RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 31 de marzo de 2015

LUNES 30: YA NO QUIERO TRASPLANTE DE PIERNAS. DE NUEVO ME GUSTAN LAS MÍAS

Tras un final de invierno y una gran primavera allá en 2013 en los que mejoré mucho mis marcas en 10000, media maratón y maratón vino la realidad más amarga: "tocaba caer", de forma que vinieron las dichosas molestias en mis isquios, los entrenos de mi primer Madrid-Segovia que luego resultó fallida y cuando a finales de otoño de ese mismo año quise volver a correr rápido nada fue igual: rotura de isquios tras la Maratón de Málaga, la cual terminé arrastrándo mi maltrecha pierna, luego vino la lenta recuperación y posterior gran fiasco en la Maratón de Sevilla en febrero de 2014 y fue entonces cuando me dediqué varios meses a la montaña y el ultrafondo (y creo que acerté porque me sirvió para disfrutar y ver este deporte desde otra óptica). Tras grandes experiencias, y sobre todo tras terminar con buenas sensaciones mi Madrid-Segovia en septiembre de 2014, quise lavar malos viejos recuerdos corriendo la Maratón de Valencia, y en cierta medida lo conseguí quizá no con el mejor crono pero sí con una carrera digna y sin gran sufrimiento aunque regresaron de nuevo las molestias en mis isquios, regresando la frustración.

Y justo ahí es donde considero que existe un claro punto de inflexión en esta historia, la historia de un corredor popular más; ese cambio sobrevino por casualidad al leer sobre la Técnica de Carrera Pose que se basa en no talonar, no levantar rodilla, echar el cuerpo hacia adelante y tener una zancada más natural y eficiente en la que sufren menos los isquios y las rodillas (doy fe de ello). A su vez recuperé unas viejas zapatillas a las que no les tenía en buena estima y mire usted por donde resulta que ahora no podría vivir sin ellas a pesar de estar viejas, gastadas, deshechas, y ya no tienen sustitutas porque no se fabrican. Enero, febrero y marzo han sido tres grandes meses de entrenos en los que cada vez me he ido sintiendo mejor, con sesiones intensas, rápidas, y las molestias han desaparecido. Me ha costado mucho hacerme con la nueva forma de correr, la cual es bastante molesta al principio pero cada vez lo hago de forma más natural y sus beneficios para mi han sido increibles, digamos que he vuelto a renacer. De hecho, en algunas entradas antiguas bromeaba con la idea de que en aquella gran primavera había sido como si me hubiesen trasplantado en préstamo unas piernas que no eran mías y que luego malvadamente cuando había disfrutado de su eficacia me las habían quitado y me habíando dejado con mis viejas extremidades. Pues bien, ahora si reconozco en el amplio sentido de la palabra éstas que son mis dos bielas de avance, y es que es como si volvieran a ser como aquellas que incansables me llevaron en Roma a la consecución de mi sueño. En los últimos días las sensaciones están siendo muy muy buenas y tras la Media de Bolaños en la que conseguí quedarme a un minuto de mi mejor marca he recuperado una confianza que creía perdida por completo. 

