RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 7 de enero de 2015

MARTES 6: LOS REYES NOS TRAEN UN ENTRENO NUEVO. EL PRIMERO DEL PLAN PARA MERCHE

A Merche los Reyes le han echado un plan de fuerza para la Maratón de Helsinki. Así dicho no es muy ilusionante, pero estamos tan locos los corredores que para mi mujer estrenar planificaciones y estar dispuesta a sufrir le hace ilusión. Nos fuimos ya de noche, con los dedos cruzados y esperanzados en que la herida no le restirase como para dejar de correr. Al comienzo costó pero a los pocos minutos empezó a ir más cómoda. Además de esto, le propuse ir concentrados en el técnica de carrera referida en mi anterior entrada, el Método Pose. Merche corre con una técnica "muy deficitaria", concretamente de talón y sin levantar los pies por detrás. A resultas sale una zancada corta pero incómoda; el caso es que centrada en lo que le iba diciendo fue perfeccionando la técnica mientras íbamos hacia el Hotel El Hidalgo por la vía de servicio. Según me decía: "me cuesta mucho correr así, me cansa", algo que a mi también me estaba pasando, pero convencido de que traerá más beneficios que perjuicios, seguimos empecinados en hacer caso a Romanov y a su método. Llegamos al puente de la autovía, lo cruzamos y nos fuimos por el camino que nos llevaría al Camino de Membrilla. Esta parte fue la peor, porque allí el terreno es más irregular y le molestaba su herida, sin embargo tanto ella como yo íbamos muscularmente bien (ella sin molestias en sus rodillas y yo tan descargado o más que el día anterior). El ritmo no era fuerte para mi, pero sí algo exigente para ella, 6´el kilómetro y ya en el camino referido, la brisa fría daba de lleno en la cara así que tocó remar cuesta arriba y con el frío los siguientes cuatro kilómetros, pero mi mujer lo hizo bien, y alcanzamos la zona asfaltada donde la pendiente es ya favorable e hicimos los últimos tres kilómetros a un ritmo más vivo y también más cómodo. Un total de 15,1 kilómetros hecho en una 1 hora y 31 minutos y con mis isquios relajados como si no hubiera corrido. Ójala las molestias viniesen del mal correr agravado por un acortamiento en los isquios por tantos kilómetros hechos en verano a un ritmo demasiado lento.

Con esta sesión dimos por recibido nuesttro regalo del Dia de Reyes.




No hay comentarios :

Publicar un comentario