RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 23 de abril de 2018

LA CRONICA DEL RETO ARAQUE: LA JORNADA PERFECTA CON UNOS TÍOS ESTUPENDOS


El preámbulo de esta aventura conjunta

Hacía dos meses que Raúl Sánchez me había llamado por teléfono (le habían dado mi contacto los del Extenuación). Estaba buscando gente para correr en equipo el Reto Araque de Jamilena. Y es que, este chico jienense afincado en Valdepeñas hace ya más de 10 años, se había puesto por reto hacer la prueba larga acompañado por manchegos, partiendo de la buena experiencia que había tenido el año anterior corriendo la corta.

Yo, por supuesto, le dije que sí, pero aún nos faltaba un tercer miembro, así que me puse manos a la obra, aunque costó, ¡vaya si costó!, tras no se cuantas llamadas, todas las puertas se cerraban, hasta que finalmente Paco Rivas, un tío de larga distancia que nunca había corrido prueba tan corta de montaña, se acabó uniendo al equipo.

Y así fue como creamos un grupo de whatsapp y fuimos gestionando la logística. El domingo día 8 tuvimos la oportunidad de hacer un estupendo entreno por Despeñaperros y con eso nos bastó como ensayo de cara a afrontar la prueba. No había que practicar la entrega del testigo, así que no previamos complicaciones.

El sábado por la tarde Merche, los niños y nos fuimos a Linares, a casa de mis suegros, y tras la cena no hicimos muy tarde para irnos a dormir. Estaba tan cansado que no me costó conciliar el sueño.

A las 6:30 ya estábamos desayunando y poníamos mi mujer y yo rumbo a Jamilena, que sólo dista unos 58 kilómetros de Linares. A las 7:45 entrábamos en la población y nos reuníamos con Paco Rivas, que se había pegado un auténtico madrugón para poder viajar desde Valdepeñas. Unos minutos después estábamos los cuatro recogiendo el dorsal y las bolsas del corredor (con una camiseta muy muy chula este año). Tras esto hacía entrega de las camisetas azules con las que íbamos a competir (precisamente las del Trail de Onil de 2016) y sin apenas darnos tiempo a calentar nos vimos en línea de salida esperando el pistoletazo a las 08:30.

La primera subida y disfrutando

Dan la salida y toca corretear el primer kilómetro por las calles de Jamilena. No llevamos prisa y aún así el primer kilómetro sale en 4´50´´. En el kilómetro 2 toca subir por una rampa considerable en la zona del polígono, en la que en no más de 300 metros salvamos 45 metros de altitud, y ahí nos ponemos a andar. Me doy la vuelta y entre la multitud puedo ver a Mercedes que inicia la cuesta corriendo. ¡Está hecha una crack!, pienso.

En seguida nos metemos en la senda para entrar en la montaña. La primera subida es un +250 metros, pero no la recordaba muy dura del año pasado, y efectivamente en esta nueva ocasión no noto que sea muy exigente; la pasamos sin mayores problemas  sin prisa porque el objetivo principal de esa mañana es disfrutar de la experiencia.

Pronto aparece un trío competidor tras nosotros, son del Avanza Jaén, con los que iremos haciendo la goma a lo largo de prácticamente toda la prueba, pero ese hecho no nos pone nerviosos.

...En cuanto al ritmo, en el kilómetro 4 marcamos 28´44´´, es decir, llevamos una media por encima de 7´el kilómetro, aunque ahora tocará bajar, ahí nos vemos zigzagueando, toda una gozada para mi, ya que estoy en "modo montaña", de forma que con permiso de mis compis me echo un poco adelante y disfruto de las curvas, hasta llegar a la pista. A los pocos segundos aparecen Raúl y Paco y nos reunificamos.

Ahora tenemos un par de kilómetros corribles por pista y vamos de charleta. Los del Avanza Jaén nos pasan y les dejamos ir, ¡sin problemas!; en el 6 y medio comienza la segunda subida, justo tras haber dejado a nuestra derecha de nuevo el pueblo.

