RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

SÁBADO 16: OTRA MACROTIRADA EXIGENTE: 38,5 kms

Tocaba volver a dar el callo otro sábado más y seguir con mi personal empecinamiento, ese que consiste en dejarse la piel realizando un porrón de kilómetros durante el fin de semana, sin importar demasiado el ritmo. 

Para esta ocasión elegí ir a San Carlos del Valle desde el recorrido que pasa por detrás del conjunto de sierras que hay entre Valdepeñas y dicha población. No hacía falta madrugar aunque lo hice para dejar dispuestos todos los preparativos: cargué el mp3 de mi mujer con un montón de canciones motivadoras de ACDC, llené mis dos soft flasks, cogí turroncillos, preparé un poco el circuito y lo grabé en mi móvil. A eso de las 9 de la mañana salía de casa con la nota justa en motivación, pero desde el comienzo sentí que no se iba a dar mal del todo a juzgar por las primeras sensaciones en mis piernas.

Tomé el Carril del Yeso, luego el Camino Carretas y finalmente un camino paralelo a la Carretera de La Solana, el cual se iba separando poco a poco del mismo hasta llegar al Carreterín que lleva a Membrilla, regresé a la mencionada carretera y cogí el camino que bordea la sierra cuando llevaba algo menos de 11 kilómetros. La media era la pretendida 5´37´´, pero el recorrido iba a ser exigente.

El largo camino hasta San Carlos del Valle se hizo algo duro por momentos pero en otros conseguí disfrutar, sin abandonar el ritmo constante. Pasé muy cerca de la población sin entrar en ella y giré para subir para la cuesta exigente que me llevaba al paso entre los cerros. La bajada fue un buen bálsamo y alcancé el Camino de los Bandoleros cuando ya llevaba casi 22 kilómetros. Tocó subir unos 500 metros, y las piernas respondieron, justo cuando comenzaba a comerme el segundo turroncillo, poco a poco, royendo, royendo. La bajada me llevó a replantearme el circuito inicial, y en lugar de tomar el camino de la derecha que bordea la sierra y que es algo irregular, continué hacia la Carretera de San Carlos del Valle (que se une con Valdepeñas). Llegué a la misma en buenas condiciones y tomé el camino que conozco bien y que me lleva, si elijo bien, a la Carretera de San Carlos del Valle a la altura del Peral. Ese tramo de unos 7 kilómetros estuvo bien, continué con el buen ritmo y las piernas siguieron aguantando, aunque las fuerzas comenzaron a resentirse. Llegué a la carretera para decidir si continuar pasando por el Peral o tomar hacia Las Aguas, y esto último hice, y desde ahí a casa llegando en buenas condiciones tras algo más de 3 horas y media y a un ritmo medio de 5´31´´.





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