseta Nova, http://www.hotelcasetanova.com/ (muy recomendable).   Tras andar casi media hora pérdidos buscando el hotel, pudimos encontrarlo y disfrutarlo, lo primero una ligera siestecilla antes de ir a recoger el dorsal a Onil.





Cogimos nuevamente el coche dirección a Onil; el cielo amenazaba lluvia y él Todopoderoso, muy cumplidor, acabó ejecutando su sentencia, así que las nubes rompieron, no mucho, pero sí lo suficiente cómo para refrescar el ambiente, que bien lo merecía. En esto que llegamos al palacio, antiguo ayuntamiento de este coqueto y montañoso municipio a tiempo para echarnos una foto y justo en ese instante sale un individuo con acento valenciano que nos dice en tono "no de broma" que la prueba ha sido suspendida por riesgo de incendios decretado por Emergencias. "Pero si está lloviendo". La cosa iba en serio, no había cámara oculta. Entramos en el edificio y una amable y agobiada chica nos atendía lo mejor que podía con mayor dificultad cuando le dijimos que veníamos de Ciudad Real exclusivamente para correr ese trail. Muy amable, desprendida, pero no dependía de ella, ni tan siquiera de los organizadores. Nos ofrecía un concierto de violenchelo gratis, ¡qué chulo el violenchelo!, pero no gracias, prefiero correr. Movemos hilos, me muero porque alguién me facilite un tracking con el recorrido de la prueba; aparecen algunos inscritos a los que se le comunica la noticia, pero claro, no se lo toman tan mal, están acostumbrados a esas suspensiones y además viven en la zona. Finalmente la chica, Ana creo que se llamaba, consigue hablar con alguién de la organización y en unos minutos se plantan tres del Club Trail Running Onil y tras decirnos que lo sentían nos ofrecen que salgamos a correr ese domingo a las 08:00 horas con ellos; van a hacer el recorrido corto y el largo. ¡Bueno!, es la mejor consolación que podíamos obtener, así que quedamos con ellos y ahora a asimilar que ese domingo no vamos a competir, a pesar de que estábamos esperando ese momento desde hacía unas semanas.

El resto del sábado no estuvo mal empleado: cenamos en un centro de ocio-restaurante que se hallaba colapsado de gente con motivo de la Final de la Champions. Pudimos charlar con gente que pronto nos había identificado como "los de Ciudad Real, esos locos que han venido a correr", concretamente estuvimos hablando un rato con Santi, que al día siguiente iba a salir a corretear la prueba de 14 kilómetros por más que tratamos de convencerle para que hiciera los 25 con nosotros. El caso es que a eso de las 23 horas regresamos al hotel y aún quedaba una segunda sorpresa: las instalaciones maravillosas de nuestro alojamiento se veían acompañadas de una boda, de esas valencianas, es decir, de esas que comienzan al mediodía y termina a altas horas de la madrugada. Así que no fue hasta las 3:30 cuando por fín pudimos pegar ojo tras aprendernos mi mujer y yo de cabo a rabo el nuevo éxito de Enriquito Iglesias, que decía algo así, "baílamos hasta que las 10 hasta que duelan las pies", totalmente atemorizados de que los novios cumplieran la amenaza del exitoso muchacho.

Nos levantábamos hechos dos piltrafas, aunque el precioso amanecer levantino y el desayuno nos fue poniendo las pilas. Por allí apareció una pareja que identifiqué como "los novios" según deduje de su conversación; parece ser que no habían dormido en toda la noche (claro, ellos no tenían que correr, tan sólo ser felices muchos años).

A las 8 en punto llegábamos a la placita, y en unos minutos ésta se llenaba de gente vestida para la ocasión. Tras la foto de rigor, todos juntos, eso supuso unos 30 locos posando, partíamos muy suavito hacia la primera montaña que se alzaba ante nuestros ojos.

