Salí a eso de las 18 horas cuando el cielo amenazaba lluvia, o incluso nieve. No llevaba más de kilómetro y medio cuando comprobé que una nube se ponía a llorar nieve y granizo delante de mis narices. En menos que canta un gallo el campo se tornaba blanco y la cara me picaba de tanto granizo arañándome. Pero lejos de ser un calvario fue un verdadero disfrute correr por lo blanco. Eso sí, hubiera agradecido echarme más ropa. Lo mejor fue el ritmo, creciente y bastante bueno al final. Calculo una media de 4´45´´. 10 kilómetros
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
miércoles, 14 de febrero de 2018
LUNES 5: ENTRE GRANIZO Y NIEVE AVANZAN MIS PIERNAS
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
15:55
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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