RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 12 de julio de 2019

SUEÑOS RETROACTIVOS

Año 2005. Tan sólo tengo 35 pero estoy en un estado de forma deplorable. De vez en cuando me da por salir un rato a  correr y hoy es un día de esos...

...regreso por el camino del Cerro del Ángel justo cuando noto un fuerte dolor en la rodilla. La sensación  es tal que creo que mis días haciendo deporte se han terminado...

Afortunadamente lo que sentí aquella vez no fue más que la tensión en la cintilla iliotibial. Ya en 2010 comencé a correr en serio y en estos 9 años me ha pasado de todo pero lo que no ha ocurrido es lo de dejar de correr. No he parado.

Pero no se me escapa que .conforme amplio la cantidad de kilómetros aumenta la incertidumbre: 6 ultras de más de 60 kilómetros, 3 retiradas y dos asistencias en ambulancia en meta, ¡menudo bagaje!...

Esta madrugada tengo otro reto. Quizá ni en mis mejores citas estuve más nervioso. El Trail de Sierra Nevada se presenta ante mi con sus potentes argumentos: 62 kilómetros, +3700, mucho calor. No sé con qué contrargumentar, quizá con ilusión, con la idea de que he hecho las cosas bien y si ese Tourmalet es demasiado para mi tendré que saberlo aceptar...

Por lo pronto se trata de montaña, eso que tanto he aprendido a amar. Saldremos por separado, yo por delante, Mercedes por detrás...quizá me alcance, quizá la vea llegar tras haberme retirado, o quizá no.

En definitiva será una buena ocasión para sentirme hipervivo, eso es lo verdaderamente importante

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