No estábamos compitiendo pero sábiamos que fácil fácil no iba a ser; además tampoco podíamos quedarnos muy atrás porque no conocíamos el recorrido. En la parte final del pelotón, acompañados por Laura, una chica de la zona pero que vivía en Italia, en los apeninos y que estaba curtida en mil batallas, Quique, Pepu, y por supuesto Santi, que finalmente estaba decidido a realizar los 25 kilómetros.

He aquí una foto de Pepu


Otra de José Ramón, otro montañero del club
 Pronto descubrimos que se trataba de un trail técnico, no sólo por la pendiente sino sobre todo por lo complicado de algunas zonas, pero de lo que no cabe duda es de que estábamos disfrutando. En cuanto al riesgo de incendio yo no lo ví por ningún lado, aunque no sé mucho de eso. Llegados a un punto, unos se desviaron a la derecha y nosotros continuamos para realizar el recorrido largo, que era lo que habíamos venido a hacer.

En uno de los barrancos pedregosos Merche se dobló el tobillo y ese hecho condicionó un poco su disfrute en lo que restaba de entreno. En cualquier caso, un buen ibuprofeno le ayudó a que las penas fueran menos. Alcanzamos, tras muchas y buenas conversaciones, las antenas, después bajamos por una maravillosa senda, con catalogación botánica (marcadas las especies), cresteamos un poquito y fuimos bajando por terreno bastante técnico. La parte final muy muy bonita, con agua incluida y lo mejor fue que al terminar fuimos a una zona recreativa donde los del Trail Running Onil, https://www.facebook.com/Trail-Running-Onil-300986286764893/?fref=photo, habían preparado una estupenda merienda, en la que no faltaba de nada, incluyendo maravillosa pastelería artesana de Laura. Charlamos largo y tendido con un montón de gente y los de la organización tuvieron el tremendo detalle de darnos la bolsa del corredor a mi mujer y a mi, incluyendo camiseta y Playmobil (Onil está en zona juguetera y la fábrica de estos simpáticos muñequitos está ubicada en el polígono).

Que puedo decir, no corrimos el trail, pero a cambio hicimos un montón de amigos en un entreno maravilloso. He aquí una foto con Santi y José Ramón.





Finalmente la prueba ha quedado postpuesta para el 2 de octubre, y yo dejo aquí el link para quien quiera inscribirse, que seguro que quedan plazas libres por el hecho de que habrá gente que no la pueda correr para aquel entonces. Ahi lo tenéis: http://www.mychip.es/evento/540

Y tengo el tracking pero no lo voy a colgar, más que nada porque me consta que los organizadores querían mantener en secreto el recorrido para evitar problemas.

 ¡Muchas gracias por todo!. Nos tratásteis de lujo y estamos deseando volver a vuestra tierra y a vuestras montañejas.

Un abrazo.




martes, 7 de junio de 2016

VIERNES 27: 15 KILÓMETROS A RITMO EN EL PREÁMBULO DEL TRAIL DE ONIL

Tras el trabajo y antes de hacer las maletas, el viernes por la tarde salí a realizar una tiradilla por la zona del Peral. Como no tenía que dejarme la piel en el citado trail (iba a correr con Merche), me podía permitir realizar una sesión más o menos intensa y larga para así lograr completar más de 80 kilómetros. Fui al Peral por el camino que lleva su nombre y poco a poco fui entrando en faena. Pasé por la fuente de la pradera y me refresqué un poco, que falta hacía y de ahí cogí el camino que lleva al Paraje de las Aguas, a escasos 2 kilómetros. Alcanzado el mismo volví a subir para coger el camino que desde el Peral baja hacia la Carretera de San Carlos para luego coger el que alcanza el Camino del Peral y completar así 15 kilómetros bien empleados. 

Buenas sensaciones, aunque bastante calor y sobre todo la alegría de volver a realizar 82 kilómetros en una semana, como todas las últimas, difíciles en cuanto a obligaciones y estrés.

Por su parte Merche había cerrado la semana con unos 50 kilómetros que eran una buena cifra de cara a su trail.

