RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 26 de marzo de 2015

MARTES 24: MERCHE SIGUE Y NO TE PARES QUE SON DOS VUELTAS

Aún no comprendo como hay organizadores de maratones que programan recorridos en los cuales te hacen pasar allá en el 37 por la zona de llegada y esperan con los corredores sintamos que nos alejamos de nuestro objetivo paso a paso para notar más molestias, más dolores y sobre todo un auténtico muro psicológico sobre nuestras cabezas. Algo parecido debió pensar mi mujer el martes cuando, tras una tarde de intenso viento y mucha lluvia, costó mucho cambiarse de ropa e irnos a correr. Para hacer la cosa más llevadera le propuse un circuito de unos 5 kilómetros que discurría siempre por asfalto por los alrededores de casa. La primera vuelta la hicimos sin mucha prisa, sobre todo ojo avizor siguiendo la evolución de las molestias de Mercedes (en la cadera y en el gemelo), secuelas del esfuerzo de Bolaños. La anécdota de la sesión ocurrió cuando pasamos justo por la puerta de casa y ella estuvo a punto de quedarse y dar por finalizado el entreno. Para sus adentros sabía que quedaba otra vuelta pero se quiso hacer la despistada. Yo la castigué a partir de entonces aumentando el ritmo y arengándola a que moviese los brazos. De esta forma la segunda vuelta fue más rápida y se hizo más amena. Como todo llega, pronto nos vimos otra vez en la calle de nuestro hogar, en esta ocasión para sí pararnos y dar por finalizado el entreno, realizando 10.250 a un ritmo medio de 5´50´´. Al entrar ambos pensamos que en días así como en casa no se está en ningún sitio.

Resultado de imagen de mi casa está calentita

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