Subiendo y gozando de un día perfecto

A esas alturas de la aventuta Paco ya se ha adaptado al ritmo de la carrera, y esto lo digo porque es totalmente inusual para él correr de esa forma, muy acostumbrado como está  a las distancias ultra, devorando kilómetros como otros devoran pizzas, seguro que para él esto es ¡casi un sprint!.

Comienzan las rampas de la subida y el terreno se pone bonito, así que manos a los cuadriceps y para adelante. No se me escapa ir hablando con mis compañeros de lo bonito que está el día, de lo precioso de ese árbol, ¡qué se yo!, temas típicos de los locos del trail. También es el momento perfecto para comerme el primer turroncillo. 

Casi sin darnos cuenta, y siguiendo la estela del trío rival y de una chica del Avanza Jaén hemos llegado a lo alto tras la subida por el barranco, kilómetro 8, y llevamos algo menos de 59 minutos de carrera; pero tal y como recordaba, ahí no se ha terminado la subida, porque ahora continuamos por una pista. Vamos a ratos corriendo, a ratos andando, pero ese tramo es durillo porque a veces la pendiente da para correr, pero uno no sabe muy bien qué hacer, ¿qué renta más?. Así caen el 9, el 10 el 11 hasta que nos desvían por una senda y toca de nuevo capear terreno más técnico y con más vegetación, tras una corta y dura rampa, comenzamos a bajar, y de nuevo disfruto como un enano, aunque en esta ocasión el terreno está un poco más peligroso queen la anterior bajada, debido al efecto de las últimas lluvias.

Me he adelantado un poquitín hasta casi pillar a la chica del Avanza Jaén y al trío competidor,  y cuando llego a la pista, kilómetro 13 y pico, espero un ratín. Nos reunimos de nuevo y comienzo mi segundo turroncillo; el terreno pica un poco hacia arriba, pero en seguida cogemos una senda adentrándonos en un bosque muy bonito en lo que es una bajada vertiginosa, hasta llegar a la fuente del kilómetro 14,5. Allí no puedo evitar beber agua fresquita del caño, hasta que aparecen Raúl y Paco e iniciamos la marcha.

Desde la fuente hasta lo alto de la última subida

Vamos disfrutando de lo lindo, y al poco rato el terreno se pone cuesta arriba, con esas que de nuevo no se sabe si correr o andar. Por delante vuelven a asomar la chica y el trío, definitivamente no se acaban de escapar, mientras abro el tercer turroncillo le digo a Raúl que seguramente los pillaremos en la última subida. En esta guisa vamos reservando fuerzas para el esfuerzo final, advertidos de la pájara que me entró en la misma el año anterior.

Y llega la tercera bajada, quizá la más rápida, sorteando pinos en sendas que se entrecruzan, hasta que alcanzo a la chica del Avanza Jaén, y en esta ocasión charlo un rato con ella. En el llano aminoro la marcha hasta reagruparmos. 

A pesar de haber bajado unos 70 metros de desnivel, seguimos en lo alto de la segunda montaña, a más de 1000 metros de altura. Giramos y veo la larga senda con la baranda de madera donde el año anterior me dí de bruces y me hice polvo la rodilla, espero no correr la misma suerte en esta ocasión, aunque ya sería de tontos. En ese tramo dejamos de ver gente por delante y por detrás, y aunque hacemos bastante bien la bajada a las canteras, no nos dejamos llevar por el impetu y sobre todo nos dedicamos a disfrutar. 

Picamos el kilómetro 20, en la zona recreativa, en 2 horas y 23 minutos y compruebo, a juzgar por las sonrisas de Raúl y de Paco que estamos echando muy bien la mañanita. La zona que viene ahora es bien bonita, con unas magnificas vistas a nuestra izquierda mientras subimos por una zona de escalones y siempre  con una valla de madera adosada; tras este cachito toca bajar por una sendita hasta el kilómetro 21 y desde ahí iniciar la tercera y última subida, la que es motivo de nuestra reserva de energía, con unos +330 y zonas de fuerte pendiente. 

