RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 18 de agosto de 2017

SÁBADO 12: CORRIENDO A BUEN RITMO EN PEÑÍSCOLA

El sábado por la mañana no me costó que Merche se levantara temprano, a pesar de que estásemos de vacaciones en la playa. A eso de las 9 de la mañana ya estamos corriendo por el paseo marítimo de Peñíscola sentido Benicarló. Cuando llevábamos algo menos de 4 kilómetros, giramos a la izquierda por un camino asfaltado dirección a la Nacional 340. El ritmo había ido incrementándose poco a poco y ya por en aquel momento íbamos a un ritmo apropiado para la preparación de su maratón. Cuando llegamos a la nacional cogimos ésta sentido Peñíscola, es decir, Castellón y un kilómetros y medio después llegamos a un rotonda donde me perdí un poco, pero decidí coger una vía de servicio y la cosa salió bien. El ritmo ya era bueno entonces, en torno a 5´25´´ y por fases por debajo del mismo. Alcanzamos la carretera comarcal que lleva a Peñíscola donde metí una marcha más y comprobé que mi mujer me seguía sin muchos problemas y por fases nos pusimos a 5´ pelados, y así como quien no quiere la cosa llegamos al apartamento donde nos alojábamos, haciendo 14,2 kilómetros en 1 hora y 22 minutos, pero he de decir que la segunda parte fue mucho más rápida que la primera. Salió un buen entreno de calidad para ella.


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