RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 12 de junio de 2016

SÁBADO 4: ¿DÓNDE QUIERO IR?. A POCOS SITIOS SI SIGUE DOLIENDO

Comenzaba una semana que iba a tener un feo y viejo parásito por protagonista, mis dolores de cintura, ahora desplazados a la cadera y glúteo. Me dí el alta, y así seguirá siendo, pero de vez en cuando reaparecen los síntomas y me dejan tieso en todos los aspectos (moral y físicamente). El sábado decidí meterme caña, y fue el sábado por la tarde, tras una jornada de trabajo en mi despacho. Merche ya había corrido por la mañana y habíamos decidido hacer una tirada larga el domingo, desplazando así la sesión de más kilómetros para la jornada dominical. El caso es que me fui por la Carretera de San Carlos sintiendo buenas sensaciones, con mis Mizuno Sayonara. Me metí por el camino que sube por la finca La Gatera y subí bien, llegué a la bajada hacia la zona donde está el Albergue El Cañaveral y fue a partir de entonces cuando comencé a sentir la carga en la zona derecha. Llegué a la Carretera de San Carlos nuevamente y pasé por Las Aguas a buen ritmo, aunque ya no estaba disfrutando tanto. Hasta que llegué al carril bici fui por caminos y en la parte de más irregularidades sufrí bastante la carga. No llegué a casa muy contento, a pesar de que había hecho unos 15 kilómetros a un ritmo digno.


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