Tras la batalla muscular que libraron mis piernas el sábado, el domingo hubo que salir a regenerar, es decir, una especie de entreno suave con el único objeto de descargar. Fue echar a correr y en seguida noté que me encontraba bastante cansado, así que me lo tomé sin prisa, pero sin pausa, aprovechando que las tardes se alargan, afortunadamente para nosotros. A partir de la media hora de carrera pude encontrarme mejor y apreté un poco. Había que cruzar varios caminos de este a oeste hasta llegar a la vía de servicio de la Autovía AIV. Los últimos kilómetros fueron los mejores, a pesar de la pendiente positiva y justo llegué a casa con la sensación agradable de haber resuelto las tareas pendientes. Unos 15 kilómetros que sumaban a los casi 21 del día anterior; no ha sido un fin de semana de "altos vuelos" pero hay que entender que se ha visto perjudicado por las vacaciones
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
jueves, 9 de abril de 2015
DOMINGO 5: 15 KILÓMETROS AL ANOCHECER
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
15:26
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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