Algunos os preguntaréis: ¿qué hace este loco asociando en abril un plan a un evento que tendrá lugar en diciembre?. La respuesta está clara para mi: llegar a Málaga supondrá pasar por tres planes: uno de mantenimiento, hasta comienzos de verano, uno de acondicionamiento, durante el verano, y el específico desde septiembre a la maratón. La segunda semana del plan de mantenimiento estuvo marcada por la que ha sido la continuación de una buena recuperación muscular, conseguida tras Roma en la semana posterior al evento. El sábado 23 tocaba tiradilla larga, no larguísima, pero si exigente tras la maratón; finalmente hice algo más de 17 kilómetros, y tuve buenas sensaciones llegando a casa sin molestias reseñables. El domingo hice una hora a un ritmo superior al previsto, pero me volví a encontrar bien. El lunes fue un entreno similar, de nuevo algo más de una hora a una buena media. El martes tocó hace calidad, con 7 repeticiones de 300 metros, recuperando 700 metros a ritmo moderado, todo con un buen calentamiento previo y con el descalentamiento. El miércoles tocaba descanso, pero en cambio hice algo más de 8 kilómetros suavitos, que sirvieron de descarga más que de otra cosa. El jueves hice interval por un circuito en el campo, con buenas sensaciones realizando cambios de 1 minuto y medio fuertes y 2 minutos y medio suaves; también buenas sensaciones. El viernes iba a descansar, pero decidí mover las piernas, en Linares, e hice unos 37´con grandes cuestas, y mis piernas se activaron a pesar de que el ritmo fue muy suave, no en vano al día siguiente me tocaría competir en Minaya, un 10.000 exigente. Total casi 79 kilómetros en una muy buena semana con sensaciones de estar totalmente recuperado de Roma.
Os pego la tabla:
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