RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 23 de julio de 2016

LUNES 18: UNAS POCAS HORAS DESPUÉS YA ESTABA OTRA VEZ. LOS 50 KMS EN 24 HORAS

Me levanté madrugando con el ánimo que merece el comienzo laboral de toda semana. Tenía las piernas cargadas del tute del domingo, no en vano habían sido 40 kilómetros y casi 5 horas de deporte, pero sé que lo que me trajo las lesiones no fue el hecho de entrenar todos los días o muchas horas, porque eso estoy seguro que me va bien. Salí y fui al Camino del Peral no sin antes dar un pequeño rodeo. Las piernas bastante regular pero conforme fui calentando me fui sintiendo cada vez más cómodo. Llegué al camino que en oblicuo sube hacia Las Aguas, lo cogí hasta las olivas y luego a la derecha por el camino que me regresa a la Carretera de San Carlos. Todo bien, y mucho mejor bajando, cuando pude soltar un poco zancada, algo que me ayudó a descargar. Por la carretera no quise forzar y sin más historias llegué a casa tras unos 10 kilómetros que me permitían constatar mi gran mejoría, y que me dure: 50 kilómetros en unas 24 horas, buen trabajo para seguir saliendo del pozo.

No hay comentarios :

Publicar un comentario