Dicho esto, paso a seguir con esta tarea ardua de "cuaderno de bitácoras" con el que pretendo describir el día a día: ayer lunes, como estoy de vacaciones tuve tiempo de estar haciendo cosillas en mi despacho y esperando a que regresara mi mujer para salir juntos a correr un rato. El fin de semana había sido muy bueno para mi, pero quiero más, quiero hacer una buena semana aprovechando que estoy más holgado en cuanto el ratio tiempo/obligaciones. A ella no le tocaba correr pero había pensado que quizá haciendo lo contrario de lo que dice el manual pueda ir recuperándose de sus molestias (que ya comienzan a preocuparme). Lo contrario no es ni más ni mienos que aumentar la frecuencia de entrenos, aunque estos sean más suaves, y por ello salimos a trotar en un atardecer en el que daba gusto hacerlo con una estupenda temperatura. Cuando llevábamos unos 3 kilómetros y medio ella giró a la izquierda hacia el pueblo para conseguir completar unos cortos 6,5 kilómetros pero que le sirven para lo comentado (parece ser que no le sentaron mal a su pierna derecha). En cuanto a mi, fue entonces, ya solo, cuando comencé a correr rápido y como me sentía muy suelto, la sensación fue de poder, pero de poder también en sentido amplio: poder para poder aumentar el ritmo con la intuición de que no se van a subir las pulsaciones y que de las sensaciones lejos de empeorar van a mejorar, "poder de poder poder" válgame la redundancia. Pasé por los Cerros de la Aguzadera y subí la cuesta de la vía de servicio de la AIV cuando la noche me sorprendía, y lo hice sin forzar como si la pendiente positiva no fuera tal. Una vez llegado al Cerro del Ángel subí dos veces por el carreterín en lo que probablemente sean las dos mejores subidas que he hecho en mi vida en una cuesta de esas características (1 kilómetro con un 10% de desnivel positivo medio); y es que no se  elevaron apenas las pulsaciones y las piernas respondieron sin carga, como si estuviese llaneando. Las bajadas fueron rápidas pero no alocadas consciente de que lo que he ganado en estos tres meses no lo puedo perder haciendo el tonto y jugándome una lesión. La vuelta a casa también fue moderada y es que al haber aumentado el kilometraje en estos días también me da miedo que me sobrevengan cargas, molestias o lo que es peor, algún contratiempo que tire por tierra lo conseguido.

En casa pude estirar muy bien y sentirme con una satisfacción difícil de explicar, tanta que hasta pensé que debería inscribirme al 10000 que dentro de un par de semanas hay en Álcazar de San Juan, a pesar de que los 10.000´s y yo estamos algo reñidos y de que no me conviene esa distancia en el camino de mi preparación a Helsinki.

Conclusión: cada vez me gustan más mis piernas y creo que todavía tienen bastante que decir...(estas no son las mías, obviamente)


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lunes, 30 de marzo de 2015

DOMINGO 29: DOBLANDO ENTRENOS 1+1 = 3

De los beneficios de doblar se ha hablado mucho, hay mucho material escrito sin lugar a dudas. También se han comentado mucho los riesgos que conlleva meter más de una sesión en un solo día, desde la perspectiva de posibles riesgos de lesión y de ver de cerca la sombra alargada del sobreentrenamiento. Dicho esto he de decir que para mi siempre he encontrado experiencias positivas en este sistema de entreno y que generalmente he notado mejoras adaptativas cuando los he introducido. Por ponerles un pero siempre ha sido difícil llevarlos a cabo por el tiempo que te roba y también porque quieras o no hay que realizar un pequeño esfuerzo psicológico para llevarlos a cabo. No estoy aquí para recomendaros recetas como si fuese un cocinero reputado con un ego tal que pensara que mis creaciones os van a sorprender, entre otras cosas porque no soy más que un corredor popular más experimentando en mis carnes lo que voy aprendiendo y probando. Así que el domingo tocó doblar:

Corriendo en la Calle Finlandia (de Linares)

El domingo fuimos toda la familia a Linares para comer con mis suegros y aproveché ese intervalo de tiempo en el que los andaluces acostumbran a tomarse "las cañitas" para vestirme de corto y hacer un circuitín un tanto durillo de algo más de 10 kilómetros. La zona de la vía verde estaba esplendorosa en su recibimiento a la primavera y suerte que no soy alérgico. El duro desnivel positivo que te encuentras en los últimos cuatro kilómetros siempre es un buen entreno de fuerza, máxime si lo haces a más de 23 grados como lo hice yo. Como curiosidad, al medirlo en la wikiloc he comprobado que ese camino se llama Calle Finlandia, ¡vaya sorpresón!, y resulta que lo vengo pataleando hace ya un montón de años. He pensado que se ha de tratar de un designio divino o mejor de un capricho del destino por eso de que Helsinki sea la primera maratón para Mercedes y ella sea de Linares. Concretando: no sé qué tiempo hizo porque no me llevé crono, pero sí sé que esos 10.000 metros me obligaron a subir 158 metros.


















