LA CRÓNICA DEL I TRAIL HUMEDALES MANCHEGOS

Sin madrugar demasiado, nos levantamos Mercedes y yo dispuestos a correr la última carrera del año, en esta ocasión en Villafranca de los Caballeros, Toledo. Se trataba de un trail bastante llano que iba a discurrir alrededor de las famosas Lagunas de Villafranca, Reserva de la Biosfera. En un pis pas llegamos a esta localidad, totalmente desconocida para mi hasta ese momento; no nos costó mucho encontrar el Aula de la Naturaleza, lugar desde donde se iba a organizar la logística de la carrera y donde íbamos a darse la salida. Mucho frío el que se sentía, y casi apetecía más quedarse en el coche que ir a recoger los dorsales, pero hicimos lo que teníamos que hacer: recoger nuestra bolsa y dar un paseo por la zona. Allí nos encontramos con algún valdepeñero conocido y con Juan de Dios, un extenuado residente en Valdepeñas pero oriundo de Villafranca, con el que tuvimos la oportunidad de correr el entreno por Despeñaperros entre Viso del Marqués y Miranda del Rey hacía poco más de un mes. Hubo que matar el tiempo y combatir el frío a base de pistachos y a la hora puntual, a las 11 de la mañana, se daba salida a este trail de 18.000 varas, 15 kilómetros. 

No hizo falta más de kilómetro y medio para darme cuenta de que Merche no lo iba a pasar bien en esta carrera. Desde el comienzo la ví agarrotada, sin ritmo, sin zancada y con las pulsaciones revueltas. Así que los primeros 5 kilómetros se convirtieron en un pequeño suplicio para ella, viendo como le pasaban corredores y como las piernas no le respondían. Pero ella goza de un buen estado de forma, así que poco a poco fue mejorando y haciéndose con las riendas de este desaguisado. El recorrido era bonito y pintoresco, algo técnico en alguna zona, pero quizá no como llamarlo "trail", lástima que mi mujer no lo pudiera apreciar el entorno, que bastante tenía la pobre con concentrarse en no sufrir. En el kilómetro 6 y pico le cogí agua, gominolas y un plátano, y los siguientes minutos fueron dedicados a avituallar a mi mujer, y la verdad es que esto acabo de recuperarla. En el 7 alcanzamos a un corredor que previamente nos había adelantado y de ahí hasta el final fuimos los tres juntos y fue cuando comenzamos a disfrutar de la experiencia. Así fueron avanzando los kilómetros hasta que llegamos al punto de origen para completar estos bonitos 15 kilómetros de una prueba muy bien organizada y que mereció la pena correr. 

Finalmente no salió mal crono: 1 hora 27 minutos y unos pocos segundos. Merche séptima de su categoría y además ganó por sorteo un botecito de rico y preciado azafrán. Para  finalizar la jornada rematamos la faena comiendo en un restaurante de la zona donde repusimos fuerzas, ¡y de qué manera!.

He aquí unas fotos: