RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 28 de agosto de 2018

TIRADA MAGNIFICA EN LA GARGANTA DE LOS INFIERNOS CON ACCIDENTE INCLUIDO

Regresábamos el sábado 18 de agosto de nuestra excursión por Portugal: Évora, Setúbal, Sintra, Fátima, Batalha y por último Coimbra, y lo hacíamos entrando por Valverde del Fresno, pueblo que visitamos un fin de año de hace casi 10. Habíamos reservado en una casa rural en Navalconcejo, una localidad del Valle del Jerte situada en la Nacional que lleva de Plasencia a Ávila, a pocos kilómetros de Jerte. Cenamos en un bar de al lado algo ligero, nos comimos un helado al lado del río y regresamos a nuestra habitación para descansar. La idea inicial era habernos pegado un madrugón y correr por una garganta cercana a Navalconcejo, pero teníamos que dejar la habitación antes de las 11:30 horas y nos habría dado tiempo, por lo que decidimos hacer el check out tras el desayuno, recoger todo e irnos al Centro de Interpretación de La Garganta de los Infiernos donde tenía el inicio el recorrido de la wikiloc que me había guardado. Eso hicimos y a eso de las 10:30 Merche y yo ya íbamos corriendo, ella sin chaleco y yo con el mío, algunos turroncillos y los dos soft flasks llenos de isotónica. Desde el comienzo de la ruta me sentí cansado, yendo hacia Jerte. Ya en las inmediaciones de este pueblo cogimos un camino que subía hacia la garganta, empinado como el solo desde el comienzo, y pronto entramos en calor mi mujer y yo. Nos adentramos en una preciosos bosques donde el único inconveniente fue soportar la gran tropa de mosquitos y moscas que había. Ya en lo alto bajamos por un camino que pronto fue senda, corriendo entre miles de helechos, precioso, hasta llegar al barranco por donde discurre el Jerte y atravesar el Puente Nuevo donde nos mojamos un poco de esa maravillosa, transparente y fría agua. Tras nuestra primera bajada algo técnica. El resto fue subiendo por la otra parte, por el cortado de la garganta, para luego volver a bajar, tras pasar por varias fuentes indicadas en el recorrido de muy buen colaborador senderista. Tras una nueva bajada, esta más técnica que la anterior alcanzamos otro puente y de nuevo tocó subir para luego bajar hasta el río donde sucumbimos a la tentación de meter los pies y disfrutar un rato de tal magnífico momento. Tras esto cogimos el camino que nos llevaba a "Los Pilones" una zona de recreo del río con piscinas naturales de piedra donde la gente se baña. Antes de bajar a los mismos y en un camino totalmente liso Merche tropezó y arrastró las piernas por el terreno lleno de gravilla, lo que le provocó una gran quemadura en su pierna. En los pilones se lavó las heridas y por último subimos por la senda de vuelta al Centro de Interpretación, haciendo algo más de 16 kilómetros que hubiesen sido estupendos sin el accidente comentado. Al menos allí comimos, en mi caso una ternera de la cual aún me estoy acordando por lo rica que estaba y tras el postre, regresamos a casa, no sin antes parar en el Centro de Salud de Cabezuela del Valle, donde curaron a Merche.

El viaje se hizo algo largo, y con ello habíamos finalizado nuestra excursión y yo daba por finiquitados el bullicio, el estrés y todo lo malo que he traído consigo en este raro verano.

Ahí van unas fotos
















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