RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 5 de marzo de 2018

DOMINGO 25: LA CRÓNICA DEL MARAVILLOSO TRAIL DE MOIXENT

La aventura valenciana comienza

Amanece un maravilloso domingo; echo en falta la lluvia, la humedad, la escorrentía, pero hoy mejor no hacer experimentos con gaseosa: toca correr por la montaña. La cara de Merche denota preocupación; le asusta el frío y el viento pero sobre todo le asusta la dificultad que entraña correr llenándose de naturaleza; pero el miedo no es más fuerte que la emoción que siente...

Entre zumos, cafés, y tostadas, se nos pasá encontrar las dos lonchas de jamon york cuidadosamente envueltas que están metidas en la neverita de cristal. El dueño del hotel no se ha olvidado de mi mujer, pero ella no ha reparado en el premio, así que correrá sin su pócima mágica del montañer@: tostada calentita con jamón york.

El frío se cuela en el habitáculo del coche, pongo la calefacción y vamos al centro de Moixent. Casi da pavor bajarse cuanto ni menos quitarse la ropa y ponerse a correr, pero ya sabemos que todo será ponerse, que un día fresquito es ideal para correr en el monte. Así que con no más de 4 grados y con un brisa que corta la cara, salimos a calentar, o a tratar de conseguirlo. Las dudas nos llenan la cabeza, no sabemos qué ropa llevar y en el último instante me vuelvo conservador y me pongo los manguitos y los guantes. También el chaleco con mi isotónica y los turroncillos, pero esto último no es por la temperatura, es el protocolo para no parar en avituallamiento alguno.


El ascenso hasta las antenas

Un beso cortito y dan la voz del "ya". Ahí salimos unos 275 locuaces todos helados pero contentos. Me siento muy positivo, y también conservador, salgo suave suave, piano piano, y pronto dejamos el asfalto y cogemos la bonita senda que se empina, no muy complicada, no para andar, sí para correr, pero he salido tan atrás que no hay manera de adelantar sin molestar, sin rodear o sin tropezar.

No me quiero desesperar, pero lo estoy haciendo, así que medito...¡no es esta la carrera en la cual estresarme!, así que me digo que es un test, ¡relájate!. Voy pasando a quien puedo, y pese a las prisas y no ir todo lo rápido que mis ambiciosas piernas quieren,  gano muchos puestos, y a la vez me resigno a esta forma de avanzar en fila de a uno. 

 Llega la pista y meto dos marchas, pero claro, uno no es un jovenzuelo y en lo llano, pese a no quejarme de mis caballos, los jóvenes se dejan cazar menos. Pronto giramos a la izquierda y cogemos esa bonita senda. Todo va muy controlado en mi mente, con la ayuda del chequeo de parte del circuito que de forma inolvidable había hecho unas horas antes con Jorge, mi hijo.
 
Si hablamos de tiempos (¿y para qué hablar de tiempos si estamos en la montaña?, buena pregunta...), el kilómetro que en parte transcurre por la pista sale en 5´37´´, y eso pese a ir subiendo, el resto de kilómertros hasta las antenas son entretenidos en todos los aspectos, y en algún tramo el paisaje es perfecto...

...Alcanzo las antenas en el tiempo previsto, ¡clavado!, 35 minutos para los 5 primeros kilómetros, a una media de 7´ y hemos salvado la subida más larga. Viendo la altimetría se puede llegar a pensar que este trail puedo hacerlo a una media de 6´30´´, pero no, habrá sorpresas...
Buscando el paraiso del Bosquet

Estoy volviendo a la competición muchos meses después, voy cómodo y estoy disfrutando, pero quizá mi nivel de expectativas de disfrute era demasiado alto; en cualquier caso siento "cero molestias" y mi primer turroncillo ha caído como gloria bendita (para bendito ya está ese descubrimiento de masa de almendra que tanto bien está haciendo a mi puñetero sistema digestivo).

No fuerzo, no doy más vueltas de rosca a la tuerca y caen en 4´58´´, 4´23´´ y 4´43´´ (6º, 7º y 8º).  Pocos me adelantan y sí que alcanzo a algún que otro corredor, pero aquí en esta comunidad maman lo de los trail y es difícil hacer tuya la montaña cuando eres de llanura y vides.

Llega la segunda subidita, corta, y no muy complicada, la mido en "equivalentes a Sierras del Peral" y es un 0,5 S.P., poca cosa por tanto, porque nuestra sierra más cercana es más bien light.

La bajada es estupenda, y es que ya van unos cuantos trails en estas piernas viejunas, tantos como para haberle cogido el gusto a este dudoso pero claro placer, práctica  masoca la llamo yo. Y llegamos a un auténtico cortado, donde la organización nos deja dispuestas las cuerdas para hacer un poco de rapel. A mi ya no me pilla de susto ni me echa para atrás, así que me tiro cuan poseso, y los jóvenes que me persiguen no logran cazarme (orgullo de tío mayor).

En estas que he picado el noveno y el décimo en 6´27´´ y 7´43´´ respectivamente, pese a ser en parte subiendo, y teniendo esa estupenda pero complicada bajada. He sido un poco temerario y no he pensado en que al día siguiente tenía que ir a trabajar, pero todo ha salido bien. 

Alcanzo el carreterín y  meto dos marchas, por momentos a 3´45´´, ¡quién lo diría!, pero luego viene un tramillo en franca cuesta y ahí se viene a bajo un poco el castillo montado,..

