RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 31 de marzo de 2019

SEMANA 23 AL 29: CUENCA Y EL REPOSO POSTERIOR PERO NO MUCHO QUE SIGUE LA COMPETICIÓN

Empezaba esta semana como de esas de las grandes ocasiones. El sábado me lo tomé de obligado descanso y el domingo tocaba batirse el cobre en la MAMOCU, Maratón de Montaña de Cuenca, unos 44 kilómetros de montaña de la dura, con +2700 metros según la organización.

Tras una prueba tan dura esperaba haber estado convaleciente los días siguientes, pero no fue así, ya el lunes pude ir al gimnasio para hacer una sesión sorprendentemente intensa, aunque el bajón me vino al día siguiente, también en el gimnasio. El miércoles fue el último día que entrené ya con unas sensaciones más normales, y decidí darme descanso tanto el jueves y el viernes, para que reposara un poco la mente. El domingo siguiente íbamos a tener nuevamente competición, en esta ocasión en Montizón.

Este es el resumen:
  1. Sábado 23: descanso.
  2. Domingo 24: 44,5 kilómetros +2500 en Cuenca, la MAMOCU. 6 horas y 11 minutos.
  3. Lunes 25: entreno en el gimnasio con descalentamiento a pie. 7,5 kilómetros.
  4. Martes 26: gimnasio bici, sólo 30 minutos.
  5. Miércoles 27: gimnasio bicicleta alta y baja y elíptica, 9,5 kilómetros. Sesión de core.
  6. Jueves 28: descanso.
  7. Viernes 29: descanso.
TOTAL: 67,5 kilómetros

 

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