RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 26 de abril de 2015

SÁBADO 25: DÍA COMPLETO DE RUNNING PARA TODA LA FAMILIA SALVO PARA MERCHE

Ocurrieron muchas cosas ayer sábado en nuestra familia, casi todas buenas, salvo que para que hubiera sido casi perfecto Mercedes debería haber podido salir a correr para hacer su tiradilla de los sábados, pero no pudo por lo que ya sabéis. Por lo demás, este día nos dejó mucho running, incluso para Inés, la cual no está muy por la labor de practicar esto de correr pero que ayer se animó. Vamos por partes, comencemos por mis entrenos, sí, habéis leido bien, "mis" porque fueron dos, o más bien 1 y medio....

Mi entreno de por la mañana

Por la mañana me animaba a realizar una tirada larga con subida a los molinos eólicos de la Sierra del Peral incluido. Puse el crono en marcha y comencé como viene siendo la tónica general en estas tres últimas semanas: bastante cargado. Pero conforme fui entrando en calor la cosa se regularizó. El ritmo no era malo del todo y oyendo buena música en mi mp3 comenzó a resultarme agradable la sesión. Alcancé el Paraje de las Aguas y subí por la Carretera de San Carlos hasta el último camino que me engancha a la parte alta del Paraje del Peral; fui por allí hasta que cogí el camino hacia a la derecha que bordea la falda de la Sierra del Peral, siempre con buenas sensaciones pero sin mucha prisa. Alcancé la pista que termina en todo lo alto, allá donde los molinos eólicos dominan el cielo y comencé a realizar el kilómetro y medio con un 18% de desnivel positivo medio. En las peores zonas me costó un poco, como siempre, pero en general subí con bastante brío, ayudado también por la mañana agradable que estaba haciendo. Una vez en todo lo alto no me entretuve mucho con las estupendas vistas y me emplacé a bajar sin más dilación. La bajada la hice a ritmo moderado, sin jugarme los tobillos, y continué extendiendo la bajada hasta la Carretera de La Solana. en este tramo me encontré muy bien, fruto sin duda de la descarga de mis piernas durante la bajada. Pasé por el Peral nuevamente y de ahí a casa sin pasarlo mal en esta ocasión (como ocurrió la semana anterior). Al final 2 horas y cinco minutos para hacer casi 24 kilómetros bastante duros con más de 300 metros de desnivel positivo. Media de 5´12´´ pero en esta ocasión había como 2 kilómetros de terreno muy irregular y las mencionadas cuestas, con lo que puedo quedar satisfecho.

La Carrera de Padres e Hijos

Por la tarde nos acercamos al parque Inés, Merche y yo a participar en la carrera que organizaba una asociación de Valdepeñas a beneficio de Afad. Era la tercera edición de una iniciativa muy bonita: correr en parejas padres e hijos. Inés me lo había pedido el día antes, y no me pude negar. A eso de las 17:30 horas daba inicio nuestra minicarrera de 800 metros, que para Inés era casi una maratón porque nunca había corrido una distancia tan larga de un tirón. Desde los pocos metros comenzó a agobiarse y casi a hiperventilar. Tuve que tranquilizarla y decirle que no pasaba nada pero que no nos ibamos a parar. En la recta final se desagobió y nos pudieron captar con nuestra mejor cara:













Lástima que mi hija no le guste correr porque quizá no lo haría mal.

A probar las Mizuno Wave Sayonara

Por la tarde me encontraba cargado pero con ganas de salir a probar las zapatillas que me había comprado unas semanas antes y que tengo reservadas para la maratón. Cogí la moto y me acerqué al parque con la intención de rodar suavito y medir sensaciones. La cosa no pudo salir mejor, ya que desde la primera zancada me sentí familiarizado con la pisada (me recuerda mucho a la Mizuno Wave Precision). Me invita a correr, a ir de metatarso y es curioso pero pronto comencé a sentir que las piernas se soltaban y tuve que frenarme para no ponerme a correr en serio. Muy estables, muy cómodas, muy ligeras y sobre todo las sentí como un guante. Hice 3 kilómetros que me sirvieron para mucho.

Jorge y su regional en Álcazar de San Juan 

Por la tarde Jorge competía en el Campeonato Regional de Alcázar de San Juan. Se había ganado un puesto en Jabalina, la cual practica de vez en cuando, pero esa competición será dentro de dos semanas, y en esta ocasión iba a realizar una disciplina que apenas ha practicado: la marcha. Le tocaba participar en un 2000 sin apenas haber marchado antes 1 hora, así que estaba bastante preocupado. Sin embargo la cosa no se le dio mal del todo y pudo completar la distancia en 14 minutos pelados, y de 17 se quedó el séptimo. ¡Bien por él!, un paso más para que definitivamente se enganche en esto del atletismo.














Así que como habéis podido comprobar tan sólo faltó Merche, ¡y vaya envidia que pasó la pobre!. En cualquier caso el sábado que viene le tocará a ella.

Finalmente sumando, que todo suma, acumulé casi 28 kilómetros en un día que tuvo de todo.









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