RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 23 de julio de 2016

DOMINGO 17: ESTO AÚN NO HA TERMINADO...DOBLAJE PARA HACER 40 KMS

Me encontraba bien, una sensación que deseaba sentir meses atrás...una tirada larga, casi 4 horas de esfuerzo y a las pocas horas las piernas me fluyen y me piden marcha. Eso hice, dársela...A eso de las 20:30 horas salí con la disposición de descalentar un poco, nada más, pero como decía al principio de la entrada, tenía predisposición, motivación y ese sentimiento se transmitió a mis piernas que comenzaron a moverse alegremente sobre el asfalto, de forma que fui maquinando un plan sobre la marcha convirtiendo mi pequeño circuito de 5 kilómetros en algo más ambicioso: fui por detrás de los Cerros de la Aguzadera y subí por el camino lleno de piedras y terreno labrado hasta lo alto, cargando las piernas pero no importándome, sabía que lo iba a asimilar bien. Bajé a buen ritmo pero sin forzar y cuando llegué a la falda del Cerro del Ángel decidí alargarlo un poco más de forma que subí por el carreterín y luego ascendí por el camino empinado de poco más de 200 metros que me dejaba en lo alto, bajé unos metros por el carreterín y luego me despeñé por el camino orientado hacia el Sur. Las piernas respondieron bien, y mejor lo hicieron por el camino asfaltado que me llevó a casa. Unos 9 kilómetros que sumados a los 31,2 me dejaban con unos muy buenos números: 40 kilometrazos que invitan al optimismo.

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