RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 3 de octubre de 2020

SEMANA 12 HACIA FILABRES. DEL 26 DE SEPTIEMBRE AL 2 DE OCTUBRE

Definitivamente este tapering sólo ha conseguido aumentar mis dudas. A la vez que se ha desinflado mi motivación y mi determinación han aumentado las molestias musculares, quizás causadas por lo orgánicas que son las Mizuno Hayate, muy ágiles pero también con un drop generoso al que mis pies no están acostumbrados, a la vez con una amortiguación que no me viene bien para el momento en el que me encuentro

 Así que la semana se ha desarrollado de una forma que no hubiera firmado un mes antes:

Sábado: entreno de transición y para coger confianza en los cerros de San Carlos del Valle, circuito lleno de sendas y muy divertido, 14 kilómetros, en los que pude comprobar que mis músculos, especialmente mis isquios, no están preparados para grandes batallas, y eso que no metí caña. Merche, en cambio, muy bien, recuperando forma a marchas forzadas.

Domingo: un entreno muy suave los tres (con Ziggy), por Sierra Prieta 11 kilómetros hechos más bien para mover las piernas. Me tuve que calzar las NB Fresh Foam Hierro, esas de las mil batallas con 1500 kilómetros en sus suelas, y gracias eso no sufrí de más muscularmente.

Lunes: visto como llegaba en los últimos días al reto esperado, decidí ir al gimnasio para hacer tan sólo remo durante 45 minutos. No quería forzar más las piernas. A la vez encargaba unas nuevas zapas, unas NB Fresh Foam Hierro v5, primas de las viejas zapas que describía en el párrafo anterior. Había decidido no correr Filabres con las Mizuno.

Martes: circuito campo a través de 8,5 kms por la noche los tres. De forma suave nos fuimos por la zona del aeródromo y nos salió un circuitín que al perro le sirvió de verdadero entreno y a nosotros poco más que para mover las piernas. Bueno, Merche doblaba, ya que por la mañana había correteado otro poco con nuestro cachorro.

Miércoles: descanso, para no forzar.

Jueves: probaba mis nuevas zapas haciendo nuestro clásico circuito de trail del Ángel, ese que siempre hago cuando quiero probar zapas. Buenas sensaciones por el calzado, aunque los isquios me pitaban constantemente. Llego a Filabres hecho un mar de dudas, pero tengo claro que las NB nuevas serán las elegidas.

Viernes: descanso.

La semana se ha cerrado con unos 50 kilómetros. Buenos son.

Ahora toca viaje, que no se me olvidé echar la mascarilla que tocará correr con ella, al menos en el caso urbano. Esto es lo que tiene la nueva normalidad.

 



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