RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 29 de enero de 2019

LA CRÓNICA DE LA LEGUA DE LA BELLOTA EN BAÑOS DE LA ENCINA

El día 12 de enero, aprovechando nuestra visita a Linares, habíamos programado la participación de Merche en esta bonita carrera nocturna. La localización no podía ser mejor, Baños de la Encina, un pueblo medieval precioso, con un castillo espectacular. Tras el partido de mi Alba salimos pitando para Baños, que dista algo menos de 29 kilómetros de Linares, y nos dio tiempo a que mi mujer recogiera el dorsal y calentase lo que pudo en una gélida tarde. Allí nos encontramos con nuestros amigos Francisco Tirado y Aurelio, con los que solemos hacer salidas por Despeñaperros y que viven en La Carolina; se hacía raro ver tanta gente de montaña en un cita tan popular y asfaltera.

El caso es que con absoluta puntualidad dieron la salida y Merche salió a batirse el cobre en los aproximadamente 5 kilómetros. La verdad es que no me dio mucho tiempo a relajarme. Tras grabar un vídeo cortito a pocos metros de la salida, me dirigí a la zona del castillo donde los corredores tendrían que subir por una calle llena de escalones y jalonada con velas, y allí, subido en la muralla de los aledaños del monumento esperé la llegada de los participantes, que fueron llegando uno a uno. Ví pasar a Aurelio y a Paco y unos tres minutos después pasaba Mercedes, cuyo semblante mostraba pleno disfrute...

Bajé rápidamente a los escasos 200 metros donde se hallaba la meta, en la plaza y me dio tiempo a ver pasar a mi mujer. Tras la pelea vino el descanso del guerrero, con caldito bien caliente y bocadillito de chorizo incluido. 


Albergábamos alguna esperanza de que subiera a podium en la categoría de +45 pero no hubo suerte en esta ocasión, se quedó quinta con un tiempo de 26:51 en una prueba que fue bien dura.

Pero lo importante fue la experiencia y reencontrarnos con viejos amigos



viernes, 25 de enero de 2019

SEMANA DEL 19 AL 25: CUARTA SEMANA CONSECUTIVA SIN PARAR

Esta semana hemos conseguido continuar con el plan, sin salirno ni un poquito del guión. Y eso a pesar de que en el fin de semana no pude hacer tantos kilómetros como venía acostumbrando. La pierna ha seguido molestando y a pesar de ello he vuelto a obtener buenas sensaciones en algunos momentos.

Este es el resumen:
  1. Sábado 19 de enero: hacía un entreno corto de tan sólo 13 kilómetros por la parte sur. No pasará a la historia de las buenas sensaciones.
  2. Domingo 20 de enero: entreno exigente en San Carlos del Valle y sus molinos eólicos con los del Extenuación. Unos 20 kilómetros y de nuevo no obtuve buenas sensaciones, pero la parte final fue rápida y me sirvió a efectos de intensidad.
  3. Lunes 21 de enero: sesión larga de gimnasio con más de 1 hora y 13,5 kilómetros equivalentes. Seguimos fortaleciendo el core.
  4. Martes 22 de enero: entreno nocturno en el que conseguí rodar cómodo. Unos 9,5 kilómetros.
  5. Miércoles 23 de enero: sesión de gimnasio para completar 10,5 kilómetros con cargas en bici y algo de elíptica. Sesión exigente de core.
  6. Jueves 24 de enero: abonado al gimnasio: elíptica, bici y remo, unos 9 kilómetros.
  7. Viernes 25 de enero: entreno interesante en Despeñaperros con unos +500. 14 kilómetros.
TOTAL:  casi 90 kilómetros y seguimos sin darnos descansos teóricos, aunque sí trabajamos sesiones suaves.


VIERNES 25: TIRADA INTERESANTE EN DESPEÑAPERROS

Esta tarde, aprovechando mi día de vacaciones, me he acercado a Despeñaperros para realizar un entreno de unos 14 kilómetros cuya dificultad mayor ha sido salvar, al inicio, los +350 metros de la senda que parte del Barranco de la Niebla y lleva al Collado de la Aviación. Al alcanzar el camino de Aldea Magaña he ido al Castillo de Castro Ferral, y al llegar he regresado sobre mis pasos para terminar regresando por la Senda de Valdeazores aparecer en la autovía y ya hacer los 2 últimos kilómetros por el asfalto hasta de nuevo el Barranco de la Niebla.

Buen entreno un poco empañado por las molestias de la dichosa pierna, que se ha hecho notar en la parte rápida de la senda.


