RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 20 de julio de 2016

LUNES 11: ENTRENO FRESQUITO Y AL CEMENTERIO PERO NO PARA QUEDARME

Aquel lunes por la mañana tocó madrugar, nuevo hábito que me ha cambiado el ánimo y ha encendido mi motivación. Fui por el Camino Carril del Yeso y aparecí por el Camino de Membrilla. Me sentía bien, no estaba muy cargado de los 28 kilómetros hechos el día antes con Mercedes, así que cuando llegué al carril bici, giré a la izquierda y cogí los caminos que van por la parte de detrás del cementerio; pasé por nuestro campo santo y cogí la Carretera de San Carlos del Valle. Nada que ver con aquellos calurosos, accidentados y desmotivantes entrenos a la hora de comer en Manzanares; a esas horas se corre bien, con ganas y encima se queda uno descuidado. Hice unos 10 kilómetros que venían a sumar buenos números en esa semana. Cero molestias y ya eran muchos días en esta situación

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