RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 17 de diciembre de 2017

JUEVES 14: SESIÓN EN EL GIMNASIO

No iba a correr el jueves, ya lo tenía decidido. Me iba a perdonar entrenar partiendo del hecho de que estando como estoy debo descansar, y sin embargo cuando llegué a casa pensé que tenía que hacer algo. Al final tomé una decisión inteligente: me fuí con Merche al gimnasio y allí hice casi una hora en bicicleta, y a buen ritmo en la parte final. Se convirtió en el mejor entreno de toda la semana, allí subido en una bici estática. Merche, por su parte, se marcó un pedazo entreno sobre la cinta. Se le veía fuerte.

Eso sí, el viernes descansé y cerré una negra semana que se traducía en:

SEMANA 4 (queriendo asomar y cayendo al vacío)
Sábado 9: tirada de 22 kilómetros. Molestias en isquios pierna derecha.
Domingo 10: 14,4 kilómetros muy suaves
Lunes 11: 10 kilómetros de interval con serias molestias en el semimembranoso
Martes 12: 7,6 kilómetros muy suaves
Miércoles 13: 7,8 kilómetros con cuesta.
Jueves 14: 11 kilómetros de bicicleta. Casi una hora
Viernes 15: descanso
TOTAL: 73 KILÓMETROS
Desastre total, la molestia se convierte en lesión.

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