JUEVES 24: MÁS GIMNASIO

Ayer de nuevo gimnasio, aunque hoy tengo día libre y saldré a correr, probablemente a Despeñaperros, y con ello habré finiquitado mi cuarta semana seguida sin dejar de entrenar a diario, 28 sesiones. En lo que respecta a la sesión de ayer combién elíptica, bicicleta y también una novedad, remo, y la verdad es que quedé contento con el entreno, aunque me sentí bastante cansado. Para finalizar hice ejercicios de fortalecimiento del core, programa estrella en este invierno que tiene por objetivo mejorar el rendimiento en la montaña y evitar lesiones; a ver si es verdad

Merche ya mira de reojo a Murcia, su maratón, y ayer también estuvo moviendo las piernas en la cinta, bici y elíptica. Esta nerviosa y cansada pero ya la veo bien para acometer su quinta maratón, creo que rendirá a buen nivel.


jueves, 24 de enero de 2019

MIÉRCOLES 23: SESIÓN DE GIMNASIO CON MERCHE

Ayer regresó Merche a la senda de los entrenamientos en su particular periodo de tapering antes de su maratón del próximo domingo. La pasada jornada dominical se había caído en la ruta que hicimos en San Carlos del Valle con los del Extenuación y entre las molestias en su rodilla y el periodo de descanso no había hecho nada ni el lunes ni el martes. Ayer yo hice unos minutos de elíptica y una sesión algo más larga de bicicleta, haciendo intervalos de carga cortos, unos 10 kilómetros, algo similar a lo que hizo Mercedes, pero ella con el fin de mover las piernas un poco. Tras esto lo que viene siendo habitual en casi todas las sesiones de este nuevo 2019: ejercicios de fortalecimiento del core en general y los abdominales altos y bajos específicamente.

Resultado de imagen de fortalecer el core

MARTES 23: ENTRENO MENOS DESAGRADABLE DE LO PREVISTO

El martes pasado lo que menos me apetecía era salir a correr con el frío y de noche, pero en mi afán de que la rueda siguiese girando (debía suponer el 25º entreno consecutivo), me cambié de ropa "haciendo de tripas corazón". La verdad es que cuando comencé a correr todo se simplificó y descubrí, para mi regocijo, que no iba a ser un penadero. Las molestias recurrentes de mi pierna izquierda pasaron desapercibidas y el frío pronto dejé de notarlo. El circuito elegido fue el del Restaurante de la Aguzadera para pasar por detrás del cerro del mismo nombre, aparecer por el carreterín asfaltado que sale a la Carretera de Daimiel y en lugar de coger éste hacia el pueblo, tomar dicha carretera y desde ahí llegar al Parque Cervantes y a casa. 9,5 kilómetros sin referencia de tiempo, ni falta que hacía.

Este fin de semana sí que resultará difícil sacar adelante dos entrenos completos, ya que viajamos a Murcia donde Mercedes correrá su quinta maratón de asfalto, la primera que correrá sin mi compañía.


martes, 22 de enero de 2019

LUNES 22: LA LÁMPARA DE ACEITE NO TIENE GRASA

Busco poder ser alumbrado en esta etapa que se abre. Se gastó el aceite de la vieja lámpara y no veo. Habrá que buscar otro invento para salir de la oscuridad; por lo pronto ayer lunes cerraba mi 24º entreno consecutivo y sin descanso, lo que al menos me hace sentir que lo intento. En esta ocasión se trató de una sesión larga en el gimnasio: 1 hora hecha entre bicicleta baja con intervalos de carga y elíptica (haciendo retroelíptica también, o como se llame), equivaliendo todo a unos 13,5 kilómetros. Para terminar hice una dolorosa sesión de fortalecimiento de core y estiramientos.

Lo dicho, a ver si encuentro una buena led



Resultado de imagen de VIEJA LÁMPARA DE ACEITE

DOMINGO 21: EN SAN CARLOS DEL VALLE CON EL EXTENUACIÓN: UN DEJA VÚ UN AÑO DESPUÉS

En la tercera semana de enero de 2018, nos fuimos con algunos compañeros del Extenuación a realizar una durilla tirada de 18 kilómetros y pico que recorría los molinos eólicos de la zona. El caso es que en aquella ocasión Merche y yo lo programos de tal forma que hicimos 35 kilómetros ya que regresamos corriendo desde San Carlos, donde originalmente era la salida y la llegada. En esta ocasión no iban a haber kilómetros extras, y simplemente cumplir con el recorrido. El comienzo fue muy dubitativo por mi parte, con la pierna bastante fastidiada; el primer molino lo subí por la senda en lugar de por el camino, y cuando alcanzamos el alto (David, Antonio y yo) bajamos por la pista para ir encontrarnos con la gente que subía, entre ellos mi mujer. Tras subir y bajar por la pista continuamos hacia el segundo molino, en esta ocasión con David Jiménez, Antonio, Virginia y un servidor. Sin incidencias y de nuevo tocó esperar un ratín al resto del grupo. Tras esto comenzaba la parte chula, la de verdadero trail, y hay me puse las pilas y el terreno me hizo motivarme, alcanzando los tres molinos tras la estela de David, haciéndolo sin andar, lo cual me dejó las piernas un tanto tocadas. Llegaron Virginia y León, pero no pudimos quedarnos mucho tiempo parados por el frío que hacía arriba, así que bajamos por la pista para enseguida coger la que baja al Pantano de Vallehermoso, pero decidí no seguirles, porque este era un extra al recorrido, mientras esperábamos al resto, y yo no estaba para muchos extras.

