RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 8 de mayo de 2015

MARTES 5: COMIENZA EL CALVARIO DE ENTRENOS PARA MERCHE

Tras descansar el lunes el martes me tocaba continuar trabajando mi cuerpo a poco más de 3 meses de la Maratón de Helsinki. Convencí a Mercedes para que saliera a "mover" un poco las piernas para así poder estirar después, algo muy necesario teniendo en cuenta que su organismo había sufrido un duro castigo el sábado. Salimos los dos muy suave, tanto que en los primeros pasos Merche apenas podía correr por lo generalizado de sus molestias, una carga generalizada. Así haciéndose los kilómetros eternos fuimos por un circuito con "zona de escape" para que ella pudiera regresar a casa y yo pudiera continuar para realizar un recorrido más largo. Llegados al cruce ella se fue al pueblo con una cara que parecía la de un cerdito que va al matadero por lo mal que lo estaba pasando. Yo en cambio me encontraba bien y fue quedarme solo y meter dos o tres marchas más yendo hacia el circuitín de los Cerros de la Aguzadera. Aunque las piernas respondían, en el fondo me encontraba cansado y en estas circunstancias hay que ser prudente porque te juegas una lesión. Regresé a casa realizando a buen ritmo la cuesta de la vía de servicio y el entreno me vino justo, es decir, terminé satisfecho pero no quería forzar más.

En cuanto a Mercedes andaba en la cocina tratando de estirar lo mejor posible. Me decía que no encontraba músculo en sus piernas que lo le doliera. ¡Es normal!

Resultado de imagen de muy cansado


No hay comentarios :

Publicar un comentario