Tras el trabajo y antes de hacer las maletas, el viernes por la tarde salí a realizar una tiradilla por la zona del Peral. Como no tenía que dejarme la piel en el citado trail (iba a correr con Merche), me podía permitir realizar una sesión más o menos intensa y larga para así lograr completar más de 80 kilómetros. Fui al Peral por el camino que lleva su nombre y poco a poco fui entrando en faena. Pasé por la fuente de la pradera y me refresqué un poco, que falta hacía y de ahí cogí el camino que lleva al Paraje de las Aguas, a escasos 2 kilómetros. Alcanzado el mismo volví a subir para coger el camino que desde el Peral baja hacia la Carretera de San Carlos para luego coger el que alcanza el Camino del Peral y completar así 15 kilómetros bien empleados.
Buenas sensaciones, aunque bastante calor y sobre todo la alegría de volver a realizar 82 kilómetros en una semana, como todas las últimas, difíciles en cuanto a obligaciones y estrés.
Por su parte Merche había cerrado la semana con unos 50 kilómetros que eran una buena cifra de cara a su trail.
Al llegar a caso, tocó hacer las maletas contrareloj, para irnos a Linares. Al día siguiente, tras dejar a los niños con sus abuelos, iríamos a Onil, Alicante, para correr un bonito trail.
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