Regresé al primer molino de los tres justo cuando comenzaban a llegar los compañeros, que por cierto se habían perdido y de ahí la tardanza, y tras esto llegaron los tres exploradores (David, Virginia y León) justo para echarnos una foto de todo el grupo.

Tras esto recorrimos los otros dos molinos y nos tiramos por la senda, la más técnica del día, y allí me desquité. Una vez abajo, reagrupamos y desde ahí 8 kilómetros por camino en tobogán hasta San Carlos del Valle. Se me hicieron pesados y no encontré las buenas sensaciones, pero fui cogiendo algo de ritmo justo para ver como David y otro compañero se me iban en la distancia y yo trataba de pillarles infructuosamente. Cuando quedaban unos 3 kilómetros me alcanzaba Virginia que tiene mucho, pero que mucho ritmo, me pasaba y yo era incapaz de seguirla, pero al alcanzar la carretera paraba para preguntarme si era por allí, y tras esto tomábamos la larga recta a buen ritmo, con el viento en contra, y sufríamos hasta alcanzar el coche.

Entre pitos y flautas, creo que hice unos 20 kilómetros, con sensaciones contrapuestas.

domingo, 20 de enero de 2019

SÁBADO 19: CORRIENDO EN UN DÍA COMPLICADO

Ayer fue de esos días en los que uno sale a correr porque no le cabe más remedio ya que no hay tiempo literalmente para hacerlo. Ciertas obligaciones familiares me impedían hacer lo que me hubiera gustado, irme a Despeñaperros a dejarme las piernas en sus cortafuegos, así que no cupo más remedio que aprovechar una pequeña rendija y salir un rato antes del mediodía. No fue un entreno muy ambicioso, simplemente atravesé el pueblo de norte a sur, subí el Cerro de los Molinos por la cuesta de la Calle Libertad, bajé, tomé la vía de servicio, para luego llegar a la rotonda y coger la vía de servicio de enfrente, para alejarme del pueblo por la zona de cierta altrimetría que siempre ayuda a probar las piernas. Las sensaciones no fueron muy buenas, aunque el regreso pude coger algo de ritmo. 13 kilómetros que me bajaron un poco la moral, y es que cuando se tiene la cabeza en otro sitio cuesta centrarse.


sábado, 19 de enero de 2019

SEMANA DEL 12 AL 18 DE ENERO

Empecé un 29 de diciembre con la idea de no parar y he conseguido cumplir el objetivo hasta hoy, 21 sesiones después. Me consta que mi organismo necesita eso, no parar, intercalando entrenos suavitos con entrenos más intensos y/o largos y de esta forma me encarrilo; siempre ha sido así. En esta tercera semana he bajado una pizca el pistón, sin duda debido a que se terminaron las vacaciones y ya no cuento con tanto tiempo; se acumulan las obligaciones y todo se hace más difícil en una época del año que tampoco es la mejor para esta práctica. En cualquier caso hago un balance positivo de estos 7 días en los que no me han abandonado las molestias en mi pierna izquierda (zona posterior, isquios altos, pero un dolor interno). Al menos puedo entrenar sin grandes problemas aunque cuando molesta se hace bastante desagradable.

Este ha sido el resumen:
  1. Sábado 12: entreno largo y sin bebida ni comida en Linares. Me costó bastante el final: 27,5 kilómetros.
  2. Domingo 13: buen entreno en las sendas de la Sierra del Peral, con un casi +500, 12 kilómetros.
  3. Lunes 14: sesión de gimnasio, 10,5 kilómetros. Importante el trabajo del core.
  4. Martes 15: sesión de10,5 kilómetros con un ritmo medio-alto que me dejó buen poso.
  5. Miércoles 16: sesión de gimnasio, otros 10,5 kilómetros hechos íntegramente en la bici.
  6. Jueves 17: entreno con Merche en el circuito de los olivos, 9,50 kilómetros hechos en 53 minutos pelados.
  7. Viernes 18: sesión corta de gimnasio 7 kilómetros de bici.
TOTAL: 87,50 kilómetros.

VIERNES 18: CIERRO LA TERCERA SEMANA CONSECUTIVA DE ENTRENOS

No serviría para mucho, cierto, pero al menos me ayudó a sentir que no estoy parando. Con muchas ganas de descansar llegué a casa ayer, pero me cambié y me fuí un rato al gimnasio, de forma testimonial hice 30 minutos, 7 kilómetros, en la bici baja, y luego un sesión cortita de core y abdominales.

