RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 5 de julio de 2014

DOMINGO 29: CORRO DE NUEVO EN LINARES

Amanecí bastante bien de piernas, y eso quería decir que lo del día anterior me había sentado bien. No me cabía más remedio que correr en Linares y después de comer, lo cual en el momento del año en el que nos encontramos supone "calor", porque el pueblo de mi mujer suele ser una sartén. Tras comer me tuve que echar una siesta, y al despertar me costó ponerme las zapatillas y cumplir con mi obligación, pero finalmente lo hice. Las primeras zancadas fueron algo desagradables, por el calor, por la carga que notaba en las piernas y porque me sentía algo pesado de la comida, pero poco a poco fue entrando en faena y pude dar una vuelta a un circuito de casi 11 kilómetros que se hizo algo duro por las condiciones de temperatura. Cuando llegué a la altura del adosado de mis suegros continué corriendo por la avenida con el fin de completar los 13 kilómetros planificados, y finalmente me salieron 13.200 metros.
Ya de vuelta a casa me sentía bastante satisfecho por como se había desarrollado el fin de semana.


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