RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 6 de julio de 2014

SÁBADO 5: 33500 METROS PROBANDO AVITUALLAMIENTO

El sábado tocaba madrugar bien, y a eso de las 6 de la mañana ya estaba ante el ordenador programando mi ruta. A las 07:30 salía de mi casa provisto de la mochila pero sin bolsa, con dos botellas, una con agua y otra con isotónica, con un botecito lleno de frutos secos, un plátano, un mejunje de energía rápida y el móvil (por si acaso). 

La ruta elegida era: llegada al Polígono Entrecaminos, vía de servicio, camino Fuente del Indio (kilómetro cinco) Carreterín de las Agrupadas (kilómetro 10), camino paralelo a la Carretera del Moral de Calatrava (kilómetro 18), Camino de Almagro (kilómetro 21), Camino de regreso (kilómetro 25) , Carretera de Daimiel (kilómetro 31), Parque Cervantes (kilómetro 33), y casa (kilómetro 34,5)

En cuanto al ritmo propuesto, buscaba una media entre 5´45´´ y 5´50´´, que finalmente conseguí, 5´47´´. La idea era no parar, ir bebiendo isotónica y/o agua cada 15 minutos, y comer frutos secos cada 45 minutos, tomándome el botecito energético justo cuando llevase hora y media. El plan salió perfecto, el calor me respeto y las piernas respondieron muy bien. Pero lo mejor fue mi sistema digestivo que aguantó el envite perfectamente, y sólo al final me costaba beber la isotónica caliente. Lo mejor fue lo bien que me iba sentando el avituallamiento de frutos secos. Finalmente 3 horas y 13 minutos y buenas sensaciones

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