El jueves lo tuve difícil para correr pese a tenerlo planificado, así que tuve que cambiar el día descanso, pensado por el viernes por ese día, y madrugué el día 15 para hacer un entreno un poco más largo de lo habitual en día laborable: el circuito de la Vega. Hacía fresquito, algo que agradecía pero no tenía muchas ganas de que se movieran las piernas, aún así, a los pocos minutos del comienzo pude ir sintiéndome más dispuesto y fui metiendo ritmo. Consistía el entreno en un interval de 1 minuto y medio fuerte y 1 minuto suave, y eso hacía que pesaran los músculos. El regreso estuvo bien, llegué con fuerza a la parte final y no me salió mala media en los poco más de 13 kilómetros que tiene el circuito.
Había cerrado otra buena semana con aproximadamente 90 kilómetros, distancia que vengo alcanzando durante 4 semanas seguidas. Pienso que no es el mejor plan que he realizado desde que corro en serio, pero es el plan que toca en estos difíciles tiempos en los que añoro el estado de forma que alcancé en el mes de abril y que me duró hasta junio.
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