RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 25 de junio de 2016

VIERNES 24: HOY COMIENZA TODO

Hoy comienza todo, lo pasado hace tiempo que se desvaneció y lo que se levanta ante mi me ha de ilusionar para así seguir caminando. Esta entrada va de eso: un nuevo comenzar, ¿y qué es la vida si no?, incluso cuando una vida se termina otra está comenzando al mismo tiempo y la renovación es lo que mueve el mundo. Hoy no tengo ganas de mirar atrás, ni a estos últimos tres años, ni a aquellos magníficos meses, ni a mis inicios en esta nueva etapa como corredor, hoy sólo miro hacia adelante y que mejor que hacerlo con una señal, con un pequeño cambio...

Hacía calor, terminaba la semana, una de esas de pocos kilómetros pero en la que al menos puedo decir que no he dejado de correr ni un sólo día, y sigo vivo, sigo corriendo. Me calcé las nuevas Mizuno Wave Rider con la esperanza de que al atármelas y dar las primeras zancadas todo fuese nuevo, como si pudiera olvidarme de todo lo vivido y comenzar otra vez. Salí por la puerta  con esa idea fija en mi mente y con las Mizuno Wave Sayonara, bastante desgastadas en mi mano izquierda y unas bastante machacadas Saucony Kinvara en la mano derecha; iba a enterrarlas, no por ser malas zapatillas sino más bien por traerme recuerdos de mil molestias y dolores, algún llanto también, y acabaron en el fondo de aquel contenedor verde. Con este gesto quería simbolizar el fin de una etapa para así poder iniciar otra con un nuevo yo.

Y me puse en marcha con mis nuevas Mizuno, marca que ya conozco ya que comencé hace más de cinco años gastando pares de las viejas versiones de las Precision, luego me pasé a New Balance, para luego tener una idílica aventura con aquellas "enterradas y olvidadas" Precision que se habían pasado 3 años en el fondo de un armario y  que me dieron esos tres meses de maravillosos entrenos a principios de 2015. Pero ya no fabricaban Precision  y tuve que comprarme las Sayonara, que por desgracia no me han traido los vientos a favor que buscaba. Ahí voy con las Rider y siento que se adaptan muy bien, estoy cansado hace mucho calor pero no me cuesta correr. Y así hago el circuito de poco más de 8,5 kilómetros que yo denomino de "los Cerros de la Aguzadera" deseando tener un entreno sin molestias, y a fe que lo voy teniendo, sin pinchazos, sin esos agarrotamientos, y me aferro a la idea de que son las zapatillas las que me permiten ir bien, de que serán ellas las que inicien las que me guien en una nueva etapa. Termino contento, no he ido a un gran ritmo pero siento que he corrido a gusto; en casa estiro con unas sensaciones positivas, con las piernas sueltas, sin sentir nada en mis músculos,  así que doy gracias por esta oportunidad que la vida me brinda de iniciar un nuevo y espero que mejor episodio en esto del running.

En cuanto a la semana, no pasará a la historía pero sí me sirve para poder decir que no he dejado de correr, que sigo intentándolo. En esta ocasión el fin de semana inicial fue muy flojo en kilómetros y ello lastró mucho lo que luego pude sumar durante los días de semana. 67 kilómetros en un claro ir de menos a más, ya que en estos últimos días me he encontrado suelto, bastante mejor muscularmente.


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