Sé que en la semana que entra será complicado dar el callo, por temas familiares, pero se intentará no parar. La próxima parada la tengo en Adamuz, Trail Montes Comunales de Adamuz, y se antoja una prueba bonita, no sé si será demasiado rápida para lo que estoy buscando, pero esperamos disfrutarla.


viernes, 18 de enero de 2019

JUEVES 17: CIRCUITO DE "LOS OLIVOS" CON MERCHE

Mercedes en pleno tapering y mirando ya de reojo a su Maratón de Murcia, yo tratando de continuar en la senda, sin parar de correr, en el que fue mi 20º entreno consecutivo sin descansos. Así fue como nos tomamos la sesión de ayer jueves, aunque costó cambiarse y ponerse otra vez en marcha, como viene siendo habitual en los días laborables de invierno. Comenzamos y pronto me encontré bien, aunque las zapas, La Sportiva Bushido, no sean la versión más rápida para salir a correr, pero movido por el hecho de evitar molestias en mi pierna sacrifiqué el peso por la seguridad. El entreno no fue "nada del otro jueves", nunca mejor dicho, pero al menos pudimos completar los casi 10 kilómetros de recorrido en unos interesantes 53 minutos.

Si todo va bien, hoy volveré a entrenar, pero tendré más difícil este finde para acumular kilómetros debido a tareas familiares que acometer. Nos gustaría correr en San Carlos del Valle con los del Extenuación este domingo, en la tirada que han propuesto, pero ya veremos si es posible


jueves, 17 de enero de 2019

MIÉRCOLES 15: GIMNASIO Y MÁS GIMNASIO

Otra sesión seguida más, y van 19 consecutivas, y todo para ponerme en órbita, para orbitar alrededor de mi disfrute futuro. Ayer tocó recogerse con Mercedes en el gimnasio, 10,5 kilómetros de bici (primeramente en la alta y luego en la baja). Tras esto una rule de ejercicios para el core, que también voy en serio con esto.

En cuanto a mi mujer, ella lo tiene bien claro, tras la carrera rápida del sábado, y unos suavitos 10 kilómetros el domingo, corrió el pasado martes en el parque haciendo 16*300, un entreno que hace por segunda vez en unos días y que le he recomendado de cara a la Maratón de Murcia de dentro de 10 días. Con esas sesiones, la de ayer en la sala y otra que haga hoy jueves tendrá cubierto prácticamente el cupo. Con casi toda seguridad que el domingo vayamos a correr con el Extenuación a San Carlos del Valle y que tras esto sólo le queden un para de sesiones cortitas para mover las piernas.


miércoles, 16 de enero de 2019

MARTES 15: POR FIN ENTRENO FUERTE Y A RITMO

Siento cambios, y espero que sea un premio a todas estas sesiones. Si físicamente ya los he experimentado (no soy capaz de bajar de 62 pero estoy más musculado), me falta coger ritmo y dejar atrás las molestias de mi pierna izquierda que siguen ahí pero no me están impidiendo avanzar. Ayer fue de esos días que uno odia ponerse la ropa de correr, de noche y con frío. Pero una vez puestos la verdad es que da gusto. Desde el comienzo me sentí fuerte, fluyendo las piernas y así hice el circuito del aeródromo, no sin antes dar un considerable rodeo, y noté como podía incrementar el ritmo sin dificultad manifiesta. Puede desarrollar un entreno digno, de esos que últimamente no abundan cuando salgo a correr por los caminos. 

10,5 kilómetros complementados con otra sesión de fortalecimiento del core. Decimosexta sesión consecutiva y mirando de reojo a mi primera prueba preparatoria, la del trail de Adamuz de febrero.




LUNES 14: EN EL GIMNASIO TAMBIÉN SE AVANZA

El lunes íbamos al gimnasio Merche y un servidor. Ella más bien a descargar, tras su dura carrerilla del sábado y su entreno de transición del domingo, yo a seguir metiendo caña en lo que suponía la  17ª sesión consecutiva sin descanso. Finalmente hice 10,5 kilómetros entre elíptica y bicicleta, sintiéndome especialmente cómodo en este último elemento. Tras esto un circuito de fortalecimiento de core, zona donde estoy haciendo mucho hincapié en estas sesiones de enero.


DOMINGO 13: ESTUPENDO TRAIL EN LAS SENDAS DEL PERAL

El domingo por la tarde, tras la Asamblea del Extenuación, cogí el coche y fui al Peral, aparqué y comencé un circuito a dos vueltas subiendo y bajando por senda a los molinos eólicos. Fui clarmanete de menos a más de manera que la segunda vuelta fue muy buena, subiendo y salvando de forma holgada los +250 metros que me llevaban a lo alto y siempre corriendo. La bajada fue aún mejor, jugándome las piernas cuando ya comenzaba a anochecer.

12 kilómetros muy muy buenos, que me dejaron buen poso.

