RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 3 de julio de 2015

SÁBADO 27: ¡AY MERCEDES!. NADIE DIJO QUE ESTE CAMINO FUERA A SER UN LECHO DE ROSAS

Preparar tu primera maratón siendo mujer, trabajadora, pasados los 40, con dos hijos y una casa no es fácil, nunca es sencillo. Pero si además esa primera maratón es en agosto y tiene que acometer tu plan en plena ola de calor, ¡pues estamos arreglados!. Siempre me queda el consuelo de que todo lo que sufras ahora Merche, te preparará para tu carrera allá en Helsinki. 

Así que el sábado era el día de la tirada larga conjunta, es decir, de la tirada en la que mi mujer tenía que dar el do de pecho y yo tenía que ir acompañándola. El caso es que no madrugamos lo suficiente y encima cometí el error de apostar por ir sin mochila, poniendo un circuito consistente en ir al Peral y desde allí hacer varios circuitos más pequeños siempre hospiciados por el "líquido de la vida" que allí tenemos. Subimos por el camino paralelo a la Carretera de San Carlos y recuerdo que pensé que ese día iba a ser bueno para mi querida esposa, pero unos minutos más tarde mi pensamiento se tornaba en preocupación cuando tras 5,5 kilómetros veía como Mercedes se venía abajo fruto de la alta temperatura. Conseguimos llegar al Peral, tras casi 2 kilómetros bastante complicados y allí nos refrescamos todo lo que pudimos. A partir de ahí la idea era hacer otros 8 kilómetros repartidos en dos circuitos pequeños en los que entre medias metiésemos un "baño en la fuente" y para terminar con la vuelta a casa, otros seis kilómetros y con todo el calor. Es decir, la idea era realizar algo más de 21 kilómetros. Pero no habían terminado las sorpresas: comenzamos el primer circuito y sólo llevábamos 2 kilómetros cuando mi mujer se volvió a venir abajo, esta vez de forma rotunda, no podía seguir corriendo. Tras andar unos metros la convencí para que echásemos a correr y cuando volvimos a alcanzar la fuente nos refrescamos todo lo que pudimos, pero ya había eliminado de la programación el segundo circuito, así que cogimos camino de casa e hicimos no sin esfuerzo los últimos seis kilómetros, expuestos al calor. 

Unos 17 kilómetros que sirvieron para ganar en resistencia a las penurias y poco más. El ritmo fue discreto.



2 comentarios :

  1. Javieeeeer, hay que madrugar, con esta temperatura es imposible!!!!, no me quemes a Mercedes!!!

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    1. Jejej, llevas toda la razón. Hoy ha hecho casi 24 kilómetros y nos ha pillado el calor también, pero eso sí, nos hemos refrescado bien y lo ha hecho estupendamente

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