RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 29 de diciembre de 2015

DOMINGO 27: CONSOLIDANDO LA VUELTA DE MERCEDES

El domingo tocaba comida en Linares, en casa de mis suegros, así que llegamos un poco antes de la hora de comer y no nos dio tiempo a salir a correr, con lo cual la sesión quedaba aplazada a la tarde. A eso de las 17:00 horas salimos Merche y yo dirección a la Ermita de la Virgen de Linarejos, donde nos casamos ahora va a hacer 14 años:



Cogimos la vía verde y nos fuimos alejando de la población. Mucha gente paseando pero por suerte, Merche por fin corriendo, y con brío, que la noto que ha dado otro subidón desde su maratón en Málaga. Desde el inicio de la vía hasta el bosque precioso de eucapiptos que hay cerca de la Urbanización de La Cruz, median unos muy interesantes 5 kilómetros en los que uno discurre por ruinas de antiguas minas y por puentes de viejos ferrocarriles





 Durante este trayecto Merche fue cómoda a pesar de la constante subida y llegados al citado bosque, desviamos por un camino adentrándonos entre los árboles, siguiendo sendas con constantes toboganes. Tras llegar a la Urbanización de la Cruz cogimos el camino del mismo nombre que toma sentido sureste, ya llaneando y con ligeras bajadas comenzamos a disfrutar de la sesión. 



Todo bien hasta que llegados a un cruce de caminos me desorienté un poco, no llevaba Garmin con la creencia de que conocía suficientemente la zona, pero no era así. Tomamos el camino de la derecha y pronto me dí cuenta de que era la primera vez que bajaba por allí, aunque estaba seguro de que la dirección era correcta; de hecho llegamos al Pozo de San Vicente, otra mina abandonada, y en el cartel informativo se podía ver claramente que estamos regresando hacia la vía verde:


 
Llegamos al cruce con la citada vía y decidí no bajar por el mismo y sí seguir por el camino que se nos abría de frente, que ahora sé que se llama la Pista de Valdeinfierno (un nombre demasiado amenazador para tan poca amenaza). Merche iba disfrutando y yo con ella, sin molestia alguna, nada que ver con lo del día anterior, pero dos kilómetros más abajo el camino se terminó y nos topamos con una rotonda. Con un poco de intuición nos metimos por una sendita que pronto se convirtió en camino y deduje que íbamos en paralelo a la vía verde, como al final acabó confirmando. Aparecimos por un otra ver en Linares, justo en la Ermita de la Virgen nuevamente y de ahí a casa. Merche a esas alturas llevaba ciertas molestias en su maltrecha rodilla, pero a juzgar por su cara nada preocupante. Acometimos la puñeteras cuestas que nos quedaban hasta llegar a casa de mis suegros y ¡pis pas!, un nuevo entreno para Merche, en esta ocasión 14,6 kilómetros en 1 hora y 30 minutos muy bien aprovechados que le van a permitir sentirse más segura en esta vuelta tras el parón de tres semanas por lesión.






















2 comentarios :

  1. Al final un buen entreno, a seguir con la recuperación y la confianza.Feliz 2016, un abrazo

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    1. Gracias Juan Carlos. Feliz 2016 para ti y los tuyos y ánimos para tu reto.

      Un abrazo

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