SÁBADO 12: ENTRENO LARGO EN LINARES. LINARES-GARZAS-MANCEBAS-LA CRUZ-LINARES

Hicimos noche el viernes en Linares, y es que Merche iba a correr el sábado por la tarde una carrera nocturna, La Legua de la Bellota, en Baños de la Encina. Ella había terminado la semana con los kilómetros suficientes de cara a la primera semana de descarga de cara a su Maratón de Murcia de finales de enero. El caso es que a eso de las 10 de la mañana, un poco preocupado por el frío arrancaba mi entreno, con sensaciones un poco "heladas" hasta que ya por el camino de Vilches fui entrando en calor. La subida hacia la urbanización que linda con Las Garzas la hice bien, suelto y con fuerza, y mejor fue aún la bajada. Luego tocó mantener el ritmo por el carreterín que lleva a La Isabela y ahí se me hizo duro, sobre todo en los repechos, echando en falta algo de bebida y comida. Llegué al cruce del pantano de La Fernandina, en el kilómetro 13 y tomé el camino, la Senda de la Garza, que me regresaría a Linares. En el camino encontré mejores sensaciones, pero ya en los invernaderos noté que estaba un poco falto de fuerza. La subida al Cerro de la Manceba no fue para tirar cohetes pero lo hice sin incidencias, y luego yendo a La Cruz noté claramente el cansancio. El caso es que ya en el camino de La Virgen me topé con una corredora que me iba a dar caza, me piqué y aumenté el ritmo. Ello supuso dos cosas: despegarme un poco primeramente, pero la consecuencia fue mi hundimiento muscular, llegando a la Ermita de la Virgen de Linarejos bien maduro. Los últimos dos kilómetros los hice bastante suaves, debido a la situación.

27,5 kilómetros que me dictan a las claras que hay aún mucho que remar.


SEMANA DEL 5 AL 11 DE ENERO: SEGUIMOS EN LA ONDA

La segunda semana de este nuevo año ha supuesto la continuidad en mi empecinamiento de ponerme en órbita, máxime de cara a lo que se me viene encima: la Maratón de Montaña de Cuenca a disputarse en la tercera semana de marzo. Puedo sacar una lectura positiva de lo acontecido en estos días, todavía expuestos a las malas costumbres navideñas, como por ejemplo el roscón de Reyes. El caso es que he vuelto a saltar de los 90 kilómetros, y no he descansado ni un sólo día, continuando con la racha de días seguidos de entrenos.

Este es el resumen:
  1. Sábado 5 de enero: salía con Miguel Ángel, del Club de Montaña de Linares, club al que ahora pertenecemos Merche y yo, a correr en una fría mañana por Despeñaperros. 24,5 kilómetros un poco ensombrecidos por las molestias en mi pierna izquierda, pero que en líneas generales fueron positivos.
  2. Domingo 6 de enero: en un entreno matutino algo desmotivante al principio, hice una tirada larga con subida a los molinos eólicos del Peral incluída. 19,5 kilómetros bien empleados y con buen regusto. La pierna fue a mejor.
  3. Lunes 7 de enero: sesión de gimnasio en bici de forma intensiva que me llevaron a realizar 11 kilómetros, unido a una buena sesión de fortalecimiento del core, donde me estoy centrando últimamente.
  4. Martes 8 de enero: hice un entreno nocturno con constantes subidas por sendas al Cerro del Ángel. Fue sin duda un gran entreno en el que me sentí con las piernas empoderadas. 10,5 kilómetros.
  5. Miércoles 9 de enero: llegaba la ola de frío y con ella los entreno en el gimnasio. Tocó un entreno combinado de elíptica y bici, 10,5 kilómetros. También fortalecimiento del core.
  6. Jueves 10 de enero: de nuevo al gimnasio, con 10 kilómetros en el bici, y sesión de core.
  7. Viernes 11 de enero: rematé una breve sesión, debido al viaje a Linares que teníamos. Sólo 6 kilómetros de bici con carga y unos pocos abdominales.
TOTAL: 91 kilómetros y 14 sesiones seguidas sin descanso. Comienzo a ver brotes verdes entre lo quemado.

martes, 8 de enero de 2019

ENTRENO EN DESPEÑAPERROS CON MIGUEL ANGEL DE LINARES

El sábado pasado, vísperas del día de Reyes, Miguel Ángel y un servidor, nos haciamos un regalo anticipado en fechas tan dadas para ello: una tirada de 24,5 kilómetros en Despeñaperros., con un frío inicial que cortaba la cara y helaba los dedos, ninguna de las extremedades se salvaban.

Tras nuestra reciente inscripción en el Club de Montaña de Linares, Merche y yo nos hemos metido en el grupo del whatsapp cuya temática es la montaña y los trails, como no podía ser de otra manera, así que aprovechando esa rendija, puse un mensaje en el mismo invitando a los miembros del club a que me acompañasen en dicho entreno. Linares y Valdepeñas son dos extremos en los que el Parque Nacional de Despeñaperros cae en medio, separando las provincias de Ciudad Real y de Jaén, y por ende, las comunidades de Castilla la Mancha y de Andalucía. El caso es que como resultado de mi rogativa,  Miguel Ángel, un avezado corredor de montaña que ha disputado todas las pruebas del circuito de trail de Jaén del año pasado, se unió a la fiesta.

