RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 30 de agosto de 2018

AQUEL MÁGICO ENTRENO EN SINTRA (PORTUGAL) EL 17 DE AGOSTO

Sin lugar a dudas que una de los cosas que no olvidaremos de nuestro viaje a Portugal será la tirada de unos 16 kilómetros que hicimos en Sintra, cerquita del Mar Atlántico en unos parajes preciosos en un micro clima en el que era dificil pasar de los 24 grados. 

Aquella mañana nos levantamos con un ruta grabada en el móvil de unos 16 kilómetros que pasaba por la mayoría de los espectaculares palacetes y monumentos de este entorno privilegiado, que fue lugar de descanso de algunos monarcas y muchos nobles portugueses. 

Iniciamos la ruta con brio, bajando y subiendo con fuerza y de vez en cuando echándonos una foto, porque había un montón de sitios que merecía la pena retratar, sin embargo, cuando llevábamos unos tres kilómetros y medio comprobé que se dejaba la carreterita y se cogía una senda, pero allí había una valla con puerta y candado. Miré a ver si se podía abrir, pero no para forzarla, justo cuando un coche paró al lado nuestro, era el dueño, el cual nos indicó que era privado. Así que tocó dar media vuelta y regresar sobre nuestros pasos hasta llegar hasta el acceso a Villa Sassetti, una ruta senderista muy visitada por turistas. Allí le dí al nuevo recorrido que suponía unos 8 kilómetros, y el inicio fue espectacular por una serpenteante senda llena de vegetación, agua y estímulos. Tras más de un kilómetro me dí cuenta de que no le había dado al botón de iniciar, así que perdimos un kilómetros o así en la lectura, pero da igual. La senda se ponía luego más técnica, incluso más bonita si cabe, y algo más dura, hasta que al final alcanzábamos las inmediaciones del Castelo Dos Mouros, un impresionante castillo que unas horas después tuvimos oportunidad de visitar, ¡increible!. Bajamos por la carretera en una zona que estaba llena de gente ya y luego continuamos subiendo hasta El Chalet de la Condesa de Edla, lugar también de visita. Tras girar por un camino que era un tobogán, pronto nos fuimos metiendo un frondoso bosque muy húmedo hasta pasar cerca de Cruz Alta, echarnos una foto en el Mirador de Santa Eufemia para luego alcanzar la Capilla de Santa Eufemia y coger una bonita senda coger la carretera en la zona del Aparcamiento del Palacio Nacional Da Pena, y alcanzar una calzada preciosa por una muralla que cierra el jardín de dicho palacio, pasar por la parte de atrás del Castelo Dos Mouros y de ahí pasar por donde estábamos alojados, hasta el Palacio Nacional de Sintra, cruzar el precioso Jardín Botánico de la Libertad hasta el alojamiento. Total otros casi 9 kilómetros que sumaban a los 7 que previamente habíamos hecho.

He aquí unas fotos.
































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