La Vega, Mercedes y la noche fresca

Tras una comida que me sentó fabulosamente bien, y tras una siesta que técnicamente me dejó como nuevo, regresamos a casa al atardecer. Llegamos con el tiempo justo de volverme a calzar las zapas, y Mercedes hizo lo propio. Nos fuimos a realizar el circuito de La Vega, como yo lo tengo bautizado. Merche iba bastante timorata porque de nuevo había sentido grandes molestias en la cadera el día anterior, y para colmo se había echado el Garmin y tenía ganas de ir midiendo el tiempo y el ritmo. El inicio lento, pero íbamos tranquilos y a gusto. Poco a poco fuimos metiendo una marcha más, y otra, ya por debajo de 6´. Llegamos a la Vega de noche y con el frontal encendido en una noche muy agradable para correr en la que seguramente otros matrimonios están tomándose unas cañas en un bar o viendo la tela (nosogros a lo nuestro en un domingo por la noche). Al llegar al Peral a Mercedes la cadera le dio un serio aviso y tuvimos que parar a estirar unos segundos, pero con la pendiente a nuestro favor se recuperó y la vuelta fue bastante rápida, marcando ritmos por debajo de 5´30´´(5´19´´ el más rápido). El dolor se le traspasó a la zona de la ingle y eso le ayudó a correr algo más cómoda de forma que el final de la sesión no fue malo del todo. Aún así seguimos preocupados con tantos problemas musculares.

Por mi parte yo me sentí increiblemente suelto y pude saldar el domingo con  23.100 metros a añadir a los algo más de 22 kilometros del sábado. Un fin de semana muy fructífero en cuanto a kilómetros.

sábado, 28 de marzo de 2015

SÁBADO 28: CASI 22 KMS Y TOCÓ SUBIR A LOS MOLINOS AMIGO SANCHO

Esta mañana he comenzado con ánimo la nueva semana; además tendré vacaciones durante estos días lo que me permitirá tener tiempo para todo: para estar con la familia, tomar el Sol y como no..., entrenar, si puede ser de día. La exigencia del sábado llamaba a mi puerta y yo le abría más gustoso que de costumbre; buen tiempo, ropa corta, ¡así da gusto!, así que sin Garmin, sin crono, me fui a ritmo alegre pero controlado hacia el Paraje de las Aguas, de ahí al  Paraje del Peral, y cogí el camino que pasa por el norte del mismo y que me acaba derivando a la falda de la Sierra del Peral. Tocaba subir el kilómetro y medio que media desde la casa que me encuentro al coger el camino hasta el descansillo donde iba a dar media vuelta (hasta los molinos aun hubieran quedado unos 500 metros extras, pero menos duros). Me sorprendí subiendo a buen ritmo a pesar de que en esos 1,5 kilómetros se ascienden ni más ni menos que 180 metros (un 12% de desnivel medio positivo). Costó algo pero no como en otras ocasiones, y sin parar dí media vuelta y bajé con cuidado de no lesionarme, aunque a ritmo alegre. Pasé por la casa por donde había aparecido y seguí hasta la Carretera de La Solana y una vez pisado el asfalto vino lo mejor del entreno, un kilómetro y medio en el que cogí ritmo y me encontré muy bien. Pasé por el Peral nuevamente y ya fui derecho a casa, sin más incidencias, más allá de notar que debería haber bebido agua porque hacía algo de calor. Una sesión de casi 22 kilómetros y 258 metros ganados que me han dejado las piernas en su punto: cargadillas pero con esa sensación de haber asimilado estupendamente el entreno.


LA SPARTATHLON MANCHEGA: 240 KILÓMETROS ENTRE VALDEPEÑAS Y MADRID





Los manchegos también queremos nuestro trocito de cielo. En una tierra como la nuestra, tan extensa y variopinta, podemos presumir de ser y/o haber sido cuna de grandes fondistas y ultrafondistas. No es suficiente con eso; ahora queremos poder decir que tenemos nuestra propia Spartathlon. La Spartathlon es probablemente la prueba de ultrafondo más dura del mundo y quizá también la más mítica ya que nació de la leyenda de Filipides, de quien dice el filosofo griego Herodoto que realmente no tuvo que correr una maratón, 42 kilómetros, sino los 246 kilómetros que hay entre Atenas y Esparta. Desde que a comienzos de los 80 a unos marines americanos se les ocurriera hacer tal locura para comprobar de si el cuerpo humano sería capaz de soportarlo, se viene organizando anualmente una competición que trata de emular la gesta de Filipides. 
http://www.spartathlon.gr/en.html

Pues bien, mi buen amigo Francisco Rivas se le ha ocurrido organizar, aunque sólo sea para su disfrute y el de algún loco más que se anime a seguirle la Valdepeñas-Madrid, y por caminos. Una especie de Spartathlon de practicamente la misma distancia y quizá altimetría más complicada. Es un reto que confiesa que tenía en mente desde hace tiempo y por fin se ha decidido a darle luz verde. La fecha prevista para tal evento que podemos dejar pasar es el 4 de junio y en principio la idea es hacerla sin descanso.