En esta tesitura me ví a eso de las 08:45 yendo a Miranda del Rey, frontándome de vez en cuando los ojos al no creerme la temperatura que llegaba a marcar el termómetro externo de mi coche, -7º. Llegué puntual a la cita justo para comprobar que Miguel Ángel ya había aparcado su vehículo en frente de la fuente. Tras autopresentarnos formalmente (no nos conocíamos en persona), nos dispusimos a los últimos preparativos y nos costó Dios y ayuda cerrar el círculo de la logística y arrancar el entreno; él no había podido recargar su botella en la fuente ya que la tubería estaba congelada, suerte que una vecina asomó con sus perros y gentilmente le dio agua.

Una vez realizado el acto de valor tuvimos que pasar unos diez primeros minutos bien duros, con un agudo dolor en las uñas de mis manos, donde sentía como si llevase clavadas finas  agujas...Miguel Ángel no lo llevaba mucho mejor, con sus pies totalmente congelados complicándole lo de lo correr...

...Y aunque el inicio no fue el que hubiésemos esperado, cierto es que poco a poco fuimos entrando en la antesala del disfrute ayudados por el recorrido de sendas inexploradas que había añadido a la ruta de wikiloc, un curioso zigzagueo entre jaras y carrascos adentrados entre los tres cortafuegos paralelos de esa zona; esto unido al Sol que comenzó a calentarnos gentilmente y por supuesto la interesante charla que llevábamos, dio como resultante un auténtico "gozo matutino" mientras hacíamos lo que más nos gusta, correr por la montaña.

Tras las sendas cogimos la pista que baja hacia el cruce de las Nogueras, para luego girar a la derecha y acometer el cortafuego que pasa por la parte de atrás de dicha finca de cuidado de animales. Llegados al cruce antes mencionado tomamos el camino que sube hacia el Pico de la Estrella, casi siempre corriendo y sin duda espoleado por el buen estado de forma de mi compañero. El único inconveniente que me acompañaba era la dichosa molestia de mi pierna izquierda. Llegados al cortafuegos que nos llevaba a lo alto, avanzamos a buen ritmo, intercalando carrera y caminando en las zonas más empinadas, y en un pis pas, casi sin enterarnos, llegamos a la zona final de la ascensión, donde tocaba girar y tirarnos hacia abajo vertiginosamente; no fue una bajada muy arriesgada en cualquier caso, pero no estuvo exenta de emoción. 

Llegados a la calzada romana, tomamos la pista que lleva a Aldea Magaña y tras pasar por el pequeño pantano que surte a Miranda del Rey (tentado estuve en bajar para enseñárselo a Miguel Angel) tomamos la pista de la derecha que lleva al Castillo de Castro Ferral. En esa parte, de ligera subida, pasé ratos de cierta exigencia, debido a la rigidez de mi pierna, pero cuando cogimos la pista que baja hacia la Mina María Pía, el músculo se soltó, ayudado sin duda por el ritmo que cogimos en los 5 kilómetros de constante bajada. Alcanzadas las ruinas de la mina tomamos campo a través para bajar al Arroyo del Rey, para luego remontar entre la maleza y subir un tramo empinadillo para alcanzar el tobogán que es el camino que lleva a Miranda. Lo hicimos sin mayores incidencias, hasta llegar a la carretera, discurrir por el camino paralelo y alcanzar nuestro destino.

Algo menos de 3 horas y media, contando paradillas técnicas, casi +1000 de desnivel positivo y 24,5 kilómetros. Buen entreno, en el que al final pasamos una magnífica jornada matutina que me dejó hasta con ganas de más, ¡quien nos lo íba a decir al principio, con el frío que hacía!.

He aquí unas fotillos.










Y este entreno se agrega a los 95 kilómetros que venía de sumar en la semana anterior, sin descansar ningún día; eso y lo que ha venido después (ya llevo a día martes 66 kilómetros) me lleva a ser optimista en mi objetivo de agarrar el tan ansiado pico de forma.

Mi agradecimiento a Miguel Ángel por su compañía, un tío estupendo. Estoy seguro que es la primera de una larga ristra de tiradas por la montaña juntos.

sábado, 5 de enero de 2019

LA SEMANA DESINTEGRADORA DEL 29 AL 4. COMIENZA UN NUEVO AÑO. ¿UN NUEVO CAMBIO?