...Pasamos por el tramo de control de chip que hay en un paraíso valenciano que cuenta con un precioso pantano rodeado de bosques: "el Bosquet" para más señas; el paraje me anima y cazo a dos corredores, me pego a ellos. He marcado el 11º en 5´17´´ y ahora toca lo que más me gusta: "manos en los cuadriceps", un 2,2 SP, no es mucho pero si suficiente rato como para disfrutarlo.

La Atalaya: subir, bajar, volver a subir y crestear, ese el plan

Como ya voy aprendiendo en esto de la logística (si no aprendo con 47 años es para matarme), aprovecho para quitarme guantes, bajarme los manguitos y abrir el segundo turroncillo, ¡esto es un goze como hay pocos!.

Pero voy más allá, no tengo prisa ni voy agobiado, así que realizo el servicio de reciclaje completo: es decir me agacho y me ato bien ambas zapatillas. Pierdo tres puestos pero no me importa, sé que los voy a alcanzar, como así ocurre unos minutos después. El 12º, pese al inicio de la subida ha salido en 7´59´´. 

El siguiente kilómetro tiene menos pendiente pero es más técnico, vamos cresteando y sigo entusiasmado, al tiempo que me ventilo mi segundo turroncillo (estos de Aptonia son unos cracks). El 13º sale en 12´05´´y justo comienza la bajada, que no es la más rápida que se puede hacer, máxime si uno no es montañero, pero conquisto el valle marcando 5´57´´ en el 14º, y toca ahora eso de "llevar el ritmo", justo para que se me larguen dos corredores que intuyo que pillaré en la siguiente subida...

4´41´´ y 4´36´´ son los tiempos del 15º y del 16º, no está mal del todo, porque son un tobogán y de repente nos topamos con la pared: tenemos que subir por la cara más dura de la Atalaya. Con una sonrisa en la cara me veo con el gustoso esfuerzo de avanzar por la gran pendiente agarrando rocas, y pillando a los que se me habían ido en el llano. Son 2,5 S.P. (mi unidad de medida manchega). El 17º es entretenido como el que más, 16 minutos me ha llevado disfrutarlo, y todo mientras mascaba mi tercer turroncillo.

Cresteamos de leyenda, complicándonos y enrevesándonos, yendo por donde hay que ir, o por donde no, ¡vaya usted a saber!, eso sí, seguimos subiendo y 10´55´´ tienen la culpa en el 18º. Como premio ahora toca bajar...


Bajando hasta hallar Moixent


...Así que tras cuatro brincos y tres pérdidas de ritmo, compruebo que momentáneamente se me han apagado las piernas. Es un leve cosquilleo que me impide ser todo lo ágil que puedo ser, y en estas que el de delante se me va y que un cuerpo menudo y con coletas me adelanta, es una chica sudamericana que va medio posesa por la montaña, la primera clasificada. Pronto se disipan las dudas, las piernas se recuperan con cuatro sorbos de isotónica y me veo zigzageando por una senda idílica. Pico el 19º en 6´44´´ y sé que ya no queda nada, allí a lo lejos se vé la torre, al pie del pueblo. Pillo al que de amarillo otra vez, tenemos querencia el uno por el otro, y le comento que qué tal si llegamos juntos a la meta.., se ánima y coge el ritmo en la bajada, tanto es así que me cuesta seguirle; el 20º en 5´27´´ y ahora toca el último repecho; el de amarillo me dice que tire yo que él va un poco tieso de piernas...

...Y no son más de +75 metros hasta coronar la torre, subo casi silbando, pillando a otro corredor. Pienso que quizá no me he vaciado lo suficiente porque voy a llegar con demasiadas fuerzas. Y lo que viene después apenas me da tiempo a vivirlo: sendita bonita, escalones, callejuela, carretera, calle y meta; 21´5 kilómetros en 2 horas 35 minutos, 43º de la clasificación general, el 17º de los viejunos 40-50, pero claro, estoy bien cerca de los 50 y bastante lejos de los 40.

El descanso del trabajo hecho y la espera

Tengo hambre, un poco de sed. ¡Que sensación más extraña eso de llegar y querer comer!, yo era de los de vomitar, de los de estómago chapado y ahora me encuentro fuerte, ¿quizá demasiado?, ¡da igual, esto era un test!, me repito. Como de todo lo que pillo: pizzas, pasteles, frutos secos, etc. Bebo cerveza con limón, ¡qué rica! y hago la transición, estómago satisfecho, toca cambiarse...

...Me cambio en el coche y espero a Merche y ahí llega con sus 3 horas 27 minutos. Ni por asomo pensamos que tendrá alguna posibilidad de podium con tanto nivel en mujeres. Efectivamente, han pasado antes bastantes chicas, pero casi todas eran  senior, por debajo de 40 tacos , y resulta que finalmente ha sido cuarta, ¡estuvo cerca!.

Agradecimientos y enhorabuenas

Enhorabuena a la organización: precioso recorrido, muy muy muy bien balizado, un montón de voluntarios, avituallamientos supongo que buenos, porque no paré en ninguno, pero según Merche no les faltaba de nada; la bolsa muy completa y el precio de la inscripción muy asequible, por tanto, muy recomendable. ¡Animaos chic@s para la próxima edición!

He aquí unas fotillos



El punto negro que se ve soy yo agachado comiendo mi tercer turroncillo


Disfrutando por El Bosquet


Merche en el que también fue su test, iba cómoda



Disfrutando....


Disfrutando ella también...




En la salida, mi Merche...



Y su llegada..











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