Os mantendré informados.


VIERNES 27: ASÍ ME GUSTA ENTRENAR UN VIERNES

Como siempre digo los viernes son para rematar la faena y en esta ocasión la faena no era tanta porque la Media Maratón de Bolaños del domingo pasado había trastocado todo el plan semanal, descolocándome la distribución de kilómetros. ¡No importa!, porque el regusto dulce que me ha quedado con esa carrera no lo cambio por nada. Pero además el jueves no pudimos entrenar con lo que esta cuarta semana iba a finiquitarse con unos muy discretos 76 kilómetros. Salimos tarde a correr, ya casi de noche, y la verdad es que la desmotivación de Mercedes se notaba en el ambiente. Para estos casos siempre aconsejo no pensar demasiado y comenzar a correr sin más, eso hicimos...¡Qué tendrán esos entrenos que te seducen!,  porque te encuentras bien, suelto, la temperatura es la ideal, no hay prisa, no hay obligaciones esperando después. Ese es el regalo que obtuvimos Merche y yo ayer, un entreno saludable, sin estrés, sin relajación, pero también sin pausa, disfrutándolo y sobre todo sin molestias por parte de ella. Además la charla es buena terapia para hacer más agradable una sesión de ese tipo y por tanto le dimos "al palique". tanto que no nos dimos ni cuenta de que corríamos a un ritmo que luego salió a una buena media de 5´42´´. Un total de 10.500 metros que permitieron cerrar la semana de Merche en unos cortos 43 kilómetros, pero con Media Maratón por medio, y superando sus molestias en la cadera. A mi, por mi parte lo comentado, una semana en la que no cumplí las expectativas sobre el papel pero en la que mi rendimiento en Bolaños compensa con creces este desajuste.

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JUEVES 26: 67 SESIONES DESPUÉS HAGO UN KIT-KAT

Esta manera nueva de entrenar no es más que una probatura. Digamos que experimento con mi cuerpo lo que ningún entrenador debería experimentar con sus confiados pupilos, pero si me sale mal no hay nadie a quien echarle la culpa, por lo tanto estamos en paz. Esta nueva forma de entrenamiento consiste en no meter ni un solo descanso activo en el calendario, y distribuir de forma lo más homogénea posible el kilometraje de manera que el 40% de la distancia semanal pudiera ser hecha entre el sábado y el domingo y el 60% restante de lunes a viernes, cuando dispongo de menos tiempo. Tras esto había un claro objetivo: clavar 90 kilómetros semanales durante el mayor número posible de semanas. Paralelamente consigo entrenar 2 o 3 veces con Mercedes de forma suave en lo que para mi suponen entrenamientos regenerativos y que son descansos activos. Pues bien, como dice José Mota: "me he caído con todo el artesonado.." ya que en esta semana se ha roto la dinámica y el jueves por cuestiones que no estaban escritas en el guión no pude salir, ni Merche tampoco. La razón concreta fue que Jorge estaba de viaje del instituto en Sierra Nevada y volvió tarde, así que me pasé toda la noche con un terrible sentimiento de culpa que no me gustó nada. Pero no hay algo más terrible que nuestro coco controlándonos y es que en realidad no ha sido más que una anécdota, un récord que deja de crecer: 67 sesiones seguidas en las que he dejado las molestias atrás y creo que he seguido evolucionando (estas dos cuestiones son las verdaderamente importantes).

Ahora viene el buen tiempo y las tardes se alargan. Buen momento para meter un día de descanso total en la semana sin por ello descuidar los kilómetros.