Todo se desintegra y se vuelve a integrar en el Universo, todo se desintegra y se vuelve a componer en nuestros pequeños universos. La última semana del año que acaba de expirar fue la del proceso de recomposición de las piezas desordenadas a lo largo de aquel caótico  2018. Conté con tiempo y ganas, multipliqué casi por dos mis esfuerzos para hallar un punto de inflexión creador de un mejor 2019. Lo hice a base de kilómetros y entre medias una Nochevieja que siempre conlleva excesos, que es como una fuerte contracorriente en un cansino avanzar nadando por un río de frías aguas.

El caso es que he terminado satisfecho, salvo por el pero de mi pierna izquierda que sigue dándome guerra, y así es mucho más difícil.

Este ha sido el resumen:
  1. Sábado 29: Merche y yo fuimos a Despeñaperros a hacer 24,20 kilómetros con casi un +1000 de desnivel positivo, que nos sentó bastante bien, en una mañana fabulosa para correr por la montaña.
  2. Domingo 30: nos íbamos de viaje a pasar el Fin de Año a Cáceres, y aproveché por la mañana para acercarme por el gimnasio y hacer elíptica y bicicleta, el equivalente a unos 10,30 kilómetros.
  3. Lunes 31: de nuevo mi mujer y yo salimos a correr por la montaña, en esta ocasión para rememorar el Trail de la Mosca que habíamos corrido juntos en 2015, y nos salió un pedazo tirada de 19,20 kilómetros muy maja, con salida desde el pueblo Sierra de Fuentes.
  4. Martes 1: comenzaba el nuevo año y regresábamos a Valdepeñas, y al llegar salí a correr para hacer unos buenos 11 kilómetros en los que pude hacer también buenas cuestas en el Cerro del Ángel.
  5. Miércoles 2: tocó gimnasio, 11 kilómetros de bicicleta y una buena sesión de abdominales y cintura.
  6. Jueves 3: salida de 13 kilómetros justos bastante sufridos, en los que traté de coger ritmo, y tuve molestias en la pierna.
  7. Viernes 4: de nuevo gimnasio, con elíptica y bicicleta para hacer algo más de 40 minutos y 9 kilómetros.
TOTAL: 96,70 kilómetros, probablemente no hacía tantos kilómetros desde mayo de 2018, cuando aquella semana de Ronda.

A ver si vamos cogiendo la onda, por lo pronto, además de la Mamocu de marzo tenemos ya un trail en Adamuz, en la tercera semana de febrero.


jueves, 3 de enero de 2019

MI BALANCE DE 2018: ESE AÑO EXTRAÑO QUE PASÉ

Permanecerá en mi recuerdo, si el Azheimer no lo logra borrar en el futuro, como aquel año en el que no pasaron grandes cosas y en el que si acontecieron cambios, en lo general de esos que no dejan a uno indiferente.

El 2018 fue el año del quiero y el no puedo, el año en el que consolidé mi amor por la montaña, el año del éxito (mi segundo y tercer podium) y también el de mi fracaso (como el estrépito de la Doñana Trail), el año del estrés laboral, de la indigestión, el año de mi resurrección tras dejar por unos días de sentirme corredor. No puedo permanecer impasible antes tantas cosas que me sucedieron y en el que la constante fue mi lucha por continuar corriendo casi a diario. Al final no logré coger mi pico de forma en ningún momento, y aunque no he estado seriamente lesionado, sí que he arrastrado molestias que me han impedido disfrutar. Es el año de Chile y sus viajes, que tanto me trastocaban mis planes como corredor.

Hagamos un repaso:

Enero

Andaba en este mes, como en diciembre del año anterior, sin ganas de competir, viendo como a Merche le hervía la sangre por hacer cosas, todo lo contrario que a mi. Fuímos a Sevilla donde ella hizo la media y yo continué entrenando, con más tiempo, porque tenía cambios laborales que suponían más trabajo pero también más flexibilidad de horarios.

Febrero

Poco a poco fue desapareciendo la desidia y acabé inscribiéndome a la Maratón de Montaña de Cuenca, junto con mi mujer. Para prepararme el reto también nos inscribimos al Trail de Moixent, de unos 21 kilómetros, y bastante técnico. Mi regreso a la competición resultó más o menos satisfactoria, porque disfruté la prueba, aunque echaba de menos la forma de la primavera de 2017.





 Marzo

Tocaba correr una maratón de montaña, la de Cuenca, y aunque los trails me tienen enamorado, distancias tan largas por terreno técnico siempre causan respeto. Salí midiendo fuerzas, o eso creía yo, y la nieve no ayudó, el caso es que me vino muy muy larga y los últimos 14 kilómetros no fueron fáciles. Llegué sin gasolina y no me quedó buen poso. 5 horas y 41 minutos, lejos de mi objetivo que hubiese sido 5 horas 15. Me quedó tan extraño sabor de boca que me he inscrito este año y repetiré en 2.019.




