RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 24 de agosto de 2020

SEMANA 6 A FILABRES: DEL 15 AL 21 DE AGOSTO

Con la casi la total certeza de la suspensión del Trail Sierra de Filabres, iniciaba una nueva semana de preparación hacia ese reto difuso e improbable.

El sábado tenía que visitar a mi madre, así que realicé mi entreno a unas horas impropias, a casi a las 12 del mediodía salía a realizar mi circuito de San Carlos del Valle. Fui avanzando  sin grandes sensaciones pero también sin demasiadas dificultades, hasta que el calor hizo mella justo subiendo por la pista hacia los cuatro molinos eólicos. Cuando llegué a lo alto ya estaba totalmente desfondado, así que me costó afrontar los restantes seis kilómetros y medio. Cuando terminé tenía un buen sentimiento, el de haber hecho mis deberes pese a los pesares. Veinte kilómetros. Pero por la tarde hubo más: nos acercamos Ziggy, Inés, Merche y el que suscribe a Despeñaperros para hacer una ruta senderista por la senda del Barranco de la Niebla hasta el Mirador de los Órganos. A Inés le costó subir y a Ziggy, a última hora le costó rematar, así que tuve que cargar en algún tramo con él, ya de noche. Al final una estupenda cena en el Mesón de los Jardinillos y otros cuatro kilómetros montañeros a la buchaca.

El domingo no madrugué y salí totalmente descansado a eso de las 10 horas en una mañana super fresquita, tanto que me permitió realizar casi 16 kilómetros por la zona de las Aguas y el Peral a ritmo constante, que por momentos disfruté, y todo sin beber. 

El lunes tenía quedada con Rafa Doña pero finalmente no pudo venir así que me fui sólo a realizar el circuitillo del aeródromo, alargando en la parte final. Sentí que las piernas engranaban pero estaba algo cargado y no forcé. A estas alturas he conseguido habituarme a la brega diaria y eso es ya un logro. Ocho kilómetros más y la sensación de ganas de doblar (buen síntoma).

El martes salió un buen entreno en el circuito de las olivillas, como lo bauticė. Suelto desde el principio y sobre todo a gusto. Ocho kilómetros y medio.

Pero el miércoles no fue igual, ya muy cansado en la cama dudé si me levantaba, y al final venció el empecinamiento a la pereza. En cualquier caso me costó bastante disfrutar de la sesión: el circuito campo a través del Ángel regresando por el aeródromo. 9 kilómetros 


El jueves no hubo tanta duda. Me levanté y sin pensarlo me puse en marcha. Eso sí, de nuevo fue un día en el que me sentí sin fuelle. Hice parte de la circunvalación, 8 kilómetros

Y llegó el viernes; cuando sonó el despertador supe que no me iba a levantar, no sólo cansado, sino también embargado por las dudas de no saber hacia donde voy.  Pero finalmente cerré el círculo saliendo por la tarde con el calor. Hice parte del circuito de trail que tengo en el Cerro del Ångel, otros 8.


Así cerré la semana con casi 82 kilómetros. Simplemente cumpliendo



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