RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 10 de agosto de 2020

SEMANA 4 HACIA FILABRES. DEL 1 AL 7 DE AGOSTO

Nuevo mes y soportando los calores de estos veranos precambio climático en La Mancha. Tras encadenar un sinfín de días seguidos de madrugones, el sábado tocó ponerse en pie a las 5:30 para estar a tiempo en Correderas (Despeñaperros) a las 6:45, hora en la que había quedado con Paco Tirado y con Diego. Encomendado al criterio de mi buen amigo Paco, me deje llevar transitando por una infinidad de sendas tėcnicas, rezando por no petardear como lo había hecho 7 días antes. Pero en esta ocasión mi cuerpo respondió, quizá por no sufrir tanto el calor, y disfruté de unos 18,5 kilómetros hechos son prisa pero sin pausa,  acumulando al paso +1000 de desnivel. Lo negativo fueron las molestias, aunque ligeras, en mi tendón de aquiles izquierdo.

Pero el doningo se presentaba como una nueva oportunidad para completar un buen fin de semana. Como Merche sigue sin estar para correr, cogí mi chaleco y me acerqué a Las Virtudes, donde me cuajé un buen entreno de trail ligero con 24,5 kilómetros y +450 de desnivel. Me decidí por mis viejas NB Fresh Foam Hierro V4, un poco tanques pero las reinas de la comodidad tras 1500 kilómetros sobre su caucho. Mis tendones descansaron y resultó un buen entreno marcado, eso sí, por el calor de su parte final en el que me desfondé un poco.

El lunes de nuevo a madrugar, pero con más motivación que en otras mañanas de lunes. Por la zona del aeródromo sintiendo un rodar más ágil que el percibido en los entrenos desde los últimos meses, para rematar con unos improvisados cambios de ritmo por el Camino de Membrilla. Buenas sensaciones, ¡que se echan mucho de menos!.

El martes de nuevo en pie cuando aún no había ni luz natural. Con un extra de fresquito todo marcha mejor y logré ir de menos a más para hacer el circuito de la Aguzadera con un final de buenas vibraciones.

El miércoles pude estrenar zapas nuevas, el enésimo intento por encontrar un punto de inflexión, pero eso está tras las cortinas de los milagros y no de manos de un fabricante de calzado, por más que éste sea japonés....

Si hace 10 años justos me tomaba en serio aquel agosto de 2010 jurándome que me haría corredor, y para ello me hacía de los servicios de unas Mizuno Wave Precision rojas, ahora llevo una vida paralela a aquella y me he comprado unas Mizuno Wave Hayate, también rojas, demasiadas casualidades...

Pues bien, con mi nuevo calzado salía a la zona del Cerro del Ángel para probar por terreno descompuesto su comportamiento, y en esta primera toma de contacto no me han defraudado, para nada. Otro 8 kilómetros y con la idea de seguir saliendo todos los días, aunque cueste. 

El jueves no  hayaba ganas por ningún lado, hipercansado. Pero salí nuevamente por la mañana y fui de menos a más completando el circuito de Camino de Don Bernardo y regreso por Camino de Santa María, 9 kilómetros. Las zapas nuevas muy bien, aunque se nota que les gusta el terreno complicado más que el asfalto.

El viernes tocaba redondear la semana, otro madrugón y otros 8 kiló.etros en mi circuito de las olivillas, en el que pude apreciar buenas sensaciones casi desde el principio.

Así, de esta manera, lograba llegar a los 84 kilómetros y continuar saliendo todos los días

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