RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 20 de enero de 2019

SÁBADO 19: CORRIENDO EN UN DÍA COMPLICADO

Ayer fue de esos días en los que uno sale a correr porque no le cabe más remedio ya que no hay tiempo literalmente para hacerlo. Ciertas obligaciones familiares me impedían hacer lo que me hubiera gustado, irme a Despeñaperros a dejarme las piernas en sus cortafuegos, así que no cupo más remedio que aprovechar una pequeña rendija y salir un rato antes del mediodía. No fue un entreno muy ambicioso, simplemente atravesé el pueblo de norte a sur, subí el Cerro de los Molinos por la cuesta de la Calle Libertad, bajé, tomé la vía de servicio, para luego llegar a la rotonda y coger la vía de servicio de enfrente, para alejarme del pueblo por la zona de cierta altrimetría que siempre ayuda a probar las piernas. Las sensaciones no fueron muy buenas, aunque el regreso pude coger algo de ritmo. 13 kilómetros que me bajaron un poco la moral, y es que cuando se tiene la cabeza en otro sitio cuesta centrarse.


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