RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 14 de septiembre de 2018

UN FIN DE SEMANA BIEN APROVECHADO

El sábado habíamos madrugado Merche y yo para hacer un tirada de unos 32 kilómetros, pero mi mente no estaba muy concentrada en ello. Quizá eso fue lo que motivó que el regreso desde Consolación fuera tan accidentado, y es que si Merche iba disfrutando yo iba contando los kilómetros para llegar a casa. Lo único bueno es que cumplimos con lo planificado haciendo los 32,5 kilómetros a la media prevista, 6´21´´. El domingo tenía las piernas bastante cargadas, algo impropio teniendo en cuenta una de las pocas virtudes que tengo últimamente: la rápida recuperación. Nos fuimos por el circuito del Camino de Membrillo que regresa por el Carril del Yeso, alargando un poco en la parte final, haciendo casi 12 kilómetros, y apreté un poco el ritmo para que el entreno sirviera bien a Mercedes. Mis sensaciones fueron algo mejores.

Con todo esto acumulábamos unos 44,5 kilómetros entre sábado y domingo, necesarios para la preparación del reto de noviembre


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