Justo al iniciar la ascensión voy mascando mi cuarto turroncillo y pensando en la paella que nos va a hacer la madre de Raúl, un buena manera de motivarse. Paco ya ha calentado (no suele hacerlo antes del 20) y se le ve dispuesto a subir a tope. Raúl está batiendo su récord de distancia en montaña, pero se le ve fuerte, aunque como luego me dijo, tuvo alguna pequeña y lógica duda manifestada en forma de carga en sus piernas. Y sin darnos cuenta, miramos hacia adelante y vemos que a unos metros va un grupo de al menos 10 corredores, incluidos la chica del Avanza, el trío del Avanza y un corredor bastante acalambrado. No nos cuesta mucho dar caza a todos y cada uno de ellos y coger ventaja al alcanzar el avituallamiento en el 23 y pico. Llevamos casi 3 horas de aventura y ya no nos queda nada; obviamente no paramos, porque sabemos que hemos dejado a nuestros rivales del Avanza atrás y ahora toca bajar, ¡no les podemos dar ventaja!. 

Después del avituallamiento queda el último repechín de unos 400 metros de largo y tocamos cumbre, justo en el momento que un fotógrafo nos inmortaliza (ver abajo), allí nos contempla el cartelito en memoria de Victor Araque, el motivo de toda esta aventura.

La emocionante bajada hasta Jamilena

Trato de motivar a mis compañeros y enchufados nos ponemos a bajar, adelantando senderistas y corredores de la corta, que se han unido a los de la larga en esta parte del recorrido; sí hasta ese momento estábamos pasándolo muy bien, ahora venía la emoción a unirse a esta fiesta.

En el 24,5 tenemos un repecho considerable tras alcanzar un valle desde donde podemos divisar quien viene tras nosotros; no atisvamos corredores de rojo, así que subimos todo lo rápido que podemos y nos adentramos por una senda que en seguida se pone rápida y es ahí donde en la parte técnica nos dejamos la piel, llevados por la fervor de la competición.

En el 26, alcanzamos la pista y ya no nos puede parar nadie. Paco mira hacia atrás y pregunta ¿vienen por atrás, los veis?, pero no vienen, los hemos dejado bien lejos, así que nuestra entrada en el pueblo es muy emocionante, y no digamos el hecho de cruzar la meta juntos. Lo hacemos en 3 horas y 24 minutos, y llegamos muy enteros los tres.

A siete minutos llega el otro equipo y la chica simpática del Avanza Jaén, y casi sin darme cuenta, 16 minutos después de nosotros, aparece mi mujer como una bala y con una gran cara de satisfacción.

Preguntamos a la organización y resulta que ¡nos hemos quedado segundos!, y sólo a 45 segundos de los primeros, pero ¿dónde estaban los primeros? ¿los visteis?, yo nunca los ví. En cuanto a Merche ha sido cuarta mujer, pero como es categoría única, suben las tres primeras absolutas y también las tres primeras de la categoría, por lo que sube como primera senior, al igual que hizo el año pasado (de hecho en 2017 clavó el mismo crono).

Así que el reto no podía tener mejor final. Bueno sí, aún podía mejorar un poco más, como de hecho ocurrió con la fabulosa paella que nos hizo la madre de Raúl en la casa de campo de Jaén, es una jornada dominical difícil de olvidar

Agradecimientos

Gracias a Raúl por prepararse tan concienzudamente la prueba, gracias a Paco por aguantar nuestra efusividad y dejarse la piel en un tipo de prueba que él no suele correr. Gracias a la familia de Raúl por tan buen acogimiento, gracias a la organización por mimar y cuidar tanto los detalles de un prueba tan chula.

Os dejo un vídeo y unas fotillos



En los primeros metros en Jamilena



Subiendo el repecho final de la tercera subida, un servidor


El bueno de Raúl


Raúl, nuevamente


Y el crack de Paco



Merche en Jamilena al comienzo








Estas se describen solas





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