MIÉRCOLES 25: SERIES EN CUESTA. SIEMPRE ES UNA BUENA IDEA

Que no me gustan las series es algo que tengo muy claro. Quizá no me guste sufrir, quizá sea demasiado controlador y me agobie demasiado estar tan pendiente del crono, quizá mi cuerpo no esté ya para esos trotes. Pero si quieres mejorar hay que poner el mecanismo en marcha quitándole un poco las telarañas al engranaje oxidado que te impide correr más rápido. Siempre tuve un buen aliado en el interval para estos casos, y por tanto, pude escapar la mayoría de las veces del trauma que, personalmente, suponía hacer series con la ortodoxia y el ritual de la recuperación y el ritmo totalmente medidos. El miércoles fue una buena ocasión para introducir un entreno que siendo de calidad y sin ser interval a mi no me desagrada nada y siempre me ha ayudado a mejorar: las series en cuesta. Yo me las planteo siempre como un juego en el que se trata menos de medir el ritmo y la cosa va más de llegar al final con las pulsaciones subidas y al límite de la acumulación de lactato. El lugar escogido fue la falda del Cerro del Ángel, lugar que voy a gastar de tanto ponerlo en este blog...Partiendo de la vía de servicio, en asfalto totalmente llano y regular, unos 520 metros en los que se ganan 25, es decir, al 5% de pendiente media.


















Distribuí un total de 5, a un ritmo similar al objetivo de la maratón, 4´10´´, haciendo las bajadas a trote suave, y sin parar en ningún momento. De esta forma conseguí realizar un intervalo de calidad dentro de la sesión de algo más de 4500 metros, unos 22 minutos que se complementaron con carrera continua posterior, otros 6 kilómetros más, que añadidos al calentamiento supusieron algo más de 13 kilómetros bien empleados. De la sesión destaco la soltura que experimenté, quedando claro que el esfuerzo del domingo ya había sido superado.

jueves, 26 de marzo de 2015

MARTES 24: MERCHE SIGUE Y NO TE PARES QUE SON DOS VUELTAS

Aún no comprendo como hay organizadores de maratones que programan recorridos en los cuales te hacen pasar allá en el 37 por la zona de llegada y esperan con los corredores sintamos que nos alejamos de nuestro objetivo paso a paso para notar más molestias, más dolores y sobre todo un auténtico muro psicológico sobre nuestras cabezas. Algo parecido debió pensar mi mujer el martes cuando, tras una tarde de intenso viento y mucha lluvia, costó mucho cambiarse de ropa e irnos a correr. Para hacer la cosa más llevadera le propuse un circuito de unos 5 kilómetros que discurría siempre por asfalto por los alrededores de casa. La primera vuelta la hicimos sin mucha prisa, sobre todo ojo avizor siguiendo la evolución de las molestias de Mercedes (en la cadera y en el gemelo), secuelas del esfuerzo de Bolaños. La anécdota de la sesión ocurrió cuando pasamos justo por la puerta de casa y ella estuvo a punto de quedarse y dar por finalizado el entreno. Para sus adentros sabía que quedaba otra vuelta pero se quiso hacer la despistada. Yo la castigué a partir de entonces aumentando el ritmo y arengándola a que moviese los brazos. De esta forma la segunda vuelta fue más rápida y se hizo más amena. Como todo llega, pronto nos vimos otra vez en la calle de nuestro hogar, en esta ocasión para sí pararnos y dar por finalizado el entreno, realizando 10.250 a un ritmo medio de 5´50´´. Al entrar ambos pensamos que en días así como en casa no se está en ningún sitio.

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LUNES 23: "NO TE PASES HOY O HAGO QUE TE LESIONES"

