RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 6 de mayo de 2017

JUEVES 4: ¡FIN DE LA SEMANA Y FIN DEL TAPERING". HOLA CASTILLOS

El jueves volvía a convencer a mi mujer para mover un poco las piernas. De nuevo el escenario elegido fue el Parque Cervantes, pero en esta ocasión la única pretensión era que circulara un poco la sangre por nuestras perezosas extremidades, y creo que lo conseguimos. Dimos tres vueltas con pequeños cambios de ritmo y tras estirar un rato hicimos cuatro rectas en progresión, que nos soltaron un montón. La vuelta a casa fue rápida y ligera.

Con este breve pero buen entreno conseguía acumular 87 kilómetros, es decir, no he estado de descanso, aunque quizá debería de haber descansado, pero ya da igual. Mercedes tampoco ha tenido mal registro al final, ya que en cuatro sesiones (sábado, la pedazo sesión del domingo y las breves del miércoles y jueves) acumulaba 58 kilómetros. Además, mejores sensaciones para ella en este jueves que las experimentadas el día anterior.

Ya no hay vuelta atrás, en unas horas estaremos envueltos en una aventura de esas que me atemorizan, ¡otro ultratrail! y es el sexto que intento, y en uno me tuve que retirar (aquella primera Madrid Segovia de 2013). Llego a esta cita con una extraña mezcla de ilusión, contención y conformismo. Ilusionado porque me encuentro bien y por fin siento que las cosas, después de mucho tiempo, vuelven a funcionar, contenido porque no tengo intención de demostrar nada y querría dejar mi impetu en casa mañana y por último conforme porque creo que lo que tenía que hacer en esto del running ya está hecho, lo que venga será sólo un premio.




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