Al llegar a caso, tocó hacer las maletas contrareloj, para irnos a Linares. Al día siguiente, tras dejar a los niños con sus abuelos, iríamos a Onil, Alicante, para correr un bonito trail.



JUEVES 26 DOBLAJE SUDANDO Y LUEGO SUBIENDO POR LA TARDE

El jueves comenzó el día con un profundo remordimiento, y es que el miércoles, dia de curso, día de agobio, me había dejado las zapas en Valdepeñas y al no echarlas en el coche no pude salir a correr. Al final del día, cuando regresaba a casa a las 22 horas y sin cenar, todavía albergaba la esperanza de salir a correr y cumplir, pero entre el cansancio y el hambre me convencieron para tomarme un descanso de esos que te dejan sentimiento de culpa. Por ello tuve la oportunidad de redimirme el jueves, día del Corpus, y es que al ser festivo no tenía curso, aunque sí curre en Manzanares (lo habíamos programado así cambiando ese día por el lunes siguiente). A la hora de comer salí a correr con todo el calor del mundo y llegué extenuado tras unos 10 kilómetros bastante duros. Pero a las 19 horas, ya en Valdepeñas volví a calzarme las zapas y realicé un minicircuito con subida al Cerro del Ángel por la parte de atrás, justo por el mismo sitio por donde unos días antes habíamos corrido Merche y yo. En esta ocasión me metí caña y la verdad es que me salió un entreno corto pero intenso de unos 7 kilómetros que sumados a los 10 del mediodía suponían unos buenos 17 kilómetros de doblaje. Nada de buenas sensaciones, pero al menos la cintura me había respetado.


LUNES 23: CAMBIOS DE RITMO EN EL CAMINO EN MANZANARES

Empezaba la dura semana laboral  y la época de lluvias nos estaba diciendo adiós. El hola venía ahora de nuestro amigo el calor, que bien sabe uno que cuando se acerca junio siempre llega puntual a su cita. Decidí hacer unas series suaves 300 metros, con la vuelta recuperando a trote, en la vía de servicio de la Autovía que va de Manzanares a Ciudad Real. No me encontré mal del todo, sin molestias, pero eso sí, acalorado y cansado. Dio para unos 10 kilómetros en los que cumplí.


MARTES 24: 9 KILÓMETROS EN EL PARQUE CON INTERVAL

Aquel martes tocó una sesión con Mercedes y en el parque. Había interval y es que hicimos cambios de ritmo de unos 650 metros a ritmo de 5000 para Merche, en un número total de 5, que más la vuelta inicial y la ida y la vuelta supusieron unos muy bien empleados 9 kilómetros, sobre todo en lo que a Merche respecta. Cada vez la veo mejor, no podía decir lo mismo de mí.



lunes, 6 de junio de 2016

DOMINGO 22: SALIDA LARGA E INESPERADA POR LA TARDENOCHE 15 KMS

Aquel domingo de hace 15 días (y es que no me he podido dejarme caer por aquí hasta hoy) Merche y yo estábamos expectantes por el trail que teníamos a la semana siguiente en Onil, así que la motivación nos invitó a salir a correr por la tarde, ya cuando el Sol iba haciendo las maletas un día más. Hicimos el tan traido y llevado circuito de la Vega, que así quedó bautizado hace ya algunos años y como veía a Merche bien, fuerte y segura, a algo menos de 3 kilómetros del pueblo desviamos hacia el Cerro del Ángel y tras coger el camino que lleva a los cerrillos de detrás nos pusimos a ascender campo a través, bregando con las maleza y las piedras. No se me ocurría mejor manera de seguir estrenando traileramente sus Saucony Peregrine, y a pesar del buen calzado que llevaba mi mujer no pudo evitar quejarse, sobre todo de rozarse y pincharse con las plantas silvestre de la primavera. Pero llegamos a lo alto y todo cambio cuando se abrió el camino y bajamos por él hasta llegar a la vía de servicio, y de ahí a casa en un entreno de unos 15 kilómetros que resultó una buena actividad para cerrar aquella jornada dominical.