RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 28 de julio de 2020

SEMANA 1 HACIA FILABRES: DEL 11 AL 17 DE JULIO

Tras conseguir, no sin esfuerzo, 81 kilómetros en la semana anterior, esta, que empieza a contar como la primera en la preparación hacia el reto de Filabres, he conseguido unos honrosos 75. Comenzó el sábado con una tirada en Biar, Alicante; Merche estaba lesionada así que madrugué y salí del hotel para hacer un precioso recorrido de 23,5 kilómetros, entre bosques, aunque no muy duro en cuanto a altimetría. Noté aún la falta de forma. Al día siguiente, ya en Valdepeñas, Merche y un servidor hicimos unos rápidos y descafeinados 5,5 kilómetros, que sirvieron más que para nada, para que Mercedes moviera su maltrecha rodilla (está convaleciente de una caída). El lunes regresábamos por fín al gimnasio, que los reabrían y allí hacía una sesión de unos 4 kilómetros de bici, que se unían a los 11 kilómetros que había hecho matutinamente, un buen doblaje, sin duda. El martes me tocaba salir por la tarde y pasar algo de calor, haciendo un circuito de 9 kilómetros y el miércoles, volvíamos a salir, por la tarde los dos para hacer 6 kilómetros y una sesión de gimnasio, aunque no pudimos completar esto último debido a que como nuevo protocolo no se podía entrar en el mismo sin toalla. El jueves y el viernes hacía sendas salidas matutinas que acumulaban otros 19 kilómetros de forma que conseguía salvar por los pelos una semana con 72 kilómetros y con una decisión firme: generar de una vez por todas el deseado punto de inflexión.


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