El hecho de haber corrido la MM de Bolaños y practicamente haberme vaciado en dicha empresa no fue suficiente para considerar la posibilidad de tomarme el lunes de descanso. Más aún, he de decir que estuve a punto de ponerme el domingo un doblaje en forma de sesión regenerativa. Quizá hasta me hubiese venido bien para soltar y también para acumular algo más de kilómetros en la nueva semana, sin embargo comenzó a llover por la tarde y no pudo ser. El lunes volvía al tajo y no quería hacerlo con una sesión intensa..., bueno ni quería, ni debía ni casi podía, porque notaba en mis piernas el esfuerzo realizado, aunque no tuviera molestias. Me puse el frontal y me fui de noche a realizar un circuito de 15 kilómetros, pero me tocó luchar con la llovizna, el viento y los charcos. No fue muy agradable y en todo momento sentí que lo hacía por obligación, "un sacrificio más", pensé. La vuelta, para más complicación, la hice contra el viento y las piernas, sin llegar a quejarse si que me estuvieron dando mensajes en forma de "no te pases hoy o hago que te lesiones". De esta forma completé un entreno a ritmo moderado, en torno a 5´-5´10´´ de media y cuando llegué a casa no pudo por más que sentirme bien por haber vuelto a cumplir. Eso sí, los estiramientos me sentaron genial.


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lunes, 23 de marzo de 2015

LA CRÓNICA DE LA MM DE BOLAÑOS 2015: CORRIENDO COMO EN PRIMAVERA DE 2013

Día importante el que tenía marcado en mi calendario tras no haber competido desde aquella mañana de noviembre cuando se disputó la Maratón de Valencia. Han sido muchas semanas duras pero muy fructiferas, llenas de sesiones intensas y pocos descansos pasivos, prácticamente 1 en tres meses. No sabía como me iba a encontrar cuando me pusiera a correr de verdad y eso me creaba gran incertidumbre y cierto temor, sin embargo no estaba nervioso, de hecho dormí de un tirón la noche antes. Amaneció el día con llovizna y Merche y yo nos fuimos con tiempo de sobra a Bolaños. Pese a que el cielo amenazaba jarreo, resultó que a la hora de la carrera apenas hacía viento y no llovía, además teníamos la temperatura perfecta, unos 10 grados, así que no había excusa para evitar dejarse la piel. Tras seguir el ritual: charlar con los amigos, recoger la bolsa del corredor y sobre todo conocer y charlar con Eusebio, un amigo seguidor de mi blog afincado en Sevilla pero nacido en Malagón, calentamos un rato y nos fuimos a línea de salida. Después la foto de rigor con mis compañeros del Pozo Norte:


Se dio el pistoletazo y yo partía por delante, Mercedes en la zona de detrás. Desde el comienzo comprobé que no iba a ir tan cómodo como yo había pensado tras las buenas sensaciones en mis entrenos, y es que mi nueva forma de correr no es lo que se dice "relajada". En cualquier caso sí que noté que pronto se estabilizaban las pulsaciones y que mi ritmo se movía por debajo de 4´el kilómetro, y hacía tiempo que no me veía en esa situación lo cual me hizo sentir bien. Como el Garmin se había quedado en casa, fui tirando de crono: kilómetro 2 en 7´50´´, y como el primer kilómetro lo había pasado en 4´01´´, había marcado un 3´49´´ en el segundo y yo sin enterarme. Me veía sin sufrir, que no cómodo y por ello fui adelantando gente, poco a poco, sin cambios de ritmo bruscos. A pesar de ser 700 corredores en competición, me tocó ir en muchas fases de la carrera solo, como se aprecia en la siguiente foto:


En el 4,5 alcancé a Francisco Javier Trujillo, compañero del club con el que en la edición anterior había compartido el 80% de la carrera, pero descubrí que él iba un poco forzado, y ya en la prolongada cuesta de casi un kilómetro decidí tirar, no para fastiarle, sino para seguir mi camino. El kilómetro 5 en 23´32´´, es decir a una media de 3´55´´ y sin problemas para perpetuar esa cadencia; lo más importante es lo bien que iba de pulsaciones y que las piernas iban sin notar carga. Gestioné la cuesta y llegó la bajada, pero no forcé en la misma. Llegué a la recta que lleva a la zona de camino y en esa fase se me hizo un poco pesado, quizá el peor momento de toda la carrera. Pero todo pasa y pronto cayeron el 8, 9, 10 y 11 manteniendo el ritmo, desde el octavo kilómetro asociado con un corredor que decidió seguirme y que llevaba una zancada similar a la mía. Pasé por el kilómetro 10 en un buen crono de 39´05´´ y fue entonces cuando supe que no iba a pegar bajón porque seguía entero, no iba sufriendo. Pasamos por el arco de meta y quedaban ya menos de 10 kilómetros, por la cabeza se me pasaba la idea de que todo estaba hecho, ¡buena señal!. 


