RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 22 de noviembre de 2014

JUEVES 20: METIENDO OTRA MARCHA

El jueves había que probar sensaciones en un entreno cortito pero algo más intenso y eso hice. Justo antes de la cena, salí sin crono dispuesto a ver qué tal ando de ritmo, pero con la idea de no apretar demasiado. Las molestias apenas se notaban y las piernas ya casi no se acordaban de que apenas cuatro días antes habían tenido una dura batalla que librar. Cogí un camino paralelo al de Membrilla y luego giré hacia el Este para luego regresar por el Camino del Peral, un circuito de 9 kilómetros de zonas algo irregulares en la parte central, pero mis piernas ya iban bien y no importó esta circunstancia. El ritmo fue bueno, a una media calculo de 4´40´´ y el regreso fue más rápido, sin lugar duda. Me sentí fuerte aunque el esfuerzo del domingo está ahí y el cuerpo tiene memoria por lo que no merece la pena hacerle recordar demasiado no vaya a ser que vengan las lesiones. Satisfecho es el adjetivo que me viene a la cabeza, porque esta recuperación tan clara y rápida indica mi buen estado de forma.

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