RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 12 de junio de 2016

MARTES 31: 10 KILÓMETROS SIN RUMBO CLARO

Volvimos de Linares a tiempo para que pudiera salir un rato a correr. La verdad sea dicha, se trataba de una de esas sesiones en las que la motivación no está en sus mejores niveles. Tras lo de Onil me había quedado sin objetivos y si bien las molestias en mi cintura van poco a poco a menos, el verano se echa encima y correr es más complicado tanto para entrenar como para competir. A eso hay que sumarle lo complicada que es y va a ser mi vida al menos en los próximos 4 meses. Pues lo dicho, me puse a correr sin muchas ganas y suavito, que no tenía prisa. Luego bajando por el Camino del Peral me aceleré bastante y me sorprendió verme con bastante ritmo. Como había comenzado a disfrutar un poquitín inesperadamente decidí tomar el camino de la izquierda en lugar de seguir por el carril bici, apareciendo por la Carretera de San Carlos. Me dio para los comentados 10 kilómetros, de esas salidas que comienzas sin saber por qué lo haces y terminas redescubriendo que correr es de las cosas que más me importan.

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