En el 11,5 y medio alcanzamos a mi buen amigo Kino que iba muy cargado debido a la maratón de Barcelona de la semana anterior; sin duda hizo bien en aflojar, quizá no debería ni haber corrido,  y mi compañero y yo continuamos progresando, pero comencé a sentirme tan  pletórico que me fui adelante dejando atrás a mi acompañante. Seguí cazando corredores, algo que no dejó de ocurrir durante toda la carrera y los puntos kilométricos aparecían ante mis ojos con relativa facilidad, sin duda los mejores momentos de la media. Volvimos a pasar por la zona donde más gente se agolpaba, desagradable por el adoquinado llano pero mojado, que provocaba que mis zapas se escurrieran. Alcancé la calle donde comenzaba la cuesta y apreté los dientes totalmente concentrado en que no se me fuera mucho la media que tan bien estaba manteniendo, y se hizo dura pero menos de lo esperado. Necesité algunos metros ya en la bajada para recuperar las piernas, pero pronto mis músculos se volvieron a soltar y volví a coger ritmo. El 17 en 1 hora 7´30´´, si no abandonaba la marcha que llevaba podría bajar de 1 hora 23 minutos. El final sin duda fue lo más estimulante, porque pude compararme con las sensaciones del año anterior, cuando me vino larga la distancia y además terminé medio hundido y en 1 hora y 26 minutos. Sin pasarlo mal, adelantando gente, cayeron el 19, el 20 y el último kilómetro no se me hizo tan largo como suele acostumbrar, incluso me dio para alcanzar a otros dos corredores más y afrontar la meta esprintando para lograr bajar del 1:23, algo que conseguí con un tiempo final real de 01:22:55, 45º de la clasificación y de haber sido Veterano C (algo que ocurrirá dentro de menos de cuatro meses), me habría quedado 5º de mi categoría a 3 segundos del cuarto y un minuto del tercero.




Tras comprobar que no había daños colaterales eché unos sollozos; han sido muchos meses, demasiados, sin correr tan rápido. De hecho no lo hacía asi desde mayo de 2013 cuando paré el crono en 40 segundos menos en la Media Maratón de Almagro. No en vano esta ha sido mi tercera mejor marca en la distancia pero siendo dos años más viejo después de mi gran pico de forma. Por tanto creo que los entrenos han dado resultado; ahora a tener los pies en el suelo y a no ser ambicioso, simplemente a hacer kilómetros y a conservar el ritmo que ya tengo en las piernas. De las nuevas sensaciones que he tenido en esta mi nueva etapa destaco mi forma de correr más desgarbada, más agresiva, más incómoda, pero también menos dañina para mis músculos. Terminé sin molestias musculares y hoy ya estoy deseando entrenar, esto último quizá sea lo más importante de todo, más allá del rendimiento obtenido.

En cuanto a Mercedes: su carrera era otra, la de rodar la media de cara a Helsinki. Se encontraba en esos días que tienen cada mes las mujeres y eso le afecta mucho. Además iba sola, sin mi referencia, y esto le ha de venir bien para que se vaya acostumbrando a lo que se va a encontrar en su primera maratón en tierras escandinavas. Según me contó después fue cómoda instalada en un ritmo de 5´30´´ hasta que comenzó a notar molestias en su cadera izquierda, que ya le venía avisando desde la MM de Valdepeñas. Aún así se asoció con un runner que llevaba su mismo ritmo ("el maromo" que se ve en la foto), y eso le ayudó a llevarlo mejor.


A partir del 11 comenzó a sentir los dolores comentados y aún así medio que mantuvo el ritmo. Por suerte en el 15 la alcanzó María Angeles Lozano, la hermana de Kino, y le llevó el ritmo hasta el final. Sin pasarlo del todo mal, no se quedó totalmente satisfecha sobre todo por las molestias. En cualquier caso 1:57 es una buena marca para ella, concretamente su tercera mejor marca








Por último reseñar uno de los acontecimientos de esta media: haber conocido a Eusebio. Un corredor muy afable, y que tiene un merito tremendo lo de llevar tantísimos años corriendo. ¡Quien pudiera decir lo mismo!. He aquí Eusebio en plena faena.