El jueves iba a ser un mal día para correr por la tarde, así que lo hice a la hora de comer en mi trabajo en Manzanares. Antes me había tomado un mal sandwich y a las primeras zancadas noté que a esas horas y con el calorcillo que ya va a haciendo se convierte en una sesión más desagradable. Tomé por el camino que me lleva a Membrilla tratando de no descuidar mucho el ritmo, aproximadamente a 5´pelados, y no fui disfrutando. La vuelta por el carreterín asfaltado tampoco fue mucho mejor. Tan sólo en los últimos tres kilómetros crecieron un poco mis sensaciones. Algo más de 10 kilómetros que me permitían cerrar la semana con unos 70, que sin ser gran cosa si suponen una mejora, teniendo en cuenta la competición del domingo pasado y la realización de dos descansos.
Lo más importante, el proceso de mejora de mis isquios
En cuanto a Mercedes cerraba una semana muy escasa de kilómetros, yendo a hacer elíptica con Jorge al gimnasio. lo del domingo le había dejado las piernas muy cargadas y decidimos no realizar más sesiones que las hechas (3 en toda la semana y una de ellas en gimnasio). Este domingo le tocará una prueba aún más dura que la del fin de semana anterior, así que bien está así.
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