Abril

Marzo había sido el mes de la maratón y también el mes de mi primer viaje a Chile. En esas semanas acepté el pequeño reto de correr el Reto Araque de Jamilena, por equipos, concretamente con Paco Rivas y Raúl Sánchez. Llegué muy timorato a dicha prueba, y sin embargo la disfruté bastante, tampoco forcé en exceso y conseguí mi segundo podium, tras el de la primavera del año anterior en la Mineros Trail.


 Mayo

Los viajes a Chile no me permitían coger la forma, y en el mes del pedazo de reto de mi mujer, sus 101 kilómetros de Ronda, prueba en la que hice un muy buen entreno de 60 kilómetros, parte del mismo acompañándola, fue también el mes en el que estuve cerca de cogerle el hilo a mi cuerpo, pero éste se me escapó a última hora, no sin antes dejarme un muy buen sabor de boca con mi tercer podium, el segundo del año, como segundo veterano en el Trail Memorial Victor Araque de La Guardia, 21 kilómetros de un trail no excesivamente técnico, en el que conseguí rebajar mi la marca hecha en la misma prueba dos años atrás en 6 minutos, con 1 hora 58 minutos, en un día en el que también subieron al cajón Merche y nuestro hijo Jorge, en su primer y, hasta ahora, único trail.

 Junio

Chile seguía impidiéndome ver el horizonte, y en este mes fue cuando me fui alejando de lo que quería, máxime cuando comencé a impartir, también, un curso en Ciudad Real. El verano de 2.018 no será recordado gratamente por un servidor, 100% estrés, 0% tiempo y un alto porcentaje de malestar. El cúlmen del estrés vino con aquel viaje relámpago a Medina Sidonia donde Merche y yo corríamos un cross/trail nada exigente que se nos hizo duro por las circunstancias personales. También reñimos durante la prueba, ¡un caos!, y encima cuartos por parejas, la medalla de chocolate.



Julio

Fue más de lo mismo, con la diferencia de que ya no había más viajes a Chile, pero el trabajo me absorbió y bastante tuve con conseguir no dejar de correr. No hubo tampoco ninguna competición.

Agosto

 A mediados de agosto terminaba el curso, y unos días antes teníamos un reto en el que estaba inscrito por mi mujer, la Subida al Veleta, 50 duros kilómetros para los que no estaba preparado. El caso es que lejos de ser un trauma acabó siendo una prueba que disfruté pese a mi penoso estado de forma. Sin duda fue lo mejor de todo el verano, y toda una experiencia


 Septiembre

Llegamos los retos y había que prepararlos, con la esperanza de coger la tan ansiada forma. A finales de septiembre corríamos lo que esperábamos fuese un duro trail en Valdepeñas de Jaén, que no resultó duro para nada, pero que tras terminar acabé muy indispuesto, síntoma de que no estaba en lo mejor. Merche volvió a subir al podium.



Octubre

Regresábamos a Onil a correr por segunda vez su bonito trail, y donde tenía la esperanza de mejorar y acercarme a un estado de forma más aceptable. El trail no resultó malo del todo, y aunque la segunda parte del mismo la hice más rapido que en 2016 acabé marcando 2 minutos más que en 2.016, claro síntoma de lo que me podría ocurrir en la Doñana Trail (reto que también había estado dos años atrás). Merche a lo suyo con un nuevo podium


Noviembre

El noviembre negro, el mes en el que dejé de ser corredor, al menos en lo que mentalmente se refiere. Y es que la Doñana Trail, que iba a ser una segunda oportunidad para que Merche y yo llegásemos juntos a meta, y compitiendo por parejas, acabo resultando un auténtico varapalo para los dos, ya que en la mitad de la misma me retiré totalmente desfondado, luego traté de continuar unos kilómetros más, pero nada, no la terminé. Tras esto me quedé vacío, sin ganas de correr, sin objetivos, sin motivación alguna, y tenía en diciembre el último reto de Merche.



Diciembre

Tras la gran tormento vino la calma, afortunadamente. En la primera semana de este mes teníamos la Ultramaratón de la Vida en Sanlúcar de Barrameda, y lo afrontaba sin esperanza, sin ánimo, de hecho salía el último simplemente para experimentar lo que tuviese que ocurrir. Sin embargo todo me sorprendió en el que las piernas iban solas, cazaba a Merche y corríamos desde el kilómetro 14 juntos, hasta el final, en nuestro sueño cumplido en diferido. Probablemente la prueba de larga distancia en la que he acabado más entero, descubriendo que mi estómago no es tan delicado como creía. Diciembre ha sido el mes de la recuperación de la esperanza, el mes de posibles cambios. Vuelvo a tomar geles, frutos secos y parece que me sientan bien. Además, en la última semana del mes y en la primera de enero vuelvo a recuperar viejas sensaciones, y a multiplicar kilómetros. Falta me hará porque tengo la Mamocu a la vuelta de la esquina.

Lo importante es que sigo en la pomada, sin cejar en el intento, para eso sirvió mi 2018 deportivo.