RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 11 de mayo de 2015

DOMINGO 10: TOMANDO UNA DETERMINACIÓN CON LA LESIÓN DE MERCHE

Tras los casi 50 kilómetros hechos el sábado mis piernas me pedían guerra. Me encontraba diría que incluso anormalmente suelto, lo cual me indica que mi estado de forma es, y toco madera, excepcional. A Mercedes le tocaba salir a correr así que lo hicimos juntos, pero a una hora nada adecuada por el calor que hacía; por ello eché la mochila con dos botellitas, una con agua fresca y otra con isotónica y salimos a hacer no gran cosa, un circuito de unos 12 kilómetros...

Sin pausa pero sin prisa, notando el calor desde el comienzo nos fuimos hacia el Paraje de las Aguas, pero cuando llevábamos no más de 2 kilómetros noté que mi mujer llevaba mala cara, no de cansancio, sino de contrariedad. Supuse lo que le pasaba pero por si acaso me lo corroboró: la cadera le estaba doliendo bastante. Tuvimos que decidir si seguíamos corriendo o dábamos media vuelta, y elegimos lo primero (el virus bestia de los maratonianos). Eso sí, decidí modificar el recorrido para ir más por caminos y menos por asfalto, así que desde la Carretera de San Carlos cogimos un camino a la altura de la ampliación del cementerio, que nos llevaba dirección al Peral. En los primeros 5 kilómetros tuvo que parar hasta en tres ocasiones para estirar porque el dolor se le hacía insoportable, pero cuando llegamos al camino principal que lleva a las Aguas y al Peral la cosa mejoró un poco, digo sólo un poco, porque tras esto tuvo que parar en otras dos ocasiones. Pasamos por el Peral y el regreso fue mejor de lo esperado, se quejó menos y en cuanto al calor se refiere, fue el segundo enemigo de la jornada, aunque le fui administrando agua e isotónica para que no lo pasara muy mal. Cuando quedaban unos 5 kilómetros dio un cambio de ritmo creo que con la idea de llegar cuanto antes a casa y no me digáis como pero se puso a 4´45´´ y no se lo oía ni respirar. Por un momento pensé que me haría sufrir, pero afortunadamente pude seguirle el ritmo. Desde ahí hasta casa llevó dolor pero el ritmo fue muy bueno, prácticamente no decayó y el terminar de esa manera le supuso al menos un consuelo.

En casa estuvo estirando largo y tendido y no podíamos disimular ninguno de los dos nuestra preocupación, porque a 3 meses de Helsinki la cosa no mejora. Ya por la tarde estuve mirando por internet, descartando diagnósticos, viendo síntomas y llegué a la conclusión de que lo tiene no es una pubalgia, sino una bursitis troncáterea. El trocánter es la zona donde se inserta la bola de fémur en la cadera y donde nacen un montón de músculos y zonas tendinosas, tales como el glúteo, el aductor, etc, etc.

 

El caso es que en esta zona tenemos unas bolsas con líquido sinovial, o bursas, cuya misión es lubricar la zona para que la fricción entre huesos y músculos no cree problemas. Si debido a una anomalía o dismetría y/o a un trabajo repetitivo aumenta la fricción más de lo debido, las bursas se inflaman y con ello se genera la lesión. Todo suele transmitirse a través de la zona tendinosa iliotibial (la cintilla que le llamamos)

Para estar seguro le fui a palpar justo en la zona donde se inserta el glúteo con el trocánter, porque había leído que es una exploración manual típica que te indica si se trata de esa lesión. Efectivamente, al apretar mi mujer sintió un pinchazo agudo. Ahora se explica el dolor que siente a veces en el glúteo, otras veces en la cadera y otras en la ingle. Son irradaciones del dolor que surge en el trocánter. Creo que no hay daño muscular y que se puede curar con antiinflamatorios y reposo pero el problema es que la causa del mal no la atacamos así: la causa puede que sea que tiene una pierna más larga que otra, una dismetría, como ya le habían dicho que se le veía a simple vista. Esa dismetría junto a su pronación, mal secundario que puede ser también consecuencia de la dismetría, le hace pisar mal, hace que las rodillas sufran y que sufra la cadera y hasta donde el cuerpo puede compensa esta dismetría desarrollando más unos músculos que otros, pero cuando la carga es excesiva la adaptación no llega. Hablando claro: lo que tiene que hacer con urgencia es que le analicen la pisada y apuesto a que le sacarán el problema por ahí. Si le ponen unas plantillas correctoras puede que hayamos resuelto todo esto de raíz Además, diría que su condromalacia rotuliana y sus sobrecargas de rodilla también provienen del mismo mal. Afortunadamente lleva muchas semanas sin sufrir de rodillas.

A cruzar los dedos toca....

Dicho esto y cambiando de tercio, si algo bueno nos dejó el fin de semana fueron mis casi 60 kilómetros en los que mis piernas han respondido muy bien. Cierto que ayer por la tarde sentía unas ligeras molestias en el vasto interno de mi pierna derecha, muy ligeras pero que en seguida me hacen ponerme en alarma. Aún recuerdo a 23 días de la Madrid-Segovia del año pasado como tras un fin de semana en el que batí récord de kilómetros, 73 en dos sesiones, se me puso un dolor en el vasto que no me dejaba casi ni andar. Afortunadamente creo que en esta ocasión no es nada importante.



No hay comentarios :

Publicar un comentario